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Amor sin interés

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Sinopsis

Un joven que vive con su abuela muchos años después se da cuenta que su padre es un multimillonario que es dueño de hoteles y muchas industrias más. El joven es repartidor y así conoce al amor de su vida.

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C1

–Quiero que se larguen de mi casa.

Un señor de unos 50 años gritaba mientras lanzaba la ropa de Esteban y su abuela por la ventana de su casa.

Esteban con un nudo en la garganta y lágrimas en sus ojos al ver a su abuela de 70 años agachada recogiendo la ropa del suelo se le acercó al señor a suplicarle.

–Señor por favor, deme dos días más para pagarle la renta.

–Ya te di demasiado tiempo, quiero que se vayan lejos de acá, malditos insectos.

Esteban se colocó de rodillas para pedirle un mes más aquel señor que fumaba y lanzaba el humo como una chimenea mientras los veía con desprecio.

Solo un mes más señor, este mes no le pude pagar por que tuve que comprar medicamento a mi abuela.

–Tus problemas no son asuntos míos, vete de aquí.

Aquel señor lanzó una fuerte patada a Esteban haciéndolo caer fuera, su abuela corrió hasta donde su nieto para ayudarlo a levantarse.

–Esteban ¿Estás bien?.

–Si abuela, pero ahora donde vamos a vivir.

Las lágrimas de Esteban no paraban mientras veía a su abuela recogiendo ropa del suelo, su corazón le dolía ya que no tenía dinero para la renta y seguramente les tocaría dormir en la calle.

El teléfono de Esteban comenzó a sonar….

–Esteban soy Dariel, dime como hiciste con la mensualidad de la casa.

–Amigo no la pude pagar y nos corrieron.

–Bien, aquí en el pueblo hay una casa de madera que es de mi padre, tu junto con tu abuela se pueden quedar ahí.

–Amigo pero no tengo dinero para pagarte.

–Eso no importa, luego me pagas Esteban, trae a tu abuela que esta enferma hasta aquí.

Dariel corto la llamada y Esteban comenzó a recoger la ropa del suelo, luego de recogerla y meterla en bolsas de plástico Esteban ayudó a su abuela a subir a su motocicleta, era una antigua motocicleta que su padre había dejado. Así Esteban se dirigió hasta donde su amigo Dariel.

Dariel le enseñó la casa a Esteban, era una humilde casa cerca de un lago ubicada en el pueblo de Nuxbar. La casa era de madera antigua y el techo estaba lleno de agujeros pero eso no le importaba a él, estaba feliz en aquella humilde casa.

La tarde era calurosa en aquel día de abril cuando aquel joven repartidor de pizza revisaba su celular, de escasos recursos con su ropa andrajosa y vieja por lo cual siempre era rechazado, la única ropa buena que tenía era la del trabajo, ya que todo el dinero que ganaba lo usaba en el tratamiento de su abuela.

–Apresúrate que tienes que ir a dejar esa orden a residencial San Pablo, si no llegas a tiempo te juro que se te descontará de tu dinero, la última orden que fuiste a dejar ahí el cliente me llamó molesto, si lo vuelve hacer olvídate de trabajar aquí.

Un anciano de mediana edad que vestía ropa de marca y usaba un sombrero vaquero gritó muy enojado a Esteban con una mirada llena de desdén y su voz que era tan fuerte y cortante.

–Claro jefe voy volando, deme la dirección y dígame cuantas pizzas pidió el cliente, además no se olvide que la última vez yo pague esa orden”, contestó Esteban.

–Mira, aquí tu no estás para darme órdenes a mi, yo soy tu jefe y si yo quiero te pongo de patitas en la calle y te olvidas de tu estúpida universidad y tu ignorante abuela de sus medicamentos.

El anciano no dejaba de contar su dinero y ver su reloj de oro que tenía en su mano.

Esteban era un joven que trabajaba duro para ayudar a su abuela que era la única que le quedaba ya que su madre había fallecido en un accidente cuando se dirigía a traerlo a el a la escuela, desde entonces Esteban se sentía culpable, y su padre lo había abandonado cuándo sólo tenía 5 años y nunca habían recibido noticias de él.

Su abuela lavaba y planchaba ropa ajena para ganarse unas monedas ya que con el sueldo de Esteban no alcanzaban para pagar todas las deudas.

Esteban era el estudiante más inteligente de su pueblo llamado Nuxbar, razón por la cual le habían dado una beca en la universidad modelo junto a su mejor amigo Dariel una de las mejores universidades de la ciudad de Norffest.

Esteban condujo hasta la dirección que le dio su jefe. Era un complejo residencial dónde muchos millonarios vivían, muchos autos de lujos estaban estacionados, Muchos Lamborghini, Ferrari Aston Martin, Audi y muchas marcas más. Esteban condujo con cuidado para no golpear ninguno, así llegó hasta su destino, una hermosa casa de tres pisos, la casa era una de las más hermosas y más costosas.

Esteban tocó el timbre de la lujosa casa y un señor con gafas que usaba un elegante esmoquin abrió la puerta, el señor quedó viendo a Esteban con desdén haciendo un gesto de desprecio mientras veía su reloj de diamantes, Esteban observó que el cliente era algún millonario engreído de los que les gusta fanfarronear.

“Señor, aquí esta su pedido, son $100 dólares” dijo Esteban con una sonrisa en su rostro mientras extendía una caja de pizza y se la entregaba al señor que no dejaba de ver el reloj.

“Gracias joven” dijo el señor mientras gritaba hablándole a su hija que le pasara su tarjeta de crédito. Una joven muy atractiva apareció con la tarjeta de crédito de su padre, cabello rubio, ojos color café una hermosa figura, muy bien vestida, radiaba un rico aroma, era la hija mayor de aquel señor y Esteban le calculó de unos 19 a 22 años.

—Un ángel. Pensó Esteban para si mismo y se sorprendió al ver su cuerpo que vestía un hermoso vestido ajustado a su figura, cuánta belleza, seguramente no era humana y se trataba de alguna hada, su nombre era Marian, así la joven pasó la tarjeta a su padre, mientras observaba de reojo a Esteban con ojos de intriga, le parecía guapo pero muy mal vestido.

“Señor, todo está correcto, que tenga un feliz día” dijo Esteban y entregó un pequeño comprobante, así subió a su motocicleta, pero la motocicleta no le quería encender, Esteban la pateaba pero no daba señal, la joven Marian lo observaba por la ventana con una sonrisa burlona.

Luego de una media hora Esteban logró encender la motocicleta y se puso en marcha sin dejar de pensar en la hermosa joven que había visto. Llegó hasta dónde su jefe y entregó la máquina de cobrar y todas las herramientas que le pertenecían a él.

Esteban salió del restaurante ya que su turno había terminado, preguntándose en su mente si volvería a ver a la hermosa joven.

–Esa joven me estaba viendo cuando quería encender mi motocicleta, ¿Por qué? ¿Puede ser que le haya gustado? Lo dudo, ¿como esa joven elegante se va fijar en mi?, pero eso no importa, voy a tratar de volverla a ver”. Decía Esteban en su mente.

Luego de conducir un rato su motocicleta llegó donde su abuela y le dio un fuerte abrazo. Su abuela se encontraba planchando una ropa de su vecina que le había prometido darle dos huevos de pato y un pedazo de queso.

–Que bien que ya estés en casa Esteban,¿ que tal tu día?.

–Todo bien abuela, fue un excelente día, sabes hoy conocí a una joven hermosa, pero vive en un barrio de millonarios y no creó que alguien como yo tenga una oportunidad con ella, abuela ella tenía una hermosa figura y unos ojos que radiaban una energía positiva con su sonrisa bonita me atrapó y no quería dejar de verla, parecía una princesa”

–Eres un joven muy trabajador Esteban , tienes que darte una oportunidad y tratar de conocerla, no tienes que vivir todo el tiempo cuidándome, ya soy una anciana me se cuidar sola”.

Esteban sonrió y apretó fuerte la mano de su abuela y dio un beso en su frente.

–Mientras yo éste vivo siempre cuidaré de ti abuela, me tengo que ir a duchar, hoy tengo clases en la universidad y el profesor se pone como loco cuando llego tarde y siempre me deja fuera.

Esteban se dio media vuelta para ir al baño para luego ir a clases. Luego de ducharse y ponerse ropa limpia Esteban subió a su motocicleta y condujo hasta la universidad, un joven corrió a saludarlo, era su mejor amigo Dariel.

Dariel y Esteban eran amigos desde la infancia y trabajaban juntos cómo repartidores para un pequeño restaurante, siempre se comunicaban todo lo que les pasaba y siempre los dos estaban metiéndose en constantes peleas, Dariel siempre defendió a Esteban cuando alguien lo quería humillar.

–Esteban vamos apresúrate que las clases están a punto de dar inicio, siempre llegamos tarde por tu culpa, ya es tiempo que seas responsable.

Dariel tomó del brazo a Esteban y lo llevó dentro del salón casi arrastras. Esteban estaba en las nubes, hablándole acerca de la joven que había visto.

–No te imaginas la hermosa mujer que vi hoy Dariel, ella parecía una hada, su ropa elegante y llevaba un perfume que me volvió loco, espero que el señor Morgan me vuelva a mandar a dejar órdenes a esa residencial.

“¿Si y a dónde te mandó Esteban?.

–A la residencial San Pablo.