Librería
Español

65.0K · En curso
Perpemint
40
Capítulos
104
Leídos
9.0
Calificaciones

Sinopsis

Celeste es una chica decididamente normal y tiene una vida ordinaria. Dirige un bar con su hermano y tiene un mejor amigo muy exuberante y desequilibrado en algunos aspectos. Entre muchas vicisitudes se encuentra con Anron, sin saber que él fue el primer Maldito y en él hay una maldición que si es derrotada lo llevará a él y a su amada a cruzar los límites de las estrellas y luego convertirse en el Señor de la Luna y la Señora de el sol.

CastigoHistoria PicanteAcciónAmor-OdioMatimonio por ContratoDulceRománticoAmor a primera vista

Capítulo 1

Se dijeron palabras textuales en el momento de su caída:

- Te maldigo, por tu extremo orgullo y avaricia.

Tú que eres semejante al diablo.

Tú que has roto muchos corazones.

Tú que con tu poder sólo has hecho el mal.

Tú que nunca has amado y nunca amarás.

Entonces te maldigo,

te convertirás en lo que eres, un lobo.

Un lobo hecho de sombra.

Vivirás con él por la eternidad.

La muerte nunca te conocerá y vivirás abatido y temeroso de ti mismo.

Ya ni recordarás tu nombre, de hecho, el nuevo será Anron.

Cuando llores, solo serán lágrimas de sangre.

Cuando tengas hambre, solo comerás los cuerpos de las mujeres que llevas a tu cama.

Cuando duermas, solo tendrás pesadillas.

Ya no podrás ver tu reflejo en el espejo, aunque otros sí puedan.

No te quito la belleza.

Porque eso fue lo que me impactó la primera vez que te vi.

Si tratas de suicidarte saltando de un acantilado, no morirás, pero sufrirás los dolores que te has causado a ti mismo.

Si te apuñalas a ti mismo, no morirás, pero sufrirás el sufrimiento causado por esa herida.

Solo una persona puede romper esta maldición.

Involuntariamente le darás tu regalo.

Y podrás vivir con él por la eternidad y ya no sentirás terror por ti mismo.

Pero cuidado chico, si la amas no podrás decírselo, cuando lo intentes las palabras no saldrán de tu boca, no podrás ni darle la vuelta ni siquiera escribirlo.

Si ella te lo dice, te dirá tu primer nombre que solo ella sabrá.

En el momento en que diga tu nombre, se volverá como tú.

Perteneces a la luna.

Ella al sol.

No puedes saber su nombre ni cuándo nacerá.

Y ahora chico, sigue tu propio camino.-

Anron la vio salir con lágrimas en los ojos.

Ella lo amaba tanto, pero él solo se burlaba de ella, por lo que lo condenó a vivir con miedo y abatimiento.

Sin embargo, ella lo amaba tanto que le dio una oportunidad, ahora depende de él si la toma.

Sus primeras palabras malditas fueron:

-¡¿Pero yo de verdad era una bruja a la que tenía que follar?!-

Suena el despertador, es precisamente..

Me levanto y voy al baño. Tan pronto como me veo en el espejo, jadeo, Dios mío, qué repugnante soy. Mi cabello es una maraña negra, el verde de mis ojos está cubierto por el maquillaje de la noche anterior que no me quité como de costumbre y por pecas esparcidas aquí y allá.

Muerdo mis ardientes labios rojos y empiezo a desvestirme. Luego, con broches de presión ninja, me sumerjo en la ducha.

¡Esperemos que no me estén esperando ya en el bar!

Salgo de la ducha y empiezo a vestirme con mi uniforme de trabajo, una camisa con 'Tiffybar' escrito en el frente y 'staff' en la espalda.

Me encanta esa barra! Esos son todos los ahorros de tu vida.

Cuando era niño, mi padre siempre iba a poner dinero en mi cuenta bancaria que solo podía tomar después de mis dieciocho años.

Después de la escuela de hotelería, hice algunos trabajos ocasionales aquí y allá y seguí ahorrando dinero, tanto que compré un bar y he estado trabajando aquí durante dos años junto con mi hermano Josh.

Bajo las escaleras del edificio de departamentos y me dirijo hacia mi Fiat negro metalizado, giro la llave y me voy!

en . Llego al bar y veo que ya está lleno.

-¡Puntual como siempre!- murmura mi hermano mientras se empeña en servir tres capuchinos.

- ¡Me parece obvio! ¡También es hora de que asumas más responsabilidades! De hecho, algunas mañanas no debería venir.- Le respondo con una sonrisa burlona.

Dejo mis cosas e inmediatamente me dirijo detrás del mostrador para comenzar a atender a los clientes.

Es mediodía cuando termino mi turno y vuelvo a mi auto para irme a casa.

Como algo rápido e inmediatamente me meto en la ducha y me voy a la cama, ¡pero el teléfono suena a tiempo!

-Idiota terminaste tu turno? - La voz de mi mejor amigo crepita a través del teléfono.

-¡Sí y ahora estoy acostado en la cama! - bufo.

Esta es Lily, mi mejor amiga.

Hemos sido amigos durante unos quince años y todavía me pregunto quién me hizo hacer esto.

Es una chica muy soleada y atrevida, cada uno de sus mechones rojos compensa el descaro en el que se encuentra y sus ojos negros dan envidia de lo profundo que dan la idea de ser.

-¡¿Pero tu siempre duermes?!- Acusa la pelirroja.

-¡No es que duerma porque me gusta sino porque tengo que hacerlo! ¡Y también porque me gusta, pero sobre todo porque tengo que hacerlo! - Me quejo.

-¡En una hora en mi casa!- Ordena y no tengo tiempo ni para contestar que cuelga la llamada.

Obviamente tengo que obedecer la voluntad de la terrible Lilian Jennifer Kevaghan, así que me levanto y voy inmediatamente hacia ella.

Tan pronto como abre la puerta, la pelirroja me mira con severidad. -¡¿Cuál es tu cara?!-

-¡La cara de una chica obviamente cansada y cabreada, gilipollas! - le espeto con acidez, entrando a la casa y luego sentándome en el sofá.

-Dime qué diablos quieres.- Apoyo la cabeza en mi mano, apoyada a su vez en el brazo del sofá.

-¡No lo vas a creer! ¡Ayer en el pub conocí a un chico extraordinario!- dice entusiasmado.

Me empieza a hablar de este chico y de lo gallardo y atrevido que es, mientras tanto yo la escucho atentamente aunque con un poco de esfuerzo dado mi cansancio.

-¡Mamma mia, fue maravilloso, Zaffy! ¡Después de eso me llevó en su nuevo Audi! Luego, quiso besarme, pero me negué, ¡después de todo, lo había conocido apenas cuatro horas antes! Y entonces......- La interrumpo.

-¡Ay, ay, ay la furia desatada! ¡Nunca te detienes con esa lengua cuando te pones manos a la obra! Sin embargo, ¿puedo al menos saber el nombre de este tipo? - Me río ligeramente.

-Sí, que estúpido soy... en fin... bueno... ¡NO LO RECUERDO! -

A veces me pregunto por qué todavía paso tiempo con ella, oh sí, la amo.

-¡Eres imposible! - Ruedo los ojos hacia el cielo.

Cambiamos de tema y finalmente me prepara un café.

Luego hablamos de mi pretendiente, Oscar...

Oscar es un tipo muy raro, me sigue desde el instituto y no hay mañana que no venga a desayunar al Tiffybar desde que lo abrí.

No es un chico malo, no del todo diría yo; está obsesionado con el gimnasio y tiene un cuerpo deslumbrante sin mencionar el cabello súper rubio y los ojos verde esmeralda, pero no me inspira... ¿qué puedo hacer al respecto? Me da la idea de un niño mimado!

Mientras tanto son las cinco y no puedo más. Vuelvo a casa y me sumerjo en la cama.

Me despierto mirando el teléfono que dice.

-Tengo que empezar a arreglarme- digo con voz somnolienta y molesta.

Son casi las siete y tengo un promedio de tres horas para prepararme, ¡así que tengo que empezar absolutamente o de lo contrario esa estúpida de Lily me dará un infierno!

Me dirijo al armario pensando que no tengo nada que ponerme.

Todos decimos eso cuando en realidad tenemos camisetas, jeans y mallas, pares de zapatos y complementos de diversa índole.

La primera media hora se dedicó a decidir qué ponerse: una falda lápiz de talle alto, una camisa blanca, un par de zapatos negros con tacones blancos adornados con Swarovski y un bolso compacto solo para poner cigarrillos y un teléfono celular adentro.

Son las diez, tomo el auto y corro a la casa de Lily que está a unos cinco kilómetros de la mía.

-VAMOS- Dice la pelirroja apresuradamente en cuanto sale de la puerta. ¡Ni siquiera me dio tiempo de decir -buenas noches- o de saludar a sus padres!

-¡¿Te estas moviendo?! ¡Vamos a llegar tarde!- continúa apurándome Lily, que ya está en el auto.

-Qué sucede contigo ?! ¡Nunca has sido tan apresurado!- espeto, encontrando irritante su actitud.

-Usted no entiende ! ¡Él está allí esta noche, absolutamente necesito saber su nombre y absolutamente quiero su número de teléfono! - grazna eufórico, mientras me subo al auto.

-¡Eres imposible!- exclamo girando las llaves y dándole gasolina a mi pequeña.

Llegamos al club y todavía no hay nadie, ¡solo quiero matar a esa chica a veces!

Nos sentamos en una mesa no lejos de la entrada para que Lily tenga la oportunidad de ver quién entra y quién sale.

Cada uno toma un trago y nos colocamos de nuevo en la torre de control cuando siento que una mano grande toca mi hombro y una figura se sienta a mi lado.

-Oscar! ¡Me asustaste! - grito tratando de ahogar la música.

-Disculpa bebé.- Intenta hacer una sonrisa hechizante, pero conmigo no ataca.

-¡Atrévete a llamarme bebé otra vez y te juro que te quedarás sin un músculo y no hablo de la lengua!- lo miro amenazante.

Él se ríe, luego comenzamos a hablar tranquilamente como si nada hubiera pasado mientras Lily escudriña a cada persona que pasa esperando la llegada de su príncipe azul.

-AHI ESTA ! ¡Zafiro aquí está, aquí está!- Señala a un chico que acaba de entrar por la puerta.

Me doy la vuelta y veo a un chico guapo, alto, musculoso, ojos que hacen que los ángeles envidien lo azules que son, boca carnosa y cabello negro azabache todo despeinado.

-Mh, es un chico guapo...- Lo admito, aunque decir -guapo- es quedarse corto, ya que se acerca mucho a mi ideal de perfección.

Ni siquiera debería pensar en estas cosas ya que Lily ya se estaba sintiendo con él, ¡¿pero qué puedo hacer?!

Se acerca y toma asiento en la mesa, me escudriña severamente y luego voltea sus ojos hacia el pelirrojo dedicándole una sonrisa divina.

-Buenas noches señorita- Dice besando el dorso de la mano de mi mejor amiga, sin quitarle los ojos de encima.

-Pero buenas noches- Ella se sonroja.

Se miran largo rato, luego Lily interrumpe el silencio entre los dos.-Este es un amigo mio.-Me señala.

-Complacida Zafiro- Extiendo mi mano.

-complacido Anron- Rechaza la mano.

¡Qué descarado!

-Como sea, soy Oscar....- ¡Oscar! ¡simplemente nos olvidamos de eso!

- Placer - Ella le da una mirada rápida y luego reposa su mirada en Lily.

Después de una larga charla, los dos van a tomar unas copas y yo me quedo solo con Oscar, ¡que no se calla ni un momento!

¡Habla de sus gatos todo el tiempo! ¡Es una obsesión!