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Fernando empezó a allanar el camino, solo lo va a terminar. ¿Menciono ese pequeño detalle?
Probablemente, ni siquiera volveré a ver a este tipo. Solo de vista ya viva en otro estado. Disfrutemos hoy.
Sexo sin compromiso. Primera vez sin implicación sentimental. Espero que sea amable.
Yo uso el baño y hay una ducha. Gracias a Dios. Me lavo, la entrepierna correctamente y me seco. Es hora de sentarse, Elizabeth. Como dijo la propia Taina.
- ¿Está todo bien ahí? Me pidió un minuto y han pasado cinco - escucho su voz profunda.
- Sí, ya voy. Solo un momento. Todo limpio y fragante. Hora de dar.
Aparezco en la puerta y misericordia. Tiene un vaso en la mano, solo que en su bóxer. Es incluso más fuerte de lo que imaginaba.
- ¿Solo vas a mirar? - Me desperté de mis pensamientos. Había vuelto a atarme la blusa.
- Llevas demasiada ropa, bombón.
Se sienta en un sillón y me pide que me quite la ropa. Él sigue bebiendo y respiro hondo y empiezo, me abro la camisa y la dejo caer.
Hago lo mismo con la falda. Y solo estoy en ropa interior. Me alegro de que Silvinha me haya hecho usar uno pequeño. Se pasa la lengua por los labios y se pone de pie.
- Maldita Goiana. Caliente como la mierda. - Habla con su encantador acento. Se envuelve alrededor de mi cintura y me besa muy travieso mordiendo mi labio.
Me gira sobre mi espalda, frotando su erección en mi trasero, apretando mis pechos.
-Siente mi polla, bombón. Desde que te vi, quise enterrarme en ti. - Nos vamos a la cama y me da una palmada en el trasero, haciéndome jadear.
- Este pelo. Tengo ideas para él. - Hablar y asegurar en una cola de caballo firme. Lamiendo mi cuello.
Mi señor, ¿querrá follarme la primera vez de cada cuatro? Estoy casi asustado. Baja la cabeza y muerde mi trasero y luego lo besa.
Estoy usando calzones, él solo los pone a un lado y siento sus datos pasar a través de mi carne. Estoy completamente mojada y él sigue frotándome e instintivamente abro más mis piernas.
- Acuéstese hacia adelante. Pregunta en voz baja y ronca. Cuando me doy la vuelta, se está chupando los dedos. Me pica el clítoris.
Finalmente, me quita las bragas y se sube encima de mí. Todavía tiene puesta la caja, y agarra mi pecho, dándole un pequeño mordisco y yo gimo más fuerte.
Cambia la pechuga y repite como hiciste con la anterior. Chupa, muerde y lame. Varias veces.
Su boca baja, besando mi abdomen, hasta llegar a mi vagina, gracias a Dios, la depilación está al día. Abre mis grandes labios con los dedos y pasa la lengua de abajo hacia arriba. Gimo en voz alta.
Sin previo aviso, chupa mi clítoris. - Coño caliente. Eres una gran sorpresa, niña.
Vuelve a lamerme los nervios y levanto mis caderas, sonríe y me mantiene en mi lugar.
Prácticamente, besa desenfrenadamente todo mi coño y mete su lengua en mi canal, literalmente apestándome con ella.
Un poco más y no me resistiré. Me mete un dedo. - Apretado, Goiana. Mueve su dedo y vuelve a chupar mi clítoris.
- Voy a acabar. Ahhh, voy a venir, jeque. No para. Sostengo su cabello en mis manos.
-Entonces disfruta, cariño. Disfruta en mi boca. - me pregunta y como soy obediente, siento el pulso, la energía llegando al centro de mi cuerpo.
Mi coño late en su lengua. Me estoy derritiendo por completo.
Levanto el respaldo de la cama. Gimo fuerte y mientras me derramo, él lame todo. Estoy sin aliento.
Se levanta un poco y se quita la ropa interior. Tocar tu pene.
Abro mis ojos. ¿Es hora de rendirse? ¿Qué lleva entre las piernas? Es un burro. No puedo dárselo a este hombre.
- ¿Estás impresionado, travieso? Él sonríe, todo engreído. No tengo experiencia, pero sé lo que es una gran polla.
Perdona a Fernando, pero el camino que intentó abrir fue inútil. Este jeba es enorme.
Comienza a masturbarse y llego a la conclusión de que este es el momento ideal para decirle que tiene que tener cuidado con mi marica.
Debe estar gritando de desesperación sabiendo que se va a tragar esta cosa gigante.
Me apoyo en mis codos y él toma un condón, no sé ni de dónde salió, mi atención está ahí, entre sus piernas.
- ¿Jeque? Lo llamo y me mira curioso. Miro de la cara al pene y del pene a la cara.
- Cuentos. Llámame Thales cuando te esté comiendo fuerte. - Dice y se pone el preservativo. Y hielo en mi columna vertebral. ¿Dijo, comer fuerte?
Me besa y levanta una de mis piernas, cuando mete la cabeza en el marco de la puerta, creo coraje. - Cuidado, soy virgen. Me mira dudoso y se baja de mí.
Jeque
Desde que vi a Goiana en la cancha, tengo una jodida erección por ella, y ni siquiera la he visto bien. Pero el hijo de puta ni siquiera me dio una oportunidad. desapareció. Me fui.
A la mañana siguiente fui con Bodão a dar mando a los nuevos integrantes. Y vi a su prima.
— Renato. Llega aquí. -Él está asustado. — Postura cara. Te lo dije, mira hacia arriba, cabeza arriba. Se endereza y yo asiento.
-Su prima. Háblame de ella, ¿ahí?
-Ella irá al baile hoy, y su nombre es Elizabet.
Tenía que ser, con ese trasero, solo una verdadera Elizabet, creo. -¿Ella está aquí para quedarse para siempre?-
—No, solo vacaciones. Estarás aquí durante tres meses.
Consigo dos pulseras para mi cabaña y le pido que se las dé a su hermana y su prima. —Estuve a punto de hacer eso, Sheikh. Bodão se acerca hablando.
-Pero no lo hiciste-. Ahora está hecho. Vuelve al grupo, Renato. Se va y arreglamos los detalles de la práctica de hoy.
El día pasa y yo ni lo veo. Hubo una gran avalancha, distribuimos la droga a las otras favelas. Y Renato estaba más seguro de sí mismo. Blandiendo el arma correctamente.
Ya es de noche, y Jennifer y Claudia me han llamado varias veces. Hoy no, pirañas.
Jennifer, nunca más, después de esa charla de amor. Claudia, por otro lado, tiene una muy buena mamada. Hablaré con ella más tarde.
Llego al baile y ella ya está. Maldita sea, tan delicioso. Voy a acabar la noche entre sus piernas, eso seguro.
Se ve tímida y sigue evitándome hasta que recibo un beso. Juego duro a Goiana. Pero valió la pena.
Russa intentó venir hacia mí, pero le lancé la gorda. Está jodidamente loca, le gusta la fiesta, pero hoy solo quiero a Elizabet y todo su esplendor.
Finalmente, los gringos decidieron irse, no sin antes enviar a una chica para alegrarles la noche en el hotel.
Es hora de conseguir el bombón y salir. Ella parece un poco incómoda. Pero debe ser un juego. Ella no es tan inocente después de todo.
Llegamos a casa y estoy babeando por todo. En el cuerpo, el pelo, la sonrisa, hasta el acento con la R arrastrada es bueno de escuchar. Maldita mujer caliente.
Hago un buen oral. Ella lo merece. Está listo para ser ensamblado. Así que decide desarrollar una situación en el mejor momento. Dice que es virgen.
Estoy listo para entrar en el paraíso de Elizabet y me detengo en seco y miro hacia arriba. No creía lo que había oído.
- ¿Virgen? ¿Es una mierda? ¿Qué historia virgen es esta? ¿Es una broma? Ella niega con la cabeza y sonríe torpemente. -¿Y solo me advertiste ahora?- Qué cojones es esta charla, me bajo de ella.
-¿Ya no vas a... romper?- Mira hacia tu vagina. Quiero sonreír
-¿Usted está mintiendo? ¿Eres viejo? ¿Cómo querías perder tu virginidad conmigo? ¿Cuál es el trato aquí? ¿Parecías tenerme miedo antes y ahora quieres tener la primera vez conmigo?
Soy medio virgen. Levanto una ceja cuando habla.
-¿Qué carajo es medio virgen?- Solo puede ser embrazada.
—Mi ex, Fernando, usaba solo la cabeza. - Me río y ella se ve avergonzada.
-¿De qué mierda estás hablando? ¿Quién pone solo la cabeza? Te voy a comer, y no te voy a poner solo la cabecita. Voy a pegar todo. Si vas a rendirte, es el momento. ¿Te enrollarás?
Ella lo niega, yo sonrío y me quito el condón. -Oye, no jodas sin. - Señalar el preservativo.
-Tú no jodes, mujer. Comienza ahora y no voy a usar esto, no voy a perder la oportunidad de pegarme piel con piel en un coño virgen - Me vuelvo a subir encima de ella.
— Eres muy vulgar con las palabras, yo no tomo medicinas y me puedes dar una enfermedad. Soy virgen, pero tú no. - Habla mientras te beso el cuello.
