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3

Maldita sea, se ve tan caliente...

- ¡Necesito más información! Tomo mi vaso y tomo un gran trago. -¡Tengo que asegurarme de que tenga el pendrive!-Me levanto a por otro vaso de whisky.

- ¿Hoy amanecí de mal humor jefe?- suelta una pequeña carcajada.

- ¡Siempre estoy de mal humor! - digo saliendo de la oficina.

Voy al sótano donde hay escaleras escucho gritos de dolor, abro la puerta y veo al tipo amarrado con el ojo derecho hinchado.

Le digo a mi secuaz que deje de golpearlo, agarro una silla que estaba en la esquina de la habitación y la pongo frente a él y me siento tomando mi bebida:

- Necesito saber quién fue el último en ir tras el pendrive. - pregunto al verlo quejándose de dolor.

-Mira... ya te lo dije... yo... ¡no lo sé! -El tipo habla con dificultad.

-¡Me estoy quedando sin paciencia! Digo mirándolo con frialdad.

-Te juro que... ¡No lo sé! - Escucho esas palabras y se me acaba la paciencia ataco el vaso con todo lo que hay en la pared.

Sostenga su mandíbula con mucha fuerza:

- Necesito que salga algo útil

de esa boca tuya o perderás la lengua, ¡

tú eliges! - digo soltando su rostro.

- ¡Está bueno! Ah... hace un tiempo un tipo queria saber de un pendrive... que se lo habian robado a otra mafia... la verdad no se... pero la ultima vez que supe de este pendrive fue con el mafia americana!

- ¡Necesito saber el nombre! - digo levantándome dirigiéndome hacia los objetos de tortura.

-Hombre... ha pasado un tiempo... ¡Ni me acuerdo! - Lo miro fijamente, viendo su desesperación tratando de liberarse. -Por favor... ¡Te lo dije todo!

-¡Bueno no fue suficiente! - hablo con los alicates en la mano.

Me acerco a él y agarro su mandíbula haciéndolo abrir la boca, pongo las pinzas en la punta de la lengua del tipo:

- ¿Seguro que no recuerdas el nombre?- se queda en silencio.- ¡Lo tomaré como un no!- Apreté las tenazas viéndolo luchar de dolor.

Ni siquiera le había arrancado la lengua, la cortaría por la mitad.

Tiré las pinzas sobre la mesa y me recliné en la silla.

Este bastardo sabe algo, necesito averiguar si este Jonathan Colinas tiene la memoria USB:

- ¿El nombre de Jonathan Colinas significa algo para ti? -Lo veo con la boca llena de sangre intentando decirme algo. -¿Tiene el pendrive?- Pregunto empezando a perder la paciencia de nuevo.

Escucho pasos bajando las escaleras y me giro para ver a Sebastian entrar a la habitación:

"¿Te dio alguna información?", pregunta apoyado contra la pared.

- ¡Ese cabrón no sabe nada! -digo levantándome.-¡Mátalo y tíralo en cualquier callejón!

- Espera... ¡Te lo cuento!- Lo miro con una leve sonrisa. -Pero yo quiero salir... ¡vivir de aquí!- habla con un poco de dificultad pero es comprensible.

Me siento frente a ella de nuevo y asiento con la cabeza.

- Jonathan​ controla la mafia americana... es muy poderoso... pero otros chicos se enteraron del pendrive... pensaron que lo tenía... así que invadieron la casa... se suponía que iban a matar a todos familia... pero solo mataron a su esposa... después de eso descubrió quién tenía esa maldita memoria USB... así que lo mató... ese cabrón se llamaba... R -Sigo.

-¡Ryan Somerhalder!-Termino el nombre. -¡Soy el hijo de ese bastardo!

-Cálmate... No quise decir eso...- Me levanté.

- ¿Qué hay en ese pendrive?-pregunto impaciente.

- No lo sé... pero todos los que van tras este negocio... terminan por no... estar aquí para contarlo! - Me acerco a la puerta y lo miro de nuevo.

- ¡Pero estaré aquí para contarlo! - Miro a Sebastian y este saca un arma de su espalda.

- Espera... ¡Dije todo... lo que sé! - dice desesperado.

- ¡Lo siento hombre, nada personal!

Salgo de la habitación escuchando tres disparos seguidos.

Voy a mi oficina y tomo la botella de whisky y empiezo a beber, bebo a grandes tragos.

Después de una hora más o menos, Sebastian aparece en la puerta:

- ¡Tiré al tipo al callejón y le puse algunas drogas para que la policía pensara que era un adicto! - No contesto nada.- ¡Oye Ian! ¿Eres genial, hombre? - Se acercó un poco más.

- ¡Quiero ese pendrive!-hablo con frialdad.

- ¡Escuché que Jonathan llegó ayer de Dubai! - dice cruzándose de brazos.

-¿Cómo sabes eso?- digo tomando el resto del whisky.

- ¡Tengo amigos Ian! - dice con una sonrisa en su rostro.

Sebastian es muy inteligente, conoce a mucha gente, así que lo necesito. Él es mis ojos y oídos fuera de esta mansión:

- ¿Cuál es tu plan? ¿Vas a secuestrar a Jonathan?- pregunta curiosa.

- ¡Para conseguir lo que quiero, voy a conseguir algo que él no podría soportar perder! - digo con una sonrisa en mi rostro.

- Vas a conseguir la casulla, ¿verdad Ian? - Deja escapar una carcajada.

- ¡Hará lo que sea para que vuelvas allí! - digo mirando fijamente tu foto. -¡Porque yo también lo haría por una chica hermosa como ella! - Susurré.

- Bueno, ¿cuándo vamos a llegar allí? - Pregunta dirigiéndose hacia la puerta.

- ¡En unos días!-Él asiente y luego se va.

Voy a la cocina y preparo algo de comer luego subo a mi habitación, me doy una ducha larga y luego me tiro en la cama. Pero pasan las horas, miro hacia el costado viendo el reloj marcado: mañana.

Mi mente solo pensaba en el pendrive... Jonathan... Izabella.

Pero ya sabía lo que tenía que hacer para vengarme, tenía que... matar allí.

Bajo las escaleras todavía con sueño, fue muy agotador estos días que salí con mi padre hicimos varias cosas fuimos al centro comercial, restaurante y fiestas y bla, bla, bla.

Voy al comedor por una buena taza de café:

-Buenos días...- pero a la única persona que veo es a Luke.- ¿Dónde está la gente? - pregunto cruzando los brazos.

- ¡Buenos días para tú tambien! - dice mirándome raro. - Por cierto, lindos shorts! - dice con una pequeña risa.

Me da vergüenza recordar que estoy en pijama:

- ¡No respondiste a Luke! - Estoy tratando de ser serio.

-¡Se fueron los dos! - dice, encendiendo un cigarro. -¿Tiene hambre? -pregunta mirándome de reojo.

-¡Soy un poco! ¿Qué hora es?

- Bueno... ¡casi es la hora de comer!- Mira su reloj.- ¿Quieres salir a comer hoy? - pregunta, levantándose.

Asiento con la cabeza, luego subo a mi habitación y me doy una ducha rápida y me cambio, me maquillo un poco y me suelto el pelo. Bajo de nuevo, Luke ya me estaba esperando en el auto:

- ¡Llegué! - digo entrando

-¡Maldita puta, que tardanza! - dice resoplando. - ¡Pero hasta que valió la pena! Me mira y suelta una pequeña risa.

-Soy bonita, ¿verdad?- digo encontrándome a mí misma.

- No hay mucho que he visto mejor!

Lo miro, viéndolo reírse de mí.

Luke es chévere hasta llamándome perra, fresca, asustadiza y hasta niña, cuando llegan vacaciones o feriados siempre pasa conmigo, mi hermano nunca está en casa y cuando está peleamos por papá aun así no me enfado porque tengo a Luke para hacerme compañía.

Fuimos al restaurante, en el camino hablamos. Al llegar al restaurante, vi a una chica en la entrada:

- ¡Buenos días Sr. Luke! - La chica habla con la mayor intimidad.

- ¡Buenos días Sara! - dice dándole un beso en la mejilla.

- ¿Estás acompañado? - pregunta mirándome.

- ¡Sí! - Me mira.

Ella nos acompaña a la mesa, el restaurante era muy bonito pero no había mucha gente a esa hora. Tan pronto como llegamos a la mesa, Luke acercó la silla y me hizo un gesto con la mano para que me sentara:

- ¡Gracias Lucas! Me siento y luego él se sienta frente a mí.

Al rato aparece una chica pelirroja y toma nuestro pedido, yo pido pasta en salsa blanca con camarones, ensalada mixta y jugo de limón y Luke pide bistec con papas y whisky fuerte.

Veo a Luke mirando por la ventana que da a la calle:

- ¿Qué pasa con la recepcionista? - digo con una sonrisa maliciosa.

- ¿Sara? ¡He tenido sexo con ella! - dice sonriendo, me doy una pequeña risa, habla con tanta naturalidad.

Pronto llega la comida y atrapo a Luke mirándome:

-¿Que pasó? - pregunto tomando un sorbo de jugo.

- ¡Nunca me hablaste de Andrew! - su mirada era de pura malicia.

Tomo un gran trago de jugo mirando hacia otro lado porque odio hablar de él:

- ¡Ay, no sé de qué hablas Luke!

- ¡No hace falta que me mientas perra, de verdad crees que no me di cuenta de que estás enamorada! - habla sorbiendo su whisky.

- ¡Yo no estoy enamorado! Él... Él... fue un gran error y se ha ido y ¡espero que nunca regrese! - Hablo con frialdad.

-¿Te lastimó? -pregunta preocupado.-¡Dale su nombre completo y te lo soluciono! - por el sonido de su voz no está bromeando.

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