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PROFUNDA +18 (libro 4)

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J.a.a
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Sinopsis

Tomo otra respiración profunda, escucho a Carol Sean gemir aún en éxtasis después de follar su coño durante largos minutos. Miro mi pene flácido, todavía resbaladizo con semen y lubricante. Le doy una calada al cigarro, aunque no sería lo ideal inhalar marihuana, jala y suelta , sentada en la cama mirando la mesita de noche donde había unos adornos desordenados, el lubricante que parecía un dildo masturbatorio ( No dudo que lo vendan en ese formato por eso) . Escucho a Carol Sean levantarse, y por el rabillo del ojo, su gran trasero brillando con sudor y semen, recoge su ropa del suelo y pasa frente a mí, sus pechos se balancean como hermosos péndulos suspendidos, pero ella retrocede, toma a Beck toma mi mano y le da uno, dos, tres tirones y me la devuelve cuando ya se apagó parcialmente, volví a usar el encendedor, volviéndolo a encender y me apoyé en el cabecero de la cama y me crucé de brazos mirando mi pecho, con el cigarro de marihuana aún pegado en los labios. Observo mi pezón rosado aún ardiendo, y el vello a su alrededor. ¿Por qué tan sensible?

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1

Ahí estaba mi durmiendo, pero no de mi cara sino de parte de mi brazo, mi pecho y mi cuello, muy profesional , estaba uno de mis tatuajes, había una foto mía de espaldas en la playa, otras mías durmiendo en el sofá a la luz del sol el sol golpeaba mi cuerpo perfecta y parcialmente, había uno que yo sonreía de lejos sentado en la arena con una lata de cerveza en la mano, podía ver a la tía Lúcia a mi lado de atrás, foto de la mar, de conchas, collar de conchas, plantas, plántulas, insectos como: orugas y mariposas, una foto de nuestros pies, yo bañándome en la ducha, en la piscina, el rocío bajo las hojas verdes. Ah, y había uno en particular que era muy lindo, que era yo con un pájaro en la mano, pensé que ni siquiera había visto eso, fue un día en la playa que un pájaro golpeó el vidrio de la ventana y se desorientó.

A veces lo veía con el celular en la mano, pero pensaba que solo estaba indagando o lo que sea.

—¿Cómo me tomas fotos sin que me dé cuenta? dije un poco sorprendido

—Técnica—, se rió.

—Son muy buenas fotos.

- ¿Mismo?

—Son, son hermosos—, le dije.

— Lipao me ayudó a hacer un Instagram para publicar pero eso no me gusta, es complicado de usar — explicó — Hice más para hurgar en el tuyo.

- Sí, debería. - Hablé

Al menos Lipao tenía razón en eso. Incluso parecían fotos profesionales.

— ¿Y qué más te gusta? - Yo pregunté

Lo recordé diciendo que no sabía acerca de sus favoritos y no lo sabía.

— Dibujos, lienzos, animales, puedes creer que allá en Bonito hacíamos lienzos y se los vendíamos a los turistas, yo, Aninha, que era amiga mía, y Binho.

—¿Y qué hicieron con el dinero?— Dije, sin dejar de mirar las fotos.

—Compramos chatarra y más cosas para pintar. — se rió — Fue genial Carlos Jonas.

—¿Lo extrañas allí?—

- Un poco.

—Podemos ir allí cualquier día.

- ¿Grave? Se alejó mirándome.

— ¿Por qué no? Dije y él sonrió y volvió a unirse a mí.

Tiré el teléfono sobre la cama abrazándolo.

— ¿Por qué no usas mi dinero y te compras algunas cosas para pintar y esas cosas?

- ¿Estás loco? - respondió

— Taz, puedes usarla, registré mi tarjeta en la aplicación de tu celular, puedes usar la tarjeta virtual, no sé, o te puedo hacer una tarjeta.

— No, Carlos Jonas, no quiero, vamos — dijo un poco irritado.

— Taz

— Quieres darme todo, casa, departamento, ropa, celular... Carlos Jonas, tengo que conquistar mis propias cosas.

—Como si ni siquiera te gustara trabajar—.

- ¿Y? — replicó — Cada uno tiene su tiempo para las cosas.

— Sabes qué, voy a traspasar mi apartamento a tu nombre y quiero que no vivas en él.

— Nois termina ahora — dijo y se echó a reír.

Me reí. Pero yo hablaba en serio.

—Te compraré un anillo de citas—.

- ¿Puedo comprar? - dijo emocionado

yo estaba tranquilo

—Está bien, te daré el dinero—, le dije.

— No, lo voy a comprar con mi dinero, aunque lo pague a plazos.

— Taz...

—Carlos Jonas, déjame—, dijo con picardía.

Yo estaba en silencio.

- Elegiré la más hermosa.

— Bueno, en plata, joven y sin ser tan grueso, lo más delgado que tengas tiene que ser lindo y discreto. Mi número de dedo es creo... No sé, intenta ver uno que creas que funcione, si no, lo cambiamos.

— Ta — se alejó mirándome con una sonrisa.

Luego me besó en la boca. Me dio otro y enterró su cara en mi cuello ronroneando como un gatito astuto.

— Tu madre me llamó a la fiesta de tu tía Lucía.

— Oh mierda, se me olvidaba decirte, va a ser aquí que hace todos los años — se ríe — si quieres venir mañana te paso a buscar o te acuestas aquí.

—No si me vuelvo a dormir mi madre se vuelve loca, y además, tu madre llamó a la mía.

—Fresco. — Dije — Te llevaré al trabajo, ¿de acuerdo?

— Está bien, ¿me llevas a casa y esperas a que me prepare también?

— Vivo la vida.

Quería acostarme con él, pero no soportaba la falta de responsabilidad. Incluso entiendo que no es de los que trabajan y todo eso, pero tampoco puede ser un cero a la izquierda.

Así lo hice, lo iba a llevar a su casa, ya se había duchado, esta vez nos duchamos juntos, cuando saqué el carro del garaje me advirtió:

— Se me olvidó el celular, lo voy a buscar arriba en tu cama. - él dijo

Detuve el auto en la acera y se bajó un poco alterado en ese mismo momento Miguel salía de su casa.

—Hola Taz, Whoops maricón—, dijo desde mi lado de la ventana.

Me estiró el brazo y lo saludé.

- ¿Hola! Qué tal?

— O hay algo que te quiero preguntar, ese día con Carol Sean, la llevaste al prostíbulo ¿qué fue eso de Quarto?

— Ella está loca, y tú eres un chismoso, no es gran cosa... De hecho, la llevé allí y usamos una de las habitaciones, ya sabes... Es como una habitación de motel con pole dance y los chicos, y fue divertido lo hicimos un par de veces. Pero luego, si ella te pregunta, ¿dices que nunca has visto ese hermoso club? - mintió descaradamente

—No, suave.

—Lo digo en serio Miguel. — dije frunciendo el ceño y hubo un acuerdo — ¿y entonces qué descubriste?

— Formiga está jugando mucho en Sao Rafael. Tomó el mando de una facción media, se llaman GDF - Guardianes de la Favela, están bien armados y al parecer es él mismo, el chico es un poco hablador, aún sin conocerme, me bastó decir que era del movimiento, incluso porque conocía al antiguo propietario, hay Bom-bom.

—Bom-bom, ¿no es ese ex-policía de allí?—

—Él mismo lo puso, pero siempre fue corrupto, dijo que estaba pacificado, pero la gente allí está disgustada, dicen que Formiga aterroriza a una dictadura total después de que mató a Bom-bom, hay hasta toque de queda.

— A ver si te puedes quitar más cosas, ¿de acuerdo? Pega a ese niño como el chicle Miguel.

- Suave.

— A ver si puedo cambiar una idea, tengo algunos contactos ahí… Voy a buscar a ese hijo de puta — dije.

Taz volvió en el coche.

— Hoy termino de colocar las banderas. Taz le dijo a Miguel

— Aah, ¿estás poniendo sentido en la cabeza de este chico? miguel me dijo

— Sí, intentándolo, claro — dije, tocando su mano a través del vidrio.

Salí llevando a Taz a su casa y lo estaba esperando en el auto tamborileando con la mano en el volante esperándolo mientras cantaba alguna pagoda que se instaló en mi mente, tardó un rato y esa demora empezó a extenderse, su celular El teléfono estaba aquí en el auto, así que no había forma de llamarlo. Empecé a pensar un montón de mierda, me bajé del auto con un poco de agonía, hasta que él salió sosteniendo su bolso al costado mirándome con una sonrisa.

—Wow, ya estaba en agonía—, dije.

— Mare — hizo una pausa — Eres muy cohibida.

—Por supuesto que tu padre todavía está por aquí—.

— Se ha vuelto a ir, mi madre dice que cree que se ha vuelto a Río Grande.

—Era tarde—, repliqué.

Solté una pequeña risa, se acercó, me dio un beso y fue a subir al auto. Nuestros días podrían ser así todos los días.

— Taz, siempre podría llevarte al trabajo, ¿verdad? Dije subiendo al auto.

—No—, respondió secamente.

- ¿No?

— No, me encanta tomar el autobús. Es una coctelera mulesta .

- ¿Qué? ¿A quién le encanta tomar el autobús, estás loco?

— Yo — sonrió — es divertido, ¿no? Cuando está lleno es gracioso por más que la cuenta.

Negué con la cabeza.

loco _

Lo llevé al trabajo, luego me fui a la oficina, trabajé hasta las cinco de la tarde mientras mi madre me molestaba todo el tiempo yendo a casa o saliendo de casa, ya estaba preparando todo para la —fiesta— (que no era t exactamente una fiesta solo una reunión familiar) mañana. La tía Lúcia, e incluso la madre de Taz estaban en mi casa decorando allí, ella dejó de ir a la floristería por eso.

Todos los años, la tía Lúcia hacía una fiesta de junio entre la familia, yo no era muy fan, avisaba a todos en el grupo de whatsapp de la familia, hacían los preparativos juntos y como siempre ese mes hacía frío, hacían caldos (me encantaban los caldos ) algunas comidas típicas del mes de junio, bebidas como: quentao, vino caliente en fin.

Yo en casa no estaba muy para eso, siempre lo hacían en casa de la tía Val y yo nunca iba, ni en casa de mi madre (a veces iba), pero ahora y por segunda vez en casa, ya lo hacían una vez hace mucho tiempo, cuando estaba casado.