Tierra de la estaca

En 2020, una gran pandemia de covid-19 azotó a todo el planeta, cambiando nuestra forma de vivir y haciéndonos vivir el distanciamiento social. Esto hizo que la industria farmacéutica buscara incansablemente la forma de frenar la contaminación, al año siguiente se produjeron varias vacunas en todo el mundo...la contaminación global aún peor y sangrienta con Brasil como zona cero.

Los infectados se convirtieron en carnívoros humanos y sedientos de sangre, eran mitad vampiros porque solo salían de noche y mitad zombis, los llamaban los pocos sobrevivientes de "transformados" estas criaturas así como el virus que los modificaba les tenía aversión a la luz.. .

Decenas de miles de personas fueron atacadas y el virus se propagó en cuestión de días dejando solo al 8% de la población mundial que vivía escondida, ya que las criaturas salían al caer la noche buscando alimentarse de los pocos humanos que quedaban.

Retrospectiva

Era un día normal, tal vez no tan normal. El 25 de enero de 2021 la pandemia del covid-19 ya estaba en su cuarta ola de contagios y muchos ya habían muerto, algunas personas se resistían a mantener la distancia social y continuaban con las aglomeraciones. La ansiedad por las vacunas ha hecho que la industria farmacéutica trabaje como nunca antes, buscando fabricarlas en todo el planeta.

En Brasil la vacuna coronavac fue desarrollada y lanzada por Anvisa, varios brasileños fueron inmunizados... pero semanas después ocurrieron los primeros síntomas de contaminación. Fiebre intensa, dolores en el cuerpo y paro cardíaco... seguido de reanimación espontánea, pero esto solo sucedió por la noche.

Antes de los primeros casos de reanimación, el mundo poco a poco intentaba volver a la normalidad, pues con las vacunas, se habían liberado vuelos y grandes espectáculos y eventos también, la gente pensaba que todo iba normal y volvía a la rutina como antes de la pandemia.

Pero cuando empezó la vacunación en todo el país, los que morían volvían a la vida en cuestión de segundos, devorando gente y chupando toda su sangre, pero la luz les hacía daño y los primeros signos eran quemaduras solares en la piel al exponerse a la luz.

En cuestión de horas, Brasil fue tomado por los muertos vivientes y muchos de los que habían salido del país habían sido vacunados portando la mutación del virus que los transformaría en poco tiempo, llevando así la contaminación a los cuatro rincones del planeta. , porque con la picadura el cambio fue instantáneo e incluso más rápido que con la vacuna, porque fue directo.

Ciudad de México - Mx, 7:30 pm de ese mismo día, Elena trabajaba en el Aeropuerto Internacional Benito en el departamento que realizaba el check-in de pasajeros. Era hermosa y tenía 23 años, vivía con una amiga, estudiaba por la mañana y trabajaba por la noche.

Ese día todo parecía normal, pero los diarios de la televisión ya informaban que algo muy malo estaba pasando en Brasil, específicamente en Río de Janeiro. Todos se detuvieron para ver la pantalla que se mostraba en el vestíbulo del aeropuerto.

“En Brasil hay casos sospechosos de asesinato e incluso denuncias de canibalismo. Todavía no se sabe con certeza cuántas víctimas fatales se cuentan, pero aconsejamos a todos los que están aquí en el país que se queden en sus casas y cierren sus puertas."

En ese momento todas las luces se apagan y la pantalla se apaga dejando a la multitud que estaba en el aeropuerto aterrorizada y gritando.

Elena - Dios mío, ¿qué está pasando? - Pregunta Elena, asustada y de la nada la luz regresa revelando la expresión aterrorizada en el rostro de todos en ese vestíbulo.

Unos pasajeros bajaban por las escaleras mecánicas y desde lejos Elena vio a una multitud ya uno de los pasajeros siendo mordido y en cuestión de segundos atacando a una mujer a su lado.

Elena corre para escapar mientras el caos se produce en ese lugar... gritos y sangre estaban por todas partes, mordidas y gargantas siendo drenadas por seres hambrientos.

A pocos kilómetros, Heriberto estaba en su casa con su esposa e hijos. Era un famoso abogado, practicaba tiro y coleccionaba armas. Era padre de Felipe, un preadolescente de 13 años amante de los videojuegos, y de Lúcia, de solo 6 años. Como era enero estaban de vacaciones escolares, su esposa se llamaba Sônia y tenían 15 años de casados y se querían mucho. Estaban todos tranquilos, era una noche como cualquier otra.

Heriberto estaba limpiando sus armas cuando notó la caída de luz. La pequeña Lucía estaba jugando con su bicicleta, esperando que su madre le hiciera compañía, la luz del poste se apagó y ella se asustó pero pronto volvió dejándola más tranquila, Sônia se quedaría con la niña y solo iba a tomar una gallina fuera del horno.

Afuera, la chica ve a un hombre que se acerca... caminaba de manera extraña, parecía desorientado. Cuando la ve parada allí, corre salvajemente hacia ella y ella grita.

Felipe corre a ver que había pasado y casi se desmaya al ver a su hermana siendo devorada por el cuello por ese hombre enorme, grita y corre hacia la cocina donde estaba su madre.

Felipe - ¡Mamá, mamá Lucía fue atacada y se va a morir!

Sonia - ¿Te has vuelto loco? No juegues con una cosa así.

Ella sale corriendo y Lucía estaba sobre su espalda, dejando a Felipe con incredulidad ya que había visto su garganta hecha pedazos segundos atrás, ¿cómo podría estar de pie después de eso?

Felipe - ¡Mamá no entiendo!

Felipe rápidamente se lleva las manos a la cabeza.

Sônia - ¡Me pagarás caro por esta estúpida broma!

Se acercó mucho a la pequeña y lentamente se volvió hacia su madre, estaba bañada en sangre y tenía la garganta hecha pedazos.

Sonia grita y esta vez Heriberto, que estaba en el sótano limpiando las armas, escuchó y tomó el arma cargada, subió las escaleras y vio a su mujer herida en la mano cerrando la puerta por dentro y la mirada aterrorizada de Felipe.

Heriberto- ¿Qué pasó? ¿Dónde está Lucía?

Pregunta gritando.

Felipe - ¡Papá nos atacó!

fue todo lo que Felipe pudo decir mientras su madre se retorcía, estaba contaminada por el mordisco en su mano. El chico dio un paso atrás.

Heriberto - Sonia que tienes? ¿Qué sucedió? Dime.

pregunta Heriberto gritando.

Felipe - ¡Papi no te le acerques! Así lucía Lucía también antes de atacarnos.

El niño gritó tratando de hacer entender a su padre la situación.

Heriberto - Ella es tu madre y no nos hará daño.

Los ojos de Sonia se pusieron blancos, Felipe trató de correr hacia su padre pero ella lo agarró mordiéndole el cuello con fuerza y arrancándole un gran trozo de piel mientras Heriberto y el niño gritaban. Solo le quedó en el momento de la desesperación dispararle a su esposa en la cabeza, haciendo que ella soltara al niño que estaba sangrando a borbotones.

En cuestión de segundos ella se puso de pie con la herida en la frente que aún humeaba y sangraba, lo miró sin expresión alguna y huyó rompiendo el vidrio y saltando por la ventana de la sala.

Heriberto fue a ayudar a su hijo, lloraba desesperado por lo que estaba pasando con sus hijos y su esposa. Tomó un paño para detener la sangre que salía a cántaros y el niño lloraba de dolor y terror.

Felipe - Papá siento que me arde el cuerpo, lo mismo le pasó a Lúcia.

Él gritaba y Heriberto lloraba sosteniéndolo en sus brazos. Sabía que no podía salvarlo, mira el arma en su mano que aún estaba caliente del disparo anterior.

Felipe ya sintió su cuerpo cambiar...toma la mano de su padre con el arma y se la pone en la cabeza. Deteniendo por unos instantes los gritos de dolor, desea que su padre le de paz y cierra los ojos.

Heriberto sintió correr una lágrima, Felipe abre los ojos completamente blancos como los de Sonia y antes de atacarlo Heriberto le disparó en la cabeza. Ese momento fue sin duda el peor de toda su vida al ver diezmada a su familia, pero sabía que su hijo “regresaría” al igual que su esposa momentos atrás.

Corrió al sótano y cerró la puerta con llave, iba a sacar todas las armas que pudiera, su celular no tenía señal pero tenía una radio vieja e intentó llamar para tratar de averiguar algo.

"Quien esté escuchando, no se vaya de donde está. Son fotosensibles, temen a la luz¡solo podemos estar seguros con la luz...!"

Eso fue todo lo que pudo escuchar hasta que bajó la frecuencia, Heriberto se quedó allí escondido y desconsolado por su familia toda la noche.