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Capítulo 2. Es especial

Por Valeria

—Esa es una buena opción, el otro tema es más delicado.

La miré sin comprender ¿Qué otro tema?

—Antes que nada, el sueldo se te triplicaría.

Abrí bien los ojos.

—Alejandro es...bastante especial, tiene un carácter fuerte, por eso no duran sus secretarias.

—No entiendo.

—Es adicto al trabajo y te va a exigir que le sigas el ritmo y si te atrasás en la facultad por trabajar hasta tarde, te lo va a reprochar como si fuese culpa tuya, también lo tendrías que acompañar a reuniones de negocios y a cócteles y aguantar a todas las mujeres que andan detrás de él, que en lugar de verte como su secretaria, te van a ver como una competencia y te van a agredir, con palabras, todo el tiempo.

Pensé que sería divertido.

No conocía a Alejandro Zalco.

—Por último, tendrías que tener cuidado de no caer en sus encantos...durarías como su secretaria las veces que él decida acostarse con vos y por experiencia de todas las secretarias que pasan por su oficina, lo máximo que duran, es 45 días, aunque el promedio es de 20 días.

—No está en mis planes salir con mi jefe, realmente necesito el trabajo y creo que 3 de las 4 materias que me faltan, las puedo cursar los sábados y el curso de chino, si me lo permiten, lo puedo cursar on line, salvo que ustedes tengan algún lugar específico.

—No, te puedo dar una referencia, pero eso lo decidís vos y nosotros te abonamos el curso, eso tendría que ser inmediato, hay un viaje programado a China dentro de 6 meses, antes tenemos otros viajes, solo espero que dures como su secretaria, muchas veces tendrías que ir a su casa a llevarle documentos o lo que surja, te tendrías que ocupar hasta de mandar a la tintorería los trajes que deja en su oficina, o mejor dicho, van a estar en la tuya, no le tienen que faltar camisas, ni ropa interior.

Me estoy asustando, pero trato de disimularlo, lo voy a tomar como un desafío.

—Se te van a abonar todos los taxis que tomes por razones laborales ¿Tenés vestidos de cóctel?

—No.

—Tenemos un convenio con una boutique, los vestidos que saques de allí corren por cuenta de Zalco, solo los de allí, todo lo que a Alejandro se le ocurra lo tendrías que conseguir y ahora sí, lo último.

Ya dijo varias veces que era lo último.

—Alejandro piensa que todas las mujeres le pertenecen y que tienen que besar el suelo donde él pisa, en realidad piensa así de todo el mundo, pero con las mujeres en particular cree que todas son de su propiedad, no te asustes, no te va a violar ni nada, pero lo primero que va a hacer es tratar de conquistarte o al menos te va a invitar a pasar algunas noches juntos, la mayoría de las chicas acceden.

—Yo necesito el trabajo y realmente, solo me interesa recibirme.

—De todos modos, aunque es pedante, suele derretir a cuanta mujer tiene a su lado.

Ya me caía bastante mal ese hombre, aunque no lo conocía personalmente, creo que nunca lo vi.

—Realmente, nunca lo vi, ni siquiera por fotos, solo lo conozco por referencia, por los comentarios hacia él y que usted sabe que se dividen en dos, las mujeres que se tiran a sus pies y piensan que por ser atractivo y multimillonario, eso dicen, harían cualquier cosa por pasar una noche a su lado y luego están las otras que no serían nunca parte de una lista de nadie, sé que esas mujeres son las menos, pero me incluyo en el último grupo.

—Me encantaría estar en el momento que le digas que nunca lo viste, ni siquiera por fotos, si tenés oportunidad, en algún momento, de pasada, deciselo y ojo, yo aprecio muchísimo a Alejandro, su tía es mi mejor amiga y hemos compartido muchos momentos familiares, junto a él.

Suspiro tomando aire.

—También quiero decirte que su padre lo presiona para que se case y por eso, cuando Alejandro Zalco padre, está en el país y ocupa la oficina contigua, es todo caótico.

Suspira profundamente y sigue hablando.

—Ale, en ese momento te va a exigir más y es cuando vas a tener que recurrir a toda tu paciencia, no son muchos los días que están los dos juntos, también tendrías que ocuparte que su padre no se entere si Ale tiene a alguna..amiga en su oficina.

—Eso me parece imposible…

—Sí, no siempre lo vas a lograr y sobre todo, espero que no caigas bajo sus encantos, de eso depende tu trabajo, te lo ofrezco a vos, porque realmente das el perfil perfecto para su secretaria, se te investigó, como a todos los empleados antes de ponerlos efectivos.

—Realmente es incómodo saber que me investigaron, pero supongo que es lo que hacen todas las empresas.

—Estás en lo cierto.

Corrobora lo que digo.

—Te acompaño para que conozcas a su secretaria que…en dos días deja de trabajar con nosotros…así te explica como le gusta el café, la marca de camisas que usa, para cuando te toque comprarlas, las claves de todas las computadoras, etc.

El edificio tenía 9 pisos.

Acompañé a la jefa de personal hasta el noveno piso.

La secretaria nos estaba esperando.

Solo estuvo en ese puesto 25 días y hacía ya 5 días que le estaban buscando reemplazo.

No es que me crea inmune al amor, pero sufrí tanto por mi exnovio y me humilló tanto, que estoy segura que aprendí la lección.

Fue mi único novio y el único hombre con el que tuve sexo y pensándolo bien, el último año de noviazgo si teníamos relaciones 1 vez por mes, era mucho.

No me di cuenta de ese detalle, a medida que fue pasando el tiempo, la relación se fue enfriando y posiblemente sucedió porque él se iba por ahí con otras mujeres.

Sufrí mucho con esa relación.

Gracias a Dios que no quedé embarazada, porque estar toda la vida atada a un hombre como mi ex novio, sería catastrófico.

Estoy acostumbrada a no tener sexo, ya que el sexo casual no me va.

No quiero, al menos por ahora, tener una relación de pareja.

Mi experiencia no fue buena.

Por todo eso, considero que no me iba a hacer mella ese hombre que a partir de ahora sería mi jefe.

Puedo manejar a un hombre arrogante y seductor, más aún sabiendo que las mujeres, para él, son un capricho.

Dicen que es muy atractivo, no lo sé, porque no se mezcla con el personal, nos considera muy poca cosa.

También tiene que ver que nunca coincidí con él ni de casualidad, normalmente no salgo de mi oficina en todo el día.

La empresa tiene un comedor para los trabajadores, pero el gran jefe, así lo llaman, no pisa ese sector, ni muchos otros.

Siendo tan engreído, a lo mejor no le gusto y no me propone nada y si lo hace, es cuestión de decirle que no.

No veo que sea tan complicado.

A lo mejor es un poco más complicado porque es mi jefe, pero con la cantidad de mujeres, que se dice que tiene, con decirle que no, bastaría.

El trabajo en sí parecía más entretenido, porque no solo haría trabajo administrativo, sé que estaría al pendiente de muchas cuestiones más.

—¿Cuándo comenzás?

Me pregunta la secretaria.

—En dos días.

—Dejale todas las claves por escrito, por favor.

Le dice la jefa de personal.

Ella sacó una agenda donde estaba todo detallado.

—Esto me lo pasó la secretaria anterior, tenés absolutamente todo anotado.

Leo la agenda que me brinda y están hasta los restaurantes favoritos, a los que suele ir de día, también a los que suele ir de noche.

Estaba todo detallado, sus marcas de camisas preferidas, de corbatas, colores preferidos, talle de pantalones, de boxer, de camisas y de zapatos.

Marca de café, de té y de whisky y dónde comprarlo.

Había anotadas florerías y hasta una joyería.

Por lo que vi, eran dos de los comercios en dónde más gastos hacía.

—La agenda con los contactos comerciales es la de color azul y la de los contactos personales es la de color blanca, estas agendas físicas son los respaldos, todo esto está en la computadora y si querés o mejor dicho, tenés, que bajar todo a tu celular, porque te puede pedir información de algo en cualquier momento, aunque sean las 3 de la madrugada o un sábado o un domingo.

—Se te abonan horas extras, sin que nadie las autorice, por eso no te preocupes.

Indica la jefa de personal.

Yo hago cuentas y económicamente es un negocio redondo.

—Cuando viajás con él, las horas extras comienzan a correr desde que te presentás en el aeropuerto y se cuentan las 24 horas, hasta que regreses.

Abrí mucho los ojos, a esa altura y si todo marchaba bien me podría comprar un auto en unos meses y dejar de viajar en colectivo.

No quería sonreír.

Era todo demasiado fácil, siendo así, no podía ser que todas las secretarias le duren tan poco ¿Es qué absolutamente todas caían ante sus encantos?

Como si leyera mis pensamientos, Susana, la jefa de personal, me aclaró que no todas se acostaban con él y por eso tenían que ser cambiadas de sector o despedidas en cuanto Alejandro Zalco se cansaba y había otras que no le podían seguir el ritmo de trabajo.

También había que aguantar su trato despectivo.

Me repitió hasta el cansancio que le tenga paciencia y que no salga corriendo con mis primeras impresiones y que mi trabajo podría perdurar en el tiempo, si no sucumbía a los encantos de Alejandro.

—Mañana te quedás todo el día con su secretaria y pasado mañana comenzás sola.

—Muchas gracias por la oportunidad.

—Suerte con el idiota.

Me dice su secretaria.

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