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Casada con el Mafioso

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Sinopsis

ADVERTENCIA: Primero debes leer el libro **SECUESTRADA POR UN MAFIOSO MILLONARIO** antes de leer ***Casada con el Mafioso*** En la bulliciosa ciudad de Nueva York, la vida de Luna, esposa de Aleksander Konstantinov, da un giro peligroso cuando la mafia italiana, enemiga de su esposo, la tiene en su mira. Luna se encuentra en una lucha desesperada por escapar y resistir, mientras Aleksander, conocido como un mafioso de noche y CEO de día, se propone salvar a la mujer que lo cautivó, su amada esposa y madre de su hijo. En medio de traiciones, alianzas inesperadas y desafíos mortales, Luna y Aleksander se ven envueltos en una carrera contrarreloj para proteger a su familia y mantenerse un paso adelante de los enemigos que buscan destruirlos. En este despiadado mundo, su amor será puesto a prueba, enfrentando demonios internos y desafíos inimaginables mientras luchan por un futuro juntos.

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1

2 Parte del LIBRO

En la bulliciosa ciudad de Nueva York, la vida de Luna, esposa de Aleksander Konstantinov, da un giro peligroso cuando la mafia italiana, enemiga de su esposo, la tiene en su mira. Luna se encuentra en una lucha desesperada por escapar y resistir, mientras Aleksander, conocido como un mafioso de noche y CEO de día, se propone salvar a la mujer que lo cautivó, su amada esposa y madre de su hijo.

En medio de traiciones, alianzas inesperadas y desafíos mortales, Luna y Aleksander se ven envueltos en una carrera contrarreloj para proteger a su familia y mantenerse un paso adelante de los enemigos que buscan destruirlos. En este despiadado mundo, su amor será puesto a prueba, enfrentando demonios internos y desafíos inimaginables mientras luchan por un futuro juntos.

Tiempo después...

Los labios me tiemblan, el corazón me late despavorido, en cualquier momento me voy a perder en la inconsciencia, el miedo me come por dentro y es justo eso lo que me derriba, un temor asfixiante y demoledor que está apretando todos mis sentidos al punto de hacerme sucumbir y perder esta guerra.

Ya he pasado por esto, pero no creo que corra la misma suerte, estos hombre detestan a Konstantinov, y yo soy la esposa y madre de su hijo. Esto es serio, temo que estoy perdida, atrapada en las garras de la mafia italiana.

Ojalá tengan piedad de mí, lo dudo, Aleksander le ha arrebatado la vida a la hija de Elmo Ferreti, entonces él va a vengar su muerte aplicando el ojo por ojo.

Sollozo, tengo tanto por vivir, no dejo de pensar en mi hijo. Quiero estar a su lado, la idea de no poder volver a verle me devora, lejos de él me siento incompleta, de ambos, porque a pesar de que todo esto que me está ocurriendo es por Aleksander, lo echo de menos.

No puedo ver nada, tengo los ojos tapados por una gruesa venda que ha dejado lugar a la absoluta oscuridad. La mordaza en mi boca me tortura, ni hablar de lo apretado que están los amarres en mis muñecas y tobillos.

Lloro con más fuerza, me quejo, aunque haga lo que haga es un esfuerzo estúpido, en vano, esto es un secuestro y nada va a cambiarlo. Ni siquiera tengo la posibilidad de ser salva, para ellos también soy su enemiga. Joder, voy a pagar la muerte de esa joven, solo por ser la esposa de Konstantinov. Desde siempre he sabido que mi relación con él me vuelve la contrincante de todos. Lo peor de todo es que no voy a salir ilesa. No esta vez.

Suspiro hondo, cuento, hago un conteo regresivo que me perfora el corazón, en algún momento llegará ese hombre y quién sabe las oscuras intenciones que tiene conmigo.

Aunque no veo nada, escucho el paso cauto, pero que alcanzo a escuchar a la perfección. Cada paso lo acerca más a mí, hasta que se acaba, por lo que supongo que se ha detenido. Y sí, un fuerte aroma masculino penetra mi túnel nasal, además de ese olor a grandeza y peligro que exuda un tipo así.

—Luna Miller, ¿sabes por qué estás aquí?

La pregunta me vuelve al antaño, es la repetición de un viejo capítulo que está tan nítido en mi cabeza al punto de causarme aprehensión. Aleksander una vez me lo preguntó.

—¿Sabes por qué estás aquí? —cuestiona ejerciendo fuerza en el agarre en mi barbilla.

Recuerdo de forma fugaz. En ese entonces estaba llena de incertidumbres y dudas. Tantas suposiciones en la que me moví, aunque igual el caso no existen las mismas razones.

Su risa estridente, llena de burla y maldad me devuelven a la realidad, además de erizarme los vellos de pies a cabeza.

Entonces de manera brusca ese despiadado ser me arrebata la venda de los ojos. Puedo verme en una pequeña habitación, la verdad no es un lugar habitable, la paredes están llenas de moho, la pintura se cae, arriba una bombilla de mucho tiempo cuelga y lucha por no apagarse completamente.

De nuevo me extravío en el temor al encontrarme con esos ojos negros tan llenos de odio.

—Así te quería, maldita sea —escupe entre dientes, a continuación toma un puñado de mi cabello y me obliga a mirarlo directamente a los ojos, así no puedo apartar la mirada, lo que tanto quisiera hacer —. ¡Contesta!

Lloro, ya he lidiado con la misma bestialidad, sin embargo las cosas son diferentes. Tampoco puedo darle respuesta a su pregunta, la tela que está en mi boca me lo impide; justo repara en ello y me la quita de golpe.

—¡Habla, ahora!

—Supongo que estoy aquí por Aleksander, n-no lo voy a negar, pero le suplico que tenga piedad de mí, soy inocente.

—¿Inocencia? No me importa si eres inocente o no, tu marido ha matado a mi hija, huyó, volvió como si nada y continuó por ahí liderando. ¿Creíste que no llegaría el momento de arreglar cuentas? —brama malévolo.

—No tengo nada que ver, ese crímen lo cometió Aleksander, no yo —me atrevo a decir.

—Tú o él, todo es igual, Luna —afirma suspirando como un animal embravecido. Se inclina más a mí, la cercanía es perturbadora, huelo su sed de venganza —. Creo que eres lo suficientemente adulta para entenderlo.

—No quiero morir, te lo pido, Elmo…

—No soy tan malvado, tengo preparado algo para ti, Miller, o prefieres que te llame señora Konstantinov, ¡dime! —exige tirando de mi pelo, el movimiento es tan duro que se me saltan las lágrimas.

—¿A q-qué te refieres? —inquiero asustada, con el mayor presentimiento de que terminaré de la peor manera.

—Lo sabrás pronto, ahora vas a quedarte aquí, todavía tengo asuntos por arreglar.

—¡Espera! No me dejes así, no voy a intentar nada, lo prometo —suplico.

—No soy Aleksander, Luna, no esperes que sea un poco bueno contigo, si ha sido el caso con Konstantinov, sácate de la cabeza que yo haré lo mismo por ti, ¿has entendido?

No tengo otra opción que asentir con la cabeza. Se va cerrando la puerta rudamente. Estoy atada física y emocionalmente, me duele todo el cuerpo, pasar la noche así será un verdadero infierno, pero no sé compara con el abismo que se avecina.

El pánico invade mi sistema ha cundido en cada poro de mi piel. De nuevo todo es indescifrable, no tengo idea de lo que ocurrirá el día de mañana. Lo que me depara el futuro otra vez se convierte en algo indefinible.

Tengo mucho miedo, la verdad el temor es distinto, es peor que la primera vez cuando Aleksander me raptó.

Busco la mejor posición para dormir, sobre la delgada colcha.

Nada que hiciera para salvarme, simplemente no tenía la capacidad de lograr la salvación, esta no estaba en mi destino. Solo me rendí a fulminante llanto que rodea mi garganta y me hace gemir de dolor. Es todo, tiemblo sobre una vieja colcha y aún así intento imaginar que todo esto pasará, que aquí no es donde agita me encuentro sino en casa junto a Matt, o en mi cama, pero la verdad está y cae voraz cuando abro los ojos. Mi órgano vital se debilita y luego ya no palpita, no hay latido y el pulso se va alejándome de mí. Mis labios imploran bajito, cuando nadie me escucha. Quiero que alguien me saque de ahí. ¡Dios! Es que ya no lo soporto. Trato de moverme y no puedo, el esfuerzo es sorprendente, todo lo que hago por mover siquiera un solo músculo, pero la intensidad del llanto aumenta, es superior y me desgasta. Así no logro encontrarlo; parece que me han inyectado algo, no lo sé a ciencia cierta, pero es lo más probable. Estoy más débil que nunca, no es la falta de comida, pies apenas he llegado aquí, hasta puedo recordar el último plato de comida. Por lo que alguna sustancia que esos enfermos me hayan puesto en el cuerpo es más creíble. Puede que esté drogada, y ese efecto narcótico me haga sentir de esta manera. Ya no puedo hacer nada, me parte en dos estar así, boba y viendo borroso, a pesar de lo que padezco, incluso en un estado así, me voy, sí, lentamente.

Intento dormirme, es imposible al principio, sin embargo logro encontrar la inconsciencia incluso en el momento más desesperante.