Capítulo 8 La madre le insta a casarse

Al ser aceptado oficialmente, Alfie abrazó a Diana con gran alegría.

"¡Diana! ¡Ahora tenemos un papá! ¡Nadie en la guardería podría decir que no tenemos papá!"

"¿Pero qué pasa con mamá?" Diana, la niña pegajosa, estaba un poco preocupada. "¿Podemos volver a ver a mamá?"

"Claro que podemos". Alfie pasó el brazo por el hombro de Diana y le susurró al oído: "No olvides que nuestro próximo objetivo es juntar a papá con mamá".

Iván, ya sin el ceño fruncido, dijo en voz baja: "Esta es su casa a partir de ahora. Si necesitan algo, díganselo a Jordan. Por supuesto, también pueden decírmelo a mí".

"¡Papá! ¡Te quiero!" Confesó Alfie emocionado.

Él tiró de Diana para jugar al escondite con los criados, comer delicadas pastas, adivinar acertijos, conducir el coche deportivo de los niños... Con suerte, la ausencia de la madre de Diana se disiparía.

Con los esfuerzos de Alfie, Diana se sentía mejor. Después de todo, era una niña.

La gran villa, que había sido solemne y sin vida, se volvió animada y llena de risas de niños.

El corazón solitario de Iván también se volvió más cálido. Su corazón vacío pareció llenarse de inmediato.

Los niños jugaban abajo.

Iván subió al estudio. Cuando estaba a punto de responder al correo electrónico, sonó su teléfono.

Iván se detuvo, sacó el teléfono y contestó la llamada: "Mamá".

"¿Cuándo te vas a casar exactamente con Catherine Collins?" Aubree Marsh llevaba mucho tiempo queriendo hacer esta pregunta, ahora por fin no podía esperar. "Dame una fecha".

Iván se paró frente a la ventana, miró a los niños que jugaban en el patio, y preguntó sin prisa: "¿No puedes llamarme para otra cosa?"

"¡Nada es más importante que esto!" La mujer al otro lado del teléfono dijo en tono frío: "Catherine llegará a las cinco de la tarde, recógela en el aeropuerto".

Iván se metió una mano en el bolsillo y sus finos labios se abrieron ligeramente: "Mañana es el vigésimo cumpleaños de la hija del alcalde. Tengo que ir a la cena, así que no tengo tiempo para recogerla".

"¡Iván!" Aubree se puso ansiosa. "No importa. Entonces vuelve con ella a cenar pasado mañana y hablaremos del matrimonio".

"No voy a casarme con ella". Iván se negó rotundamente. "Deja de esperarlo".

"¡Iván!" Aubree insistió: "El matrimonio es importante para un hombre, es más importante que la carrera. Excepto Catherine, no se me ocurre ninguna otra mujer que sea lo suficientemente buena para ti".

Iván vio por casualidad que Alfie arrancaba una rosa y se medio arrodillaba delante de Diana como un principito. ¿Se estaba declarando el pequeño?

Iván sonrió, sintiéndose conmovido.

"¿No dijiste que era muy servicial? Sin duda, Catherine será una buena esposa. ¿No ves todo lo que ha hecho por el Grupo Marsh a lo largo de los años?"

Iván no quería desperdiciar una neurona en este asunto, así que colgó el teléfono.

No le importaba lo que su madre estuviera pensando.

Él guardó su sonrisa, volviendo a parecer inaccesible.

El teléfono volvió a sonar. No quiso contestar, pero se dio cuenta de que era otra persona la que llamaba.

Entonces, conectó la llamada.

"Sr. Marsh..." La persona informó respetuosamente: "La historia de la Sra. Brooks parece haber sido ocultada deliberadamente. No hemos podido encontrar mucha información por ahora".

Iván frunció un poco el ceño.

La persona continuó informando...

Iván no dijo una palabra hasta que la llamada terminó.

Colgó el teléfono, sintiéndose muy mal.

Jennifer no tenía padres ni familiares. Llevaba seis años sola en Sunshine Village con sus dos hijos, ayudando a los aldeanos a salir de la pobreza plantando flores y hierbas, gestionando estanques de peces y desarrollando la cría de animales.

Dominaba la medicina. Cuando la gente se ponía enferma, acudía a ella. En el corazón de los aldeanos, era un ángel.

Pero a veces estaba tan cansada que se desmayaba.

De alguna manera, pensando en la información que acababa de escuchar, Iván se sintió mal.

La vida debía ser difícil para ella, ¿no?

Sentado en el estudio, este hombre que dominaba el mundo de los negocios, sintió que su corazón era golpeado por algo.