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Capítulo 1 Intimidante (III)

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10:30 am

Después del súper encuentro con aquel Dios de los mares camine como por inercia de regreso a la entrada principal, faltaban tan solo unos 10 min para mi entrevista y yo aún seguía idiotizada por Andrew, es que hasta el nombre era imponente, trate de despertar mi cerebro atontado por tanta belleza masculina y me dirigí a la reacción donde una linda chica me dio un pase de entrada y me indico que tendría que subir a la última planta girar a la derecha y al final del pasillo estaba la oficina del Sr. Richardson, el hombre que me haría la entrevista.

Al llegar note un espacio abierto y luego un escritorio donde estaba sentado un joven, el cual me miro y sonrió como animándome a acercarme, me saludo.

—Asier, ¿verdad? —Asentí— el Sr. Richardson ya va a atenderte, está atendiendo una llamada —aun no me salían las palabras del todo, tenía que hacer algo por despertar de mi estupor y reaccionar o pasaría la vergüenza de mi vida por culpa de un perfecto extraño.

Un perfecto extraño, sexy y Dios de los océanos, volví a sonreír para mí misma y me grite que ya, era hora de ponerse serios.

La puerta del despacho se abrió y un hombre con un traje de color gris salió de él, se dirigió hasta el escritorio de este y le dijo.

—Jacop por favor llama a Andrew, dile que necesito los informes de la investigación para las 3 de la tarde, si logramos contratar al diseñador gráfico hoy, podríamos acelerar el proyecto un poco mas —Jacop asintió y se giró su cara hacia mí.

—Señor ella es Asier, la candidata para el puesto de diseñador —El Sr. Richardson se voltio hacia mí y zas otro tortazo a mis sentidos.

Sus ojos verdes intensos me miraron y de sus labios salió una amplia sonrisa, se acercó a mí y me tendió su mano la cual apreté con un poco de nerviosismo.

—En hora buena, perdóname por atrasar la entrevista un par de horas, llegue hoy de viaje y tuve que ponerme al día con algunos asuntos antes de poder atenderte, pasa por aquí Asier—soltó mi mano y me mostró el camino hacia su oficina.

Dentro todo era sofisticado, minimalista y de color blanco o plateado, a la izquierda un ventanal enorme mostraba el mar y parte de los muelles, donde unos minutos antes había visto a Andrew y su equipo, el Sr. Richardson me pidió que tomara asiento y eso hice.

En el momento en que me pregunto por qué quería trabajar en Blue Oceans, caí en la cuenta en que ya estaba en la entrevista y era hora de mostrar lo buena que era y porque ese trabajo debía ser mío, así que suspire humedecí mis labios antes de comenzar a hablar y luego de que las primeras tres palabras salieron un poco entrecortadas de mi boca, las demás lo hicieron con naturalidad y mucha seguridad.

Luego de responder una serie de preguntas todas relacionadas a la respuesta tan amplia que había dado del por qué quería trabajar allí, el Sr. Richardson estaba riendo a carcajadas porque a mí se me había ocurrido decir en mitad de una explicación sobre lo importante que era mantener al público y al mundo en conocimiento constante de la importancia de los océanos.

Pues así como si estuviera hablando con Dani o con Kevin, el hombre me hacía sentir en confianza quizás demasiada por lo que solté sin más.

—Joder la mejor forma de llegar a la gente es por las redes sociales y dar un mensaje claro y conciso es lo más importante —al terminar de explicar mi punto caí en el grave error y quise que la tierra se abriera en ese momento escupiera lava, me quemara viva y me tragara.

Comencé a pedir disculpas aceleradamente tratando de explicarme, el hombre no paraba de reírse, así que baje la cara y espere a que el ataque de risa le pasara, luego de unos segundos se calmó y me dijo en el tono más amable y amistoso que había escuchado jamás en un hombre o mujer en una entrevista

— Hombre tranquila, ya veo que te apasionan estas cosas y esas son características que buscamos en las personas que trabajan acá, ya revise tu portafolio y por mi puedes empezar mañana mismo, bienvenida a la familia de Blue Oceans —y volvió a reírse ante, mi cara de ponche ya que no fue normal.

Juraba que había metido la pata hasta el fondo y había arruinado mi momento pero ¡hey, hey, hey! muy al estilo de los cangrejos de Buscando a Nemo me dije eres una ¡puta afortunada! sonreí ampliamente y me levante de golpe, tendí mi mano hacia el Sr. Richardson y este la estrecho muy afablemente y me dijo

—Mañana a las 10 am, debo presentarte al equipo con el que vas a trabajar.

Salí dando brincos del edificio más feliz que una perdiz, saque mi móvil del bolso y busque, le di reproducir y enseguida empezó a sonar por el altavoz Happy de Pharrel y comencé a bailar allí en medio de la camineria cantando la canción, sin importar que los pocos transeúntes me miraran con cara de ¿y esta se escapó de que manicomio?, estaba feliz y orgullosa de mi misma y me importaba tres hectáreas de mierda lo que la gente pensara de mí en ese momento.

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