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Mi mafioso y sus celos

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Hanam
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Sinopsis

Valentina Rodríguez es una joven común con una vida marcada por el maltrato de su padre… pero guarda un secreto devastador: ha sido vendida a la mafia y forzada a aceptar un acuerdo. Por otro lado, Leo Ontivero, con tan solo 20 años, es el líder de la mafia más poderosa del país. Un hombre peligroso, implacable y acostumbrado a tomar lo que quiere. Y cuando pone sus ojos en Valentina, está dispuesto a hacer lo que sea para que le pertenezca. Pero todo se complica cuando su padre, cegado por la ambición, la vende a Leo a cambio de dinero. Ahora, ella es suya. ¿Qué sucederá cuando un enemigo de Leo descubra la verdad sobre Valentina? **Fragmento** —¿Por qué te pones tan nervioso si otro hombre me mira… o peor aún, si me toca? —le grito, exigiendo una respuesta clara. —¡Porque eres mía! ¡Eres mi esposa! —exclama con furia. —Juro que eres muy bipolar… —murmuro en voz baja, evitando su mirada. —¿Qué acabas de decir? —Su voz es un susurro peligroso antes de empujarme contra la pared de cristal de la ducha, sujetando mis manos sobre mi cabeza. Oh, mierda.

RománticoDulceMatimonio por ContratoSEXOProhibidoCrushSecretosCelosoHumorPosesivo

Sinopsis

Valentina Rodríguez es una joven común con una vida marcada por el maltrato de su padre… pero guarda un secreto devastador: ha sido vendida a la mafia y forzada a aceptar un acuerdo.

Por otro lado, Leo Ontivero, con tan solo 20 años, es el líder de la mafia más poderosa del país. Un hombre peligroso, implacable y acostumbrado a tomar lo que quiere. Y cuando pone sus ojos en Valentina, está dispuesto a hacer lo que sea para que le pertenezca.

Pero todo se complica cuando su padre, cegado por la ambición, la vende a Leo a cambio de dinero. Ahora, ella es suya.

¿Qué sucederá cuando un enemigo de Leo descubra la verdad sobre Valentina?

**Fragmento**

—¿Por qué te pones tan nervioso si otro hombre me mira… o peor aún, si me toca? —le grito, exigiendo una respuesta clara.

—¡Porque eres mía! ¡Eres mi esposa! —exclama con furia.

—Juro que eres muy bipolar… —murmuro en voz baja, evitando su mirada.

—¿Qué acabas de decir? —Su voz es un susurro peligroso antes de empujarme contra la pared de cristal de la ducha, sujetando mis manos sobre mi cabeza.

Oh, mierda.