OJOS DE ESMERALDAS
Al terminar las fastidiosas clases.
Voy directo a la casa de Anna para que me ponga al día con el cronograma de trabajo para mañana, y que ella también reciba los trabajos diarios y los notifique.
— ¿Te gusta este juego de roles? ¿Tú siendo un profesor?
— No sé cómo no me he suicidado aún. ¿Como los aguantas?. Cuestiona Lucciano, recordando todo el rollo con la estudiante Pierre .
— Vocación Lucc, así como te gusta tu trabajo de encubierto, a mi me gusta este.
— Es la primera vez que cuestiono mi trabajo. — Risas se escuchan en el lugar.
Paso el resto de la tarde en casa de Anna y cuando estoy a punto de retirarme es cuando recibo la invitacion a un famoso club nocturno.
— Lucc te invito a un club exclusivamente para hombres como tú.
— ¿Hombres como yo? ¿Que quieres decir con¿ Hombre como yo.
— Solitarios, mi amigo, solitarios.
— No soy un solitario, tengo lo mío no público pero lo tengo. — Respondió sabiendo que en realidad si era un mujeriego incorregible.
Ya es hora de que sientes cabeza.
— ¿Y crees que en un club nocturno voy a encontrar a ese alguien? ¿A esa que va a ser la madre de mis hijos?
¿Me estás jodiendo, verdad?
— No hombre, solo es una invitación para pasar un rato y despejar la mente, Anna y yo sabemos frecuentar lo.
Rieron y salieron con destino al club
Llegaron ya pasaban las nueve de la noche, pasaron a la zona VIP.
El anuncio de la presentación de la más deseada de la noche.
Ángel caído.
— ¿Ángel caído? — Pregunto, me llamó la atención el nombre.
— Espera y verás.
— Anna es fan número uno de ella, la va a contratar para que le dé clases de pole dance.
— ¿Me jodes? ¿ Anna dejará de ser maestra y será bailarina de pole?
— Mi mujer lo haría solo para mi.
— ¡Ah! bien por ti.
Escucharon al presentador anunciar a Ángel, y su atención se centró en ello.
Y CON USTEDES, EL ÁNGEL QUE DESCENDIÓ DEL CIELO.PARA CUMPLIR SUS MAS CAROS DESEOS.
EL ÁNGEL CAÍDO.
Los telones se abren y empieza el espectáculo, una hermosa mujer, sus movimientos tan sensuales me hipnotizan, mi polla palpita dentro de mis pantalones.
" ¡joder! ¿Tan necesitado estoy? "
Los pensamientos de Lucciano se desvanecieron en el momento en que esos ojos verdes lo miraron fijamente, los movimientos pasaban en cámara lenta ante sus ojos.
Una sensual y sutil sonrisa le brindó, y el entendió, que esa noche era especial para él.
No apartaron la mirada el uno del otro, eran ellos dos, el mundo desapareció a su alrededor.
El espectáculo finalizó. Su última sonrisa fue dirigida hacia Lucciano, que no quitó ni un solo momento la mirada de ella.
La vio desaparecer, y se dispuso a seguirla.
— Señor, no puede estar en esta área, es exclusiva para las chicas.
— Me dejarás pasar un momento, nada más.
— Señor.— La mirada penetrante le Lucciano lo intimida, y le da paso abriéndose a un lado.
Caminó por los camerino, y en el que decía con letras dorada ÁNGEL CAÍDO. Se paró frente a la puerta, y sin tocar abrió y la vió de espaldas, recorrió toda su anatomía, y su mirada se centró en ese no muy visible tatuaje.
"Tiene el tatuaje en el mismo lugar." — Pensó
Luggina se giró quedando frente a él, mientras el recorrió con su mirada su rostro, y luego se centró en esos voluptuosos pechos, luego subió a esos labios rojos y por fin esos ojos verdes profundo. El tiempo se detuvo ahí en esa mirada que describía nerviosismo.
" Je suis désolé mais je ne sers pas les clients, ce n'est pas mon travail"
— Lo siento pero no atiendo clientes, ese no es mi trabajo.
Le habló en francés y eso lo sacó de sus pensamientos.
"Je ne suis pas un client qui recherche ce genre de plaisirs."
— No soy un cliente que busca ese tipo de placeres.
"Alors, qu'est ce que tu fais ici?"
— Entonces ¿Que hace aquí?
Interrogó algo intrigada, asustada sin demostrárselo .
"Cela me semblait juste familier."
— Solo me pareció conocida.
Respondió algo en él le decía que no estaba equivocado .
" El mismo tatuaje no puede ser coincidencia entre dos mujeres"
"Connu?"
— ¿Conocida?
" ¿Será que me descubrió ? ¡No! No lo creo."
"Ouais."
— ¡Si!
Respondió sin demostrar la confusión que tenía.
"Eh bien, tu as vu que je ne le suis pas, je ne te connais pas et tu ne me connais pas, alors je te remercie d'avoir quitté ma loge."
— Pues ya vio no lo soy, yo no lo conozco ni usted a mi, así que le agradezco el favor de retirarse de mi camerino.
Lucciano salió del lugar, con una duda sembrada en su interior.
— ¿Acaso era esa pequeña bruja?
— ¡Joder! Pequeña bruja, me estás jodiendo la vida.
Fue a la sala vip por su amigo, ya vio todo lo que quería, pidió información de las noches de presentación de ese Ángel que lo sedujo.
Se despidieron y cada quien se fue en su auto.
Llegó a su departamento fue a su oficina, sirvió un vaso de whisky se paró frente al ventanal, dando sorbo a su bebida, con una mano en su bolsillo y la mirada perdida y sus pensamientos entre la pequeña bruja y ese Ángel caído.
Las tres versiones en una sola niña-mujer, la alumna caprichosa y rebelde del salón, la pequeña bruja de sus sueños, y el Ángel caído del IMPERIAL CLUB.
****
Camino por los pasillos de la universidad, voy de prisa al salón de clases, voy diez minutos tardes.
"¡Joder! El trasnochar no es una buena idea."
Entro al salón y ahí esta con una gabardina puesta. La miro y esos ojos son lo de Ángel caído. ¿Como es posible.?
— ¿Donde están todos? — Preguntó el por qué no hay nadie más que ella.
— Yo estoy sola profesor, todas se han ido.
— Disculpe la tardanza, estaba resolviendo unos asuntos con la decana.
¿Señorita porque trae puesto eso?
Pregunto al verla con una corta gabardina puesta.
— Su alumna lo espera con una gabardina puesta y sin nada por debajo. ¿Quiere comprobar?
— ¿Y por qué está sin nada por debajo?
— Porque quiero y porque puedo.
Responde con voz melosa.
— Y porqué será mi nuevo uniforme. Exclusivo para usted. ¿Le gusta?
— Por favor, póngase de pie. — Le ordenó.
— Si profesor.
— Abra esa gabardina y dese la vuelta, quiero ver ese tatuaje en su espalda baja.
— Hágalo usted. — Me desafía y lo hago.
— Bien, ya que así lo quiere. — Me acerco a ella, suelto el amarre y muy despacio la voy abriendo, me mira fijamente deslizo la prenda por su espalda, y le doy vuelta. para ver si anda como dice, y no me lo imagino, se voltea, y lo que veo me gusta.
— Eres muy hermosa, cómo deseo darte unas nalgadas
— ¡Hágalo! — Me confirma y termino de quitar eso, que es una barrera entre su cuerpo y mi visión.
— ¡Oh! Por dios, eres un ángel caído del cielo, eres una niña malcriada. Me encantas toda y a esas nalgas que le daré unos azotes y esos pechos que los comeré completo.
— Es mi uniforme exclusivamente para usted — responde muy sensual.
— Venga para acá. — La tomo del cabello y la arrastro hacia mi.
— Arrodilla Te yo te guiaré.
Se arrodilla, baja la cremallera de mi pantalón, y saca mi miembro, lo mirá se saborea, pasa su lengua por el borde de mi pequeña abertura, saborea la gota del pre semen, desliza su lengua por mi longitud, lo lame.
— Ufff. Me estás matando del placer.
Un gemido sale de su garganta. Y le ordeno.
— ¡Mírame! Quiero ver tus ojos mientras lo haces.
Me mira, abre la boca y lo introduce lentamente.
— Mmmm. Gimo del placer.
— Mmmm. La escucho gemir.
— Me gusta tu sabor. Dice, mientras lo saca un momento de su boca y lo vuelve a introducir.
— Tomo su cabello la empujo lo más profundo que pueda. Me mira a los ojos y la guío.
Gime y me suelta.
— Quiero más.— Pide entre jadeos.
— Te doy lo que me pidas. Pídelo. — Le ordeno.
— Quiero sentirte dentro de mi. — Susurra.
La tomo del cabello, le doy vuelta, y doy dos palmada en esas nalgas blanca, dejando marcada mi mano en ella.
— Niña mala, estudiante atrevida Ángel caído.
— Te daré lo que pides. — La tiro sobre el escritorio, levanto sus piernas, voy dejando un camino de besos hasta llegar a su intimidad húmeda por mí.
Veo su espalda arquearse, gime y me toma de los cabellos, para que no salga de ahí.
Mi lengua juega en su clítoris,luego en su entrada, la penetro con mi lengua.
— ¡Aaaah! ¡Diooos! Siento que me corro.
Acaricio sus pequeños pezones, haciendo círculo en ellos, uno de mis dedos busca su boca y lo introduzco en ella, lo lame y juega con el.
Subí por su vientre dejando suaves mordidas, llegó a sus dulces pechos los lamo los muerdo los chupo.
— Me vuelves loco, bruja, Ángel, alumna, ¿Quien eres?
— La que tú quieras soy. La que desees más. ¿ A quien deseas. Dime.?
— A las tres, las tres, me vuelven loco.
Beso sus labios llenos de deseos lujuriosos nuestras lenguas se entregan a esa danza erótica, la succiono.
— Lléname toda de ti. — Susurra.
Abro sus piernas, apunto a su entrada.
Y de una sola embestida estoy dentro de ella.
— ¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡Diooos! ¡mmmmm!
Sus gemidos llenaron el salón. seguí embistiendo la.
Siento su cuerpo estremecerse al recorrerlo con mis manos.
— No aguanto más, siento que me corro. — Me dice entre gemidos.
— Házlo, házlo córrete conmigo.
El viven se intensifica, nuestras respiraciones son agitadas.
— ¡Aahh! sii.
Siento su cuerpo tensarse, las paredes de su coño me aprieta, de mi frente caen gotas de sudor y sigo embistiendo la más fuerte, más profundo, hasta que siento que me baña con sus fluidos calientes, aceleró el movimiento y la sigo en un potente orgasmos. Aprieto mis dientes tiro mi cabeza atrás. Doy uno, dos, tres, y la última estocada y siento que me corro dentro de ella.
— ¡Aaaagh! ¡Aaaah!.
— ¡Mmmm! ¡mmmmm!.
Uno mi frente a la de ella, mientras nuestros alientos se mezclan. Siento su pecho subir y bajar por la agitación.
Cierro los ojos le doy un beso profundo al cual corresponde.
— Me vuelves loco ojos de Esmeralda.
Abro los ojos por las palabras que dije.
— ¡Joder! Otra vez. — Gruño entre dientes, paso mis manos por mi rostro.
— Me voy a volver loco.
"Ojos esmeralda"
Flash black
— Ven ojitos de esmeralda, que hermosa chiquita.
— Tú tienes una voz muy bonita,
— ¿En serio? Jamás nadie me dijeron eso antes, eres la primera.
— ¿La primera?
— ¡Mmj! Nadie antes que tú.
— Pues entonces seré tu novia, si soy la primera en decírtelo, soy tu novia ¿verdad.?
— ¡Ajá!
Fin FlashBack.
" ¡Es ella!. La niña ojitos esmeralda, es esta bruja, y es la misma bailarina de pole dance. Es ella, lo se."
Despertó bañado en sudor, cada noche era el mismo sueño, se estaba volviendo una obsesión, toda ella era un sueño inalcanzable.
Era una niña de veinte años, era la hija de su amigo Alessandro, ¡no! No podía, era un imposible para el.
