Capítulo 11
Además, con tales palabras, Leah quería advertirle a Selena que Luke solo la utilizaba para luchar contra la familia Riddle y que ella solo era una herramienta insignificante.
Selena se puso de piel al lado de Luke, miró hacia Leah y, con una leve sonrisa en los labios, se mofó:
—Leah, ¿puedes ser más perra?
Leah de inmediato lloró y las lágrimas se deslizaron por su cara encantadora, luego se hizo la agraviada diciendo:
—Selena, lo hago por tu bien...
Selena la interrumpió antes de que pudiera terminar de hablar y dijo con frialdad:
—No soy tonta. No te hagas la agraviada. ¿Qué? ¿Tienes miedo?
Con una mueca de desprecio, continuó:
—Aún no he empezado a hacerte nada y ya tienes tanto miedo. ¿Qué vas a hacer si empiezo a tomar medidas después?
Ante las burlas de Selena, Leah se quedó tan enojada que su cara se puso muy fea, y se disponía a decir algo cuando Dominic, que fumaba molesto a un lado, habló bruscamente:
—Basta ya, Leah. Ya que ella misma decide degradarse, ¿por qué tienes que ser buena gente y ayudarle? Aunque muriera miserablemente afuera, ¡se lo merecería!
Leah dijo en voz débil y agraviada:
—Pero si Selena vaga sola afuera, será engañada fácilmente. Si se mete en problemas serios, podría involucrar a la familia Riddle y a la familia Walson...
Luke soltó una carcajada desdeñosa y dijo:
—Señorita Leah, te crees demasiado.
Leah levantó la vista para mirar al hombre de enfrente y apretó los dientes con odio.
Luke continuó con una sonrisa:
—Si quiero tratar con la familia Riddle y la Walson, bastará con unas palabras. ¿Por qué tengo que aprovecharme de una chica débil? ¿Crees que soy tan desvergonzado como tú?
Luego miró a Dominic, quien tenía el ceño fruncido, y dijo sarcásticamente:
—Yo no soy tan ciego como el señor Dominic. Señorita Leah, tu actuación torpe no puede engañarme.
Dicho esto, se apartó, le hizo una elegante reverencia a Selena y luego dijo respetuosamente:
—Vámonos, señorita Selena.
Selena miró a Leah, que estaba muy sonrojada, sonrió débilmente y se dio la vuelta para irse.
Leah miró su espalda, apretó con fuerza los puños y sus ojos se volvieron fieros.
Con el ceño muy arrugado, Dominic preguntó:
—¿Cómo Selena se unió al Grupo Olympus? ¿Y por qué Luke siempre está a su favor?
Leah siguió actuando, fingiendo estar preocupada por su hermanastra, y dijo:
—Toda la culpa es mía. Selena abandonó la casa sin llevarse nada. Ahora ni siquiera tiene un lugar donde vivir. Si al ser forzada por la vida dura sigue el ejemplo de esas mujeres indecentes para ganarse la vida, me temo que...
Dominic recordó de repente que Luke se conocía como dandi en Creephia y puso una cara fea.
—¡Zorra! —maldijo Dominic con rabia.
***
Selena se acercó al coche, luego se volvió hacia Luke y dijo:
—Señor Luke, muchas gracias por lo de hoy. Volveré a casa primero.
Luke le abrió personalmente la puerta del coche y le contestó con una sonrisa:
—Señora Selena, siéntase libre a contarme si necesita algo. Por el bien de mi vida, por favor, no vuelva a salir sola...
Luke sabía que si Selena sufría algún agravio en la empresa, Osvaldo no lo perdonaría fácilmente y lo castigaría duramente.
Sabiendo que a Luke le preocupaba que ella se molestara por lo de Dominic y Leah, Selena dijo:
—Señor Luke, no te preocupes. Ahora no pueden hacerme daño y no dejaré que lo hagan.
La Selena a la que podían hacer daño había muerto.
Para la Selena actual, esos dos cabrones desvergonzados solo eran enemigos.
Al oír esto, Luke se alivió bastante y se sintió muy satisfecho con la perspicacia y decisión de Selena.
Luke pensaba que si Selena todavía sentía algo por Dominic y se negaba a ser dura con él a estas alturas, entonces no era digna de Osvaldo.
Un hombre tan honorable y poderoso como Osvaldo no podía reducirse a un sustituto de Dominic. Aunque a Osvaldo no le importara tal caso por amar a Selena, como su buen amigo, Luke nunca permitiría que eso sucediera.
Selena subió al coche y volvió a la villa de Osvaldo.
Acababa de entrar en el salón cuando el amo de llaves le entregó una caja y le saludó con una gran sonrisa:
—Me la mandaron por la mañana. Señora, abra para ver si le gusta.
Selena le dio las gracias, abrió suavemente la caja y vio un delicado collar tallado en forma de estrella que descansaba tranquilamente sobre el precioso terciopelo, era radiante y reluciente.
El collar era hecho con ese precioso zafiro.
Los ojos se le iluminaron a Selena al instante y ella puso una expresión muy alegre.
—Me encanta. Muchas gracias, Hugo.
Ella subió las escaleras con el collar y lo guardó con cuidado en el cajón. Tras descansar un momento, se dirigió al estudio.
Como Selena no conocía mucha información sobre la industria del entretenimiento, encontrar un personaje femenino que encajara con el del guion no le sería fácil.
***
Dominic regresó a su casa.
Al ver a su hijo, la señora Walson inmediatamente preguntó:
—¿Has encontrado a Selena?
Dominic se aflojó un poco la corbata y respondió impaciente:
—Sí.
—Entonces, ¿por qué no la has traído de vuelta? —la señora Walson preguntó en una voz insatisfecha— ¿Has olvidado lo que te dije?
Dominic, pensando en la frialdad de Selena hoy, puso una cara fea y contestó:
—Mamá, no te preocupes. Ella nunca podrá escaparse de mí.
Durante los años, Selena había estado complaciendo a Dominic y escuchándolo en cada cosa, y por esta razón, Dominic sostenía que Selena le quería tanto que nunca le desobedecería. Pensaba que volvería a él como un perrito fiel si la engatusaba un poco.
La señora Walson, muy descontenta con las palabras de su hijo, dio un fuerte manotazo sobre la mesa y gritó:
—¿De verdad crees que Selena no se enfadará contigo? ¿Ha acudido a ti por su propia voluntad alguna vez desde esa noche de boda? ¡Las mujeres son más desalmadas de lo que crees! Bueno, sigue mimando a esa Leah, ¡pero no te quejes cuando pierdas el 20% de las acciones del Grupo Riddle!
Dominic, al ver que su madre estaba realmente enfadada, frunció el ceño, se tranquilizó y dijo con voz grave:
—Bueno, bueno, mamá, no te enfades tanto. Mañana iré a buscarla.
***
Cuando Osvaldo llegó a casa por la noche, la criada le dijo que Selena había pasado la tarde en el estudio y no había salido a cenar.
El hombre subió inmediatamente las escaleras, empujó suavemente la puerta del estudio y encontró a Selena dormida en el sofá.
La chica estaba preciosa bajo la cálida luz amarilla, acurrucada, con la cabeza apoyada en las manos.
Había varios libros abiertos esparcidos por la alfombra.
Osvaldo se acercó a ella en silencio, se agachó un poco, y miró con cariño su rostro delicado y bonito.
«La Bella Durmiente» parecía estar teniendo una pesadilla, y sus cejas estaban ligeramente fruncidas.
Osvaldo le besó suavemente la frente y le susurró con ternura:
—Está bien. Duérmete, cariño.
No importa cuál fuera su pesadilla, terminaría para siempre, pues Osvaldo siempre la cuidaría y la amaría.
