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Destinos entrelazados: El Alfa y la Omega

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Sayiori
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Sinopsis

Él es un alfa líder de la manada Zahk y ella una simple omega, a pesar de ser de dos mundos diferentes el destino buscara unirlos de la manera más extraña moviendo sus cartas a su merced. Que pasara cuando estos dos finalmente se encuentren y una serie de diversos acontecimientos buscara provocar su paciencia e incluso su existencia hasta el punto tal de estar envueltos en una guerra en la cual no pidieron estar. Te invito a que lo descubras...

Amor a primera vista CastigoAventuraSeductorMisterioSecretosVenganza GuerraProhibidoTriángulo amoroso

Epígrafe

Esto que diré sonara horrible pero así sucedió y no encuentro otra manera de poder expresar aquellos recuerdos que guardo con tanto recelo y dolor.

Mi vida y toda mi existencia aparentan estar malditas pues solo al resumirla puedo decir que es nada más que un completo embrollo capaz de enloquecer hasta la persona más cuerda.

Yo no tengo familia, ni patria, ni mucho menos manada con la cual convivir, pues todo una vez se me fue quitado.

Yo, yo solo soy solo una omega solitaria que viaja de ciudad en ciudad creando historias con las cuales intento rememorar mi pobre existencia.

Me presento me llaman Emma Robison, ese fue el nombre que las dos personas más importantes de mi vida me otorgaron aquel día cuando llegue a sus vidas y es el único que uso pese a que poseo un nombre imponente como el nombre de un lycan representa el cual no me siento ni siquiera digna de pronunciar y yo soy producto de la relación abominable que existió entre mi padre un alfa temido en toda la región oeste de los bosques que dividen a Venecia de Belcier y mi madre una humana hija de unos simples campesinos de la zona llamada Monit quien murió tras traerme a este cruel mundo.

Mi niñez allí bueno fue bastante brutal pues los demás miembros de la manada la misma que debía de cuidarme y protegerme me trataron como a cuál pelota de pin pon la cual simplemente obedecía, callaba, acataba, no tenía dignidad, ni derecho a la palabra y por sobre todo carecía de identidad propia y más un muñeco sin voluntad simulaba.

Llegue a pensar que mi trágica vida llegaría a su fin la noche del veintisiete de enero del dos mil seis cuando apenas tenía ocho años y todo absolutamente todo se llevó a cabo en medio del tan helado invierno en la parte oculta de aquellos mismos bosques donde allí por órdenes de mi padre fui torturada, denigrada y golpeada casi hasta perecer.

Allí en medio del bosque mis victimarios me dejaron abandonada a mi suerte prácticamente sin vida a la merced de lo que el destino quisiese hacer en base a su voluntad conmigo sin saber de por medio el plan que tenia con mi insignificante vida.

Tirada en el suelo cubierta de sangre e incapaz de mover la más mínima parte yo allí me encontraba totalmente inerte intentando luchar por una oportunidad más y créanme que luchaba con toda y cada una de las fuerzas contenidas en mi pequeño cuerpo lo hacía a la vez que lloraba intentando resistir, intentando aguantar al tiempo que lloraba apelando porque todo esto fuera solamente obra de una mala, muy mala pesadilla.

Algunos segundos más transcurrieron en el que allí completamente sola me quede mientras que el frio se hacía cada vez peor, tanto que incluso podía sentir como quemaba brutalmente mi frágil y delicada piel.

Aquel tortuoso sentimiento, el miedo, lo sentía como se adentraba con rabia por mi cuerpo adueñándose de cada parte de mí a su paso acurrucándome en cual melodía tétrica tocada por la misma y tan curiosamente conocida "la muerte" la más aterradora jamás tocada.

Algunos segundos más transcurrieron hasta que mis ojos comenzaron a pesar, ya cansada y agobiada de tanto sufrir; sabía, que no viviría mucho tiempo o al menos eso temía y eso era lo peor que a fin de cuentas y que pese a que era tan solo una niña yo "lo entendía" por lo que me digne a deslumbrar a lo lejos como el poco halo de luz que existía se alzaba en el cielo a causa de la tan blanca nevada a medida de que la somnolencia iba apareciendo en mi.

De apoco me fui desvaneciendo llena de terror, llena de miedo rogando por tener aunque fuera una mínima posibilidad de vivir.

Insisto, yo quería vivir pero temía que ya era tarde para mí y sin esperar recibir mucho en la vida llegué a pensar incluso que no era digna ni de ser escuchada, así que tras respirar profundamente me rendí perdiéndome completamente en el mundo eterno de Morfeo.

Puedo decir que tal vez tuve suerte la verdad podía llegar a llamarlo así pues pese a mi tan mal pronóstico logre seguir con vida, pues sin saberlo en aquel instante yo me encontraba justo en el camino por donde un viejo lobo ermitaño transitiva.

Como todo día nevado el viejo había salido a recolectar algo de leña para poder mantener vivo el fuego de la chimenea y así estar lo más caliente posible junto en compañía de su amada mate y fiel esposa, el mismo se encontraba de regreso a casa arrastrando su trineo enérgicamente cargando con lo poco que encontró cuando choco conmigo.

Aquel ya era un hombre mayor un lobo anciano en el cual el peso de los años y la vida tan ajetreada que probablemente llevo de joven habían cimentado sus huellas en su tan viejo ser, sus piernas ya no eran tan fuertes y resistentes como antes por lo que lentamente entre la nieve se movía intentando no perder el equilibrio.

Así solitario aquel tiraba y tiraba siguiendo el sendero aparentemente tan bien conocido por su persona hasta que de la nada tropezó con algo en medio del camino.

Al principio pensó que podría ser una roca o quizás un viejo tronco que se encontraba atravesado en el medio del camino pues cubierto por una fina capa de nieve aquello se encontraba sí que sin pensarlo dos veces se acercó, lo toco y cuando intento levantarlo se percató de que no era para nada parte de la idea que se había formado, era una niña, era yo y tremendo susto aquel viejo se llevó al notar mi cuerpo completamente desganado y agonizante.

El miedo lo paralizo no muy bien me contemplo, estaba ido y no sabía qué hacer más aun sabiendo que estaba rotundamente prohibido tras el acuerdo lobuno tener nuevas leyes el hecho de tomar lobos de manadas contrarias bajo su cuidado pese a que estuvieran solos y mal heridos.

La razón peleo en contra del deber y a fin de cuentas una se alzo victoriosa y a fin de cuenta término escuchando a la razón y tras confirmar que aún seguía con vida bastante débil, pero con vida, me llevo con él.

Sin dudarlo en su hogar me alojo haciéndome un hueco en su mesa y tanto aquel viejo como su amada esposa cuidaron de mí.

Ambos sacrificaron su descanso, sus sueños de vivir en la montaña solos y alejados del mundo con la esperanza de morir algún día juntos como un solo ser para darme la oportunidad a mí de tener un futuro el cual aunque con tristeza agradezco con toda el alma y al cual honrare eternamente.

Así fue entonces que después de algún tiempo viviendo en aquel bosque y tras recuperarme que terminamos los tres viviendo en el centro de Venecia ciudad la cual a fin de cuentas, me vio crecer.

Con ellos aprendí lo que significaba tener una verdadera familia, llena de amor y de respeto y aunque evidentemente no llevaba su sangre si pude ponerles un adjetivo correcto, los llamaba y trataba como mis amados abuelos.

Así tanto Sonn y Aerdmound quienes eran llamados por los humanos Eliot y Linsey pasaron a ser lo más importante en mi vida, la pieza fundamental que me guiaba en mí recorrido en medio de este terrorífico mundo.

Los años bueno a partir de allí transcurrieron con suma prisa luego de aquel fatídico día de tal blanca nevada y a diferencia de lo que se temía el amor llego a ser lo más preciado que podía llegar a conocer.

El abuelo como la abuela a pesar de mi condición como omega cosa que no les importo me entrenaron, me educaron, me llenaron de amor y me formaron de forma tal que fuera capaz de ser completamente independiente por tal razón me volví enteramente una persona diferente.

Gracias a ellos me convertí en una persona en la que no quedaba rastro alguno de debilidad pues ellos habían logrado resaltar tanto lo bueno en mí que no me quedo duda alguna de lo mucho que como persona y como loba podía llegar a proveer al mundo.

Aunque ahora pensándolo bien tal vez estimo que más que nada ellos de igual forma me preparaban para afrontar su partida pues aquellos sabían que en el momento justo en el que ya no les necesitara, en el momento justo que ya no dependiera de ellos porque debía de enfrentarme sola contra el mundo se debían de finalmente marchar y así sucedió.

Algunos años después ya en medio de mi vida adulta aquel momento llego no muy bien había cumplido mis veinte un años y de la misma forma en cómo llegaron a mi vida, Linsey y Eliot desaparecieron de la faz de esta tierra la noche siguiente a mi celebración.

Despedirse nunca fue el fuerte de ambos lo descubrí aquel preciso día así que cuando desaparecieron fue ante todo sin dar palabra o pista alguna y para nunca más volver.

Ahora cuando me pongo a pensar me culpo constantemente pues pienso que debí imaginar que aquello sucedería.

Las pistas eran muchas y muy obvias pues desde hacía unas semanas ambos se comportaban de manera extraña y tanto fue la anormalidad de la situación que incluso a mis manos entregaron su más preciado tesoro un viejo relicario el cual resguardo hoy por hoy con mi vida.

Aquel pequeño objeto era lo único que de ellos se me había otorgado junto a un mensaje singular promulgando el hecho de que Belcier sería parte de mi futuro y ellos me lo habían dejado en claro.

El relicario ahora si lo describo es un collar sumamente delicado un ovalo perfecto que guarda en su interior uno de los mayores secretos, en la cara posterior varios mechones de cabellos distintos unidos con un fino hilo de algodón se encuentran acomodados, algunos pocos son de los abuelos otros tantos son míos pero hay unos cuartos que no logro diferenciar.

Detrás de estos se encuentran unas iníciales talladas de manera rustica sobre el mismo material del relicario en alfabeto lobuno antiguo ᛒᛞ de las que no sé nada pero que me infunden mucha curiosidad mientras que en la cara superior porta una pequeña joya incrustada, un zafiro en color azul eléctrico que resalta con imponencia.

En tanto con prisa aquellos años pasaron sin descanso alguno, sin proporcionar el más mínimo respiro como si ante todo la prisa fuera primordial.

Perderles así fue más que doloroso para mi y fue por tal sentimiento que tiempo después a causa de su desaparición que me fui de Venecia alguna temporada para recorrer el mundo por alrededor de tres años.

Todo iba perfecto hasta que llego el tiempo de regresar y a consecuencia de una decisión tomada casi apresuradamente termine desplazándome desde Venecia hasta Belcier urbe dueña de mis más profundos pensamientos.

Tal ciudad figuraba en los recuerdos de mi niñez como parte de mis más grandes anhelos pues en más de una ocasión llegue a visualizarme recorriendo sus calles mientras disfrutaba de su paisaje gracias a las historias que los abuelos solían contarme y es justo allí donde empieza mi historia de la mano de aquel alfa mal llamado Bastrii.