Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 5

—Max me ha texteado y llamado constantemente —me dijo suavemente.

Mi cara no duró un segundo en arrugarse de enojo. Suponía que algo así era de venir, no soportaba las insistencias de él, ya mi madre me había dicho lo mismo y que también no era sólo él, también estaba Julio. Menudos peludos.

—Ese fastidioso, no lo soporto —pronuncié.

Me puse agria con sólo mencionar su nombre se me subía la sangre en la cabeza.

—No te dejará en paz tan fácilmente hermana, él aún te ama a pesar de lo que te hizo y no justifico que tienes que regresar con él, sólo es un pensar —comentó. Suspiré.

—Desde hace días me está molestando —le dije a mi Coreen.

Aproveché ese momento para contarle a Coreen de las impertinencias de él, esa era la sencilla razón por la que él llamaba a la casa o se comunicaba con mi hermana, era de esperarse.

—Él me ha contado como tú lo haz tratado —me dijo mirándome fijamente. Hice una mueca.

«Claro y que de seguro debe de estar haciéndose pasar por el inocente y herido»

—Vaya hermana te quiere poner como paño de lágrimas pobre de ti —le comenté y me eché a reír.

—Así es la vida Denis —pronunció Coreen acariciándome el pelo.

Coreen tenía su lado sensible a pesar de ser terca, solía relucir su lado tierno y amargo a la vez. Podría decir bipolar. Sus constantes cambios podría desequilibrar a cualquier persona, no me podía imaginar verla a ella con un chico.

—Ignóralo tú también Coreen — le aconsejé —. Por el bien de los dos.

—¿Y si me niego? —inquirió Coreen. La miré con la boca abierta.

Ese lado de Coreen no me gustaba, me desafiaba con todo. La conocía tan bien que podría decir que sería capaz de aliarse con Max. Eso no iba a tolerárselo. A parte de que aveces me desvelaba por ella, no podría dejar que se saliera con la suya siempre.

—Haz lo que quieras —le respondí. Nos quedamos silenciadas hasta que llegó Lora sin tocar la puerta ambas nos volteamos a mirar.

—Chicas... ¿Qué hacen aquí solita? —preguntó Lora muy sonriente. Detrás venía Ana.

«Algún plan tendrán»

—Vengan aquí —comentó Coreen. Se aproximaron y se unieron a nosotras.

—¿Qué haremos? — pregunté con curiosidad.

—Mmmmm.... ¡Vamos a beber vino! —exclamó Coreen. Coreen metió sus manos por debajo de la cama y sacó 2 botellas de vino.

No era de extrañar todos los días yo encontraba botellas de alcohol por debajo de la cama de Coreen, yo le mentía a mis padres diciéndole que eran mías, cuando me veían con ellas en las manos. De ahí producían un sermón de juicios y valores, ya que ellos iban siempre a la iglesia, pero no han logrado de que Coreen y yo nos reintegremos como ellos. La religión para mí no tenía importancia, lo mío era vivir y ya.

—Pero Coreen esas botellas no están frías —protestó Ana.

—Voy a buscar hielo ¿crees qué sería tan loca en tomar vino a temperatura ambiente? Estás loca Ana. Ven acompáñame —le aclaró Coreen a Ana, en seguida Ana la siguió. Me quedé a esperar las chicas mientras pensaba en cosas que me pasaban por la mente.

Las chicas trajeron una cubeta pequeña con hielo y varias copas para tomar. Trajeron consigo a Lora, de hecho no podría quedarse.

—¿Coreen cuántas botellas te bebes a diario? —cuestioné.

—No lo sé —me respondió.

—¿Cómo qué no lo sabes? Si mamá y papá se enteran te castigarán —le recordé.

—No me importa casi soy mayor de edad —me respondió —. Creo que debieran de acostumbrarse en poco meses cumplo 17.

Después de copas y copas, nos dio para hablar sobre nosotras.

—Podemos venir nosotras cuatro otro día ¿verdad Denis? — sugirió Ana.

—No —negué meneando la copa —. A papá no le gusta, de hecho cuando he venido a esta ciudad me he hospedado en un hotel, mi papá es muy celoso con su casa.

—Que malo es tu papá —respondió Lora.

—Si venimos aquí es con él, de otra manera no de puede —contestó Coreen.

—No es lo mismo, queremos estar solas, pero... —pausó —. Podemos alquilar una villa, no hay otro modo.

—Sí —afirmé—. Pero Coreen no podrá ir, papá no se lo permitirá.

—Eso lo sé —arrugó la cara —. Ya quiero que venga pronto mis 18.

—Entonces podemos invitar chicos el día que vayamos a la villa —sugirió Ana.

—Por supuesto Ana —respondió Lora.

—¿A quiénes vamos a invitar? —cuestionó Lora.

—Eso se puede discutir después chicas, disfrutemos del vino y del momento —respondí.

Continuamos tomando sin control alguno olvidándonos del mundo en exterior.

Terminamos dormidas sobre la cama las 4. Sofía se encontraba con mis padres ayudándolos en un asunto particular.

Al día siguiente...

Despertamos al otro día con resaca, era de esperarse, no nos dimos cuenta la hora que caímos en la cama para dormir, le dije a mamá que preparara sopa.

—Ustedes los jóvenes de hoy en día viven una vida descontrolada, escuché sin querer cosas que gritaban anoche, que mejor ni las menciono, Dios las guarde a ustedes —mencionó mamá.

Uf con el nivel de alcohol que teníamos era de esperarse  las chicas solían gritar como locas de vez en cuando.

Mamá se giró hacia Coreen con cara de amenaza.

—Y a ti joven tengo un asunto pendiente que hablar contigo, hablamos luego —le dijo a Coreen.

Después de comernos la sopa nos tomamos una pastillas para la resaca y retornamos a dormir nuevamente.

En esa mañana tuve un sueño, soñé con el joven que había visto en cerca del río, tuve curiosidad. Me levanté, salí de la casa, tomé el minibus y me dirigí al campo. Caminé hacia el río y me quedé sentada en la orilla. Ni siquiera sabía por qué estaba yo allí o será la curiosidad. Mi curiosidad y mi intuición se unieron a dar gritos a voces a lo que se aproximaría.

Sentí una mano que me topó de espalda. Era algo que no esperaba. Me pegué un susto enseguida me moví de inmediato. De pronto alguien habló.

—No te asustes, no te haré daño —me alentó. Voltié a mirar quien era y vi al chico que vi el día anterior. Sentí curiosidad y un poco de miedo. No pude decir nada las palabras se me atrabancaron mi estómago se comprimía. El chico al ver que yo no decía nada, continuó hablando.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.