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Dame una sonrisa

-Estoy apenas comenzando y ni siquiera voy a preguntar por qué tienes condones

-Nicholas, no quiero hablar, hazme lo que quieras, te deseo –suspiró tomándole la mano

-Y yo a ti cariño

Se llevó su suave y femenina mano a los labios besándola con ternura antes de jalarla sobre su pecho y atacar sus labios tomándose su tiempo hasta que sus cuerpos estuviesen nuevamente listos. Cuando fue así volvió a estar arriba, esta vez para adorar su suave, pálido y curvilíneo cuerpo. Inició el camino de besos desde su cuello a la clavícula descendiendo por esos apetitosos pechos que no dudó en exprimir con ambas manos dejándolas allí mientras su boca continuaba por su abdomen plano jugueteando con su ombligo hasta finalmente llegar a ese lugar que lo llamaba, le rogaba por atención... Pequeños mordiscos en sus muslos y Danielle, abrió sus piernas del todo proporcionándole acceso directo a su clítoris. Lamió, mordisqueó, penetró con la lengua hasta que sus gritos desesperados le rogaron que fuese su pene y no su lengua quien la hiciera culminar. Y como sus deseos eran ordenes inmediatamente subió su cuerpo penetrándola hasta el fondo sin piedad, solo unos minutos de profundas embestidas y se corrió intensamente con Nicholas, en su interior

Sin darle tregua Nicholas, volvió a sus labios haciendo que probara de su propia esencia ignorando sus protestas, la besó apasionadamente jugueteando con su laco inferior, tirándolo con sus dientes nuevamente excitado. Pero esta vez fue el turno de Danielle, de jugar con su cuerpo. Lo empujó juguetona posando sus palmas en el fuerte pecho de Nic, acariciando sus pezones, sus pectorales, sus abdominales. Le devoró la boca mientras sus manos seguían tocando hasta seguir ese leve caminito de vellos hasta su pene masajeándolo de arriba abajo con suma delicadeza

-Duro... -gimió arqueando sus caderas para encontrar más fricción

Una tremenda sonrisa de satisfacción apareció en el rostro de Danielle, al escuchar su desesperación tan caliente y sensual que cuando se inclinó hacia su miembro y lo metió en su boca el cuerpo de Nicholas, literalmente se derritió mientras le daba sexo oral. No fue mucho lo que le tomó eyaculó con fuertes espasmos y ruidos que provenían de lo más profundo de su ser. Riendo a carcajadas alegres y contagiosas Nicholas, observó a la mujer que lo traía loco desde el primer instante en que la vio sentada sobre sus piernas, con la cabeza levemente inclinada hacia atrás mientras se quitaba descuidadamente el líquido tibio, espeso y no tan blanco que acabó en su boca y rostro al salir con tanta fuerza

-¡Carajo! -soltó algo frustrado por no poder controlarse

-¿Qué pasa? No te arrugues, vamos dame una sonrisa

Se inclinó hasta su rostro para mirarlo. Suspirando como un adolescente enamorado recibió la visión de esos ojos azules que tanto ha extrañado, permitiéndole acariciarle la frente y eliminar las marcas de expresión. La gran sonrisa de comercial no desaparecía ¡estaba alucinado! De volverla a ver, aún no se creía que estuviera tan cerca, que lo esté tocando. Sin contenerse, ni intentarlo, la agarró de la otra mano jalándola sobre su pecho, quería estar todo el tiempo así. Piel contra piel.

-Hola -susurró con sus narices tocándose

-Nic... -jadeó por la sorpresa

-¿Dónde has estado mi amor?

Borrando su sonrisa del rostro Danielle, evitó responderle y en su lugar lo besó apasionadamente por largos minutos antes apartarse de encima y levantarse de la cama para buscar su bata para cubrirse

-¿Qué pasa? –se incorporó inmediatamente sobre la cama

-Nada, solo voy a limpiarme, no tardo

Antes que Nicholas, pudiera contestar o reaccionar Danielle, había salido de la habitación encerrándose en su pequeño baño. Preocupado se levantó de la cama que le parecía diminuta y fue hasta el baño se paró en la puerta y escuchó, el agua estaba corriendo, se estaba duchando, aguardó unos minutos y cuando ya no escuchó ruido golpeó suavemente la puerta

-¡Un minuto!

Pero fueron 5 minutos y Nicholas, no se movió, permaneció de pie fuera del baño completamente desnudo con los brazos apoyados uno a cada lado del marco de la puerta.

-Listo -sonriente abrió la puerta y lo miró primero abajo confirmando su absoluta desnudez y luego al rostro

-Dani, no te escapes ¿qué pasa?

-No lo hago, vamos solo estaba pegajosa -mintió segura que lo había notado-. ¿Quieres tomar una ducha antes de..., hablar?

-Claro, una y bien fría que me calme porque ahora mismo lo único en que pienso es en quitarte esa toalla

-Toda tuya -señala la ducha-. No te acabes mi acondicionador

-No uso acondicionador

-Voy a vestirme

Finalmente salió del cuarto de baño y se fue a su habitación. Nicholas, tomó su ducha fría y usó el shampoo de Danielle. Estaba pensativo ella lucía extraña pero también diferente y relajada, feliz, su sonrisa era sincera.

Al salir de la ducha encontró a Danielle, en la cocina bebiendo una botella de agua de espaldas a él, llevaba un favorecedor jeans azul súper ajustado y una pequeña camiseta de Bon Jovi, con la fecha y nombre del tour en la espalda, la reconoció como los tickets que le dio por su cumpleaños, quería ir con ella a ese concierto, pero no se pudo..., fue hace mucho tiempo. En silencio dio media vuelta y regresó a la habitación en busca de su ropa, se vistió con calma alargando todo lo posible la conversación que tendrían.

Descalzo y con la camisa por fuera del pantalón regresó a la sala. Danielle, estaba sentada en el sofá con las piernas contra su pecho en modo pensativo. Ordenando todo en su cabeza

-Toma asiento –murmuró señalando el espacio libre junto a ella

-¿Está todo bien?

-Si solo..., han pasado dos años –suspiró asimilando por primera vez el tiempo que ha transcurrido desde que se vieron por última vez

-Dos años y medio... Dani

-Wow..., creo que realmente nos separamos

-Yo me quedé aquí esperándote

-No, te quedaste porque necesitabas resolver tu mierda –le recuerda haciendo una mueca de desaprobación

-Y con urgencia

-¿Lo hiciste? ¿Lo..., solucionaste?

-Inmediatamente

Soltó el aire con fuerza, notaba cuanto le había molestado su contestación, fue una mala elección de palabras, así que para borrarlo intentó tocar su mano, pero Danielle, rápidamente la levantó y señalo una botella de agua sobre la mesita y un vaso

-Es para ti

-Gracias

En silencio sirvió un poco de agua en el vaso y bebió un sorbo sin apartar la mirada de ella, estaba nerviosa, adorablemente nerviosa. Pero a diferencia de antes, ya no era capaz de saber o al menos intuir lo que le pasaba.

-¿Dónde estuviste? ¿Dónde te fuiste?

-Con Wes... -suspiró tomando aire para contárselo

-¿Dónde?

-Malibú, acepté un trabajo con él, en una de las empresas de su papá

-¿Por cuánto tiempo?

-Algunos meses luego nos tomamos unas vacaciones..., comencé a ver a Amanda, otra vez y, yo..., no me di cuenta que había transcurrido tanto tiempo, dos años...

-921 días

-Suena a una condena

-Lo fue para mí Danielle -dejó el vaso sobre la mesa y se acomodó más cerca para verla mejor-. Te extrañé cada día, aún te extraño, te necesito, yo...

-Me fui porque tus mentiras estaban acabando conmigo, jugabas con mis sentimientos -le reprochó-. Estabas tan confiado de mí, creías que como tonta permanecería en la sombra mientras tú hacías la vida que tanto deseabas dejándome de lado -exhaló con fuerza-. Ahora recuerdo la sensación, el dolor..., ahora que estás cerca lo veo mucho más claro...

-Dani, yo... -afligido por lo que veía en sus ojos, quiso hablar pero no se lo permitió, era su turno y él, debía escuchar

-¡Me engañaste con Frida! -lo acusa fulminándolo con la mirada-. Te acostaste con ella y dijo que estaba embarazada ¡oh mierda! ¿Cómo pude olvida algo así?

De un salto se levantó del sofá y comenzó a caminar de un lado al otro hablando en voz baja, ordenando todo en su cabeza

-Danielle, detente por favor, cálmate voy a contártelo todo, todo de mí para que nunca nos vuelva a suceder nada, para que confíes en mí -se levantó prometiendo que esta vez no se guardaría nada, que esta vez sería diferente, que él, sería distinto.

Y Danielle, dejó de caminar de un lado a otro pero mantuvo la distancia, temía estar cerca de él. Acababa de acostarse con Nicholas, y el solo había dicho su nombre

-Eso estaría bien..., yo..., tengo problemas para recordarlo todo, tengo lagunas que aclarar y...

Tres seguros golpes en la puerta los interrumpieron seguidos por la voz de Tommy.

-¡Danielle, sé que estás aquí! Ábreme, tenemos que hablar sobre lo que ocurrió hace un rato ¿con quién demonios te fuiste?

-Ay no...

En pánico corrió hasta Nicholas, y a empujones junto a palabras mudas le pidió que se moviera llevándolo hasta el baño

-NO TE MUEVAS

Susurró su orden y entonces salió disparada a su habitación en busca de lo que faltaba de la ropa de Nicholas: Corbata, chaqueta, zapatos. Con todo hecho una bola regresó al baño y lo empujó todo contra su pecho

-Espero que eso sea todo, no hagas ruido y ni se te ocurra salir de aquí

Volvió a darle un empujoncito en el pecho para que tomara sus cosas pero Nicholas, no tomó las prendas de vestir, la agarró a ella atrapándola en un abrazo uniendo sus labios en un beso brusco y sorpresivo

-Qué demonios...

Gimió Danielle, haciendo una mueca que decía "a quién engaño, me gusta esto" antes de lanzarse por un apasionado beso ante la adrenalina que sentía con Tommy, golpeándole la puerta.

-Ya basta -cortó el beso-. Solo no digas una sola palabra y quédate aquí quietecito como un buen chico

Le insistió con sus pertenencias mientras los golpes en la puerta no se detenían. Estaba más allá de nerviosa porque Tommy, supiera que estaba allí con Nicholas, y recién duchados y follados

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