Librería
Español
Capítulos
Ajuste

CAPÍTULO 2: LAS CATACUMBAS DEL INFRAMUNDO

Kenneth

Mi mente no puede dejar de pensar en aquella mujer. Sus ojos dorados lograron cautivarme como nunca lo había hecho cualquiera de mis Sumisas u otras mujeres que trataban de tener mi atención. Esa mujer despertaba tantas cosas que deseaba reclamarla para mí. Tal vez me estoy volviendo un loco mental, pero puedo jurar que aquella mujer estaba tratando de verme a través del vidrio negro.

Me desato la corbata con un solo movimiento. Maldito Iván. Todo esto es su culpa. Los inversionistas nos están esperando para comenzar a firmar los contratos sobre la nueva campaña para los prototipos de iPad que creamos con una tecnología moderna y ecológica. Pensar en aquellos contratos me hace recordar al hombre que venía con la hermosa mujer rubia. Él va a trabajar a partir del lunes con nosotros y puede ser de gran utilidad a la hora de saber más sobre ella. Theo Lealye ese es el nombre de nuestro recién contratado abogado.

Todo esto es una locura. Despeino mi cabello y niego preso de la confusión y los celos que me embargaron cuando esa mujer deposita su sensual y dominante mirada en Theo. Estaba jodido por una completa extraña. Tal vez esta noche debo de ir a mi club favorito para pasar la noche con mis amigos y unas cuantas mujeres que estén dispuestas a jugar.

Iván abre la puerta del auto y me mira con curiosidad.

- ¿Por qué mierda tardaste tanto? -le recrimino mientras veo la hora en el reloj santos de Cartier descansa sobre mi muñeca. Nunca me ha gustado la impuntualidad y ahora por culpa de mi hermano vamos a llegar retrasados. Espero que sea una buena excusa porque de lo contrario voy a patear su culo de ida y vuelta-. ¿Y bien?

Iván ni se inmuta sobre mi tono de enojo. Se encoje de hombros como diciendo que deje de estar jodiendo y me meta mis asuntos.

- ¿Ya te enteraste que hoy se contrató una nueva secretaria para Lealye? -averigua para ver si digo de quien se trata, pero desconozco a la mujer que se contrató. La sonrisa de Iván me hace cabrearme aún más. No sé qué me estaba pasando. Siempre mantengo a raya mi mal humor, pero ahora mismo siento que soy otro. Esa mujer activó en mí una especie de bestia interior. Estoy en serios problemas-. ¿Te comió la lengua los ratones, Ken?

Odio cuando Iván hace preguntas estúpidas. Me arremango las mangas de mi camisa azul para volver a traer mi paz mental y no sucumbir a mi temperamento. Esa rubia sexy me va a traer muchos problemas si volvemos a cruzarnos.

-No tengo idea de quién es la mujer que será la asistente de Theo. Si quieres saberlo porque no preguntas a Dayrien que es la encargada de recursos humanos -pronuncio para que deje de molestarme.

Mi hermano pone los ojos en blanco al saber que no logró su cometido. De los dos siempre he acatado las órdenes de mi padre de la no confraternización con los empleados de la corporación. Además ninguna de esas mujeres ha logrado captar o despertar mi interés para llevarla a mi cama.

- ¿Cuándo vas a presentarme aunque sea a una mujer que toque tu helado corazón, hermano? -dice él.

La tristeza se percibe en sus ojos. Ivan se sigue culpando por la estúpida mierda del pasado con nuestra ex. Yo ya lo perdone. Él es mi sangre y por más que me guste es mi hermano mayor y sé que me quiere al igual que yo. Nuestro padre se encargó de destruir por completo la poca relación que teníamos, hasta que al fin dejamos de lado todo el resentimiento y volvemos a ser los hermanos unidos que somos ahora.

-Puede ser que esa mujer deba llegar a New York de otro lado del mundo ya que no pienso acostarme con ninguna mujer que ya te follaste. Y contando con cuantas han pasado por tu cama... -utilizo mis dedos para contar-, no me quedan muchas opciones, hermano.

Iván lleva su mano a su corazón.

- ¡Auch! eso duele en mi corazón -contesta con un tono de tristeza fingida.

El auto arranca cuando le doy la indicación a nuestro conductor. Una sonrisa se escapa de mis labios cuando escucho el sonido del motor de mi auto. Me gusta comprar autos que vayan con mi personalidad y cada uno de ellos son mi orgullo. Iván guarda silencio mientras vamos en camino. Veo que mueve los dedos sobre su celular y pongo los ojos en blanco. Un día de estos va a llegar una mujer que ate en su cuello una cadena para hacerlo olvidarse de sus días como casanova.

Tomo mi maletín y saco mi computadora para seguir trabajando en los nuevos proyectos que tengo en puerta. Después del retiro de nuestro padre de la presidencia de Evanshen Tecnologie Industries, Iván y yo nos encargamos de hacer que todo fuera mejor y con nuestro esfuerzo somos una de las corporaciones tecnológicas más importantes en todo el mundo.

Comienzo a escribirles a los inversionistas japoneses sobre nuestra próxima reunión para ver cómo se lanzara nuestra nueva invención ante todo el mundo. Espero que el lanzamiento sea tan brutal ante las corporaciones tecnológicas que deje a mi empresa como la número uno.

-Te preocupas por todo, Ken -manifiesta Iván a mi lado. Frunzo el ceño ante su comentario. Por eso papá me nombro presidente y a mi hermano se le asignó otro puesto, pero sin dejar de tener autoridad en la toma de decisiones-. Ahora veo que tú te casaste con el trabajo. Tienes a miles de mujeres a tus pies dispuestas a hacer lo que tú quieras y tú las mandas al demonio.

Iván no entiende que las mujeres no son objetos que se pueden utilizar solo para follarlas y luego desecharlas. Aunque ellas aceptan las condiciones que mi hermano pone para acostarse con ellas, cada una sigue teniendo sentimientos. Ambos compartimos los mismos gustos sexuales por la dominación y sumisión, pero somos tan distintos a la hora de hacer domas con las mujeres.

Sé que muy pronto una mujer va a llegar a mi vida para ponerla de cabeza, tal como lo hizo aquella rubia desconocida, pero por ahora voy a enfocarme en el trabajo. Sigo tecleando mi mensaje para los japoneses e Iván carraspea para que conteste.

-Pues sí, hermano. Me casé con mi trabajo. Tener el completo control sobre una empresa como es la nuestra, lleva demasiado tiempo y esfuerzo. Y por las mujeres que dices que están dispuestas a hacer lo que yo pida, puede que tengas razón. Sin embargo no voy a jugar con ellas -le contesto serio. Mamá nos inculcó que a una mujer no se le debe hacer sufrir, pero he aprendido que a veces debes hacer cosas para salvarlas y aun les causas un sufrimiento terrible. Por eso deje a un lado las relaciones-. Las únicas mujeres que pueden llegar a pasar por mi cama, son las que saben lo que me gusta y que estén dispuestas a jugar su rol de sumisas conmigo. Siempre debe ser sano, seguro y consensuado. No voy a obligar a nadie.

Ivan carraspea ante mi respuesta.

-Deja de mencionar algo que yo también conozco. Puedo ser un idiota, mujeriego, incluso unas veces irresponsable... -enumera con sus dedos. Estoy seguro que va a terminar por decir algo honesto-, pero nunca he engañado a cualquiera de esas mujeres y mucho menos les voy a obligar a hacer algo que ellas no desean. Además ellas también aceptan jugar conmigo cuando firman el contrato. Sabes que ambos nos gustan el sexo duro y la dominación, Kenneth. Espero que algún día cambie tu manera de pensar respecto a mí.

Es la primera vez que veo molesto a mi hermano. Creo que ya tiene suficiente con que nuestro padre le juzgue todos los días para que yo también lo haga. Iván centra de nuevo su atención en su teléfono.

-Lo siento. Creo que está mal lo que dije, pero creo que voy a confiar más en ti de hoy en adelante -prometo.

Él asiente y sigue en lo que estaba. Abro el mensaje que me llega al correo sobre una videoconferencia con la junta directiva. Resoplo e ingreso a la videoconferencia.

Durante el trayecto me dedico a escuchar todas las propuestas y lo que hay que corregir antes de sacar el producto al mercado. Iván como el vicepresidente y segundo a cargo en lo administrativo revisa que todo lo que se diga aquí sea totalmente rentable.

Sigo absorto en la conferencia hasta que el chófer me informa que hemos llegado a nuestro destino. Pospongo la reunión para el martes que viene y ellos aceptan. Iván es el primero en salir del auto mientras yo acomodo todo en mi maletín.

-Puedes irte a dar una vuelta, George. Si te necesito te llamo al celular -digo mientras salgo del auto.

-Gracias, Kenneth -me agradece.

George se va.

Iván y yo entramos a la empresa. Listos para cerrar el trato.

═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════

Después de tres horas salimos de la empresa con una sonrisa de satisfacción. Acabamos de cerrar un contrato de más de veinte millones de dólares. Todo gracias a nuestro ingenio. Subimos al auto y nos dirigimos a la empresa.

Esta noche voy a ir a celebrar el trato al mí lugar favorito: las catacumbas del inframundo.

═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════

Esta noche las catacumbas están repletas de nuevos miembros. Sigo bebiendo mi bourbon mientras contemplo a las posibles mujeres que pueden ir conmigo a mi mazmorra para jugar. Mi atención se centra en una pelirroja de cuerpo esbelto y caderas muy grandes. En su cuello hay un collar negro de cuero sin ningún tipo de colgante y eso me hace sonreír. Ella comienza a mover con sensualidad su cuerpo y sus ojos azules se clavan en los míos.

- ¿Por qué siempre tienes que quedarte con las tías más buenas, K? -pregunta Robert. Uno de los Amos con los que he hecho buena amistad.

Me encojo de hombros.

-Puede ser porque él puede seducirlas con solo mirarlas. Además todas ellas conocen su reputación como Dómine -repuso el Amo Oliver mientras lleva su trago a sus labios.

La mujer sigue bailando para mí y volteo a ver el bar que está a un costado de la pista de baile. El dueño de este lugar es una buena amiga mía de la infancia. Ha hecho un gran trabajo con este lugar. Muchos artefactos de BDSM se encuentran adornando el sitio para aquellos Amos voyeurs puedan disfrutar con sus Sumiso. Es un verdadero espectáculo ver aquello. Desde nuestra mesa se puede ver todos los lugares y lo mejor es que la tenue luz nos hacer ser un poco invisibles.

Giro un poco mi vaso y lo llevo a mis labios.

-Carajo -maldice con los dientes apretados el hombre a mi lado. Mi entrecejo se frunce por su palabra. Sigo el curso de su mirada y ahora veo porque lo dice-. No me importaría ser aquel sujeto si con ello la tengo a ella dándome órdenes.

Señala al hombre que viene con la exuberante rubia que va descendiendo de las escaleras. Su andar es arrogante como si fuera alguien inalcanzable. Como una diosa que viene de visita a la tierra.

De pronto la canción Troublemaker de Olly Murs ft Flo Rida comienza a sonar por los altavoces y entonces ella voltea en nuestra dirección y mi corazón se detiene.

¡Es la mujer que hace pocos minutos estaba enfrente de mi corporación!

Esa rubia que fue capaz de encenderme con solo poner sus hermosos ojos sobre mi ventana y ahora la veo como toda una Ama imponiendo su poder a todos los hombres de aquí.

Ella era un verdadero problema para mí. Le doy un leve repaso de la cabeza a los pies.

Su vestimenta me deja sin aliento y mi entrepierna se endurece al instante. Lleva un ajustado corsé plata con tonos negros que hacen que sus curvas se hagan más marcadas. Lleva una minifalda de cuero negro con cortes a los lados, pero unas cadenas de plata unen una parte con la otra. Las botas largas plateadas de plataforma le hacen verse mucho más alta de lo que es. En su mano lleva un gato de nueve colas y en su muñeca lleva la cadena que conecta con su Sumiso. Él va cubriendo su rostro con una máscara plateada.

Aquella mujer desprende una gran cantidad de energía sexual. Sus ojos dorados buscan un lugar donde pueda sentarse entre la multitud, pero el hombre que lleva a su lado le dice algo al oído y ella asiente.

-Creo que por ella si me hago sumiso -dijo en tono de broma Oliver aun viendo hipnotizado por aquella mujer.

La rubia va a la pista con el hombre detrás de ella. Todos se abren paso para dejarle pasar y ella los ve por debajo de sus hombros como si fueran menos importantes. Su sumiso la toma por las caderas y la mueve al ritmo de la canción. Los hombres ven semejante espectáculo con morbo y se la comen con la mirada, pero ella parece estar disfrutando del momento con su Sumiso.

-Se llama Amunett -nos informa Robert mientras ve su teléfono.

-Amunett -repito su nombre. Una corriente me atraviesa al pronunciar su nombre. La polla se me endurece al instante.

Vuelvo a observarla y se mueve con sensualidad. A mi retorcida mente vienen miles de imágenes de ella en diferentes posturas mientras ambos jugamos por ver quién puede obtener el control de la situación.

- ¿Cómo obtuviste su nombre, Robert? -pregunta con suma curiosidad Oliver.

La verdad es que yo también quiero saber eso. En las catacumbas nadie sabe los nombres de nadie solo nos conocen como Señor o Amo. Solo unos cuantos conocen nuestros nombres de pila. Llevo mi trago a mis labios y dejo que el alcohol se deslice por mi garganta.

-Tengo mucho acercamiento con Andy -menciona él.

Andy es la dueña del club. Oliver abre los ojos con asombro y me rio de él. Conozco a esa mujer y sé qué clase de mujer es. Su rol es ser una Switch, pero la he visto utilizar tantos instrumentos de BDSM que siento que es más una domme que una Sumisa.

- ¿Qué te pidió a cambio por darnos esa información?

Robert sonríe con malicia.

Joder.

Esto no presagia nada bueno para nosotros. Andy es una negociadora muy inteligente y astuta. Siempre se sale con la suya.

Mis ojos regresan a Amunett y sigue divirtiéndose con su acompañante. Quiero acercarme a ella y pedirle que me deje bailar con ella. Su aura magnética y sexual me atrae tanto que me siento perdido.

-Quiere que nosotros hagamos un Gang bang con ella -suelta Robert.

Carajo.

Un Gang bang consiste en varios hombres que tienen relaciones sexuales con una mujer sucesivamente o al revés.

-Yo me apunto -pronuncia Oliver.

Ambos me ven esperan mi respuesta definitiva. Me gusta participar en esa clase de experiencias, pero ahora lo que realmente me encantaría es ver como aquella rubia pone sus manos sobre mí. Andy es una mujer muy guapa, pero creo que aquella despampanante mujer me ha tomado por las pelotas.

El pitido del tono de mensaje de Robert se escucha. Y el ríe.

-Dice Andy que tiene una mejor idea para ti, Kenneth -recita lo que dice su mensaje. Arqueo una ceja esperando a que diga el mensaje completo-. Oliver y yo vamos a participar en Gang bang con otros tipos con Andy, pero tú tienes que hacer que Amunett se fije en ti. Cosa que veo muy complicada. Llevo viendo como desecha a todos los hombres que quieren tener su atención como si ellos no merecieran estar en su presencia.

-Ya tienes frente a ti a una mujer que no se derrite por venir a tus brazos. Creo que ella va a hacerte perder los huevos, Kenneth -se burla Oliver -. Sino es que ya los perdiste.

Odio que ellos se burlen de mí. Ninguna mujer por más guapa y buena que este va a poder conquistarme y eso la incluye a esa rubia. Llamo con la mano a uno de los meseros y le pido un trago de whisky.

La canción se termina y Amunett tira del collardel hombre para que la siga hasta la barra. Mis ojos no se despegan de todoslos movimientos que hacer. Veo como el barman le coquetea abiertamente y unaráfaga de celos y posesión me invade. Amunett le regala una sonrisa radiante. Ella está acostumbrada a que los hombres traten de llamar su atención a como dé lugar.

De pronto Amunett toma por el cuello al barman y lo acerca a ella. Sus rostros están tan cerca que se parece que se están besando. El control y la fuerza que Amunett ejerce en su agarre demuestra que nadie va a tocarla sin su consentimiento y una sonrisa de orgullo aparece en mis labios.

-Joder, esa mujer sí que tiene las pelotas bien puestas. Me ha puesto muy cachondo con solo verla hacer eso -comenta Robert posando sus ojos en mi mujer.

¿Mi mujer?

¿En verdad dije eso?

En verdad estoy perdiendo mi control por ella.

- ¿Y si mejor nos divertimos con Amunett y le proponemos una orgía? -propone Oliver.

Las imágenes de Amunett desnuda mientras la follan me invaden la mente y golpeo la mesa con los puños.

-Nadie va a tocarle un solo cabello a esa mujer o les juro que voy a arrancar lo que llevan entre las piernas -amenazo mientras la furia corroe todo mi cuerpo.

Robert y Oliver se voltean a ver uno al otro.

-Relájate, Kenneth. Solo es una broma -refuta Robert con las manos arriba-. Esa mujer no es de mi tipo y creo que no está hecha para ser dominada por ningún hombre. Ni siquiera tú. Lo que sí puedo asegurar es que si alguna vez comparte su cama contigo te va a hacer que no quieras salir de ella. Bueno hay que irnos Oliver que Andy nos espera en las mazmorras.

Ambos se levantan y se despiden.

Las palabras de Robert no dejan de repetirse en mi mente. Llevo a mis labios el vaso de whiskey que el mesero deja sobre la mesa.

En la pista de baile sigue moviéndose la despampanante pelirroja que sigue tratando de captar mi atención. Creo que es momento de hacer mi elección. Me bebo todo el trago de un solo sorbo y dejo que el alcohol raspe mi garganta. Busco entre las mesas a la mujer que pronto va a ser mía y consigo verle conversando con su Sumiso, pero en ese momento ella se levanta y guía al hombre para las mazmorras de las catacumbas.

Camino directamente a la pista de baile y le hago una seña a la chica que ha querido que me la folle desde que puso sus ojos en los míos. Ambos no necesitamos decirnos nada porque sabemos que todo lo que pase esta noche es consensuado.

La llevo entre la gente para ir directamente a mi mazmorra privada. Esta noche es la última que voy a hacer una doma con una chica. La única mujer que me interesa tener en mi cama y follarla como deseo es aquella emperatriz de ojos dorados y no voy a descansar hasta que ella sea mía.

La suerte está echada y solo espero ser yo quien resulte vencedor.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.