Capítulo 5
Acabar con toda una mafia fue un logro para la mayoría, y sin duda lo fue para mí.
Conduje durante unos minutos antes de finalmente detenerme en un restaurante cercano; simplemente tenía hambre y no me apetecía seguir dando vueltas para encontrar un lugar donde sentarme a comer.
Aparqué el coche, salí, cerré la puerta y lo bloqueé. Me dirigí a la entrada del restaurante y entré.
En cuanto entré, la anfitriona del puesto levantó la vista y enseguida se dio cuenta de quién era yo.
—Señor Gallo, ¡cuánto tiempo sin verlo !
- Sí, lo sé. -
—¿Solo estás tú hoy? —preguntó mientras cogía un menú.
Asentí con la cabeza . —Solo yo hoy.
—Estupendo , sígueme, te acompaño a tu asiento —respondió mientras comenzaba a caminar.
La seguí hasta una de las mesas, observándola mientras dejaba el menú sobre la mesa y se apartaba. Tomé la silla, la aparté y me senté.
- ¿ Vas a tomar lo de siempre o vas a probar algo diferente esta vez ?
Lo pensé un segundo, abrí la boca para responder antes de que mi teléfono vibrara.
—Un momento, Jamie —dije , sacando el teléfono del bolsillo y mirándolo.
Era un mensaje de texto de Gregorio : —Oye, tío, te necesito en casa lo antes posible para hablar de un asunto .
'¡Odio tu maldita coincidencia!'
—En realidad, Jamie, me temo que no puedo quedarme mucho tiempo. Entonces, ¿te importaría que hiciera mi pedido habitual para llevar ?
Comenzó a escribir en su libreta: —Por supuesto, se lo traigo enseguida. ¿Desea algo de beber o algo más ?
- No, gracias, tengo uno en el coche .
Me sonrió y se marchó para hacer mi pedido.
Me dejé caer en la silla y decidí responderle a Gregorio, ya que probablemente pensó que lo había dejado en visto: —Estaré en casa en unos —minutos, quizá incluso más, así que no me esperes despierto .
—No lo tenía planeado —respondió .
Apagué el teléfono y esperé pacientemente a que llegara la comida para poder irme de allí. De verdad que no quería volver a casa, pero si era una emergencia, no tenía otra opción.
Tras unos minutos, Jamie regresó con la comida empaquetada y guardada en una bolsa. La colocó sobre la mesa frente a mí.
Saqué mi cartera y le di el dinero de la comida más la propina. —Disculpe las molestias, pero gracias por la comida .
—No hace falta que se disculpe, lo entiendo —dijo mientras yo cogía la comida y me levantaba— . Que tenga buena noche, señor Gallo .
—Que tengas buena noche, Jamie —respondí , alejándome de ella.
Llegué a la puerta y la empujé para abrirla, caminando de regreso hacia mi coche. Lo desbloqueé, abrí la puerta y salté al asiento del conductor.
Puse la bolsa de comida en el asiento del copiloto y me abroché el cinturón de seguridad. Siempre he odiado usarlo, pero no quería arriesgarme en caso de accidente, así que me lo puse.
Metí la marcha atrás y salí del aparcamiento, luego volví a poner la marcha adelante y empecé a conducir por la carretera que me llevaba de vuelta a casa.
Empezó a llover, lo cual me molestó porque no me gusta nada la lluvia, pero por suerte iba en coche. Seguí conduciendo durante unos minutos hasta que vi algo más adelante.
Era la chica que había visto la otra noche en la tienda; reconocí su hermoso rostro y su larga y preciosa melena castaña. Pero algo no me cuadraba, así que reduje la velocidad para observar mejor.
Me detuve en el lado opuesto de la carretera, observando lo que sucedía.
Los chicos la rodeaban mientras ella jadeaba con fuerza en el suelo, sujetándose el estómago con los brazos que rodeaban su pequeña figura.
~Ellie~
—Por favor, paren —dije en voz baja, esperando que me dejaran en paz.
Mark se agachó y me agarró un mechón de pelo, tirándomelo hacia abajo para que lo mirara sin opción. —¿Dónde está nuestro dinero, Ellie ?
—No ... no tuve suficiente tiempo para conseguirte el dinero —respondí entre lágrimas.
—Te hemos dado tiempo de sobra, simplemente no has suplicado lo suficiente por el dinero —dijo Noé con agresividad.
- Lo intenté... Lo p-prometo que lo hice... Llegaste temprano. -
—Aun así, deberías haberlo tenido listo —dijo Jason.
Noah se acercó a mí, Mark se apartó pero aún me sujetaba del pelo. De repente, me dio una patada en el estómago con el doble de fuerza que la que Jason me había dado hacía solo unos minutos.
Dejé escapar un pequeño grito de dolor mientras él se alejaba de mí; las lágrimas corrían por mi rostro mucho más rápido al mezclarse con la lluvia torrencial.
—¡Ponla de pie! —exigió Jason.
Mark me levantó tirándome del pelo y me puso de pie. Me soltó el pelo y me sujetó la muñeca por detrás de la espalda, mientras Chris se colocaba detrás de mí e hacía lo mismo con la otra muñeca.
Jadeaba y lloraba; el dolor que me originaba en el estómago ahora se extendía por todo el cuerpo. Empezaba a sentirme débil y magullada, casi como si mi cuerpo fuera a ceder.
Como casi no comía, tenía muy poca carne en las zonas que me atacaban. Apenas tenía protección y empezaba a tener miedo de que, si seguían golpeándome, pudieran romperme un hueso.
Jason se acercó a mí y me tomó la cara entre sus manos, secándome las lágrimas y examinándome con atención. —Hay mejores cosas que hacer con esas lágrimas, deja de llorar .
—No puedo… —dije con la voz entrecortada.
Levantó la mano y me abofeteó, el dolor me quemó la mejilla. —Le dije: ¡Deja de llorar, joder!
