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un amor Marino

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Betty
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Sinopsis

Esta es la historia de Levent Anderson, un joven que era marinero, era teniente preparándose para ser capitán del barco, por lo que le permitía viajar, pero en unos de sus tantos viajes conocerá a una bella joven llamada Camille, conocerá el amor en ella que le marcará su vida para siempre siendo un amor que estará esperándola en la mar...

RománticoDrama16+

capitulo 1 el empiezo de una historia

Levent caminó hasta llegar a la orilla del mar, devastado por la muerte de Camille Sáenz, la mujer que él amó tanto, se detuvo mirando hacia el cielo, llorando amargamente por ella, gritando con todas sus fuerzas el nombre de su prometida:

— ¡Camille! — gritó Levent hasta quedarse afónico.

Él cayó de rodillas cubriéndose la cara con sus manos, llorando desesperadamente por ella.

4 años atrás "18 de marzo de 1938".

Camille se preparó para irse a la escuela mirándose al espejo con su mochila ya puesta sobre sus hombros, le gustaba mucho estudiar, era las estudiantes más sobresalientes del colegio, su papá un general retirado, ve a su hija quien tenía 18 años ya era una señorita su madre había fallecido justamente cuando ella nació, pero para su padre ella era la copia exacta de su madre.

— ¿Lista, cariño? — preguntó Roberto mientras se paraba en la puerta de su habitación.

 — Si papá — contestó Camille mirando sonriente a su padre.

— Vamos, se te hace tarde para la escuela — respondió Roberto sonriendo tiernamente.

Camille asintió y vio Antonio, su hermano subiendo las escaleras y la ve con indiferencia, pues para el Camille era la culpable de que se muriera mamá.

— Hola — saludó tímida Camille.

Antonio la ignora pasando de largo, Roberto la abraza para después irse de la casa.

— No le hagas caso, él es un tonto por no querer acercarse a ti — agregó Roberto abrazando a su hija.

Camille asiente, pero se sentía triste, quería a su hermano a pesar de que él la rechazará, una hora después llegaron a la escuela y ahí se encontraba su mejor amiga Vanessa quién ya estaba casado con Fernando Álvarez quién era de la marina, Roberto se despide de su hija viendo que Camille y Vanessa entrarán a la escuela.

— ¿Lista para la clase? — preguntó Vanessa contenta y animada.

— Lista — Dijo Camille algo sería.

— ¿Qué sucede amiga? — preguntó Vanessa agarrando el hombro de su amiga.

— Lo mismo de siempre, mi hermano Antonio — habló Camille en un tono de amargura.

— Hasta cuándo entenderá que no tienes la culpa de nada — agregó Vanessa con un tono de coraje.

— No lo sé, no lo sé — respondió Camille a punto de llorar.

— Vamos amiga, no le hagas caso, él es un tonto, no se da cuenta de que se está perdiendo lo bonito que es tenerte como hermana — contesta Vanessa intentando animar a Camille.

Ella la miraba con una leve sonrisa, mientras que su mejor amiga la abrazó y van juntas al salón de clases, por otra parte, Antonio llega a la marina, vio que preparaban todo para el próximo barco que llegaría, era el barco del teniente Fernando Álvarez, Antonio aspiraba a ser teniente, pero nunca subía de rango, por ser el típico joven que se metía en problemas tras problemas no lo expulsaban por ser hijo del general retirado Roberto.

— Antonio, el próximo barco va a llegar, tenga listo todo lo que le dije — habló uno de los generales dándole la orden a Antonio.

— Así será — respondió Antonio.

—  Se me lo olvidaba, en un mes el barco del teniente Levent Anderson tocará tierra, esté pendiente de su llegada — dijo el general dándole la orden de nuevo a Antonio.

Él asiente y se va mientras pensaba,

— Con lo que me faltaba mi rival llegará a tocar tierra — pensó Antonio cerrando sus puños con ira.

Mientras que el barco de Fernando Álvarez había llegado, quién sostenía una cadenita, pues él esperaba volver a ver a su esposa, llegaron a tierra bajando todos del barco, él caminó apresuradamente para ver a su esposa en el colegio donde ella estudiaba, pero por ir tan deprisa chocó con Antonio quién estaba con la cubeta de limpieza.

— ¡Que no te puedes fijar! — Le gritó al teniente Fernando Álvarez.

— Bájale a tu tono conmigo — agregó Fernando con voz firme.

— Fíjate por dónde vas primero — alegó Antonio.

— No son maneras de hablarle a tu teniente — le recriminó Fernando a Antonio.

— Yo te hablo como se me pegue la gana — bramó Antonio de nueva cuenta.

— Calme su comportamiento conmigo — le recriminó de nueva cuenta Fernando.

Pero Antonio no se calmaba y provocaba a Fernando, haciendo que el general de la marina detuviera a Antonio y lo lleven preso por 15 días por faltas de respeto al teniente, peleando dentro de la base naval y llamando a su padre, el general retirado Roberto

quién se encontraba en la casa leyendo cuando recibe la llamada:

— ¿Diga? — preguntó Roberto algo sorprendido con la llamada.

— Hablamos de la base naval, su hijo Antonio Sáenz será arrestado por 15 días — le informó el general a Roberto.

— ¿Qué? Pero por qué motivo — respondió Roberto, preocupado.

— Venga, le diremos la razón — se limitó a decir el general por teléfono.

Roberto colgó el teléfono y fue a ponerse su saco y su sombrero, y fue a la marina a ver a su hijo, por otro lado, Fernando al fin había llegado a la escuela a esperar a su esposa Vanessa. Se baja del carro y ve a su esposa con su mejor amiga Camille, ella lo ve y Vanessa sonríe, se le iluminaba la mirada, Camille sonreía al ver a su amiga tan enamorada.

— Ve con tu enamorado anda — habló Camille mirando a Vanessa con ternura.

Vanessa sonreía.

— Ven te llevaremos a casa — le respondió Vanessa agarrando del brazo a su amiga.

— No, tranquila, me iré a caminar por la playa — respondió Camille, no quería interrumpir aquella escena romántica.

— ¿Segura? — preguntó Vanessa un tanto confundida.

— Segura, amiga anda, ve con él — agregó Camille sonriendo.

Vanessa abraza a su amiga y se va corriendo con Fernando, quién la carga dándole vueltas en el aire.

— Amor te he extrañado — respondió Fernando acariciando la cara de su esposa. — Dime por qué te dejé partir, sabes, soy un loco por no saber vivir — agregó Fernando mirando a Vanessa con ternura.

— No me digas nada, mi amor solo abrázame — respondió Vanessa sonriendo.

Él la abrazó y besó su cabello; sin embargo, Camille caminó por las calles añoraba un amor como el de su amiga Vanessa sus pasos la guiaron a la playa y decidió caminar por la orilla del mar, por su parte Levent llegó a Venecia, bajan del barco querían ir a un bar, pero recordó visitar a Marcela su hermana menor como él la consideró sin darse cuenta de que ella estaba enamorada en secreto de Levent, ella decidió no decirle nada sabía que jamás le haría caso, más por qué él es un mujeriego empedernido sin saber lo que era el amor... Levent llegó a casa tocando la puerta esperando que la puerta se abriera, encontrándose a su hermana con una gran sonrisa.

— Que alegría verte Levent — respondió Marcela con una sonrisa en sus labios.

Lo abrazó y Levent le dio un beso en su frente.

— ¿Cómo estás, pequeña? — preguntó Levent con una sonrisa.

— Bien Levent, pero ven pasa, mamá está en la cocina — ánimo, Marcela invitando a Levent a pasar.

Levent entró a la casa y su mamá sale.

— Hijo como estás — habló la señora Lorena, contenta de ver a Levent.

— Bien, señora mía — Se quitó su sombrero.

— Le traigo un pequeño botiquín — agregó Levent dándole un botiquín.

Lorena recibió aquel regalo.

— Oh muchacho — dijo contenta Lorena abriendo el botiquín. — Trae todo lo de enfermería, cómo le conseguiste — respondió Lorena, feliz.

— Tengo amigas enfermeras — respondió Levent con una sonrisa pícara.

— ¿Cuándo dejarás de ser tan mujeriego muchacho? — preguntó Lorena negando con la cabeza. Levent sonríe. — Dime muchacho, ¿No te has enamorado? — preguntó intrigada Lorena.

Marcela escuchó con mucho interés aquella conversación, quiso saber si Levent se había enamorado.

— Señora mía, el amor no es para mí, además yo vivo en la mar — respondió Levent sonriendo con algo de picardía. — Yo soy de muchas mujeres, señora mía, el amor no existe para mí — agregó Levent con algo de firmeza en sus palabras.