Capítulo 4
Gabriel levanta las manos en señal de defensa.
—Creo que necesitas relajarte, desconectar.
Deja de preocuparte .
Me río con desdén.
— Del dicho al hecho hay mucho trecho .
—Es cierto —asiente mientras se pasa los dedos por el labio—.
Quizá necesitemos quitarte esos nudos de la espalda, que alguien...
no sé, te cuide .
Lo miro con los ojos entrecerrados.
- ¿ Sugieres que libere mi frustración con un polvo rápido ? - Sí.
- - No.
- - ¿ Por qué no? - —Porque no puedo acostarme con alguien sabiendo que esto está pasando, Gabriel.
Entiendo que pienses que esto podría distraerme, pero tienes razón.
Me distraerá y me pondrá en peligro.
He oído muchas historias de terror y he visto películas.
No soy idiota —refunfuño .
Gabriel permanece en silencio un largo rato antes de levantarse y remangarse la camisa hasta los codos, dejando al descubierto sus antebrazos tatuados.
—Bueno , pues.
Te dejo revolcándote en tu autocompasión porque esto ya es vergonzoso .
Le lanzo una mirada de reproche.
—No dirás eso cuando esté muerta .
- ¿ Ves, dramático ? Eres la perdición de mi existencia .
- Hay que mantenerte humilde, amigo .
—No me llames así —murmuro— .
Por favor , vete.
Tengo trabajo que hacer .
Suelta una risita que me hace encoger los hombros.
—Claro .
Lo que necesites.
—Entonces me quedo sola otra vez.
Cierro los ojos y me dejo caer hacia atrás, con unas ganas locas de beber, pero me he prometido mantenerme sobria para estar en plena forma si algo me pasa a mí o al club.
No puedo relajarme, ¿cómo voy a hacerlo sabiendo que alguien me persigue? Veinte minutos después, vuelven a llamar a mi puerta.
Respiro hondo mientras los llamo adentro.
Mi mirada se cruza con la de una de mis empleadas más veteranas: Jenna.
Lleva trabajando en el bar desde que abrió este local y es más que capaz de defenderse sola, algo que admiro de ella.
—¿Pasa algo, Jenna? —pregunto mientras su cabello castaño claro se mueve detrás de ella en su coleta.
—No —sonríe y se acerca a mi escritorio antes de sentarse en la esquina justo delante de mi silla—.
Es mi descanso, y pensé en ver qué estás haciendo .
Entrecierro los ojos.
—Gabriel te dijo que vinieras a verme .
—En realidad me pagó cincuenta para que viniera aquí a coquetear contigo —dice antes de sacar un billete de su sujetador, y yo frunco el ceño al ver el dinero entre sus dedos—.
Es decir, lo acepté, y ahora me pregunto por qué necesita que coquetee contigo .
—Ese imbécil —murmuro entre dientes mientras la miro—.
Es increíblemente inapropiado de su parte y lo siento, Jenna.
Yo … Me pone una mano delicada en el hombro y se ríe.
—Jainy , te conozco desde hace años.
Sé que no estarías detrás de esto.
A Gabriel le gusta meterse en todo .
—¡Ya lo sé! —refunfuño .
- ¿ Por qué quiere que entre aquí y ligue contigo ? —Dice que necesito relajarme .
Ella arquea una ceja oscura hacia mí.
- ¿ De verdad? - —Probablemente —admito .
—Mmm —dice , reclinándose y sonriéndome con sus ojos azul claro—.
Estás muy tenso .
Me rozo el labio inferior con los dientes.
—Astrid también lo dijo .
—Ohh —Jenna sonríe con malicia— .
¿ Astrid también es una de las víctimas de Gabriel ? —No —me río— .
Creo que solo quiere acostarse conmigo .
—Todos los que trabajan para ti también.
Incluso Samuel .
Retiro la cabeza y miro alternativamente a ella .
—¿Samuel ? Jenna sonríe.
—Sí .
Literalmente todo el mundo.
- Pues qué pena, yo no cago donde como .
—Qué lástima —dice, reclinándose y cruzando los brazos tatuados sobre el pecho—.
Porque no te veo como una jefa, te veo como una amiga .
La miro con recelo .
—Jenna— Se baja de mi escritorio de un salto.
—Solo lo digo.
Si quieres llevarme a casa, me apunto.
He tenido una semana de mierda y me vendría bien algo de buena compañía.
Si me entiendes .
Me odio por siquiera considerarlo.
Hace mucho que no tengo a nadie para mí sola.
—Pasaré cuando termine mi turno para ver qué te parece —dice mientras me lanza una mirada burlona—.
Quizás Astrid y yo podríamos hacer un trabajo en equipo contigo .
La idea de tener a dos mujeres encima me provoca una leve erección, pero ya he tenido mis tríos y no pienso repetirlo.
Jenna me guiña un ojo suavemente mientras se ríe entre dientes.
—Ah , ¿te gusta la idea, eh ? - Es poco profesional .
Jenna pone los ojos en blanco.
—Ay , déjalo ya, Jainy.
La vida es demasiado corta para preocuparse por esas cosas .
Me quedo callada mientras ella se va y cierra la puerta tras de sí.
Joder.
Quizá sí necesito desahogarme.
Aunque Jenna me lo proponga, sé que me respeta tanto como yo a ella.
Será confidencial y...
mierda.
No debería estar pensando en esto.
Me levanto de mi escritorio y salgo por la puerta de mi oficina.
Mis dos guardias de seguridad se giran hacia mí y sé que dentro del club estaré a salvo.
Hay porteros con tecnología de punta en la puerta por una razón.
Probablemente están empeorando mi paranoia.
—Tómate un descanso de veinte minutos —murmuro— .
Pero quédate cerca .
—Entendido , jefe —dicen ambos asintiendo antes de seguirme al club.
La música a todo volumen retumba contra las paredes hasta vibrar en las plantas de mis pies.
Miro hacia la zona VIP y la encuentro abarrotada esta noche con mis clientes habituales de la ciudad y las mujeres más bellas que jamás haya visto.
Salgo al balcón y veo la pista de baile abarrotada.
Nada fuera de lo común, hasta que un escalofrío me recorre la espalda ante una sensación inquietante que me invade.
Me llevo la mano a la nuca y siento cómo se me eriza la piel.
Giro la cabeza bruscamente sobre mi hombro en cuanto siento una mirada en la nuca.
Recorro con la mirada a los VIP, pero todo parece estar en orden.
Suspiro y bajo las escaleras hacia la pista de baile mientras observo a la multitud.
Los cuerpos de la
