Capítulo 2 – El jefe
Marcus estaba sonriendo, su día sería grandioso pensó, le habían confirmado la firma de un contrato que le daría millones a su empresa, después de negociar por meses finalmente su adversario había cedido y le vendería parte de sus acciones, con esto ocuparía el 52 % del mercado y ya no habría nadie que se interpusiera en su camino, sin duda después de esto su madre lo dejaría en paz, estaba cansado de que lo viera como un playboy y le agendara citas todas las semanas, sabía por qué, era su culpa, luego de que descubriera un secreto terrible de su padre se dejó llevar por la locura de la juventud y empezó a cometer locuras, salía con cualquier mujer que le daba una sonrisa, nada le importaba más que su propio placer, eso duró muchos años hasta que un día le costó demasiado, desde la muerte de su padre había tratado de dejar esa vida atrás y ganarse el respeto de su familia y en especial el de los accionistas de la empresa que heredó de su padre, fueron largos 4 años, pero finalmente probaría su valor a todos si lograba esta compra, porque podría garantizar el futuro de la empresa en el mercado nacional, sí hoy definitivamente sería un día glorioso
- Señor ya tengo los documentos listos
- Ya era hora, llevo esperando más de 1 hora
- Lo siento señor, pero como sabe está sin asistente personal
- ¿Ya otra vez?
- Usted la despidió el lunes pasado, ¿no lo recuerda?
- Ah sí, era una inepta
- Creo que su problema era que no hablaba japonés señor, era buena en todo lo demás
- Debió decirme eso antes de que me pasara papeles sin traducir para firmar
- Lo siento señor, tiene razón fue un error tremendo — agregó irónicamente
- Frank, necesito que me consigas otra asistente con urgencia, no puedo trabajar si no tengo a alguien que se ocupe de mis asuntos
- Pondré un anuncio en el periódico, espero que así aparezca alguien nuevo, usted sabe que no es fácil encontrar a profesionales que estén dispuestas a trabajar para usted
- ¿Qué quieres decir?
- Pues con su fama, las personas ya ni siquiera quieren postularse
- Ahh, ¿así que los chismes ya salieron de esta empresa?
- Lo siento señor, sé que usted tiene sus razones, pero tal vez podría ser menos exigente con el curriculum
- De acuerdo, pero al menos debe ser una persona que esté capacitada para hacer el trabajo
- Por supuesto señor
- Sobre la cita que marcó mi madre para esta tarde, cancélala, dile que estoy ocupado
- Se molestará
- Ya lo sé, pero luego de firmar este contrato estoy seguro de que lo entenderá
- De acuerdo señor
- No lo sé Frank, pero tengo la impresión de que hoy será un gran día para mí — espetó sonriendo
- Eso espero — espetó su chofer en voz baja
Salieron de Castle Enterprise y se dirigieron hasta el sitio del encuentro, cuando se quedaron en un semáforo vio a la pequeña cafetería que frecuentaba asiduamente cuando era un estudiante universitario, por alguna razón sintió la necesidad imperiosa de llegar allí, como si un imán lo estuviera atrayendo
- Frank, desvíate, tomaré un café antes de irme
- Por supuesto señor, ¿dónde quiere quedarse?
- A la derecha en la siguiente esquina
- Ah ya lo vi
Se estacionaron en frente de la cafetería, los recuerdos de Marcus lo inundaron, recordaba cada detalle de los días de la universidad, era joven y alocado, no tenía idea de que sus fiestas desenfrenadas y falta de responsabilidad conducirían a su padre a una vida de preocupación constante, cosa terrible para alguien que sufría del corazón, él no lo sabía, o al menos esa era la excusa que usaba cuando le pesaba la culpa, su propia familia lo había señalado una vez claramente, su padre murió a causa suya, y ese dolor lo había cambiado del día para la noche, lo convirtió en un hombre diferente, frío y sin apego, alguien que trabaja y negociaba, desde entonces buscó vivir de forma cauta y sin escándalos, las fiestas se habían terminado para él hacía años. Una joven sonriente le arrancó de sus pensamientos, ella estaba limpiando las mesas, la veía a través de la ventana, no se percató de su presencia, era hermosa e inocente, como una niña que conoció una vez cuando era pequeño y jugaba en un parque durante sus vacaciones de verano a las afueras de la ciudad, se veía contenta limpiando el lugar, una sensación rara recorrió su cuerpo, cuando su mente buscó encontrar una respuesta a esta inesperada y extraña reacción su chofer lo interrumpió
- Señor… no tenemos mucho tiempo — insistió su chofer
- Por supuesto, entremos
Entraron mientras Frank seguía hablándole, trató de ignorar deliberadamente a la dependienta que se giró para mirarle al escuchar la campanilla de la entrada, ella no apartó los ojos de él, eso hizo que se sintiera incómodo, por alguna razón se preocupó por su apariencia, no quería verse mal para esa joven, se sentó, sacó los anteojos que usaba para la computadora, luego levantó la mano para llamar y enfrentar a la mujer
