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- Cuídate, y no hagas nada que yo no haría. - grita todavía desde el sofá.
- Adiós, señorita Marta. - Ángel grita y da un portazo.
- No sabía que tu madre pensara eso. - digo todavía atónito por su revelación.
- Ella no tiene ni idea. Si te tomas esto en serio, te daré una bofetada. - dice con seriedad, pero luego termina riéndose.
- Bueno. - digo también sonriendo y ella entrelaza su brazo con el mío, y nos dirigimos al cine.
°°°
Cuando por fin llegamos al cine después de pararnos varias veces en la calle a reírnos como maniáticos de los comentarios de Ángel, aún faltaban unos minutos para que comenzara nuestra sesión y no había nadie en la fila.
- No hay nadie en la fila. ¿No crees que es raro? le pregunto a Ángel mientras nos acercamos a la taquilla.
- Ni un poco. - Dice desinteresada y le pide al chico dos entradas. Y un combo doble, que es más económico.
- Pero es un estreno. - digo y ella aguanta la risa, pero lo entiendo.
- Me engañaste. - Hablo - Joven, ¿cuál es la película de esta sesión? - le pregunto al tipo que acaba de entregar las palomitas y los boletos a mi hermosa amiga infiel.
- Exorcismo. - dice y sonríe, pero yo ni siquiera le presto atención. Todo lo que se me pasa por la cabeza es exorcismo. Exorcismo.
- Voy a matarte. Y no entro en ese cine ni siquiera cuando estoy muerto. - digo alejándome de la taquilla.
- Christian, no me harás esto. Vamos luego. - me toma del brazo.
- No. Me engañaste, ridículo. - Hablo con una cara fea.
- Si te dije que no vendrías, vamos ahí estaré contigo. Tengo muchas ganas de ver esta película. - ella hace un puchero.
- Si me avergüenzo, te mato. - digo y me rindo, volviendo a la entrada con cara de mal humor, mientras Ángel viene detrás haciendo la danza de la victoria y chillando de alegría.
Cuando entramos, la luz sigue encendida y hay poca gente, y varias filas están completamente vacías, Ángel hace un movimiento para ir a la primera fila pero la jalo hacia una de las filas vacías en el medio.
A los minutos entra un tipo y se sienta en la misma fila que yo, con solo un asiento vacío entre él y yo, miro a Ángel con aprensión, porque seguro que voy a gritar de miedo y ella me sonríe. a mí.
- Disfruta Chris, es un gato. - susurra en mi oído, y me parpadea cuando la miro en estado de shock.
- Ángel. Cállate chica, también podrías sentarte entre nosotros, eh. Hablo demasiado alto y me tapo la boca con la mano.
- No te preocupes, no muerdo a menos que quieras. - Me volteé bruscamente para ver quién hablaba, pero en el fondo ya sabía quién era.
Esa voz ronca envió un escalofrío por todo mi cuerpo, y aparté la mirada de la suya, que era demasiado intensa, incluso en la penumbra. Oigo un sonido chirriante a mi lado y me doy cuenta de que Ángel ha dejado escapar algo así como una risita ahogada y se estaba conteniendo para no gritar.
vaca _
Después de veinte minutos de película ya perdí la cuenta de cuántas veces me tapé los ojos, cómo alguien puede querer ver algo así, yo me muero de miedo con las películas de terror y Ángel lo sabe. Ah, pero ella me paga.
- Si me enfermo aquí, será tu culpa. - le susurro al oído que me da un pellizco.
- Deja de ser fresco y mira, aún no ha mostrado demasiado. - responde ella, y mi miedo crece. Como en, nada mucho.
Ya iba por la mitad de la película y logré controlarme y no gritar, pero de repente aparece un espíritu y termino soltando un grito de susto. Y escucho una risa a mi lado. Creo que es Angel y la fulmino con la mirada, pero está tan absorta en la película que ni siquiera escuchó mi grito de miedo.
Frunzo el ceño confundido, pero recuerdo al chico que estaba sentado al otro lado. Lo miro, que todavía está tratando de ocultar su sonrisa.
Vuelvo a mirar la pantalla y, después de unos minutos, dejo escapar otro grito de miedo. Espero escuchar su risa, pero cuando lo miro, solo me mira con una dulce sonrisa en su rostro, como si estuviera tratando de transmitir algún tipo de tranquilidad. Y por unos segundos me pierdo viendo esos ojos, esa boca, esa sonrisa.
Vuelvo a ver la película, pero solo miro la pantalla sin ver realmente lo que está pasando en la película, solo la imagen de su sonrisa recorriendo mi mente una y otra vez.
Solo me doy cuenta de que la película ha terminado cuando Angel me sacude, llamándome para que me vaya.
- No estabas prestando atención a la película, ¿verdad? ¿Qué sucedió? pregunta con una expresión insinuante en su rostro.
- No pasó nada bebé. Simplemente no me gustan las películas de terror. - respondo y le guiño un ojo, quien sonríe.
- Saber.
Tengo una urgencia abrumadora de mirar hacia atrás mientras salgo del teatro para ver si todavía está allí, y no puedo controlar la urgencia. Yo miro.
Y ahí está mirándome, con esa hermosa sonrisa. Me doy la vuelta y me apresuro a salir, dejando atrás a Ángel pero me detengo a esperarla en la acera. Cuando se acerca, me mira como si acabara de decir que voy a salir a la calle sin ropa.
- No me preguntes nada, por favor. - pregunto en cuanto ella abre la boca, y la vuelve a cerrar, pero luego habla.
- Todo bien entonces. Ella pone su brazo alrededor de mi cintura y nos dirigimos a casa.
°°°
Paramos en una cafetería que está una calle después del cine, para comer algo.
- Las clases vuelven mañana, ¿verdad? - me pregunta Ángel y solo entonces recuerdo que hoy es realmente el último día de las vacaciones de julio.
- Gracias a Dios, ya no puedo quedarme en casa todo el día pensando en la vida. - Hago un ruido y ella se ríe.
- No te emociones demasiado, la escuela también apesta. - dice ella y un chico trae los menús.
- Pero al menos tenemos a nuestros amigos allí. - Le sonrío. - Tomaré una hamburguesa con queso. - le digo al tipo que espera pacientemente nuestro pedido.
- Quiero lo mismo, y dos quinientas Coca-Colas. - Completa Ángel y el chico sale tomando los menús.
°°°
En el camino, dejo a Angel en su casa y me dirijo a casa escuchando a Whitney Houston con auriculares.
Mientras busco en mis bolsillos la llave de la puerta, me doy cuenta de que se ha quitado el cartel de venta de la casa de enfrente, lo que solo puede significar que ya se ha vendido.
Me cambio de ropa, me pongo el pijama y en cuanto me acuesto varios pensamientos se apoderan de mi mente, sobre quiénes serán nuestros nuevos vecinos, si serán amigos de mi familia, o si serán aburridos.
Y luego, sin que yo lo permita, su sonrisa invade mis pensamientos, empujando a todos los demás, y todo lo que puedo pensar es en esos ojos marrones claros y esa boca roja. Siento una calma por dentro, ya pesar de saber que debo olvidar esa sonrisa, duermo con su imagen en mis pensamientos.
- cristiano. Despierta, son casi las seis y media. - llama mi madre llamando a la puerta del dormitorio y me froto los ojos en un intento de quitarme el sueño.
Me levanto y me meto en la ducha, paso un rato pensando en mi vida, y estoy feliz de darme cuenta de que no tuve la maldita pesadilla esa noche.
Gracias a Dios.
Cuando termino de arreglarme bajo a desayunar, y cuando termino ya son las siete de la mañana.
Putz .
Salgo corriendo de casa para llegar a la escuela lo más tarde posible, ya que no hay forma de que no llegue tarde.
Pero cuando llego a la escuela ya llego súper tarde, así que busco mi habitación que está en el último piso, cuando finalmente la encuentro inmediatamente me arrepiento de haber subido las escaleras tan rápido. Pero sonrío.
Ahí está saliendo de mi oficina, guapo y con la libreta bajo el brazo.
¿Qué diablos hizo en mi clase? Me escondo detrás del conserje que camina por el pasillo en la misma dirección que yo, hasta que lo perdí de vista.
Pero, ¿qué era ese cristiano? No tienes que esconderte de él. Allá. Creo que estoy loco. - Lucho conmigo mismo, y entro a la habitación, en cuanto lo hago, todas las miradas se posan en mí.
Afe. ¿Nunca me has visto? - Creo que molesto por toda esa atención. Pero eso es lo que obtienes por llegar tarde.
Tomo asiento en la parte de atrás del salón, detrás de Ángel, y comienza la clase de biología. Ya que la maestra, una mujer bajita con cabello rojo brillante, también llegó tarde.
Miro alrededor de mi clase y me doy cuenta de que solo hay un chico nuevo.
- ¿Ángel? - La pincho con la punta del lápiz y salta asustada.
- ¿Que pasó? - pregunta sin darse la vuelta para no llamar la atención del profesor.
- ¿Quién es el novato de ahí? - pregunto y ni siquiera necesito señalar, porque de nuevo solo está él en la habitación.
