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Atrapada por mi jefe

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Sinopsis

Después de la traición de Harry, Isabella vuelve siendo novia de Noah, sin embargo, Harry está devastado y hará lo posible para recuperarla

DulceUna noche de pasiónAmor a primera vista SeductorHistoria PicanteRománticoDramaMulti-Millonario

1 - 1

ANABELLA

Inhala y exhala.

Tranquilízate.

Todo estará bien.

Me veo al espejo por enésima vez, abro la llave del grifo y me echo agua en la cara. Estoy muy nerviosa y no puedo estarlo. Tengo que estar calmada, soy una mujer fuerte y podré con lo que venga. Tomo una toalla pequeña y me seco la cara. Estábamos en el aeropuerto de España, tendríamos que volver a California y yo no podía con los nervios. Henry me ha engañado y no sé que haré ahora que lo veré de nuevo. ¿Qué habrá hecho de su vida? ¿Habrá vuelto con Millena? ¿Vivirán de nuevo juntos? Tengo un nudo en la garganta cada vez que pienso en él y en su futura familia. Me siento triste porque Henry me mintió, su esposa estaba embarazada y lo ocultó por meses. Solo se burló de mi. ¿Como puede mentirme con algo tan grave? Jamás se lo perdonaré.

Terminé de secarme la cara y salí de los baños en busca de Noel, quien ha estado conmigo todo este tiempo. He llamado a mis padres obviamente para decirles que estoy bien y que decidí tomarme unas vacaciones con mi novio. Sí, he vuelto con Noel, quizá él y yo nunca debimos de cortar. Estamos hechos el uno para el otro.

Noel estaba en unos asientos, en cuánto anunciaron el número de nuestro vuelo se puso de pie y tomó las maletas.

—Déjame ayudarte —me acerqué y tomé dos. Habíamos venido con poco pero aquí hemos comprado ciertas cosas. Lo único que quería ese día que me di cuenta de la traición de Henry era desaparecer y no volver a verlo jamás. Pero ahora las vacaciones terminaron y teníamos que volver a la universidad. Cambié de celular para no recibir malos recuerdos. Extraño a Mayra, a Gilberto y también lo extraño a él. Pero tengo que tragarme esto que siento porque no puede ser.

—¿Estas bien? —me pregunta Noel mientras subimos por las escaleras eléctricas.

—Lo estoy —le sonreí. Le había contado a Noel semanas después, cuando me dijo que jamás debí dejarlo, que él nunca me lastimaría y que siempre estaría para mi. Le creí porque llevamos años de novios y jamás me había engañado con nadie. Es la única persona en la que puedo confiar.

—Tranquila, ese tipo no se te volverá a acercar.

Le sonreí mientras abordábamos el avión, si pudiera quedarme aquí para siempre lo haría. No sé cómo pero Noel gastó parte de sus ahorros mientras estábamos aquí, fuimos a Italia como dos semanas. Todo ese tiempo me olvidé de lo malo y solo me dediqué a disfrutar de mi libertad. En el fondo me sentía libre porque no estaría con Henry, con un hombre que miente y que a pesar de todo tendrá un bebé con su ex mujer. No podría con esa incomodidad, y no digo que el bebé sea una incomodidad porque es alguien inocente y no se merece el error que cometen sus padres. Es solo que no podría con mis celos respecto a Millena, con las visitas que Henry le haría. No quiero. Pero lo que no podría hacer es perdonar.

Nos sentamos y nos acomodamos en el avión, era de tarde, tardaríamos muchas horas en llegar.

—Tenemos que hacer muchas cosas al llegar a la universidad —comenta Noel— Dejé algunos trabajos pendientes, en una semana hay exámenes.

—Lo sé. No he tomado nada de mis cuadernos en semanas. No sé si salga bien. No quiero perder mi media beca. —además de que mi carrera estaba pagada por un año. Todo por Henry. Trabajaré y le devolveré hasta el último peso. Mientras volábamos tomé mi tablet y busqué algunas opciones de trabajo cerca de la universidad o cerca del mar. Necesitaré algún ingreso extra. Noel también tomó su tablet y buscó trabajo, pero también buscó departamento.

—¿Qué haces? ¿No dormirás en los dormitorios? —le miré.

—Un día te dije que si venía a la universidad era por ti, que buscaríamos un lugar para vivir juntos. ¿Acaso no te parece?

Dudé un poco. Noel había sido bastante comprensivo conmigo, las primeras semanas no quería tener relaciones sexuales con el pero luego lo pensé mejor y volví a hacerlo. En primera porque con Noel fue mi primera vez y duramos años haciéndolo y segunda porque estaba dolida con Henry. Pero no quería tocar a otro hombre que no fuera Henry, siempre me recordaba a él. La diferencia era muy obvia.

—Claro que me parece bien —me acerqué y le di un tierno beso en los labios.

Lo peor había pasado, o eso es lo que quería creer.

Al día siguiente...

Abrí los ojos por el ruido de los altavoces, al parecer estábamos aterrizando. Mis nalgas dolían de tanto estar sentada, literal he pasado casi un día aquí. Bostecé mientras veía por la ventana. Estábamos en el aéreo puerto. Los nervios querían volver pero esta vez no los dejaría. Yo soy una chica muy fuerte y puedo con quien sea. Además tenía la ventaja de ser muy buena actuando, podía aparentar que todo estaba bien. Podía parecer sin ningún sentimiento a veces.

—¿Has dormido bien? —me pregunta Noel.

—Sí. Bueno, un poco incómoda. ¿Tu? —volví a bostezar. Guardé mis cosas a mi bolso y me aflojé el cinturón.

—También.

Tiempo después bajamos del avión, buscamos las maletas y salimos fuera en busca de un taxi. Detuvimos uno justo a tiempo porque empezó a llover.

—A la universidad de Stanford por favor —le dijo Noel al taxista.

—Claro.

Noel entrelazó su mano con la mía mientras yo veía por la ventana. Me hacía un poco de falta este lugar, en su momento me había encariñado con él. Estaba muy nublado, llovía muy fuerte. Cuando llegamos a la universidad nos aparcamos cerca de un techo. El taxista nos dio las maletas mientras bajamos y nos cubríamos de la lluvia.

Elevé la vista y me fijé en la universidad. Había vuelto. Habían estudiantes a los alrededores que también volvían de las vacaciones pero no veía a conocidos hasta ahora.

—La persona que me alquilará el departamento me contestará hasta esta noche. Tenía que hacer unos ajustes más al lugar. Esta cerca de aquí, entre la universidad y el mar.

Le sonreí.

—Gracias.

—Tendremos que dormir aquí por esta noche.

—Por mi no hay problema. —tomé mis maletas.

—Vamos, te llevaré a tu habitación.

Mientras caminábamos dentro cada rincón me traía recuerdos de Henry, como cuando me metió al baño y me hizo el amor de manera intensa. Como cuando tuvimos un pequeño percance en las escaleras. Como cuando lo conocí por primera vez saliendo de las duchas. Todo. Todo este lugar me recordaba a él. Al llegar a mi dormitorio abrí la puerta. Agradecí que Patricia aún no haya vuelto. Dejé las maletas en una esquina y me dejé caer en la cama.

—Estoy cansada —le dije.

—Descansa, amor —Noel se acostó a la par mía—Esperemos que no hayan más problemas esta vez. Que nadie se interponga entre nosotros.

Sé que se refería a Henry.