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PERDIDO

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Aligam
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Sinopsis

Sharon Wolf, hija de Toto Wolf y hermana pero no por sangre de Lewis Hamilton, decide o más bien la obligan a asistir a esta sensacional temporada de fórmula uno. ¿Y si se enamora? ¿Y si el pasado vuelve a ella cuando menos lo espera? ¿Será capaz de aferrarse a lo que ha construido o se abandonará al dolor? Para ella lo importante es que esa persona, ese piloto, se mantenga cerca de ella. Pero incluso después de descubrir su pasado, ¿lo hará?

DulceDominantePosesivoAmor-OdioArroganteCaóticoHumorCrushHombre Lobo

Capítulo 1

-¿Tengo que hacerlo?- Me enfado tratando de convencerlos de que me dejen quedarme hermosa en este hotel.

-Sí, vamos, Chan, todos quieren conocerte.- Lewis, mi mejor amigo, lo repite por enésima vez.

-Y este es exactamente el problema.- susurro tapándome la cara con la capucha de la sudadera Mercedes, por supuesto.

-Oh, vamos cariño, estoy segura de que estarás bien, Lewis también está aquí.- Papá y Lewis son duros, pero no tanto como yo.

-Por las buenas o por las malas Sharon.- me amenaza el chico de las coletas señalándome con un dedo.

-Nunca me obligarías a hacer algo que no quiero hacer.- Le digo seguro que sí.

Siendo que no puedo ver nada ya que tengo mi cabello y capucha frente a mis ojos, cuando siento que me levantan y cargan sobre mi hombro, dejo escapar un grito de miedo.

-¡Estás loco! ¡Lewis bájame inmediatamente o te juro que te mato con mis propias manos!- empiezo a patear pero teniendo cuidado de no lastimarlo, aunque se lo merezca.

-Te volviste loco, ya que casi me rompes el tímpano-

-Te queda bien- mascullo cruzándome de brazos y observando mi cabello oscuro balanceándose aquí y allá siguiendo los movimientos de sus pasos.

A cambio, después de haberle respondido, me pellizca cerca de la rodilla.

-¡Ay!- exclamo dándole palmaditas en la espalda.

Siempre hablamos inglés aunque tengo que decir que le enseñé un poco de italiano, soy italiano pero al perder el mío quedé en un orfanato y luego no sé qué milagro Toto Wolf firmó el contrato en el que formaliza su deseo para mí toma bajo confianza.

Ese día fue uno de los mejores de mi vida, llevo años con él y no podría pedir nada mejor.

Escucho ruidos detrás de mí e incluso los destellos golpean mis ojos a pesar de que están cubiertos por cabello.

-Lewis hay fotógrafos- susurro ansiosa.

Estas benditas cámaras siempre me han jugado una mala broma, aunque sé por qué y trato de mantener mi agitación tranquila, te juro que no es un buen sentimiento y seguramente ser hija adoptiva de Toto Wolf no ayuda en nada.

-No te preocupes, estoy aquí- acaricia la parte de atrás de mi rodilla tratando de calmarme. Siempre ha sido así nuestra relación: estamos hombro con hombro. -Y ahora también están aquí- finalmente me hace bajar y a cambio le doy un derechazo al estómago.

-Oi- escucho exclamar una voz con acento español, me doy la vuelta y me encuentro Carlos Sainz número de piloto de Ferrari conteniendo una risa frente a esa escena. -Carlos Sainz- se acerca y me pone la mano encima.

-Sharon Wolf, es un placer conocerte- digo en español, hablo idiomas fluidos: inglés, español e italiano, mi lengua materna.

-Ah y ¿quién eres?- pregunta una voz desconocida, pero por la mirada de Lewis no creo que sea de esas personas con las que vas a tomar un café.

-Max Sharon, Sharon Max Verstappen- nos presenta y me sonríe estrechándome la mano.

-Ella es mi novia Kelly- me presenta a una chica con cabello oscuro similar al mío y dos ojos de miedo, una de las chicas más hermosas que he visto.

-Es un placer verte en vivo. Lewis ha hablado mucho de ti, me abraza, pero reservo mi mirada para Lewis para hacerle entender en qué problema se ha metido.

-Es un placer, te sigo en Instagram y tengo que decirte que eres una chica maravillosa- me da una sonrisa idiota y se va con el chico.

-¿Qué dijiste exactamente?- digo en italiano esperando que solo el chico número me entienda.

-Pero nada, solo cosas recomendables, una pieza donde pareces poseída cuando te enojas, me la guardé. Sin embargo, Chan entiende italiano aquí; ante esa información no sé si sonreír para poder hablar sin interrumpir o empezar a llorar para no poder insultar más a alguien sin que los demás no entiendan.

-¿Y dónde la escondiste?- pregunta un chico de ojos claros y cabello claro, también vestido con el traje de Ferrari, de hecho, primero abraza a su compañero y luego dirige su atención hacia nosotros. -Charles Leclerc, encantado de conocerte- dice en italiano, afirmando lo dicho por Hamilton.

-Sharon Wolf, un placer- le devuelvo la sonrisa.

Inmediatamente somos rodeados por las cámaras y como si fuera un gesto inconsciente me levanto mi querida capucha tirando hacia adelante los mechones de cabello que me ocultan.

-No te gustan las cámaras, ¿eh?- Pregunta Charles comenzando a caminar moviéndome hacia su derecha para que su cuerpo me proteja de los fotógrafos.

-La verdad es que no, ¿por casualidad te has dado cuenta?- digo avergonzada, para él es una rutina en cambio para mí es una de las mayores ansiedades y este hecho me avergüenza mucho.

-No te preocupes, no eres el primero al que me encuentro con esto…- intenta encontrar las palabras pero como todavía hablamos italiano lucha un poco e inconscientemente sonrío ante su gesto.

-Podemos hablar inglés si te resulta más fácil- le aseguro comenzando a hablar con este idioma.

-Chicos, ¿qué tal un buen café?- Me pregunta Lewis con un guiño, él hace más películas mentales que yo.

-Sí, ahí estoy-

-¿Eres una chica multilingüe?- pregunta en broma el chico que está a mi lado, retomando la conversación.

-Diría que me pillaste, hablo perfecto inglés, siendo mi lengua materna español e italiano- le explico.

-¿Entonces eres italiano?-

-Y estoy orgulloso de ello- levanto la vista y le sonrío haciéndolo reír. -¿Tú en cambio?- Pregunto en voz baja, en fin, no saber de dónde viene el piloto de Ferrari es un poco vergonzoso.

-Monegasco, mademoiselle- responde con su propio lenguaje haciendo que mi cabeza gire. -No puedo creerlo, sabes pan y milagros en idiomas y luego no sabes francés- pregunta en una mezcla de sorpresa y diversión.

-Uno, no conozco todos los idiomas del mundo, solo sé tres y luego el francés, aunque lo encuentro fascinante, nunca he tenido la oportunidad de aprenderlo- digo defendiéndome mientras abro la puerta. puerta del bar del que, afortunadamente, se proporcionan todos los cables.

Este fin de semana estamos a punto de afrontar la primera carrera de la temporada y decir que todos estamos nerviosos es quedarse corto, por no hablar de los pilotos, que aunque no lo demuestren podrían morir en cualquier momento.

-Has encontrado una chica con la que hablas español Cabròn perfectamente- dice Charles, sentándose al lado de Carlos, mientras yo me siento al lado de este ser hermoso y gruñón, que se recuesta en su silla.

Giro la cabeza en su dirección para que los dos rojos no vean lo que estoy a punto de decirle a esta criatura.

-Intenta avergonzarme otra vez y te juro que te mataré, es la segunda vez que amenazo con matarte. Ten eso en cuenta Lewis Hamilton- le susurro mirándolo y él me da una sonrisa ingenua, sea lo que sea que no sea.

Se acomoda en el lugar y luego estira el torso apoyando los codos en la mesa y cruza las manos. Me puse en alerta entendiendo sus intenciones:

querer hacerme estallar.

-Entonces Charles, vi que hiciste una buena amistad con esta pequeña- se alinea mirándolo.

-No me llames así- Me pongo feo dándole una palmadita en la nuca.

Bueno, sí, ella es agradable. Si lo hubieras avisado antes hubiera sido mejor, en lugar de eso te lo guardaste todo para ti- se ríe junto con Carlos.

-No es que lo sienta, pero fue ella la que no quiso salir y seguir siendo un oso hibernando. Si no la hubiera tomado a la fuerza, testigo Carlos, hubiera terminado de la misma manera- explica el chico a mi lado haciéndome hundir en la vergüenza.

Los chicos rojos me miran inquisitivamente mientras yo le lanzo una mirada enojada a Lewis, quien lo ignora por completo.

-No me mires así, es que estar cerca de ti y de Lewis me llenaría de fotos y no me gusta que me filmen ni que me fotografíen- Bajo la cabeza hacia la taza humeante que huele a mucho capuchino .

Mientras hablábamos, una camarera había llegado para servirnos, Lewis y yo pedimos un capuchino en lugar de chocolate caliente de Carlos y Charles un macchiato simple.

-Bueno, entonces escogiste la vida perfecta- bromea Carlos haciendo reír a Lewis mientras Charles me mira para ver si estoy bien. Él tiene una comprensión de este tipo que te dejará boquiabierto. Le sonrío en señal de que estoy bien.

-Esta noche hay una fiesta con todos los pilotos para celebrar el inicio del gran premio, ¿por qué no vienes tú también?- pregunta Charles mirando a sus compañeros para ver si están de acuerdo y ambos asienten sonriendo.

-No lo sé...yo estaría--

-Lo habrá- Lewis me interrumpe sonriendo mientras le doy otro golpe haciendo reír a los chicos frente a nosotros.

                         ***

Me arreglo bien el cabello pasando la plancha una vez más intentando que no se hinche por milésima vez. Por suerte ya me he vestido y maquillado, sino habría llegado tarde. Un sencillo vestidito negro sin espalda con cordones plateados que brillan al entrar en contacto con las luces envuelven mi cuerpo junto con unos sencillos zapatos de tacón San Loran.

-¿Sharon?-

-¿Sí?- entra a la habitación un Lewis impresionante, vestido con un sencillo y elegante traje negro que tiene un efecto en él. Parece hecho a medida para él.

-Tengo un contratiempo y por eso Charles tendrá que acompañarte, nos vemos directamente allí, ¿vale?-

-¿Todo bien?- Pregunto preocupado, cuando la palabra "percance" sale de su boca no augura nada bueno.

Él asiente sonriendo tratando de tranquilizarme, pero luego reflexiono sobre la segunda información que dijo mientras me quemaba el cuello.

- ¡Ay! Joder.- el chico del Mercedes se empieza a reír a carcajadas mientras muevo mi cabello y noto una mancha de color meñique morado haciéndome bufar. -¿Escuché bien? ¿Debería venir Charles Leclerc a buscarme? - Pregunto fingiendo no entender.

-Sí- responde mostrando una sonrisa pícara haciéndome enojar, tomo un cojín de lo alto de la silla y se lo tiro pero él siempre teniendo, y siempre digo, rápidos reflejos lo esquiva prontamente.

Al fin y al cabo, es piloto del f.

-Ok, esta es la buena excusa para no ir allí e irme a dormir, el viaje me cansó- Busco una excusa y debo decir que suena muy convincente, pero no para ese tipo que no deja de mirarme con una sonrisa traviesa en su rostro, obviamente.

-Bueno, compensarás el final de esta mañana, por las buenas o por las malas bebé-

-Sí, pero no estás aquí, así que- me encojo de hombros

-Le doy mi consentimiento a Charles para que te recoja y te lleve a donde quiera- subraya la última parte haciéndome girar bruscamente.

-Sueñas con eso-

-Tengo que ir a verte luego- se acerca y me deja un beso en la mejilla.

-Hasta luego- la puerta se cierra y vuelvo a concentrarme en este cabello que parece pares, pero al final logro mi intento mirándome orgullosa en el espejo.

-Aquí estoy, disculpa si te hice esperar- Entro intentando llegar al auto y cerrando delicadamente la puerta. Me mira sorprendido, recorre mi cuerpo y luego vuelve a mirarme a la cara y me regala una de sus maravillosas sonrisas. -¿Tengo algo fuera de lugar?- Pregunto preocupada agarrando de inmediato el espejo en la pequeña bolsita negra que traje.

-No, no te preocupes, es que esta noche estás hermosa y además eres la única persona que ha tenido cuidado con mi bebé- explica empezando a conducir. -¿Le tienes miedo a la velocidad?- me pregunta tomando una carretera donde no hay autos.

-¿Chistes? Me encanta la velocidad, la adrenalina...- Me detengo para el disparo que hace el coche, muevo la mirada hacia el cuentakilómetros , , , y luego reduzco la velocidad ante las luces de la policía.

-¿Miedo predestinado?- pregunto en italiano entre risitas.

-Sí- dice.

-¿Para qué?- Pregunto alarmado.

-Por tu belleza, podrían detenerme ya que esta noche eres ilegal- se gira solo para observar mi reacción y luego dirige su atención a la carretera.

Ante esa declaración quise tirarme del pelo, gritar, saltar pero me limito a ponerme roja como un tomate y mirarlo fijamente dejando caer unos mechones frente a mi cara a modo de escudo.

-Gracias, tú también estás bien- oh vamos, ¿Sharon? ¿tú también estás muy bien? podrías haberlo hecho mejor, mucho mejor.

Sonríe como un idiota y me agradece.

El resto del camino lo pasamos en silencio, no uno de los vergonzosos sino uno de los cómodos, excepto que podríamos estar llegando en cualquier momento ahora podría dormirme, cuando le dije a Lewis que estaba cansada no estaba bromeando.

Aunque, como dije, quisiera permanecer despierto, el sueño me lleva consigo.

-mademoiselle- Me siento conmocionada -chèrie- Levanto lentamente los párpados y me encuentro frente a un Charles sonriente.

Miro a mi alrededor y entiendo que hemos llegado a nuestro destino, un restaurante de apariencia bastante rústica domina este gran campo bordeado por animales de todo tipo, ¡incluso caballos!

-¡Dios mío, lo siento mucho! Me quedé dormido en lugar de hacerte compañía e inmediatamente hiciste todo el viaje sola, ¡qué lástima, perdón!- Me hago un ovillo levantándome frenéticamente levantándome ligeramente el ya bastante corto vestido.

Charles al darse cuenta de este detalle se apresura a bajar el vestido haciéndome sonrojar y susurrar un "gracias".

-Sharon no te preocupes, aunque me hiciste compañía con los ojos cerrados, me complació haberte acompañado. Y luego el viaje quedó en nada, solo media hora de camino, lo siento por ti que no pudiste dormir mucho desde que supe que viniste hoy" explica extendiendo su mano, lo miro sonriendo y apretando su mano.

-Antes de entrar, ¿podemos pasar un momento a los caballos? Siempre si no te importa- pregunto esperando que digas que si.