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Solo SEX.. para defensa 4

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Perpemint
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Sinopsis

Catalina Lorex, pero todos la llaman Cat. Tiene diecisiete años y asiste a Constitution High School en Filadelfia. Es una chica sencilla con una buena cabeza sobre sus hombros. Le encanta especialmente ver los atardeceres, de alguna manera transportarse un poco fuera de la realidad. Pero sobre todo le recuerdan los buenos momentos compartidos con su hermana Mía. Cat sufre ansiedad y ataques de pánico debido a su traumática infancia. Justin Fenandez es un joven de diecinueve años con un carácter particular. Tiende a ser frío y antipático, esto se debe a los acontecimientos del pasado que lo siguen atormentando. Él también proviene de una familia adinerada, su padre es el abogado más famoso de todo Nueva York con quien hay rencor. Sólo han pasado dos años desde la pérdida de su hermano Hans, hasta el día de hoy todavía se siente culpable por su muerte. ________________ Envuelvo mis brazos alrededor de sus poderosos hombros. Empiezo a moverme hacia arriba y hacia abajo, siguiendo el movimiento de sus manos en mis caderas. Me hundo en su dureza que penetra profundamente. Nuestros cuerpos al chocar entre sí liberan ruidos que resuenan por todo el coche. Con la oscuridad que nos rodea. Comienza a penetrarme fuerte y rápido, siento tantos escalofríos que se extienden desde mi intimidad por mi espalda y por mis muslos que comienzan a sentirse cada vez más doloridos y temblorosos. - Oh, joder, Cathy - susurra en mis labios, besándome con avidez. Atrapando mi labio entre sus dientes, sacándome un gemido.

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Capítulo 1

Caminamos por el largo pasillo del colegio lleno de alumnos yendo y viniendo. Yo, Vicky y Kelly, estamos uno al lado del otro, Justin y Nathan detrás de nosotros.

Justin sigue mi ritmo, sujetándome por los hombros y dándome un ligero masaje de vez en cuando. Llegamos a nuestros respectivos lockers y sacamos nuestros útiles escolares.

- Hoy es el cumpleaños del pulpo, publicó una historia en Instagram. Solo estoy esperando tu invitación – interviene Kelly, mirando a su alrededor en busca de una cabeza rubia.

- Invita a todos, incluso a personas que no conoce. Lo importante es que hay gente en su fiesta - añade Vicky sacando una libreta - En mi opinión es realmente triste -

- ¿ No quieres ir a su fiesta? - pregunto. Sinceramente, no me gusta ir allí. Puse el libro de matemáticas en mi mochila.

- Oh, sí iremos. Le daremos exactamente lo que se merece. Desviaremos la atención de ella. Esto la pone de los nervios incluso durante el entrenamiento. Y luego tendremos que vengarnos de alguna manera - dice Kelly con una risa malvada.

No me importa pensar así. No después de lo que hizo en la cafetería. Kelly no se lo tomó bien cuando terminó con la mitad de los invitados a su fiesta por culpa de Megan.

- Hablando del diablo - murmura Vicky aclarándose la garganta, mirando a su derecha

Megan camina por el pasillo luciendo una sonrisa deslumbrante, rizando su largo cabello rubio y colocándolo detrás de sus hombros con un movimiento de su mano.

Yasmin la pasa para alcanzar a Vicky y darle un beso en los labios. Kelly y yo intercambiamos una mirada con un atisbo de sonrisa.

- Vienes aquí esta noche, ¿verdad? - le pregunta Yasmin retorciendo un mechón de pelo de Vicky entre sus dedos

- Por supuesto que iré – Vicky deposita un beso en sus labios, acercándola hacia él por la nuca.

- Ojalá pudiera estar ciego ahora mismo - murmura Nathan mientras mete la cabeza en su casillero. Refiriéndose a su hermana y Yasmin.

Justin y yo nos echamos a reír ante la reacción de Nathan.

- No te quejes si no tienes a nadie a quien besar - , le dice Kelly, sacudiendo la cabeza.

- ¿ Le gustaría tener el honor? - Responde Nathan con una valentía que nadie esperaba. Mira a Kelly intensamente, apoyado con el codo en su casillero al lado del de Kelly.

Los cuatro lo miramos sorprendidos con los labios entreabiertos. Ojalá tuviera un plato de palomitas de maíz y disfrutara este momento entre estos dos.

Kelly abre levemente los ojos y comienza a parpadear nerviosamente, colocándose con los brazos cruzados.

- ¿ Q-Qué? No, claro que no... - resopla con expresión increíble. Cerrando de golpe la puerta de su casillero.

Por supuesto que no.

Kelly, estás mintiendo. Puedo verlo en tus ojos.

Nathan la mira fijamente para intimidarla entrecerrando la mirada. Con una sonrisa burlona. Kelly mira hacia otro lado, moviendo nerviosamente su pierna derecha.

Justin envuelve sus brazos alrededor de mi cintura desde atrás, acercándome a él. Me estremezco y siento mi corazón palpitar. Nunca me acostumbraré. Mete la cabeza en el hueco de mi cuello para depositar un beso justo en la arteria que late con cada latido del corazón.

- Si no quieres ir a esta fiesta, por mí está bien -

- No me gusta ir ahí, pero ya sé que Vicky y Kelly harían cualquier cosa para convencerme - Me aferro a sus brazos

Megan se une a nosotros, levanta una ceja, dando una sonrisa torcida que logra disimular muy bien bajo esa cara de víbora cuando nos ve a Justin y a mí tan cerca. Le entrega la invitación a Vicky.

- Estás invitado, esta noche haré una fiesta. En mi casa -

- Qué amable, realmente no esperábamos tu invitación - bromea Vicky, sosteniendo la invitación contra su corazón con una expresión dulce.

- ¿ Estás bromeando Vicky? -

- ¿Yo? Nunca me atrevería - responde conteniendo la risa, al igual que Yasmin.

Megan niega con la cabeza sin divertirse y le dedica una sonrisa falsa. Levanta el cuello y señala con el mentón a Justin y Nathan – Tú también estás invitado –

Megan le extiende la invitación a Justin pero él la ignora por completo y me da un beso en la mejilla. Nathan lo agarra en su lugar.

- ¿ Hay pizza? - pregunta Nathan, agitando el papel que tiene en las manos.

- Hay de todo Nathan -

- Está bien entonces vamos -

Todos lo miramos fijamente, conteniendo la risa.

- ¿ Qué es? - Nathan nos mira con los brazos suspendidos en el aire.

Justin le da una palmada en la nuca y Nathan responde dándole un puñetazo en el bíceps.

- ¡¿ Quieres dejar de pegarme?! - se queja Nathan, frotándose el cuello.

- ¿ Es posible que siempre pienses en volverte demasiado loca? - lo regaña Kelly, negando con la cabeza.

- Voy a fiestas principalmente para comer rubia -

Kelly se acerca a Megan colocándole una mano en el brazo - En fin, tengo un regalo para ti. Sabes, recordé que hoy era tu cumpleaños ; ella parpadea y le da una sonrisa falsa.

Megan le frunce el ceño, concentrándose en la mano que descansa sobre su brazo.

Vicky y yo intercambiamos miradas sin entender lo que está haciendo.

- ¿ Me estás dando un regalo? - se ríe burlonamente, quitando la mano de Kelly de su brazo - No lo creo aunque lo vea -

- Es una cosita - dice Kelly con un tono de voz dulce

Kelly agarra su mochila por detrás, hurga en su interior y mira fijamente el interior de la bolsa.

- ¿ Qué está haciendo? - Justin me susurra al oído.

- Definitivamente algo típico de Kelly – susurro, enfocándome en mi mochila.

Te apuesto diez dólares por el dedo medio.

Lentamente, Kelly le sonríe maliciosamente a Megan. Él extiende su brazo hacia ella. Abre el puño con un bonito dedo medio.

Todos estallamos en una carcajada que intentamos ocultar con poco éxito. Puse una mano delante de mi boca para ocultar mis dientes.

¿Pero cómo lo consiguen? En otra vida me gustaría nacer Kelly.

Megan hace una expresión sombría, sacude la cabeza y pone los ojos en blanco.

- Lindo ¿verdad? También es gratis -, se ríe Kelly, agitando el dedo medio.

- Qué curioso - sonríe torcidamente - Yasmin, ¿nos vamos? - gira sobre sus talones sin siquiera esperarla.

-

- Mono, ¡ha llegado un paquete de Amazon! - grita mi padre desde el rellano mientras cierra la puerta de la casa.

Inmediatamente bajo las escaleras con mis calcetines navideños rellenos de piel adentro. Me encantan estos calcetines, mis pies se mantienen agradables y calientes.

- ¡ Oh Dios! No podía esperar a que llegara .

- ¿ Qué ordenaste? - pregunta mi padre con curiosidad, entregándome el paquete.

- Un pijama - le sonrío

- ¿Otro? - me mira con ternura

Asiento apresuradamente y llevo el paquete a la habitación.

Esta vez no es para mí.

Hoy decoramos el árbol juntos. La mitad de la casa ya estaba llena de adornos esparcidos aquí y allá. Sentí que me habían transportado al pasado. El silencio es lo que más duele, cuando nos dimos cuenta que éramos tres y no cuatro. Por un momento nos detuvimos, intercambiamos una larga mirada y nos dimos cuenta de lo que era obvio. Entonces mi madre puso música navideña para calmar la situación.

Y por suerte ninguno de nosotros se desplomó. Al menos no desde fuera.

Justin me recogerá en no menos de cinco minutos. Son sólo las nueve de la noche.

Me puse la bota derecha de gamuza negra hasta las piernas. Me miro al espejo y ajusto mejor ambas botas para que queden a la misma altura. Aplano la minifalda de cuero negra de talle alto que combiné con una camisa de un solo hombro del mismo color, de manga larga muy fina y ajustada.

Le di un peinado ondulado a mi cabello oscuro con el rizador y me maquillé la cara como siempre, sin nada exagerado.

Me concentro en mi collar y esbozo una sonrisa.

Saqué esta ropa del armario de Mia . Siempre me decía que me los prestaba si los necesitaba para ir a alguna fiesta. Le dije que ese momento probablemente llegaría muy tarde, o que nunca llegaría. Me hubiera gustado recibir consejos de ella, en lugar de entrar a su habitación vacía donde reina ese silencio de muerte que me aprieta el estómago. Por eso evito entrar allí.

Mia iba a menudo a fiestas. A diferencia de mí, ella realmente salía mucho, se divertía y estaba rodeada de amigos que la querían mucho. Ese día también fue a una fiesta con un vestido blanco que yo misma le había recomendado.

Desde esa noche ella nunca ha vuelto.

Llego a la puerta y saludo a mis padres que están sentados en el sofá. Los observo con una dulce sonrisa en mi rostro. Verlos tan abrazados con el árbol de Navidad en la esquina inundando todo el salón con luces brillantes me llena el corazón de alegría.

- Por favor Catalina, no llegues tarde -

- Está bien, no te preocupes -

Cierro la puerta detrás de mí, me envuelvo más fuerte en el abrigo colocado sólo sobre mis hombros. El frío cortante me golpea y hace temblar mis piernas expuestas.

Dios mío, no puedes hacerme esto.

No puedo olvidar el hecho de que él es verdaderamente perfecto. Quiero decir, ¿cómo diablos es posible que combine bien con algo?

Miro a Justin, que está inclinado de espaldas a su brillante coche negro. Vestido completamente de negro, con la camisa ligeramente desabrochada en el pecho. Lo que resalta su cuerpo esculpido y tatuado. Especialmente ese cráneo que rodea su garganta. Lo cubre un abrigo pesado que le llega hasta las piernas, los pantalones negros están rodeados por un cinturón del mismo color.

Está rodeado de humo de nicotina y del frío que llena el aire. Me da una sonrisa que ilumina la oscuridad circundante con el cigarrillo atrapado entre sus dientes. Malditamente sexy.

Sus ojos recorren toda mi figura, enfocándose precisamente en mi minifalda. Con el pulgar y el índice se quita el cigarrillo de los labios y lo tira al suelo, apagándolo con la suela de los zapatos. Deja un montón de humo afuera. Se muerde el labio inferior y suspira. Se lleva la mano a la barbilla y frota esa capa de piel como si estuviera luchando consigo mismo para aguantar.

Siento mis mejillas ponerse rojas. No puedo sostener su mirada. Especialmente cuando me mira así. Te hace sentir tan desnudo ante sus ojos.

Me acerco a él y me pongo un mechón de pelo detrás de la oreja. Levanto la cabeza y le doy un beso en los labios. Miles de millones de escalofríos recorren cada perímetro de mi cuerpo cuando me agarra por las caderas, presionándome contra su sólido cuerpo.