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4 ° Adiós hospital °

Sentí un resplandor, el sol ardía aún más que otros.

Abrí poco a poco mis ojos mientras me tapaba del sol que entraba por la ventana.

Me quejé de lo molesto que era, sentía un dolor en mi brazo.

- Oh - escuché una voz femenina - ¿Le duele? - me pregunta la misma enferma del día anterior.

- Un poco - dije apenas susurrando.

Me serví un poco de agua para mojar mi garganta.

Agarró una jeringa y metió su punta en un mini frasco.

- ¿Dónde pondrá eso? - le pregunté, si lo ponía en el suero sentiría algo correr por mis venas una sensación que no me agrada.

- Tranquila que se la pondré en el suero - dijo, pero eso me temía yo.

- No, me dolerá, no físicamente pero... Pero dolerá igual... - tenía que inventar una excusa - necesito ver a mi.. No... Novio - me cuesta decir una realidad que se siente rara.

- Si, ya lo llamo, pero primero... déjeme ponerle esto, tranquila....que no dolerá. - se fue acercando poco a poco, tengo que aguantar, esto será muy doloroso

Cerré mis ojos con fuerza, mis mano ya sudaban, pasaron 20 segundos, no sentía nada, abrí los ojos lentamente.

- Le dije que no dolería - cuando abrí los ojos vi a la enfermera en la puerta.

- ¿Ya? - estoy sorprendida, al parecer no sentí dolor alguno - ¡Al menos!.

- Ya llamaré al señor, con permiso. - la enfermera se retira, o sea que él va a entrar, carajo.

Cierro mis ojos...

- ¿Me necesitabas cariño? - odio.

- Si - ya se que decir, pero mantengo mis ojos cerrados y mi cabeza en dirección fija hacia el exterior del hospital por la ventana - no me digas cariño, por favor.

- Dime - quiere decir algo más - eh... como nos vamos a casar necesito decirte varias cosas...

- ¿¡Nos que!? - me quede sin palabras - estas mal, no me casaré contigo, estás loco si piensas que lo haré.

- Escucha, nadie debe saber que nos vamos a casar solo que somos novios y nos conocimos en mi trabajo, accidentalmente te equivocaste de dirección y terminaste en mi edificio dónde yo hostilmente te recibí porque estaba lloviendo y no tenías cómo regresar a tu hostil casa.

- ¿Estás sordo? no me casaré contigo Drake.

- Helka ¿ya lo olvidaste?, bueno quizás sea por este accidente.

- Nunca acepté casarme contigo, mucho menos ser novios - le aclaré para bajarlo de esa nube - ni siquiera me lo pediste.

- ¿Entonces debemos formalizar antes tus ojos?

- No, no quise decir eso, eres un completo extraño para mí, adiós - dije exaltada, sentía que mi cabello estaba desordenado.

- Mejor debes descansar - se aleja hasta la puerta hace una seña de seguro a una enfermera y ella entra de inmediato - dele un calmante por favor - ella lo mira como idiotizada mientras pone a hacer su trabajo.

Me mira una última vez más - Adiós cariño, vengo a llevarte más tarde, tus padres de seguro te mandan saludos - mira a la enfermera - cuídela por favor, se le pagará más de lo acordado con mis padres, tengan buena mañana - me guiña el ojo antes de desaparecer de mi vista. 

Al fin. 

Debo decir nuevamente que esto es una completa locura y sobre el calmante no me quejo, quiero que lo haga, quiero desaparecer un momento de la realidad.

Ya me dieron de alta en el hospital, lo que significa que no tendré la vista espectacular por las mañanas, el ocaso y las luces por la noche, se podría decir que es lo único que extrañaré del hospital.

- Vamos - dice la enfermera.

- ¿Y mis papás? - me detengo al ver una maleta en la camilla.

- La llevara su novio - dice con una sonrisa creyendo que hay una relación perfecta.

- ¿Cómo dice? - no me iré en un carro sola con el - No creo que lo mencioné pero ese tipo no es mi novio ni nada mío, no lo relacione conmigo porque apenas lo conozco, quiero a mis padres, necesito que me ayude por favor.

- Ya estamos listo, vamos - escucho a Drake entrar por la habitación - ellos trabajan para mi familia por ende para mí - niega con la cabeza - no te ayudarán a escapar.

- ¿Espere para que eso? - la curiosidad mato al gato, observé unas pastillas peculiares.

- Su novio me las pidió, son anticonceptivos - me quedé helada al momento en que la enfermera dijo esa palabra. ¿Para que las querrá?, es tan obvio con quienes las usará. Mierda, lo demandaré si intenta tocarme.

- Estás lista ¿no? - Dice para comenzar a caminar fuera del hospital, saco mi celular y mando un mensaje a mis padres avisándoles que vengan por mí. 

Sigo a la enfermera junto Drake por un laberinto de pasillos, olvidé mencionar que el hospital es gigantesco, tiene un edificio vecino que los une un puente de gran altura.

Cuando llegamos al estacionamiento, la enfermera se dirige hacia un Ferrari rojo, creo que mi impresión fue notable ya que Drake me observó de reojo, jamás creí que iba a ver uno en vivo.

Drake agradeció a la enfermera y ella le entrego aquellas pastillas, mientras me obligaba entrar al carro. Mierda, tengo miedo de cómo conduzca, temo por mi vida, si es uno de esos que le gusta la velocidad o si le gusta apreciar cada momento de su vida, pero dudo que sea la segunda opción, vuelvo a revisar mi celular pero la mensajería está vacía. 

- Súbete con cuidado - me dice cuando apenas pensaba si subirme o no.

- Sé como subirme a un auto, gracias - dije apretando los dientes.

Al fin subí al auto, Drake quien se notaba algo impaciente agarro mi cinturón de seguridad y me lo colocó con cierta agresividad.

- Oye, tengo dos manos que pueden hacerlo con facilidad, gracias - fruncí el ceño.

Él que tenía un semblante serio suelta la risa para luego observar mis manos. 

- Tus manos son adorables, ¿Sabes?

- Adorable tu abuela - me crucé de brazos.

- Ey, enserio lo digo - agarra una mano mía, su tacto es suave y algo adicto al momento - son muy pequeñas... pequeñas como para - se detiene y vuelve a reír.

- ¿Qué te parece tan gracioso? - le arrebaté mi mano y me crucé de brazos - ¿Vamos?

solo me queda mirando un segundo más para volver a ponerse serio pero al segundo vuelve a reír. Su risa fue contagiosa, sé lo que él estaba pensando.

- No pienses que tomaré esas pastillas - le dije en tono serio.

- Aun no, pero pronto si.

Imbécil, pervertido.

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