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UNA NUEVA VIDA

UNA NUEVA VIDA

Camille desesperada por no haber firmado su contrato, llega a su casa envuelta en llanto, su frustración era más grande que su misma voluntad.

- ¿Pero mi amor, que te ha pasado? - Angela abraza a su hija, inmediato la ve entrar

-Mamá, perdí la oportunidad de mi vida, me llamaron de ALF Y ASOCIADOS, para ofrecerme una vacante, con un salario que ni te imaginas, debía firmar el contrato digital antes de las seis de la tarde, ¿y adivina?

- ¿Qué muchacha, que? - la mama de Camille está desesperada ahora

- ¡Pues que se me olvido!, no tengo más opción, no hay un sitio donde pueda entrar a mi correo, perdí la única oportunidad mamá- Camille se funde en los brazos de su madre envuelta en llanto.

Hasta que son interrumpidas por Carolain, su hermanita-

-Hola Cam ¿necesitas internet? ¿Un computador? - responde ella de manera jovial, como si no se tratara de nada importante

-Si pequeña, pero ya sabes en este pueblo no hay nada

-Yo sé dónde podemos encontrar uno, la mamá de mi amiga Flory trabaja desde su casa y tiene un ordenador, ella puede prestarlo además tiene un modem que le da internet, nosotras hemos jugado por la red, ella vive a tres casas de aquí ¿Vamos?

- ¡Vamos si! -La Cara de Camille cambio totalmente, ahora se sentía positiva, minutos después estuvieron en la casa de la amiga de la pequeña, hizo la firma digital del documento y se fue a su casa.

Su teléfono suena ya pasado las ocho y treinta

- ¿Hola? - Ahora responde con nerviosismo

-Hola Camille, hablas con Martha, te llame esta tarde para tu contrato con ALF Y ASOCIADOS, lamento informarte que no puedo contratarte, me enviaste el contrato muy tarde

-Señorita Martha, lo siento es que en este pueblo no hay manera de acceder fácil al internet, por favor no me deje sin la oportunidad. - Ahora su voz estaba quebrada y sabía que, si no entraba a trabajar allí, todo iría peor.

- ¡Ay! No haga esos dramas por favor, haré una excepción con usted porque su hoja de vida y sus pruebas fueron impecables, pero quiero decirle que si hay algo demasiado importante en la compañía es la puntualidad, un solo día que usted llegue tarde va a un descargo, en tres errores que usted cometa será despedida e indemnizada, el CEO es una persona demasiado estricta, ya tiene la información de la empresa, la espero el lunes a las ocho de la mañana, con excelente presentación personal, no llegue tarde tiene todas las instrucciones dadas. Adiós

La mujer ni siquiera dejo que Camille respondiera, pero al colgar la llamada, ella, su madre y su hermana se fundían en un abrazo.

La humildad de Camille dificultaban su vida, pero con dolor inmenso decide irse a vivir en la ciudad donde una tía que le ofreció posada por unos cuantos días mientras se ubicaba, tuvo el fin de semana para organizarlo todo, el domingo en la mañana estaba de viaje, dejando a su mamá y su hermana, prometiendo que vendría todos los fines de semana de visita, la ciudad quedaba a unas cuatro horas y le daba tiempo para volver a su hogar.

La casa de su tía era igual de humilde a la de su mamá, pero a diferencia de ella, su tía era una persona desagradable, acepto que se quedara unos días con la condición de que le pagara apenas recibiera su primer sueldo, y se fuera de ahí.

Lunes ocho am ALF Y ASOCIADOS

Camille llega a la empresa donde fue contratada, vestía con un saco negro algo desgastado, un pantalón formal y unos zapatos de tacón anticuados que le había prestado su madre, para el momento en que entró a trabajar no tenía una sola prenda elegante que la hiciera lucir bien, así que como pudo, recogió tropa prestada y vieja para poder entrar a su nuevo empleo.

Faltaban cinco minutos para las 8, había corrido por toda la ciudad, desde la parada del tren a la empresa habían unos diez minutos de camino y ella corrió, sus mejillas estaban sonrojadas y su aspecto no era el mejor.

Antes de ingresar unos guardaespaldas le piden sus documentos, pero despistada como siempre se le habían quedado en casa de su tía.

-Señorita, ya le dije que sin su documento no la podemos dejar entrar, lo sentimos- le dice un hombre de traje oscuro, encargado de la seguridad

-Señor por favor, mire yo entro a trabajar aquí hoy, llame a la señora Marta quedan dos minutos para las ocho puedo perder el empleo- Le suplica Camille

-No entiende que no puede ingresar, además mírese, no sé cómo la pudieron contratar, mire su presentación. -Le responde de manera despectiva

Camille está frustrada y trata de llamar a Marta, está en uno de los escalones de la entrada tratando de que su viejo teléfono tome señal, al no estar pendiente de donde mira se estrella con un hombre, su aroma invade su nariz, y sus ojos se quedan embelesados al mirar hacia al frente de quien se trataba. Era Andy Alf.

El hombre más guapo que sus ojos habían visto en toda su vida, sus mejillas están sonrojadas, y muere de la vergüenza, al lado de este bello hombre va una rubia como de la misma altura, perfectamente arreglada, parecía una reina de belleza, con un vestido rojo, que le cubría de manera escultura. Ambos parecían salidos de una revista.

- ¡Oiga mugrienta! Tenga más cuidado – Le dice Keyra Jones, la prometida de Andy Alf

- ¿Keyra por favor! ¿Dónde están tus modales? - Le resopla Andy

-Disculpe, es que estaba un poco distraída, lo siento con ustedes- Camille agacha su cabeza por la vergüenza- Andy le hace una cara de asentimiento por sus disculpas y sigue su camino.

-Ahora tendré que cambiarme de ropa, esa mujer me dejaría impregnado su olor a pobre- va diciendo keyra mientras se alejan de la escalera.

Camile trata de ubicar el teléfono de Martha, pero para su desconsuelo ni siquiera tiene saldo para llamarla e informarle que está afuera, pero como obra del destino, es ella quien la llama.

- ¿Muchacha, pero que te paso?, ya di orden para que ingresaras. Preciso te estrellas con el CEO, eso no es tener suerte

-Señora Marta, gracias de verdad ¿Cómo lo supo? - responde ella intrigada

-Tenemos cámaras en todos lados, uno de los hombres de la puerta me comento que ya estabas aquí pero que no portabas tu documento, mire para asegurarme de que era tu y preciso veo que te caes al suelo, sube te espero inmediato debes reportar tú llegada, cambiare la hora de la cita.

Camille sube inmediatamente a la empresa, todas sus instalaciones están equipadas con la más alta de las tecnologías, sus empleados visten hermosos vestidos, y se siente miserable por estar vestida con esas prendas prestadas, su cabello va peinado, pero no totalmente liso.

Al llegar donde Martha siente como todos la miran con desprecio y dentro de ella hay un sentimiento de frustración.

Martha le dice todas sus funciones y la deja en su sitio de trabajo, evidentemente era acorde a como se vestía, una pequeña oficina detrás de todas las oficinas principales no entraba mucha luz, pero al menos tampoco entraban los ojos de sus compañeros mejor vestidos señalando su pobreza.

Los siguientes días se había limitado a hacer los informes de recursos humanos de la empresa, solo cruzaba palabra con Martha y poco se relacionaba con los demás, la estigmatizaron por su forma de vestir y su condición económica, a pesar de que ese trabajo cambiario su vida se sentía mal.

Era viernes en la mañana Andy Alf como todos los días inicia su rutina a las cuatro de la mañana, esa noche no había tenido un buen descanso así que su humor era pésimo, más de lo normal, así que hoy sería un infierno total para los empleados que cometían un error, a las ocho de la mañana cuando ya todos estaban trabajando, se sentó en su escritorio a revisar cada informe minuciosamente si hacía falta una tilde o una coma lo devolvía, y para la desgracia de Camille en el suyo había un mínimo error de redacción.

El teléfono de su pequeña oficina suena por primera vez desde que entró a trabajar, ella contesta

-Camille Ibis, acérquese a mi oficina en dos minutos- Cuelgan

Ella no tenía idea de quien la llamaba, así que le pregunta a Martha que con cara de pesar la mira y le dice que le quedan treinta segundos para llegar a la oficina del señor.

Camille sin ser creyente a las palabras de Martha se va despreocupada por el pasillo que lleva hasta la oficina de Andy, y ante la mirada de sus compañeros, va tranquila sin ningún temor por lo que el jefe que aún no conocía le podría hacer.

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