Librería
Español
Capítulos
Ajuste

CAPÍTULO 2 MIKAYL SHEVCHENKO

Las puertas metálicas se abrieron, Mikayl salió y entró a la habitación de Yara, llevó el desayuno al balcón y justo en ese momento su celular vibró, miró el mensaje y vio la imagen de Aylin agarrando a golpes a Arina.

—Eres una fierecilla, pero ya veremos cuando veas a tu hermanita si seguras a tirando así. —se dijo mentalmente cuando escuchó cerrarse una puerta y entró de una din previo aviso.

—Buenos días mujer. —saludo y quedó de piedra al ver la imagen frente a él, la silueta de Yara lo dejo petrificado en su sitio.

Yara del susto y de la impresión quedó igual. Mikayl la miró embelesado Yara se llevó las manos al sus pechos, tratando de cubrirse, él se acercó lentamente y fue cuando Yara Elif parpadeó dio un lado atrás y recogió la toalla para envolverse en ella nuevamente.

—¿Qué carajos haces aquí en mi habitación?

—Vine a traerte el desayuno y ropa. No creí que estabas así, vístete rápido y agradece que fui yo que vino a dejarte esto y no ....—Mikayl no terminó la frase por qué se descubriría ante ella.

—¿Si no fuera quien? ¿Tu jefe? A ese desgraciado lo quiero conocer, quiero que me diga por qué me tiene encerrada, talvez se equivocó de persona no lo sé.

Mikayl apretó los dientes para no responder ante el insulto que biosfera Yara contra él. Tragó grueso y salió de la habitación sin antes ordenar.

—Desayuna que nos vamos al médico.

Mikayl salió de la habitación, cerró la puerta tras de él y se quedó ahí con los ojos cerrados, se acordó de las cámaras en la habitación, y las apagó desde su celular.

—No se que me está pasando con esta mujer, nunca antes nadie me cautivó como lo está haciendo ella.

Pasó sus manos por su rostro y suspiró profundamente.

Mientras Mikayl trataba de poner en orden sus ideas, Yara cogió la ropa que le dio Mikayl, se vistió y fue al balcón donde estaba el desayuno. Miró el inmenso jardín donde estaban los perros sueltos.

—Desgraciado, como escapar de aquí por qué si bajo por este balcón los perros me esperan ahí abajo. Voy a ganarme la confianza de este hombre y así lograré escapar de aquí.

Yara desayuno y media hora después entró nuevamente Mikayl.

—¿Otra vez entras sin tocar?

—Entre así por qué no creo que sigas desnuda todo este tiempo.

—Eres pedante ¿Sabias? —le fijo blanqueando los ojos y luego pensó

"No Yara así no lograras ganarte su confianza" pensó mi miró y sonrió.

—¿Sabes que? Discúlpame, se que no tienes culpa tu también eres un empleado prisionero aquí así que estamos de igual condiciones. Esto parece una cárcel, ¿Ya viste eso perros ahí abajo, no se cómo voy a escapar de aquí.

—Ya veremos qué hacer, vamos al médico.

—No quiero ir, ya se lo que tengo.

—Pero yo no así que vamos.

—No voy lo que quiero es salir de aquí mi hermana debe estar loca buscándome. Y no se diga mis padre, necesito un teléfono ¿Me prestas uno por favor?

—Mira, vamos al médico y después vemos lo del teléfono.

Yara acepto la propuesta y salió de la habitación para ir con Mikayl al médico. Se acordó que no sabía su nombre y preguntó. Se detuvo en seco que Mikayl termino colapsando sobre ella.

—¿Qué sucede ahora?

—Tu nombre, no se tú nombre. ¿Cómo te llamas?

Mikayl se quedó pensando y respondió.

—Alexey. —respondió dando su segundo nombre.

—Mucho gusto Alexey, mi nombre es Yara, Yara Elif Aksoy.

—Hermoso nombre, Yara. —respondió mirándola y cogiendo un mechón de su cabello.

Yara se giró y siguió su camino, Alexy Mikayl la guio y salió de la mansión para subirse al auto.

Recorrieron la ciudadela dentro de esa fortaleza y llegó al centro médico.

Las enfermeras lo vieron y dejaron a quienes tenías para atender a Mikayl.

El les hizo señas con la mano para que no le llamarán por su nombre con el que lo conocían ahí en ese mundo. El general Drago.

El Galeno lo recibió y empezó a atender a Yara, hizo las preguntas correspondientes.

—Señor, ella necesita otros tipos de exámenes radiológicos con el especialista en el área, no soy cardiólogo. Me tomé la libertad de llamar a mi hermano que es el mejor.

Mikayl lo miró fijamente y el Galeno entendió.

—El sabe que solo aquí puede trabajar sin problemas. Esta recién llegado de Rusia.

—Ve a llamarlo, necesitamos saber lo de Yara. —ordenó y el doctor salió en busca de su hermano.

El Galeno no tardó en llegar, lo presentó a Mikayl quien lo quedó mirando.

—Soy Igor Kaurnikova, a sus órdenes señor.

Yara lo miró algo sorprendida y preguntó

—¿Señor? ¿Acaso eres tú el jefe que me secuestró? yo no quiere ser revisada por ningún desconocido, yo tengo mi propio México y además ya se lo que tengo. —Yara estaba alterada caminó hacia la puerta para marcharse de ahí y Mikayl la detuvo.

—Espera muchachita, no soy el jefe, es solo que aquí es costumbre hablarnos así. —dijo Mikayl mirando a los doctores que palidecen ante el celo fruncido del jefe.

Nicola lo miró y luego a Yara y habló.

—Señorita, está tipo no es mi jefe, es una broma que tenemos el y yo. —dijo con una tranquilidad que no sentía. Miró a Mikayl y luego a Yara.

—Por favor, el cardiólogo la espera.

Yara pasó al consultorio junto con Igor Kaurnikova seguidos por Mikayl.

—Por favor, pase ahí y póngase esto.

Yara tomó la bata y miró fijamente a Mikayl.

—No se podrá que que esto, padezco de claustrofobia, por eso me desmayé.

—Eso ya lo sé, quiero saber por qué esa cicatriz.

Yara blanqueó los ojos y lado al biombo para cambiarse.

Salió de ahí y se acostó en la camilla.

El Galeno realizó electrocardiograma, y para comprobar con seguridad realizó un ecocardiograma. Media hora después estaba con los resultados .

—Todo esta bien con su corazón, puede seguir con la dedicación prescrita por su cardiólogo, solo él puede cambiar la medicina.

—¿Tu no puedes prescribir medicina?

preguntó Mikayl de forma despectiva.

—Ella está bajo control con su médico, yo realice solo un chequeo rutinario para ver el funcionamiento de este órgano, para poder dar medicinas o cambiar necesito de su historial clínico completo para saber cuál es el origen de la afección.

—Ya, Alexey, ves estoy bien mi desmayó fue por el lugar muy cerrado, así que file a ese estúpido jefe tuyo que no me vuelva a encerrar ahí.

Igor miró a Mikayl y luego a Yara, tragó el nudo en su garganta y habló.

—Debe de realizar una actividad física, y una dieta equilibrada tratar de pasar tranquila sin sobresaltos, usted es una paciente cardíaca así este controlado todo. —aconsejó mirando a Mikayl dando a ente ser que no debí presionarla, Mikayl asintió brevemente dando a entender que captó el mensaje.

Mikayl salió llevando a Yara de la mano. Subieron al auto para volver a la mansión donde la tenia encerrada.

—Por favor Alexey, déjame ir, podemos escapar los dos, por favor.

Suplico Yara mirando a Mikayl.

El la miró y se vio en los ojos de ella.

—No puedo hacer eso.

—¿Te gusta estar aquí? ¿Es eso? ¿Qué clase de trabajo realizas? Vamos, mi padre nos protegerá.

—No puedes irte de aquí Yara. No puedes hacer eso, tu perteneces a este lugar. —respondió con voz alterada.

Yara lo miró y Preguntó por qué no compre dio su comportamiento.

—¿Que te paso? ¿Por qué no? ¿Por qué estoy aquí? Si lo sabes dímelo. Por qué no entiendo nada.

Yara bajó la mirada y sus lágrimas rodaron, no comprendía que ese bipolar hombre la tratará con amabilidad y después le estaba hablando déspota mente

—¿Sabes qué? Me da igual lo que carajos haces aquí, yo voy a salir de aquí con o sin tu ayuda ¿Me entendiste?

—Tu no saldrás de aquí hasta que el jefe lo ordene.

—Tu jefe me vale un rábano. Es un cobarde que se esconde en sus sirvientes.

Mikayl apretó los puños y la mandíbula al escuchar el desafío de Yara.

—Mirá niña, será mejor que controles tu boquita, por qué no respondo, eres muy fastidiosa.

—Entonces déjame ir, no quiero estar aquí, eres cómplice de secuestro.

Mikayl se carcajeo al escucharle decir esas palabras.

—¿Secuestrada? Por lo visto no sabes la definición de secuestrada. Una persona secuestrada no anda por ahí haciendo berrinches.

—Entonces déjame salir, déjame ir de aquí. Quiero ver a mi hermana.

—Traeremos a tu hermana.

—¡No! No puedes hacer eso, yo tengo que ir con ella. No te atrevas a traer a mi hermana por qué entonces me vas a conocer.

Yara estaba furiosa, Mikayl trato de tranquilizarla pero aún así no logro controlarla.

—Te llevaré con ella.

—No, yo quiero ir sola. ¿Acaso no me entiendes?

Mikayl la cogió y la subió en su hombro.

—Suelta Me, eres un desgraciado. Bajarme de aquí.

Mikayl subió con ella en el hombro mientras pataleaba llegó a su cuarto y la dejó sobre la cama. Tiró sus manos por encima de su cabeza y la miró a los ojos. Esa cercanía desestabiliza a Yara esa cercanía era muy peligrosa par ella, nunca antes estuvo así a centímetro de los labios de un hombre, sus alimentos se mezclaban y Yara trato de zafarse de ese agarre que le causaba una extraña sensación.

Dio un rodillazo en la entrepierna de Mikayl y este se dobló del dolor que se hizo a un lado.

Yara trato de levantarse de ahí pero Mikayl en su agilidad logró inmovilizar la.

La miró fijamente a los ojos mientras con una de sus manos sostenía las de ella por encima de su cabeza y con la otra masajeó uno de sus pechos pellizcando su pezón.

—¿Qué crees que...? —sus palabras fueron interrumpidas con un beso robado e inesperado para Yara.

Ella trató de zafarse pero le era imposible moverse, estaba prisionera entre el cuerpo corpulento y bien trabajado en el gimnasio.

Mikayl exploró esa cantidad virginal, Yara no se resistió más y respondió a ese beso que de inocente no tenía nada, pues hacía estremecer cada célula de su cuerpo, su corazón agitado retumbaba en su pecho y ese sonar le daba vida a los capullos de mariposas que empezaban a cobrar vida en su estómago.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.