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Capítulo 2

POV DE Cristina

Han pasado algunas horas y estoy muy cansada. Siento que mis piernas van a fallar en cualquier momento. Termino la última mesa y me apoyo en el mostrador. Suspiro y cierro los ojos por un minuto. Entonces Marta viene a mí.

- Cariño, te ves cansada, ¿por qué no empacas tus cosas y te vas a casa a descansar? - Sugirió con una suave sonrisa.

- Todavía queda gente. - dije tratando de convencerla de que me dejara quedarme.

- Está bien, yo me encargo y de todos modos tu turno terminó hace horas, siempre trabajas horas extras, necesitas descansar mi dulce niña. - Habló.

- ¿Está seguro? Sabes que no me importa quedarme, me encanta trabajar aquí. - Yo pregunté.

- Si querida, está bien ahora ve a buscar tus cosas, se hace tarde y es peligroso caminar tarde en la noche. - Ella dijo.

Sacudí la cabeza y fui a tomar mi bolso y guardar mis cosas del trabajo. Les dije buenas noches a Martha y Jerry y seguí mi camino al infierno.

Mientras caminaba, tuve la sensación de que algo había sucedido. No sé qué es, pero tenía la sensación de que algo grande iba a pasar y pronto.

Perdida en mis pensamientos, no noté las brillantes luces azules y rojas ni los coches de policía afuera de mi casa. Sentí que mi corazón empezaba a latir más rápido a cada segundo.

¿Por qué está la policía aquí? Oh Dios, ¿y si John hiciera algo y me fueran a llevar? Con todos estos pensamientos no noté que un oficial de policía caminaba hacia mí.

- Disculpe, ¿eres Cristina Thompson? - preguntó el oficial.

- Si señor, ¿está todo bien? - Pregunté con preocupación clara en mi voz.

- Lo siento, tu padrastro tuvo una sobredosis y lamentablemente no sobrevivió. - Dijo con lástima en sus ojos y voz.

Sentí que mi corazón se detenía, John está muerto.

Finalmente está muerto. ya no puede hacerme daño, estoy libre de sus garras.

Nunca pensé que moriría antes que yo, siempre pensé que tal vez algún día iría demasiado lejos y me mataría de una vez por todas. Mi sueño se hizo realidad .

Pero de repente me vino a la mente un pensamiento. ¿A dónde iré? No tengo padre, mi madre siempre me dijo que cuando se enteró que estaba embarazada dijo que no me quería y se fue. No tengo tías ni abuelos que conozca.

Escuché sobre el sistema de acogida y no quiero ir de un mal hogar a otro.

- ¿Pero adónde iré? No tengo a nadie que pueda acogerme. - Hablé con el miedo apretando mi corazón.

- Te llevaremos a la comisaría para que te saquen una muestra de sangre y veamos si tienes algún familiar que quiera acogerte. De lo contrario, lo colocarán en un hogar de crianza o en el sistema de adopción. Ve a empacar tus cosas y luego nos vamos, ¿vale? - Sugirió, con clara simpatía en su voz.

Sacudí la cabeza y fui a la casa a buscar mis cosas. No tenía muchas cosas, así que no me tomó mucho tiempo empacarlas, puse todas las cosas en mi mochila y saqué el dinero que tenía ahorrado. Los conté y descubrí que lo eran. dólares.

Lo puse en mi bolso y miré la habitación por última vez. La idea de irse parece tan surrealista que es demasiado buena para ser verdad.

Miré la habitación por última vez y bajé las escaleras. Fui al oficial de policía con el que hablé antes y le dije que estaba listo.

Subimos al coche y nos dirigimos hacia la comisaría. Nada más llegar aparcamos y entramos. Me dijo que me sentara y esperara a que volviera.

Tan pronto como regresó, me tomó sangre y me dijo que los resultados estarían disponibles en una hora. Se habían ido y yo estaba exhausto. Luego cerré los ojos y sentí que me quedaba dormido.

UNO HORA DESPUÉS

Sentí que alguien sacudía mi hombro e inmediatamente me levanté pensando que era John. Pero tan pronto como vi al oficial, me relajé. Tenía una amplia sonrisa en su rostro que me confundió.

Y lo que dijo a continuación me confundió aún más.

- Tengo buenas noticias para ti, encontré a alguien a quien le encantaría darte la bienvenida. - Dijo con una amplia sonrisa.

- ¿OMS? - pregunté con curiosidad.

- Tu padre y tus hermanos mayores. - Él responde.

Me quedé allí congelada. No pude oír nada más de lo que decía. "Padre". Esa palabra se repetía en mi cabeza una y otra vez. ¿Por qué me querría ahora? ¿Por qué? ¿Podría haberme ahorrado años de dolor y angustia y ahora me quiere? No podía creerlo. Mis oídos seguían zumbando, mi corazón latía con fuerza en mi pecho.

No me di cuenta de que el oficial me llamaba hasta que empezó a sacudirme el hombro. Me estremecí y me alejé de él con los ojos muy abiertos y la boca abierta.

- ¿Padre? - susurré, todavía en shock por lo que acabo de decir.

- Sí papá, ¿no es genial? ¿Qué tal si descansas un poco? Faltarán unas horas para que llegue, ya que viene de Nueva York. - Él explicó.

Negué con la cabeza, no podía formar palabras, nada salía de mi boca. Es como si se me trabara la lengua, 'papá' tengo un padre y él dijo que tengo hermanos.

¿Cuantos hermanos tengo? ¿Les agradaré? ¿Y si me odian? ¿Y si nunca hubieran querido una hermana? Oh Dios, ¿y si me hacen daño? John apenas podía golpearme y ahora tengo padre y hermanos. No pude pensar más porque sentí que comenzaba un dolor de cabeza. Me froté las sienes y tomé dos analgésicos.

Me duele el cuerpo y más con esta nueva información. Apoyé mi cabeza contra la pared y pensé en algo, ¿será este mi nuevo comienzo con mi nueva familia o será este mi nuevo infierno?

Con eso me quedé dormido.

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