Librería
Español
Capítulos
Ajuste

2

Después de peinarme, lo que me llevó unos diez minutos, me calzo unas sandalias planas, hago la cama y abro la ventana, dejando toda la habitación iluminada y maravillosamente fresca. Que bueno es eso. Salgo de mi habitación y sigo el pasillo hacia afuera, bajando tranquilamente las escaleras. Estaba a punto de girar hacia la cocina cuando sonó el timbre.

– Ya viene – respondí un poco asustado, pero vuelve a sonar – Ya viene – dije de nuevo girando la llave de la puerta, abriéndola dándome la visión de dos tipos mirándome con cara de paisaje – Hola en que te puedo ayudar ?

– Hola – Respondió amablemente el más alto – ¿Está Bobby ahí?

– Sí – negué con la cabeza, intercambiando miradas entre los dos – ¿Quién quiere hablar con él? – El más alto sonrió y el otro siguió mirándome. Lo miré de reojo y dirigí mi atención al más alto.

– Sam y Gustavo – Extiende su mano y la estrecha – Soy Sam y este es mi hermano Gustavo.

- Delisa - Nos soltamos de las manos y estiré mi mano en dirección a ese Gustavo que seguía mirándome como si estuviera soñando. – ¿Decano? - Lo llamé pero siguió igual.

- ¡¿Decano?! – lo llamó Sam, pero él continuó – ¡¿Gustavo?! – Lo empujó – Gustavo – Gritó, golpeando el brazo de su hermano quien lo miró atónito como si lo hubieran despertado de un trance.

– ¿Cuál es tu problema, Sammy? – preguntó irritado.

– ¿Cuál es mi problema? Te hemos estado llamando por un tiempo y todavía estabas como un idiota paralizado – Miró a Sam – Delisa está siendo amable, y estás mirando a la chica.

- Está bien - Traté de que el ambiente fuera tranquilo.

– Lo siento – Gustavo levantó la mano y yo la encaré, apretándola a modo de saludo – Gustavo Winchester y este es mi hermano…

- Sam – respondí soltándolo de la mano – Ya lo dijo.

– Oh – Gustavo miró a su hermano – ¿Está Bobby ahí? Queremos hablar con él.

- DE ACUERDO. Sí lo es – Di un paso atrás y sostuve la puerta – Voy a hablar con mi tío tú quieres hablar con él – Ambos se miraron.

- Tío ? – Preguntaron juntos.

- Si el es mi tio. No es sangre, pero es mi tío... Es una larga historia, lo voy a llamar. - Ellos asintieron y yo le di la espalda al depósito de chatarra. No lo sé, pero creo que he oído hablar de ese apellido, Winchester. No recuerdo dónde, pero lo he oído.

Después de encontrarme con mi tío y avisar a los dos tipos que estaban en la puerta buscándolo, me dirigí a mi pequeño jardín. No es de mi incumbencia lo que mi tío hable con los demás, así que prefiero mantener la distancia. Aproximadamente media hora después, el tío John me llama para unirme a la conversación. ¿Qué tengo que ver con eso? No lo sé, pero lo averiguaré.

Entré a la habitación sospechosamente, poniendo todos los ojos en mí, me molesta, no me gusta mucho ser el centro de atención, ser objeto de muchas miradas. No me siento muy cómoda, a pesar de que esas miradas son de cuatro personas.

- Siéntate aquí - me pidió el tío Bobby, para que yo me sentara al lado de Gustavo. Lo que está mal ?

- Algo pasó ? preguntó Decano. Prefiero permanecer en silencio, no quiero interrumpir la conversación de nadie.

- Solo queremos que ustedes dos firmen esto aquí - Colocó una hoja en la pequeña mesa de madera que está en el medio de la habitación. Miramos entre la sábana y él.

- Que es eso ? – preguntó Gustavo completamente desconfiado – ¿Y por qué tenemos que firmar?

— Solo fírmalo— , respondió el tío John con calma.

- ¿Qué estás escondiendo? preparándose? – Preguntó de nuevo, nervioso.

— No estamos ocultando nada. Para hacerlo mejor, también firmaremos - habló el tío Bobby. Me miró – Delisa, señal.

– Esto es muy extraño, tío – Dijo después de un rato en silencio – Pero si estás preguntando.

– Esta no es tu sentencia de muerte – Miré al tío John – Te lo garantizo.

- Delisa - El tío Bobby volvió a llamar mi atención. Tomó mi mano y me dio una pequeña sonrisa - ¿Confías en mí?

– Confío en ti, tío. Pero es como dijo Gustavo, esto es muy extraño. ¿Qué estás escondiendo?

– Solo firma – Soltó mi mano, se inclinó y tomó la hoja poniéndola en mi mano – ¿Confías en mí? Después de mirarlo, bajé lentamente los ojos hacia la sábana. Tragué saliva. Confío en mi tío, pero esto es muy extraño: también firmaremos.

- Está seguro ? – Pregunté con miedo.

- Sí. Sabes que no te miento.

— Está bien, entonces— , el tío John se levanta y toma un bolígrafo del cajón de la alacena, entregándoselo al tío Bobby, quien lo coloca en mi mano. No sé si realmente debería, pero sé que puedo firmar esto sin miedo.

Firma. Lo miré y respiré hondo. Enderecé la sábana sobre la almohada y me dispuse a firmar con mi nombre.

- Listo – dije luego de dejar mi nombre en la hoja, entregándosela a mi tío Bobby.

- Ahora tú, Gustavo – Bobby le llevó la sábana a Gustavo, quien la sostuvo de manera extraña. Lo miré y vi sus ojos rodar por el papel, leyendo cada palabra - Firma, luego lees - Gustavo entrecerró los ojos de mi tío.

— Algo me dice que realmente no debería confiar en ti. Al menos no hoy.

- No te vamos a entregar a los demonios - respondió John desde el otro lado de la habitación - Firma pronto, no tenemos todo el tiempo del mundo.

– ¿Y qué sacamos de ello? – cuestionó Decano.

– Si lo firmas, lo sabrás – Miramos al tío Bobby – Fírmalo ahí mismo, idiota.

– Firmaré – Gustavo acomodó una almohada sobre su pierna, colocó con cuidado la sábana sobre ella y tomó el bolígrafo – Pero si están tramando algo, ya saben lo que podrán ver.

—Firma ahí, gilipollas —dijo Bobby con impaciencia—.

- Está bien Bobby, está bien - Gustavo respiró hondo y comenzó a escribir su nombre en la hoja, en una línea debajo de donde dejé mi nombre. Tan pronto como terminó, sostuvo el bolígrafo en una mano y comenzó a leer el resto de las palabras en la hoja – ¿Qué es esto…? No creo – Levantó la cara, mirando a John y Bobby – ¿Qué hicieron ¿hacer?

- No me disculparé - dijo el tío Bobby con seriedad - Y no me mires así.

– No me lo creo – Levantó la sábana – Solo puedes estar bromeando.

– ¿Mirar nuestras caras y ver si alguien está bromeando? – preguntó el tío John y se levantó – Eso es exactamente lo que estás viendo, Gustavo.

- Papá, lo que hiciste está mal - Miré a los dos con asombro. ¿Cómo así papá? Gustavo arroja la sábana sobre el mostrador y se levanta irritado. Tomo la hoja y sigo la línea de palabras, sorprendiéndome con lo que leo. Esto no es exactamente lo que estoy pensando. No puede ser.

– ¿Es eso un contrato de matrimonio? – Levanté la sábana y el tío Bobby me miró con tristeza – ¿Qué hiciste?

- ¿Qué quiere decir contrato de matrimonio? - Sam se alarmó haciendo que todos lo miraran.

– Así es Sam, nos hicieron firmar un contrato de matrimonio – Gustavo lanzó fuego por la nariz – Se volvieron locos, eso seguro.

– Mira cómo hablas – lo regañó John – No hicimos nada de esto en broma – Se acerca a Gustavo – Hay una buena razón para eso.

- ¿Una buena razón? – Gustavo se rió por la nariz – ¿Qué razón sería suficiente para tener que casarse con un cazador, con una chica que ni siquiera conoce?

– Si tal vez te calmas, lo sabrás – Bobby se levanta – No es el fin del mundo.

– Vas a deshacer esto – Con pasos cortos y pesados se acercó a mí y me quitó la sábana de la mano – Ahora.

— No podemos— , respondió John, lo miré boquiabierta.

– ¿Cómo no pueden?

– Este contrato no es un simple contrato. es a muerte. - Fue simple en respuesta, Gustavo soltó una risa débil.

– Qué hiciste – Señaló la hoja – No hay excusa tan pronto.

- Tenemos nuestras razones - Bobby se encogió de hombros - Ahora está hecho.

– Tú – Me levanté – Me mentiste – Bobby vuelve a mirarme con tristeza – ¿Cómo pudiste engañarme así?

— Pero no mentí, simplemente no te dije la verdad— .

– Me engañó – No quería llorar, pero la voluntad que crece dentro de mí no me deja otra opción – ¿Qué pensaría mi padre de eso?

- Pensaría que esto sería lo correcto - respondió John - Nos pidió que lo hiciéramos él mismo.

- Qué ?

– Fue uno de los últimos pedidos que nos hizo, antes de que lo mataran – continuó John – Casar a su hija con mi hijo mayor, porque así estaría más segura – Dejé caer sin querer la lágrima que estaba conteniendo. Gustavo se frotó la cara con la mano mostrando lo irritado que ya estaba con todo esto – No hice más que mi parte, y eso era lo de menos.

- El mínimo ? – pregunté incrédulo.

– Fuimos amigos durante mucho tiempo, y todos esos años que estuvimos juntos, él me defendió lo mejor que pudo. Si estoy vivo hoy es gracias a él, y antes de que lo mataran pidió un deseo.

- Y esa petición sería... - John interrumpe a Gustavo.

- Cuidando a tu única hija y para que ella esté aún más segura, cásate con mi hijo mayor - Suspiró - Por si acaso, Gustavo.

– ¿No viste que esto es mucho más peligroso? – Su voz era regular pero igual de irritada que él – Soy el cazador más buscado y ¿te casas con ella conmigo?

— Es por eso que me pidió que hiciera realidad este matrimonio. Contigo – Señala a Gustavo – Ella estará más segura, ya que no es de extrañar que seas uno de los cazadores más conocidos, junto con Sam.

– Eso no tiene sentido.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.