Capítulo 5

Se despertó sin necesidad de alarma porque alguien estaba tocando a su puerta.

Miró la hora. Faltaban unos cuantos minutos para que sonara.

Probablemente alguien no tenía claro el concepto de irse en paz.

Con su cabello volando por todas partes, abrió la puerta y encontró a su parabatai parado frente a ella . Por supuesto, el perturbador número uno de la paz.

-Nuestra madre indujo una reunión.- le informó.

Alec siempre estaba muy feliz cuando escuchaba a Jace llamar a Maryse nuestra madre y no la tuya.

No era sólo su mejor amigo o parabatai , era prácticamente un hermano adquirido.

-¿Cuando?- preguntó, frotándose los ojos.

-En dos minutos. Baja.- dijo, luego desapareció de su vista.

Bueno, por otro lado era Jace, la persona más rápida que jamás había visto.

Alec se estiró, se puso el par de zapatos abandonados a los pies de la cama y salió.

Se sorprendió al ver a Oliva ya en la sala principal, ya no en camisón, sino con un par de calzas y una camisa.

Se abrió paso entre los otros cazadores de sombras del Instituto para llegar a la primera fila y estar junto a sus amigos.

-¿Pero qué pidió?- escuchó a Oliva preguntarle a Clary.

-Creo que por los asesinatos. Ya somos cinco-. respondió la pelirroja.

-Pido su atención, Cazadores de Sombras. - comenzó Maryse Lightwood, observando a su gente - En las últimas dos noches, han ocurrido eventos desagradables. No sabemos mucho, solo que de todas las muertes

que han ocurrido, un total de cinco personas , están conectados entre sí.

Estamos bastante seguros del calibre de nuestro enemigo: las heridas en los cuerpos de estas personas atestiguan que todo esto es obra de un demonio, un demonio muy poderoso, que no tiene problema en matar, ya sea el La víctima es un subterráneo, un mundano o un cazador de sombras-.

-Estoy convencido de que este demonio no sólo mata de noche. - Le susurró Jace al oído. parabatai - Si no lo detenemos, estos acontecimientos ocurrirán incluso a plena luz del día.-