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Alguien más

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Rilijik
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Sinopsis

Alexandra una mujer que vive sola en un apartamento lejos de su familia quienes la enviaron a la ciudad en la que actualmente reside cuando ella les confesó que era lesbiana y que en lugar de estudiar algo relacionado con empresas Alexandra decide que lo que quiere estudiar es música, es ahí cuando su vida cambia hace amigos y un grupo musical luego de graduarse. Odia la soledad y más desde que rompiera con su novia Samanta, pero luego de un año sin buscar el amor conoce en una fiesta privada en la que fue a tocar a Laura una mujer guapa de ojos verde aceituna que roba la atención de Alexandra y viceversa pero el amor es confuso, peligroso e inmaduro en ocasiones haciendo que cometamos actos de los que después tengamos que arrepentirnos.

DramaUna noche de pasiónSEXO

capitulo 1

    Bajaba las escaleras de su casa ataviada con el vestido de dama color rosa que su madre y su hermana menor habían insistido tanto llevara para ese gran día, Laura no era de las que eran aficionadas a llevar ese tipo de vestidos que la hacían sentir y verse ridícula, aunque en realidad no se viera así, sin embargo ella no era el tipo de mujer que estaba acostumbrada a llevar un vestido puesto del diario, además de que no era una fanática al color en cuestión que vestía aquel día. Era la boda de su hermana y Laura tendría que llevar ese odioso vestido junto a dos mejores amigas de Claudia, quién estaba felíz y nerviosa por su boda, la pobre se la había pasado el día anterior sin poder probar bocado, dando vueltas de aquí y ahí, como si fuese una pirinola mientras Laura solo la veía fatigarse sin que nada más le importase que la boda y su futuro esposo, el cuál por cierto adoraba a su hermana con todo y su mal genio que se cargaba a veces, Laura solía aguantarla algunas ocasiones y otras simplemente se ponían a discutir pero nada que no pudieran solucionar entre ellas, pero sin duda Claudia era muy enojona y celosa, sobre todo celosa con el pobre Pablo, solía hacerle dramas si él no respondía rápido a sus mensajes y sobre todo si Claudia miraba que estaba en línea, Pablo sabía que no debía dejarla esperar menos de un minuto porque ardía Troya, lo cortaba y tenía que hacer más de mil cosas para remediar su “pecado” de haberla ignorado, Laura se reía de lo tóxica que era su hermana y de lo adicto que era Pablo a aquella dulce y maniática tortura en la que su hermana menor Claudia lo sometía, pero en sí, ambos eran felices y se querían, Claudia soportaba lo tarado y desesperante que podría llegar a ser Pablo en ocasiones, pero él era una buena persona, no era el más guapo pero tenía un buen corazón y su padre lo había llegado a aceptar más que al restó de los novios que Claudia había tenido.

-Hija mía eres tan guapa – le dijo Lilia su madre que la esperaba con su padre Jorge junto a las escaleras a ella y a su hermana.

-Más bien me veo ridícula – exclamó Laura fastidiada de sentirse ridícula.

-Solo son tus ideas – continuó Lilia su madre mientras la hacía que girará para verla - ¡eres hermosa! Haber si ya encuentras a al hombre de tu vida.

   Si, Laura se sentía miserable y tonta por llevar ese vestido, ahora con el comentario de su madre se sentía mucho más, tenía veintinueve años y jamás en su vida había hecho el intento de tener novio, ella no era la típica mujer que estaba en busca de un hombre para formar una familia, hijos y esposo que atender, quedarse en casa cuidando de los niños y haciendo los deberes del hogar como su madre lo hiciera, pero Laura no quería esa vida, ella no se veía como ese tipo de mujer y no es que hiciera menos a su madre por dejar todo para cuidarlas a ella y a su hermana, atendiendo a su padre y al hogar, de hecho ella agradecía el sacrificio de su madre, realmente el de ambos, pero Laura sabía perfectamente que a ella no le iban los hombres sino las mujeres, pero nunca había intentado ligar a una, tampoco había dicho a nadie de sus preferencias por miedo a que la mirarán de otra manera ya que de por sí la consideraban rara por ser menos social, no es que fuera antisocial, simplemente es que Laura podía ver qué tipo de persona era cada una de las que le rodeaba y simplemente le parecían falsas y superficiales optando mejor por no darles más importancia que la necesaria.

     Cómo en una ocasión una señora vecina de ellos intento meterle a uno de sus hijos, a la mujer le había dado por ir de visita con toda su familia cada domingo y a Laura le fastidiaba tener ese tipo de visitas, sobre todo porque la señora no paraba de hablar del teto de su hijo, mientras que ella tenía que estar allí sentada con las visitas y para colmo un día tuvo que aceptar la invitación al cine que el teto vecino le hiciera con evidente nerviosismo tartamudeando y que ella rechazo inmediatamente sin dudar, pero que sus padres le dedicaron cierta mirada de advertencia sobre sus respectivos modales que sin más remedio y llena de enojó acepto, la ida al cine fue acompañada de su hermana quién al parecer fue la única que lo disfruto por ambos lados, ya que vio la función y más tarde se burló de Laura hasta que de sus ojos salieron lágrimas y le dolió el estómago, pero tras aquello y de unas visitas más la señora perdió el interés cuándo entendió y vio que Laura no estaba ni en lo más mínimo interesada en su retoño.

     Y esa fue la última vez que la vieron aparecer por su casa, después solo se limito a saludarles a penas cada que los veía, sin duda a Laura era a quién más le tenía cierto rencor por no haber tomado en cuenta a su hijo, pues se dedicó a hablar de Laura en el vecindario diciendo que Laura se creía una soda en el desierto, que por esa razón nadie parecía estar a la altura de sus expectativas o lo suficientemente hermoso para ella, ya que la doña creía que Laura en verdad estaba segura de la belleza que era poseedora, pero lo cierto es que Laura no estaba segura de que lo era, ni siquiera se sentía así, hasta que un día llegaron estos rumores a los oídos de Lilia, por medio de una conocida (a la cuál no se le cocía nada en la boca) lo que la señora fulana hablaba de Laura, esto indigno y enojó de cierta manera a Lilia.

-Yo no le elegiré los novios a mis hijas, son ellas quienes deben de decidir de quién se enamoran, así como yo elegí y me enamoré de mi marido ellas deben de hacer lo mismo.

    Fue lo que comento Lilia a la vecina y a Jorge su marido una vez a solas en casa cuando no estaba ninguna de sus hijas, además de que a ellos no les molestaba el que Laura siguiera soltera, pero tampoco querían que se quedará sola el día en que ellos murieran, pero no era aún momento de presionarla y tomara una mala decisión, ellos aún se sentían fuertes y aunque sabían que nadie tenía la vida comprada, sentían que aún no era su tiempo de partir al más allá.

-¿Estás lista? – le pregunto Jorge a Claudia que aún no bajaba – llegarás tarde y eso de que las novias deben de hacerlo es puro arguende ¡ Vamos! Date prisa o el novio se irá con otra.

-Eso jamás – respondió Claudia bajando las escaleras y Jorge, Laura y Lilia se echaron a reír por el comentario un tanto molesto de su hermana menor – si me hace eso, me las pagará.

-¡Pobre! – dijo Laura – y eso que se casan hoy, imagínate como le va a ir después.

-¡Tu cállate! – le dijo Claudia a Laura – no sabes nada. Si se porta bien no le pasara nada.

     Todos salieron para subir al auto e ir a la iglesia en dónde se llevaría acabo la unión matrimonial entre Claudia y Pablo, no era una gran boda pero tampoco era la más pequeña, había solo los familiares más cercanos al igual que los amigos más allegados a los novios, cuando se acercaban a la iglesia Laura vio como su hermana se ponía cada vez más nerviosa y a la vez la más felíz ya que mantenía en su rostro una sonrisa contenida pero de la más pura felicidad, cuándo su padre detuvo el auto Laura la vio tomar aire y ella solo sintió que compartía el pánico con su hermana menor ya que tendría que reunirse con las otras mujeres que seguramente llevaban el mismo ridículo vestido que ella, sin más todos bajaron y ella y su madre se adelantaron para tomar sus respectivos lugares, para que poco después Claudia entrara a la iglesia tomada del brazo de su padre, mientras Pablo la esperaba con el mismo nervio y ansiedad que Laura le había visto tener a su hermana.