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Cariño, no me haga daño

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tentacion_sangrienta
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Sinopsis

Se acercó tanto que estuvo a un centímetro de mi cara. “¡Si lo tuviera, no estaría aquí!” Podía sentir su olor a almizcle y menta y su cálido aliento lamiendo mi piel. “Te equivocas si crees que no sé de lo que eres capaz… Sé lo peligroso que eres.” Lo miré a los ojos.

DramaMisterioParanormalSuspensoTerrorProhibidoSegunda Chance Traicón

Capítulo 1

-¡DIOS MÍO! ¡Porque se va a encontrar con las llamas, está loca!- Kora saltó.

Intenté recomponerme y me apresuré a explicar: -No te preocupes, ella sabe lo que hace...-

-¡No has visto las otras peleas, podría salir lastimado! - jaló a Blake del brazo - ¡haga algo por favor!-

-Kora... es solo una ilusión...- susurré.

-¿Qué?-

-La de Alysia es solo una ilusión, las llamas no son más que una ilusión... en realidad no están ahí...-

-¡Es imposible!-

-Las brujas tienen la capacidad de alterar la realidad, de hacernos percibir algo que en realidad no está ahí, como si fuera un juego de manos... quienes lucharon contra ella nunca sufrieron quemaduras a pesar de estar cerca del fuego y eso es porque eso es no es fuego real... es solo una ilusión.-

-No es posible...-

-¡Mira!- gritó Oliver atrayendo nuestra atención a la pelea.

Med había sido envuelta en llamas, pero a pesar de esto continuaba luchando mano a mano contra Alysia, como si el fuego no la tocara en absoluto. Vi prevalecer a Med: con una bola de energía arrojó a la bruja por encima de la línea blanca y un rugido se elevó alto en la arena.

-¡La ganadora de este fantástico combate es Madeleine Green!- Una ronda de aplausos acompañó el estruendo y todos se pusieron de pie en honor a esa gran mujer que había luchado al máximo de sus fuerzas y había ganado.

-No puedo creerlo…- Kora aún estaba sorprendida por la noticia.

-Como se suele decir, ¡un verdadero relámpago!- Horrible chiste de Sven que, sin embargo, nos hizo sonreír.

Miré hacia la arena donde Med estaba recibiendo su merecido aplauso; cuando me miró a los ojos simulaba un gracias con sus labios a lo que respondí con una simple sonrisa, esperando que entendiera cuánto le agradecía por confiar en mí.

No tuve tiempo de darme la vuelta cuando, en medio del caos general, alguien chocó conmigo y cayó en mis manos una nota blanca y la persona que me la había dado desapareció tal como había llegado.

Me volví un poco, abrí el recibo cuidadosamente doblado y leí su contenido.

Te espero en la salida.

Pero con qué derecho me envió notas, no estábamos en el jardín de infantes.

Al principio había pensado en tirarlo y no prestarle atención, pero luego pensé que sería útil para los propósitos de la misión volver a ponerme en contacto con él.

En realidad, los dos nunca habíamos hablado mucho, pero las pocas veces que había sucedido, no habíamos hecho nada más que burlarnos el uno del otro. Cuando me enteré de la maldición, también aprendí que, como nunca antes, ya no podía dejar que ningún tipo de emoción me dominara o causaría un verdadero desastre.

Así que este podría ser un buen momento para probar las enseñanzas de Sato; Tenía que hablar con el que más sabía cómo irritarme, sin ceder a sus provocaciones.

En realidad, no sé si Sato hubiera estado de acuerdo con mi elección... Ya podía escuchar sus palabras: -No debes distraerte Riley, hay una misión esperándote, no pierdas el tiempo con estas tonterías. - Lo más probable es que tuviera razón, pero esa también podría ser una oportunidad para recopilar más datos sobre lo que le estaba pasando a FILOPUDA.

Giré hacia el callejón detrás del club asegurándome de que nadie me viera o no habría sabido cómo explicar mi presencia allí. Todo estaba oscuro, pero no tan oscuro que no pudiera ver que no había nadie excepto ratas y cucarachas. Estaba a punto de regresar cuando algo cayó desde arriba, o más bien alguien saltó del techo.

Ese alguien era exactamente a quien estaba esperando.

-Te ves bien, Riley Davis.- Aquí está de nuevo esa voz áspera suya, sin embargo, pronunciando mi nombre con una lentitud exasperante.

-¡Tú también me gustas, Caleb Stone!-

-Si no me equivoco- se acercó saliendo de la oscuridad- ya te dije que no me llamaras así...-

Sus facciones eran tan angulosas como las recordaba, sus ojos brillaban en la noche y una pizca de barba coloreaba su rostro. -No te llamaré Barquero, así que Caleb te conviene o terminamos nuestra reunión aquí.-

-Sigues desafiándome, Riley... ¿no me tienes miedo?- Se acercó tanto que estuvo a un centímetro de mi cara.

“¡Si lo tuviera, no estaría aquí!” Podía sentir su olor a almizcle y menta y su cálido aliento lamiendo mi piel.

-¡Entonces no eres tan inteligente como pensaba!- Se alejó.

Sus ojos se oscurecieron por un instante y un escalofrío me recorrió la espalda. Cada vez que estaba con él me olvidaba de lo que era capaz de hacer. Las palabras de Blake resonaron en mi mente: los Black habían secuestrado a niños pobres para conseguir un maldito libro y fue Caleb quien secuestró a esos niños.

“Te equivocas si crees que no sé de lo que eres capaz… Sé lo peligroso que eres.” Lo miré a los ojos.

-¿Qué te dijeron?- No pareció ofenderse por mi insinuación, parecía más bien divertido.

-Sabes muy bien lo que me dijeron, Caleb...-

-Este cabello te queda bien – cambió de tema – ¡te queda mejor!-

Tocó las puntas de mis olas. Su mano tocó accidentalmente el interior de mi cuello y al igual que esa noche, antes de irme, una ola de calor me inundó. Olvidé los pensamientos que llenaban mi mente y lo único que podía pensar era que mi piel siempre estaba fría, ni los abrigos ni los suéteres podían calentarla; pero nada me hizo sentir tan cálido como el tacto de su piel que era lava incandescente.

Traté de recomponerme, no había necesidad de derretirme como un maldito carámbano...

-¡Los cumplidos no funcionan conmigo!- Giré la cabeza para deshacerme de su toque demasiado desestabilizador.

-No fue un cumplido… ¡fue una observación objetiva!-

-No sé si alguna vez te dijeron esto, ¡pero tus opiniones personales no son una observación objetiva!- respondí.

Se echó a reír e inevitablemente sonreí sabiendo lo ridícula que era la conversación.

-De todos modos - Traté de recomponerme - Sé que es la segunda vez que estoy en un callejón sucio por tu culpa... - Me alejé un poco tratando de poner algo de distancia entre nosotros.

-Aquí está tu racha de resentimiento, ¡al parecer no has cambiado tanto después de tu viaje a Alaska!-