Capítulo 5: Él no quería
Taylor
Voy al dormitorio a lavarme y cambiarme antes de cenar. Llevo casado cinco años. Daisy es una de mis manos derechas en la organización. Es una mujer muy inteligente y muy retorcida. Se crió conmigo, como es huérfana, mis padres la educaron para ser mi esposa. La educaron para ser una buena esposa. Después de su muerte, me hice cargo. Pero una vez consumado el matrimonio, esta mujer, que era tan dulce en el espejo, se convirtió en algo totalmente distinto. Decidimos de mutuo acuerdo tener un matrimonio abierto. Sus padres eran los líderes de una pequeña banda en Alemania. Después de que mis padres los mataran, intentaron criarla. Así que una vez casados, yo tenía la sartén por el mango en su territorio en Alemania. Por eso nos casamos en primer lugar.
Ella puede buscar en otra parte y yo también.
Pero exijo que lo haga con la máxima discreción. No quiero ser el hazmerreír de nuestros amigos. Y quiero que lo haga con gente que no conocemos.
Después de la boda descubrimos que no podía quedarse embarazada. Así que decidimos recurrir a una madre de alquiler.
Tengo un hermano dos años menor que yo. También es un activo esencial para nuestra organización.
Soy el jefe de la mafia austriaca.
Tengo treinta años y mi mujer veintiocho. Necesitamos un heredero para consolidar nuestro lugar como líder.
Estoy en la ducha cuando ella entra detrás de mí, está desnuda y a juzgar por sus ojos, no ha entrado a lavarse.
Daisy es una mujer hermosa, muy hermosa, tiene un cuerpo hermoso y me encanta su cuerpo. Tiene unos pechos preciosos, ni muy grandes ni muy pequeños. Sólo lo justo.
Se aprieta contra mí, su duro pecho me punza la espalda. Sus manos recorren mi cuerpo como tan bien sabe hacer. Es una experta en sexo. Sabe dónde tocarlo para ponérmela dura y follármela como es debido.
- ¿Me has echado de menos?
Hace su pregunta tocándome la polla. Sus labios se posan en mi espalda y sus caricias se vuelven cada vez más apremiantes.
Me vuelvo hacia ella y la beso apasionadamente. Ella responde a mi beso
frenéticamente. La estampo contra la pared y la levanto para penetrarla sin más.
- Hooo.....
- Hummm....
Me muevo dentro de ella con ardor. La golpeo con violencia, sus manos acarician mi espalda y luego descienden hasta mis nalgas, las aprieta como diciéndome que profundice más. Abro aún más sus muslos.
empujándome aún más fuerte en su coño. La golpeo con placer. Mis entrañas se retuercen y hacen girar mi polla dentro de ella. Ella captura mis labios para un beso bestial. Nos corremos minutos después, aliviados. Dejo que se baje y terminamos la ducha.
Salimos de allí y cenamos.
- Dile a tu hermano que deje a nuestra madre de alquiler en paz. Será mejor que la dejes embarazada pronto. Ya hemos perdido bastante tiempo. ¡Nos quedan menos de dos años!
- ¿Qué te importa? ¿Cómo puedes traerme chicas que no saben lavarse? ¿Huelen a kilómetros?
- ¿Dije que me iba a encargar de esto? ¿O quieres que tu hermano haga el trabajo por ti? ¿Quieres que se convierta en el próximo líder de nuestra organización?
Te pasas todo el tiempo quejándote. Sabes perfectamente que nuestras dos líneas de sangre no son compatibles para producir un niño viable. Será mejor que te pongas a trabajar rápido. No quiero perder mi puesto de Primera Dama a manos de nadie.
- ¿Vendrás conmigo a la reunión de mañana por la mañana?
- No, me quedaré aquí y vigilaré a la chica. Tu hermano se encuentra con ella en el pasillo y por lo que vi en sus ojos, va a hacer su movimiento muy pronto. Mientras no esté embarazada, no me sentiré cómodo.
- No quiero coger ninguna enfermedad porque tengas tanta prisa por tener a nuestro hijo.
- Le pediré al médico que venga a casa. No quiero ir a ninguna parte.
Después de comer, nos reunimos en mi despacho. Mi hermano se une a nosotros.
- ¿Qué tal el viaje, cuñada?
- Muy bien, yo era capaz de concluir una asociación con la bestia (el club de las amantes), muy pronto, vamos a ser capaces de comercializar sus productos.
- ¡Es una gran idea! Podremos ampliar nuestro territorio. Cómo es, me he enterado de que es muy intimidante.
- Es intimidante para quienes le temen. Que no es mi caso. ¡Pero es tan guapo!
- Ya basta, y cuidado con lo que sale de tu boca. No quiero oír tonterías, ni quiero saber cómo te has mezclado con él.
- Eso es lo que me hubiera gustado, pero no me dejó.
Aretha
Oigo que llaman a la puerta, debe de ser Carmine. Me levanto rápidamente para abrirla:
- Lávate y ven a buscarme a la cocina, tienes cinco minutos.
- De acuerdo.
