Capitulo 7

Daniel

Pensé en varias formas en las que podría decirles a todos que fui traicionado por Olivia, la chica a la que le propuse matrimonio en menos de cuatro meses de noviazgo y a quien mi madre odiaba. Después de recibir la llamada de mi padre llamándome, fue como si pudiera escuchar la voz de mi madre en mi cabeza diciendo que te advertí sobre la perra que elegí para ser mi esposa.

Haber llamado a mi secretaria para hacerse pasar por mi novia pudo haber sido una mala idea, después de todo simplemente estaba mezclando el trabajo con mi vida personal y tarde o temprano algo terminará saliendo mal. ¿A quién le importa? Ahora tengo una mujer hermosa y ardiente a mi lado haciéndose pasar por mi novia y voy a usarla a mi favor.

Entré a la cocina sin verme tan bien después de que Demetria prácticamente me hubiera asesinado con solo una mirada.

Como me puede asustar una mujer de ese tamaño con una puta mirada???

Encontré a mis padres limpiando la cocina. Tomé un plato y puse mi comida antes de que mi madre guardara todo, acerqué una silla y me senté y comencé a comer.

—¿Problemas?—, Pregunta acercándose a mí.

— No...

— Sé que nunca me hablarías de esto pero... No seas duro con ella, Demi es una buena chica y solo merece tu cariño.

La miro con cara de aburrimiento mientras mastica, estaba a punto de darle una respuesta cuando Demi aparece en la cocina con una tiara ridícula en la cabeza.

—¿Por qué no te lo quitas de la cabeza?— Tomo un sorbo de mi jugo.

¿Por qué no te callas? Demi dice cruzándose de brazos.

Tal vez hacerla enojar es mi nuevo deporte favorito. Mi mamá vuelve a guardar las cosas y veo una pequeña sonrisa traviesa en el rostro de Demetria, quien luego camina hacia donde estoy y se sienta en mi regazo.

—¿Qué estás comiendo, amor?—

Me quita el tenedor de la mano y la miro seriamente, viéndola comer mi comida.

— Alimento.

¿Ves cómo me trata, Denise? Demi da un suspiro dramático.

—Te juro que no lo crié así—.

Genial, ¿esto se convirtió en un complot contra mí?

— Y siempre es así... — Habla en voz baja, haciendo un puchero de lágrimas — Lo trato con el amor más grande del mundo y Daniel solo sabe hacerme daño.

Cálmate... ¿Está llorando?

Al principio quería reírme, Demetria era una muy buena actriz y también una desgracia. Mi mamá me lanzó una mirada asesina de Demi que me hizo estremecer.

—Demetria...— susurro.

—Una vez me gritó frente a todos sus amigos solo porque dije que quería irme de esa maldita fiesta.— Se secó las lágrimas con una mano.

Mi padre dejó de hacer lo que estaba haciendo y nos miró con los brazos cruzados, mientras mi madre arrancaba a Demi de mi regazo —lo que ni siquiera tuve tiempo de aprovechar— y la abrazaba mientras ella lloraba sobre su hombro.

Que hijo de puta mentiroso.

—Está bien Daniel, ¿crees que es correcto tratar a tu novia de esa manera?—dice mi padre.

—Papá... yo... yo...—

Voy a matar a mi sexy secretaria.

—Está bien chicos... Está bien... —Demi se aleja un poco y sonríe débilmente — Puede ser un idiota a veces pero es un buen tipo...

Me levanté de la silla sin más ni menos y salí de la cocina caminando hacia el dormitorio hirviendo de rabia. Gracias a ella ahora soy un puto novio, al menos para mis padres.

Cerré la puerta para no correr el riesgo de que el bastardo intentara seguirme y terminara estresándome aún más.

Terminé acostado en la cama y quedándome dormido, muriéndome de hambre, de vez en cuando escuchaba que llamaban a la puerta, pero simplemente me retorcía en la cama y me volvía a dormir.

Me despierto después de caerme de la cama con la cara en el suelo y, para empeorar las cosas, hay un monstruo hambriento dentro de mi vientre. Decidí ir a tomar una ducha inmediatamente antes de comer.

Salí de la habitación vestido solo con pantalones de chándal —sin ropa interior— y fui directo a la cocina tropezando con Demi, quien accidentalmente me tiró casi todo el bote de helado encima.

— Oh Dios — dice desesperadamente tirando de mí hacia la cocina.

Respiré hondo tratando de no estresarme con la morena.

—Acabo de bañarme.

—¡Yo—yo lo limpiaré!— Ella comienza a buscar un paño.

Me apoyo en el fregadero y Demi se detiene frente a mí pasando el trapo por mi abdomen limpiando todo el helado.

—Sabes que no servirá de nada, ¿verdad?—

—Pero estoy li— la interrumpí.

—¡Esta mierda me va a tener pegado!—

Demi suspira y da un paso atrás.

— Lo siento.

— Quedaba un lugar por limpiar— Señalo mis pantalones.

El helado me había bajado por el estómago y me había manchado los pantalones, sobre todo en un lugar un poco reservado donde me hubiera gustado que pusiera la mano.

—¿No vas a tomar una ducha?—

— Lo haré, pero tienes que limpiar lo que estropeaste.

— ¡¿Qué?! No voy a limpiar allí…— Ella señala.

— Oh, vas a... —Doy un paso hacia ella — O lo vas a limpiar con el trapo o con la lengua, es tu decisión.

***