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El camino

Con miedo entró y se fueron, con el sonido en el último volumen uno pasando la botella al otro y corriendo mucho en la pista. Aquellos jóvenes no podían ni imaginar lo que el destino les deparaba aquella noche.Melissa temblaba, mientras Roberta y las otras dos cantaban a todo volumen al son de Bon Jovi y bebían con ganas de llegar a esa fiesta, pero al pasarle la botella de vodka al conductor se le resbaló y trató de cogerla antes de derramar la bebida y resbalar del volante.

James - El volante hay algo que no funciona, ¡no puedo controlarlo! (Tratando de esquivar los faros que se acercan).

Acabaron cruzando el carril contrario y colisionaron con un camión que venía a toda velocidad por el carril contrario. Ninguno de ellos llevaba puesto el cinturón de seguridad, en ese momento la fuerte tormenta se intensificó aún más.

La carretera se detuvo con los escombros del accidente, el hombre que conducía el camión salió medio mareado y con una herida sangrante en la cabeza.

Rener - Se interpusieron en mi camino y no pude evitarlo, conseguí sacar mi lado pero ¡no pude evitar la colisión!

La gente de los otros coches se asustó y se dirigió a lo que quedaba del coche donde estaban los jóvenes.

Unos minutos más tarde, llega la ambulancia y también los bomberos, que intentan abrir los restos del coche para, al menos, sacar los cuerpos.

Bombero - Desgraciadamente, no debe haber nadie vivo dentro de ese coche.

Bombero 2 - Dijeron que venían a gran velocidad y terminaron en medio de la carretera.

Bombero - ¡Dios!

Fueron a buscar los equipos para abrir la carrocería del coche y cuando cortaron los restos del coche, también se les rompió el corazón al ver a esos jóvenes, absolutamente sin vida.

Bomberos - Sólo tenemos que sacarlos de aquí ahora.

Fuera de allí, Dionísio vio una película con Jussara y comieron palomitas tumbados en el sofá.

Jussara - No me gustan los dramas, me da esa sensación de impotencia. ¡Odio las cosas que no puedo controlar!

Dionisio - Melissa me recomendó esta película, le gusta, aunque se emociona mucho cada vez que la ve.Se levantó y fue a la cocina, tomó un vaso de agua. Cogió la foto de Melissa que estaba pegada a la puerta de la nevera con un imán, cerró los ojos y recordó el día en que su hija casi se ahoga. Parecía estar reviviendo esa sensación una vez más, era un deja vu.

Cuando siente un fuerte escalofrío en el cuerpo y le entran escalofríos por todo el cuerpo en ese momento se reproduce una película en su cabeza... la granja, la piscina, la niña de ojos verdes.

Dionisio - ¡Algo le pasó a Melissa, Dios, siento el frío!

Jussara le oyó decir y fue a la cocina, Dionisio estaba blanco como el papel y sudando.

Jussara - Cariño, ¿por qué dices esto? Está bien, sólo se fue a dormir a casa de su amiga.

Dionisio - No, siento lo que pasó. Voy a llamar allí y no me calmaré hasta escuchar su voz.

Cogió su teléfono móvil e inmediatamente llamó a la casa de Roberta y le contestó una voz que sonaba un poco alterada.

Dionisio - Buenas noches, ¿puedo hablar con Melissa?

Eva - Se fueron hace unas horas a una fiesta fuera de la ciudad.

Dionisio se estremeció, por primera vez su hija le había mentido y ahora más que nunca le invadía el miedo por completo.

Dionisio - Una fiesta en las afueras de la ciudad, ¿dónde está ese lugar, me lo puedes decir?

Eva - A unos diez kilómetros, en ese club llamado Paraíso.

Dionisio - Gracias.Dionisio colgó el teléfono, ya sudando de los nervios, y corrió a buscar las llaves del coche.

Jussara - ¡Cariño, espérame!

Jussara le acompañó y se pusieron en marcha, ella conducía porque él no estaba en condiciones emocionales de hacerlo. Respiró con fuerza, se secó el sudor de la frente a pesar de que era una noche fría. Algo en su interior le decía que esa noche sería la peor de toda su vida.

Jussara - Por favor, cálmate Dionisio, ella está bien, verás que no hay razón para tener miedo.

Dionisio - No sentiste lo mismo que yo, sólo me calmaré cuando hable con ella. Y lo último que dije fue que no quería verle la cara ¿no entiendes que si ha pasado algo no me lo voy a perdonar nunca?

Jussara - No pienses lo peor, ten fe.

Ella estira su mano y acaricia la de él, que estaba en su propio muslo. Pronto vieron muchos coches parados y se había formado una enorme cola. La carretera estaba bloqueada a causa del accidente y no podían avanzar aunque la prisa era enorme.

Jussara - Parece que tenemos un obstáculo.

Dionisio abrió la ventanilla del coche y luego hizo un gesto a un policía que vino corriendo.

Dionisio - Por favor, policía, dígame qué ha pasado. ¡Necesito pasar y rápido!

Hugo - Imposible señor, un terrible accidente ocurrió delante de mí."Mis piernas me fallaron, sentí que si hubiera estado de pie habría caído en un abismo sin fin. Había entendido lo que significaba ese sentimiento de muerte".

Dionisio sabía dentro de su corazón que su hija estaba allí, quería negarse a sí mismo pero no podía.Se bajó del coche en medio de la lluvia, que empezaba a ser más intensa, y miró a lo lejos aquella fila de coches.Volvió a acercarse.

Jussara - Súbete al coche, amor, quedarte atrapado en esta horrible tormenta no va a ayudar en absoluto.

Dionísio - ¡No descansaré hasta ver a mi hija!

Tuvieron que permanecer allí durante casi una hora y él no soportó esperar más, aunque los policías se lo impidieron corrió lo más rápido que pudo y sólo vio aquel coche totalmente destrozado y un camión golpeado, pero no había más cuerpos allí.Vio a lo lejos, entre el coche accidentado y el camión, a una chica que caminaba en medio de aquella fuerte tormenta llena de relámpagos que iluminaban el cielo.

Tenía las dos manos cubriendo su cara y parecía aturdida, como si no supiera a dónde ir y los faros del coche iluminaran su cuerpo. Jussara se acercó a él intentando protegerse de la lluvia con una chaqueta sobre la cabeza.

Jussara - Cariño, volvamos al coche.

Preguntó Jussara, que se sorprendió de su mirada fija en esa dirección.

Señalaba hacia adelante.

Dionisio - ¡Hola!

Jussara - ¿Con quién estás hablando?

Dionisio - ¿No ves a esa chica?

Jussara - ¿Qué chica, Dionisio?

Preguntó Jussara, sin entender absolutamente nada, y en ese momento su teléfono móvil vibró en su bolsillo. Y cuando contestó, miró al mismo lugar y no había nadie.

Jonas - Hola.

Dionisio - Hola, me gustaría hablar con Dionisio Ferreira.

Dionisio - (Suspirando con angustia) Soy yo...

Jonas - Desgraciadamente las noticias que vengo a darte no son buenas, tu hija Melissa ha sufrido un grave accidente en la carretera con tres amigos saliendo de la ciudad. Dionisio cayó de rodillas, ya llorando.

Dionisio - Y está muerta, ¿no?

Jonas - Por desgracia, todos los que estaban en el coche murieron.

Dionisio deja caer el móvil al suelo y Jussara le abraza aún de rodillas, lloran juntos entre varios coches y bajo aquella lluvia.

A pocos metros...

María Iris se acercó a esa chica, que parecía no tener rumbo, caminando por la carretera bajo la lluvia. Ella estaba aquí para poner las cosas en su lugar.

Melissa - Estoy perdida.dice Melissa, apartando ambas manos de su cara.

María Iris - Ya no estás perdida, porque he venido a llevarte conmigo.

María tomó las frías manos de la joven, que miraba a su padre desde lejos tan desconsolada en medio de aquella tormenta.

Melissa - ¡Por favor, déjame quedarme, es mi padre y me necesita mucho!

Maria Iris - No puedo hacer eso, siempre tenemos que seguir las reglas.

Melissa - ¡No resistirá sin mí, lo sé!

Los dos se abrazan, había muchas más cosas involucradas en la tan prematura partida de Melissa y tendrían que unirse para desentrañarlas.

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