7
— No soy vulgar solo con las palabras, no, ya verás. Y mañana te tomas la pastilla. Estoy limpio, nena. No le meto la polla desnuda a cualquiera. - Besar tu boca. Joder, seré el primero en Goiana.
-¿Cómo puedes estar seguro? Ella sostiene mi cara.
— Me dispararon el mes pasado, me rozaron, pero me hicieron todas las pruebas, estoy limpio. Hablo y señalo el lugar en las costillas. Ella abre mucho los ojos. -Ahora cállate y bésame-.
Tomo la cabeza de mi polla y empiezo a golpearla y frotarla en su piel, lo cual no toma mucho tiempo y está lista para mí. -Ve despacio, eres demasiado grande-.
Sé que está tensa. No es de extrañar, pero pronto ni siquiera lo recordará. Eres adicto, sentándote en mi polla todos los días mientras estás aquí.
-Va a doler, no hay manera. Pero puede ser un dolor fuerte y rápido, o lento y menos intenso. Tú decides. - Hablo rozando mi polla en tu entrada. -Si no decides, lo haré por ti-.
- Un poco de cada. No demasiado dolor y no demasiado tiempo. Está emocionada, babeando por mí. Llevo mi dedo a su cuna y lo froto y ella empieza a gemir.
Espero el momento adecuado, me duele la polla. Amigo, ella me va a dar su sello.
Me posiciono y fuerzo la entrada, ella gime un poco, la miro a la cara. -Ahora es el momento de decidir.
Ella es muy apretada. Soy grande y grueso. Maldición, ella sufrirá, pero pronto pasará. Comienzo a besar su boca y como ella no dice nada, entro de inmediato.
Sus uñas se clavan en mi espalda justo cuando chilla. -Para, duele mucho-.
-Solía ser un gato. Calma. Relájate, ahora se acabó. Vuelvo a besar tu boca. Había pasado un tiempo desde que tuve sexo con una virgen. Delicioso como la mierda.
Ella comienza a apretar mi polla. Si sigue así, me voy a venir.
-Joder, me estás estrangulando-. Coño caliente y demasiado apretado, ese tuyo. - Alivia la mueca y empiezo a moverme lentamente.
Qué carajo bueno. Novinha, y nadie más ha estado aquí. Fernando perdió. Era solo la cabeza. Empiezo a moverme y ella parece más tranquila y disfrutando.
Necesito correrme dentro de esta mujer. Entro y salgo más rápido. Agarro una pierna y tiro de ella hacia arriba, hundiéndome por completo. Froto su capullo y pronto comienza a palpitar alrededor de mi polla.
Estamos sudados y siento que el orgasmo crece. Lo estimulo todo dentro de ese puto coño virgen. Estoy aullando Mierda, esto es demasiado bueno.
No soy de coquetear y besar, más aún después del sexo. Pero hombre, mi pene se siente como si quisiera vivir dentro de ella.
- ¿Está todo bien? Pregunto y beso su barbilla.
— A ver cuando me sacas, cómo fue el daño — Es muy espontánea. Ríete en tu cara.
Salgo lentamente y ella gime. Tengo sangre en mi pene. Voy entre sus piernas, y miro fijamente. Ella trata de cerrarlos y se cubre la cara con las manos.
Mi semen gotea junto con sangre. Sigo buscando, si no fuera sensible, me la comería de nuevo. - Sal de ahí. Es vergonzoso - Pone su pie en mi pecho, empujándome.
Voy a hacerte perder la vergüenza mientras estoy aquí. Tres meses, ¿verdad? El tiempo suficiente para convertirte en una putita en la cama.
-No me voy a convertir en una puta-. -Se ve ofendida.
-En mi cama, ve-. - Le muerdo la pierna y me pongo de pie.
-No repitamos eso aquí, sexo. Fue justo hoy, jeque. — Habla de sentarse en la cama.
— Jaham. Ya no, ¿verdad? - digo antes de desaparecer en el baño.
Yo voy a la ducha. Cuando vuelvo, sigue el mismo camino que yo, envuelta en la sábana.
Tengo hambre y voy a la cocina a buscar algo para comer. Escucho tacones, miro hacia arriba y ella está de pie, completamente vestida y retorciéndose las manos.
— ¿Puedes llevarme a casa de mi tía, por favor?
— ¿Ahora, Goiana? No te voy a enviar fuera de aquí. Duerme y mañana te llevo allí. ¿Está con hambre?
Ella asiente. — Siéntate, te preparo un bocadillo. ¿Te gusta el sándwich? Ella solo asiente con la cabeza de nuevo.
-Perdiste tu virginidad, no tu lengua-. Puedes hablar, Isabel. ¿Estás arrepentido?
-Bueno, supongo que sí. — Miro dentro de la nevera y me doy la vuelta lentamente.
-¿Qué pasó? Vamos, despliega. Cuando estaba frotando su coño en mi cara, no parecía que lo lamentara, ¿ahora eres una mierda?
- No es eso. Simplemente, no quiero tener un compromiso con alguien de este mundo. No quería que mi tía lo supiera.
- ¿Compromiso? Te jodí, no te puse un anillo en el dedo. ¿Estás emocionada, niña? Ella traga saliva.
-¿Tú estás irritado? Puedo ir solo. No quiero ser un problema para ti.
-Puedes irte, entonces.- Conoces la dirección de la salida, ¿verdad? Ella parece sorprendida, pero no dice nada. Ella se queda quieta, solo mirándome.
-¿Encontrar qué?- ¿Qué iba a dejarlo todo y correr a dejarte en casa? No dije que te fueras. Vas por lo que quieres.
Hijo de puta, le daba vergüenza que lo vieran conmigo, pero a la hora de dármelo, escondido, no hubo drama.
Preparo un sándwich y paso junto a ella. Me siento en la sala de estar y ella se queda allí, mirándome.
- ¿Aceptado? - Ella lo niega. -¿No dije que tenía hambre?-
-Perdí. Disculpe, ya voy. Parece que quiere llorar. Dirígete hacia la puerta.
- Pero qué diablos. - digo y ella me mira. -Yo te llevaré allí. Solo espera un poco. Ven aquí, come primero. - Se acerca y tiene los ojos rojos.
Señalo con la barbilla en dirección a la cocina y ella va hacia el mostrador y parece estar haciendo un sándwich. Se sienta allí y no dice nada. Cuando vuelvo a ella, me mira fijamente.
-Oye, no quise ser grosero. No soy la persona más amable del mundo, y para ti, la primera vez es algo muy importante, así que lo siento si fui duro en este momento.
- Está todo bien. No era tan importante. Si lo fuera, no estaría con alguien que ni siquiera conozco.
-Termina, te llevaré-. Me cruzo de brazos y me apoyo contra la pared frente a ella.
— Espero que amanezca el día. No es necesario que sea ahora mismo. Yo duermo aquí Si todavía es bueno para ti. Le sonrío.
-Mejor así, no estaba de humor para salir en este momento-. Hay habitaciones de invitados, después de que termines, te llevaré a una de ellas.
-¿Habitación de huéspedes? - Dice y luego parece arrepentirse.
— ¿Quieres acostarte conmigo, Goiana? Y solo di, no me importa.
- Lo que sea. Ya tuvimos sexo. Dormir contigo o no es indiferente.
- semen Lo que sea e indiferente, en la misma oración, ¿incluso suena como letras de música country? - digo sonriendo y luego ella comienza a sonreír.
-Lengua afilada, bueno para darle un trabajo, ¿no crees?- Bromeo y ella mira directamente en dirección a mi entrepierna y luego se disculpa.
— ¿A qué te dedicas, allá en Goiás?
— Soy técnico de enfermería. Pero estoy desempleado.
— Muy bien, entonces sabes cómo coser agujeros de bala, ¿verdad? — Me río de la cara que pone.
— ¿Y por diversión? Porque para aquellos que aún son vírgenes, no debería haber mucho que hacer allí.
—Yo no salgo, mi pueblo es muy chiquito, no hay esos bailes, ni discotecas, nada de eso. Pero me gustaba ir a un bar de campo y montar a caballo los fines de semana, en casa de un amigo.
— ¿Te gusta montar, Goiana? Bueno saber. - Sonrío de lado, imaginándome cachonda. — Se da cuenta de lo que dijo y trata de corregirlo.
-No de la forma en que estás pensando. Montar a caballo. Quiero decir... entiendes el punto. Ella baja los ojos, avergonzada.
— Te entiendo, Elizabet, porque ni siquiera me montaste. Todavía.
Paso mis ojos sobre ella, que ni niega ni consiente. La mujer es muy caliente. Un carajo no te volveré a comer. Creo.
Isabel
Tales se levanta de la cama y se dirige al baño, no sin antes comprobar el daño que le ha hecho a mi mascota.
Parecía halagado de haberme quitado la virginidad, pero yo estaba quemada.
Sale del baño y yo entro a continuación, me mira, pero no pregunta nada. Menos mal. Estoy un poco avergonzado, no sé cómo actuar.
Me ducho, me visto y decido que es mejor irme. ¿Me lleva a casa?
Como no está en el dormitorio, bajo al salón. Está haciendo algo para comer y cuando le digo que no quiero que me vean con él ni que tenga una cita, parece que no le gusta.
Sentí como si hubiera escupido en el plato que comí, en mi caso, me comió.
