Una nueva historia para los dos

- Maldita sea es tarde !!!!! – como todas las mañanas no escuché ese maldito despertador, que luego digo porque hay que levantarse de madrugada como si fuéramos gallos y luego pasar el resto del día lejos de esa cama calentita, cómoda y confortable que parece abrir sus brazos para darte la bienvenida y consolarte, quienquiera que haya hecho estas reglas, debo decir que es solo un sociópata con un complejo de inferioridad a niveles megagalácticos.

- Hermana mayor tengo hambre me puedes preparar el desayuno? – Siento algo tirando de mi camisa mientras estoy en el baño tratando de ponerme por lo menos presentable y agachándome veo dos grandes ojos verdes mirándome soñolientos

- Claro cariño ahora estaré ahí solo un momento -

- Pero Camila cada vez que dices un momento al menos pasan minutos antes de que aparezcas y tengo mucha hambre -

- Dios santo aquí estoy Sam - digo terminando de ponerme un poco de rímel y tomándolo en mis brazos salgo de mi habitación que comparada con el centro de la ciudad en hora pico parece menos desordenada

- Quiero Nutella, Nutella, Nutella – grita Sam golpeando con sus manitas la mesa

- Si, si ya voy - y en poco tiempo le haré el desayuno

-Tommy y Lucas donde estan? - pregunto comenzando a limpiar la mesa

- Dijeron que querían ir a la escuela sin que yo los acompañara, dijeron que les da vergüenza que los vean con su hermana todo el tiempo – me dice con la boca llena de Nutella

- ¡Qué desagradecidos son esos dos matones, cuando lleguen a casa me van a escuchar! Sam, ¿nos vamos? - le digo, ofreciéndole mi mano que prontamente me estrecha y juntos caminamos hacia su parvulario.

Una vez allí después de llenarlo de besos que lo avergonzaron como el demonio, corro como todos los días de mi vida hacia mi universidad, creo que ya me puedo definir como un velocista profesional.

- Oye niña siempre corriendo como siempre?!? – Siento dos brazos alrededor de mi cintura y luego siento que me levantan del suelo como un saco de papas

- Mark, me estás aplastando - e inmediatamente mi mejor amiga me baja y luego me alborota el cabello que con tanto esfuerzo había vuelto a poner en su lugar

- Hola chicos – se acerca mi otra mejor amiga Lucy, en realidad no mejor la definiría como la hermana que nunca tuve

- Cómo estás ? ¿Tuvo un buen fin de semana? – nos pregunta con una sonrisa llena de dientes, clara señal de que se lo está pasando bien estos días

- Lucy tu sabes con quien estas hablando, este tipo llego a casa hace no mas de unas horas de una fiesta que creo que empezo el viernes por la noche si no me equivoco, he perdido la nocion del tiempo desde que me encontre desnuda con un sombrero de vaquero en la cabeza en un jacuzzi -

- Mark, siempre eres el mismo - le digo poniendo los ojos en blanco, es el mejor ejemplo de un fiestero crónico de esos que si se hace una fiesta en Caniccattì, ten por seguro que ahí estará

- Oye siempre soy el alma de la fiesta, donde quiera que voy llevo felicidad -

- Si tienes grandes dolores de cabeza por el desgraciado que te escucha cuando estás borracho, eres peor que un disco atascado -

- Pero Lucy entonces me lastimaste profundamente – dice tocándose el corazón

- Chicos, olvidémoslo y vayamos a clase para seguir la divertida lección de literatura moderna. - Intervengo caminando hacia la entrada al escuchar a los otros dos resoplando fuertemente.

- Lo cual entonces digo porque tienes que estudiar todas estas cosas cuando quieres ir y ser periodista, realmente es una cosa sin sentido como ir a estudiar cómo se construyen las motos si quieres conducir un auto -

- Aquí empieza de nuevo la historia de siempre, Mark de vez en cuando ¿podrías estar cinco minutos sin hablar? –

- No Lucy, tengo que expresar mis pensamientos, de lo contrario me sentiría culpable por no compartir mis píldoras de sabiduría contigo -

- Oh, por favor, detente, cuanto más sigues, más escucho solo blablablabla -

- Hola Lucía!!! - se detiene y comienza a desordenar su cabello que odia más que nada en el mundo. Sigue como cada vez una pelea con patadas, esos dos nunca cambiarán cada vez siempre termina así y cada vez tengo que dividirlos, como si fuera su enfermera.

- Chicos la primera vez que se detenga le haré mi pastel especial - y al escuchar estas palabras ambos se congelan con las manos en el aire en una pose que consideraría de una caricatura de Looney Tunes

- Paré antes -

- Que dices, fui yo quien paró antes –

- Pero eres ciego además de tonto -

- ¿A quién llamaste estúpido? – eso es todo empiezan de nuevo, está bien doy un paso más y me voy a clase eso es mejor ya llegamos minutos tarde a sus peleas

- Chicos, hasta luego – probablemente ni siquiera me escucharán por el lío que están haciendo gritándose el uno al otro. Siempre el mismo galimatías esos dos.

Después del horario escolar me escapo a mi trabajo en una tienda de ropa, pero mientras corría a una velocidad de vértigo me topo con un tipo que no miraba por dónde iba, terminé con mi trasero en el suelo él con un camisa manchada de café

- Estás bien ? Estaba perdido en mis pensamientos y no vi a dónde iba - dice preocupado mientras me ayuda a levantarme y lo mira mejor, es muy lindo y amable también

- No importa, estas cosas pasan - digo mientras miro el reloj en mi muñeca

- Maldita sea, llego tarde, adiós - grito cuando estoy lejos sin siquiera darme la vuelta para ver si me escucha

Después de horas que parecían interminables, recojo a Sam y nos vamos juntos a casa.

- Entonces, ¿qué hiciste en la escuela hoy? - le pregunto mientras caminamos de la mano

- Dibujé un auto deportivo como los que veía en la tele y la maestra me dijo que estaba bien -

- Bravissimo pequeño - le pellizco las mejillas ahora frente a la casa

-Tommy?? Lucas?? - grito mientras cruzo la puerta de la casa e inmediatamente escucho gritos en respuesta, ok estoy en casa ahora me pueden escuchar

- Oigan mocosos porque se fueron esta mañana sin decir nada?? Y luego esta historia de que no quieres que te vean conmigo?? - le pregunto abriendo de par en par la puerta de su habitación, encontrando a Lucas en ropa interior y a Tommy tirado en la cama absorto en leer una revista deportiva

- Maldita sea, Ly es pedir un poco de privacidad en esta casa ¿demasiado pedir? Las puertas se hicieron por una razón, ¿sabes? - me grita mi hermano tirandome una almohada en la cara

- Si si bien, mientras tanto vístete y Tommy me contestas porque no me dijiste nada sabes que odio cuando te portas así y sin embargo lo haces de todos modos - digo mientras veo que la persona en cuestión parece ni haberme visto entrar

- Tommy te hablo a ti - le digo acercándome a su cama, pero no da señales de escucharme

-Tommy!!!!! - le grito, arrebatándole la revista de las manos

- ¡Devuélveme la revista que estaba leyendo! – se queja tratando de recuperarlo con pocos resultados

- Y me respondes -

- Que debo responderte?? –

- ¿Quieres decirme que en todo este tiempo no has oído nada de lo que he dicho? - pregunto asombrado, se que mi hermano vive en un mundo propio, pero aun no escuchar lo que pasa a su alrededor es lo peor

- El quid de la cuestión, querida hermana mayor, es que ya somos grandes, estamos en la secundaria y no queremos que los demás se burlen de nosotros porque todavía nos llevan a la escuela - dice Lucas, finalmente vestido, mientras Tommy roba la revista de mis manos y vuelve a su burbuja

- Vas a la secundaria y entonces te crees mayor?? - pregunto atónita - Pero si tu boca sigue sucia de leche - digo pellizcando sus mejillas regordetas

- Por eso también no queremos que nos acompañe más, nos trata como mocosos, ya no somos como Sam, en fin, nos gustaría que nos trataran como hombres -

- ¿Qué hay de los hombres? ¿Hablas en serio? –

- Si Ly, seamos serios – me dice Lucas rodando los ojos y resoplando

- No pasa nada si creo tanta vergüenza.... - Me llevé una mano a la cara

- No, hermana mayor, no hagas eso, no quisimos ofenderte... - Lucas empieza a gesticular y a rascarse la cabeza, mientras Tommy nos mira un momento y luego vuelve a su lectura.

- Lo hice solo para ti, pensé que te gustaba - Me tiro de rodillas

- Ok ok ok hermana mayor me retracto acompáñanos a la escuela o incluso ven a recogernos, aunque no llores - dice Lucas arrodillándose a mi lado y poniendo una mano en mi hombro

- Hablas en serio ? - pregunto abriendo los dedos de la mano para mirarlo

- Claro - dice con cara de sincero

- Ok entonces - me levanto y sonrio

- Oye fingiste?? Me hiciste sentir culpable – dice Lucas dejándose llevar por el suelo acostado

- De todos modos no te preocupes entiendo que ya no te acompaño, pero quiero que me mandes un mensaje cada vez que llegues a la escuela no admito objeciones - le digo señalándolo con el dedo

- En realidad ?!?! Gracias Ly eres la mejor hermana del mundo!!! -Lucas me abraza

- Hola chicos, ¿qué me perdí? – pregunta Tommy, levantándose de la cama y mirándonos con cara de interrogación mientras ponemos los ojos en blanco, es un caso perdido desde el principio.