2.- Confiar.
—Estás bien.
Había dicho el fotógrafo al a ver notado rara a Lara.
—Estoy bien gracias continuemos.
—En serio te encuentras bien. —le dice su amigo y compañero que también es modelo.
—Alexander estoy bien, debió ser algo que comí por mi dieta continuemos.
Alexander mueve la cabeza por un instante, notando que ella no ha cambiado.
Siguió la sesión de fotos normalmente como siempre, ha sido para de ahí debía asistir a una fiesta de cumpleaños.
Estos días han sido ocupados entre comerciales, asistir a lugares y estar en sesión de fotos de ropa, maquillaje, ya que era trabajo corriendo con suerte de reencontrarse con viejos amigos.
Terminando la sesión, fue a cambiarse de ropa rápido, su asistente le dejo el regalo para el cumpleañero, ya que le dio el día ella llegaría sola al cumpleaños con su chofer y guardaespaldas.
Una vez ya en la fiesta saludando a conocidos del trabajo, o personas importantes dejando en la mesa de regalo el suyo.
Lara mira la mesa de botana que solo come algunos.
—Lara.
Ella voltea al saludar también.
—¿Cómo estás? Viridiana.
—Muy feliz, es bueno verte te vez hermosa.
—Tú también.
Lara y Viridiana asistieron a la misma escuela de modas, no se volvieron mejores amigas, pero tienen muchos amigos en común.
Un mesero se acerca a ellas ofreciéndoles unas copas, las cuales ambas no aceptan y agradecen.
—No sé qué me sucede, pero si como o bebo algo me empiezo a sentir mal.
—Cómo crees deberías irte a checar con el doctor.
—Eso estoy pensando, pero con el trabajo no he tenido tiempo de pedir una cita.
— Lara debes irte a revisar, eso no está bien y bueno yo no puedo tomar bebidas con alcohol.
—Tienes dieta especial.
—No exactamente, espero embarazarme.
Ella piensa “embarazo”, solo asintió con una sonrisa.
—No te había contado.
—No lo creo y sabes que no soy de mirar televisión, o estar en las redes sociales.
—Claro disfrutas mucho tu trabajo.
—Exacto entonces, te casaste y tu esposo y tu buscan tener un bebe.
—Si.
—Espero de verdad que pronto lo estés.
—Gracias Lara.
—Tu esposo vino contigo.
—No está, tuvo que salir de viaje por cosas personales más que nada su padre Lauro.
Lara se sorprende un poco al escuchar ese nombre y preguntar:
—Te refieres al señor Lauro Connery.
—Si mi esposo es Leonardo.
—Leo es tu esposo.
—Sí y siento no a verte invitado, solo que como todo fue tan rápido se lo mucho que te aprecia Leo.
—Sí, si no te preocupes, pero muchas felicidades.
No hablaron más, porque otras personas se acercaron a ellas.
Lara la ve alejarse, sonríe dando sus buenos deseos al pensar en Leo de que sea feliz.
Ella siguió presente en la fiesta de cumpleaños, cuando hablaba con Federico el cumpleañero, comenzó a sentirse con fatigues y extraña.
—Lara estas bien.
—Si solo quiero un vaso de agua por favor.
Es un mesero quien trae el vaso de agua que la toma.
—Estas mejor.
—Sí, si gracias, solo he estado cargada de trabajo será mejor que vuelva a mi casa.
—Claro, claro gracias por a ver venido.
Su guardaespaldas apareció enseguida, yendo ambos al auto para volver a su departamento.
—Gracias Arturo, estoy bien solo me falta dormir un poco.
—Si señorita.
Es como se despidieron, decide cocinarse algo rico en su pequeña cocina, porque las últimas veces ha tenido antojos si se puede decir, solo come uno o dos por las náuseas y teniendo desagrado con algunas comidas.
Aunque le encanta comer waffles con miel o mermelada con un vaso de leche o un licuado de plátano, mientras come contacta a su asistente, para que le pidiera una cita con su doctor y reprogramar la sesión de fotos.
No fue a dormir muy tarde, porque ya se encontraba durmiendo en su cama para después despertar a la hora de siempre, toma un baño para luego vestirse.
—Buenos días. —saluda Lara a su asistente.
Tomando su bolsa para salir, ya que la acompañaría la asistente a la cita.
Al saludar a su doctor, empezó a decirle de como se ha sentido el retraso de su periodo, náuseas y dormir más de lo normal.
Su doctor hace un chequeo decidiendo y recomendando en hacerle los analices que deben ser, para confirmar y empezar a evitar riesgos, para solo darle la fecha en que debe volver para saber si la posibilidad es que este embarazada.
Lara no dijo mucho a eso, solo su sorpresa de no creerlo la hacía pensar en mucho.
Terminando la consulta con su doctor, su asistente y ellas salieron para de ahí ir a comer algo a un restaurante, que a su chofer pidió.
Su asistente llamada Diana de cabello corto color negro elegante, comiendo con Lara ha trabajado para ella desde hace mucho tiempo.
Y conociéndola nota que se encuentra rara, nerviosa y pensativas.
Lara tenía mucho de que pensar.
Primero estar embarazada no era posible, de ningún modo, segundo debía cancelar, suspender proyectos de Paris y Madrid a donde iría en unos días.
Terminaron de comer para salir y subir al carro, llevándolas de nuevo a casa, sus pensamientos brotaban como espuma de tanto pensar.
Podría llamar a Patricio o Dimitri, miraba su móvil pensando en lo que les diría, pero y si no estaba realmente embarazada, porque miraba su estómago y seguía igual de delgada no había un cambio.
Y solo salía de su habitación.
—Diana debemos hablar.
—Si señorita.
—Has trabajado para mí por mucho tiempo y gracias, sé que no hemos llegado a ser amigas, pero necesito hablar con alguien de confianza.
—Puede decirme lo que quiera.
—Gracias.
Fue así como comenzó a hablar sobre su cita con el doctor.
—Usted cree estar embarazada.
—No sé qué pensar, porque si llega a ser cierto debo decidir lo que debo hacer con mi carrera.
Diana asiente al decir:
—Bueno señorita Lara usted debe estar tranquila, como me dice espere los resultados antes de preocuparse de lo que hará, para eso hay tiempo, primero debe cuidarse si o no este embarazada.
—Lo sé, debo ser sincera no puedo por ningún motivo estar embarazada.
—Por favor, tranquilícese, deje que le prepare un té no quiere llamar a su hermano.
—No nadie, por favor no menciones nada de esto.
—Claro que no, puedo hacerle una pregunta.
—Si.
—Sabe ¿quién es el padre?
—No lo sé. —respondió ella.
La mente de Lara es una ola que va y viene porque terminaría la respuesta a esa pregunta, con aquel nombre que tiene en sus labios.
