Capítulo 6
Ya acercándose el día de la boda de Mery, decidí contarle a Jeremy al parecer nadie se había atrevido a decirle nada, pero de todos modos se iba a enterar.
Le marqué al número de su casa casualmente tomó la llamada y aceptó ir a mi apartamento llegó como en dos horas una vez ahí hablamos un poco luego le dije lo que quería decirle.
—Jeremy dime algo —le dije mirándolo de frente.
—¿Sabes sobre el matrimonio de Mery? —le pregunté, de inmediato se sorprendió, al parecer no se esperaba esa noticia.
—¿Qué? ¿Estás bromeando? ¿Cómo te enteraste? —me cuestionó.
—No bromeo, ella me dió una invitación —le respondí.
—¿Qué? Déjame ver, no estaba enterado de eso —me contestó sorprendido.
—Está bien vengo en seguida —le respondí, me levanté a buscar la invitación cuando lo conseguí se la entregué en sus manos.
Se detuvo a leer, y se sorprendió, toné que no le gustó la noticia y se quedó callado por unos segundos.
—Así que se va a casar y no me invitó —pronunció lentamente.
—No sé porqué no te invitó — le dije mirando hacia otro lado.
—Me duele aunque no sea mía — comentó en un tono triste.
Voltée la mirada a mirarlo y le di un abrazo de consuelo, pero sobre todo de apoyo.
—Siempre te he dicho que ella no es para ti —le comenté, respiré—. Pero como nunca lo has querido asimilar...
—La palabra «nunca», no existe en mi vocabulario y lo sabes muy bien —volvió a recordarme.
—Además creo que está embarazada, ambos estaban enamorados, llevan mucho tiempo de noviazgo, quieren evitar comentarios mal intencionados de gente que sólo critica —le expliqué amablemente.
—¿Vas a ir a su boda? —me preguntó.
—Obvio tarado, no me lo perdería por nada —le afirmé mirándolo de frente.
—Yo no iría ni por invitación —me dijo.
—En tu posición claro — le dije colocando los manos juntas.
Sonreí.
—Prepárame café, por favor —me sugirió colocando su mano derecha en su mejilla.
Me levanté de inmediato, luego le preparé café y se lo serví.
—¿Quieres algo más? —le pregunté.
—Por ahora no, ven siéntate a mi lado —me dijo colocando su mano izquierda en el mueble.
Me puse algo nerviosa, no solía estarlo pero aveces sí, en seguida me senté a su lado.
—La vida nos ha hecho una mala jugada a nosotros —me comentó, en ese momento ni idea tuve a que se refería.
—¿A qué te refieres? —le pregunté.
—A que nos enamoramos de la persona equivocada —me respondió, me dolieron esas palabras pero eran ciertas, al escucharla por primera vez sentí que me rompieron el corazón.
—Sí —le afirmé, no pude decir más, no tenía palabras para decir más.
—Te voy a ser sincero, nunca impidas tener una oportunidad de un futuro con un hombre sólo por esperar a que yo enamore de ti algún día —me argumentó.
Palabras verdaderamente sabias.
—Nunca he dicho eso. ¿De donde sacas semejante estupidez? —le reclamé enojada, la verdad me molestó ese comentario.
—Sólo por decir, no está de más —me respondió.
—Lo mismo te digo yo a ti, tú estás como un idiota que no quieres darte oportunidad con otra mujer en lo contrario yo he continuado haciendo mi vida muy normal, yo salgo y disfruto tú no, te quedas en tu casa encerrado sales con muy pocos amigos y ya, a ver. ¿Te acostumbraste a hacerte paja nada más? No sabes de lo que te pierdes por delante —le comenté un poco alterada.
—No te alteres, soy sincero —me dijo.
—Vete para tu casa —le pedí.
—Ok fue un placer —se despidió y se marchó.
La verdad que me molestó su comentario preferí quedarme sola.
Más tarde decidí salir a caminar un poco a ver si se me quitaba lo enojada que yo estaba, me detuve en un cine entré a ver una película cuando salí caminé hacia a mi apartamento, en mi llegada vi a Alexis al frente de mi puerta sentado me aproximé.
—¿Alexis qué haces aquí? —le pregunté, levantó su mirada me miró y luego el se paró de donde estaba.
—Hola cariño te esperé aquí —me respondió.
—¿Y si no hubiera llegado? —le pregunté.
—Nada cariño no te preocupes, ven abre la puerta vamos adentro —me respondió tomándome de las manos.
—Está bien vamos —le respondí, abrí la puerta en seguida para entrar.
Una vez adentro nos sentamos en el mueble Alexis en seguida tocó mi pelo con ternura, me miraba con amor y ternura.
—Oye que tal si vamos a mi habitación — le sugerí.
—Eres una morbosa —me dijo muy sonriente.
—¿A caso tú no lo eres? —me preguntó, tocando mis labios con un mano izquierda.
—Te quiero mucho —me dijo.
—Ven —le dije, lo tomé del brazo y lo empujé hacia a mi habitación, una vez ahí lo tumbé sobre la cama.
Le desabroché el pantalón luego le bajé el zipper vi como a Alexis le gustaba lo que le hacía, me tumbó hacia su pecho y nos besamos, sentí el roce de su erección cuando no aguantamos más las ganas nos quitamos la ropa con pasión y deseo, Alexis entró su pene en mi vagina de un golpe, me retorcí de placer, le aruñé la espalda dejándole marcas en su espalda, cuando llegamos al clima cambiamos al 69, después al 4 luego a lo que surgió.
Le pedí que durmiera conmigo esa noche Alexis aceptó.
Al día siguiente Alexis se marchó, pensé en lo que Jeremy yo habíamos hablado me chocó lo que dijo, decidí ignorar ese pequeño incidente no darle importancia.
Le marqué a Jeremy para excusarme él también se excusó decidimos dar una vuelta por ahí y coincidimos en ir a un bar a tomar.
—Vamos a nuestro país para que así me enseñes lo maravilloso que no conozco de Puerto Rico aún y que tú lo conoces más que yo podemos invitar a varios amigos para que así sea más interesante el viaje —me comentó.
—¡Wow maravilloso! —exclamé de felicidad.
—¿A quienes recomendarías para nuestro viaje? —le pregunté.
—A ver, déjame pensar —se detuvo—. Yo invitaría a... —respondió pensativo.
—Me hubiera gustado que Susan fuera pero está embarazada — dijo Jeremy.
—A mí también —dije y coincidimos en ese punto.
— Invitemos a Claudia y a Cecilia —sugirió.
—Sí, también podemos invitar a más —añadí pensativa.
—Tu sabrás se me ocurre una idea —dijo Jeremy, pausó por unos segundos.
—Vamos a visitar a Susan ahora —añadió Jeremy.
—Ay no sé, a esta hora... —dije dudosa.
—Que no se diga más, vamos — dijo Jeremy, me tomó del brazo y nos llevamos juntos para tomar un taxi y llegar a la casa de Susan.
Llegamos más rápido de lo que pensamos, de por suerte ella estaba ahí su madre nos abrió la puerta, nos invitó a pasar y nos sentamos a esperar a Susan. De pronto aparece Susan con la panza un poco más grande.
—Buenas noches amigos. ¿Cómo están? —nos saludó Susan muy contenta con un beso en la mejilla y un abrazo.
—Yo estoy muy bien Susan —le respondí.
—Estoy bien mi amiga pasamos por aquí para ver como sigues —pronunció Jeremy.
—Muchas gracias por preocuparte Jeremy —le agradeció Susan, tocando con dos dedos a Jeremy en su hombro derecho.
—¿Quieren algo de tomar par de locos? —preguntó Susan.
—No, de hecho venimos de un bar —respondió Jeremy.
Susan me miró fijamente sabía que quería decirme algo tomaba porque que no dijera nada con respecto a Alexis.
—Juliet que yo sepa tú la estás pasando muy bien de hecho tienes un regalito aquí en Madrid desde Lérida —comentó Susan.
—Qué rápido te llegó el chisme —le contesté.
—¿Espera de que hablan? ¿Qué es lo que yo no sé? —preguntó Jeremy curioso.
—Cosas de mujeres Jeremy —le respondí a Jeremy.
—¿Otro secreto verdad? —preguntó Jeremy.
—No lo es, sólo no quiero hablar de eso —le respondí.
—No, me ocultas algo Juliet —dice Jeremy.
—Pero Jeremy que chismoso eres jajaja —se interpuso Susan.
—No soy chismoso, sólo que somos amigos y no puede haber secretos —contestó Jeremy a Susan apuntándole con un dedo.
—A mí no me digas eso díselo a Juliet —dijo Susan mirando a Jeremy y señalándome con un dedo.
—Ya olvídenlo chicas me enojé —se rindió Jeremy.
—Ustedes las mujeres son raras —añadió Jeremy.
Susan me miró fijamente, sabía que quería decirme algo tomaba porque que no dijera nada con respecto a Alexis.
En pocas palabras entendí su silencio y era obvio que había que respetar ya que ella no tenía un pasado no muy bueno que digamos.
—¿Susan podemos venir el próximo domingo a compartir contigo? —le pregunté a Susan.
—Por supuesto, pueden venir siempre —contestó Susan.
—Ah inviten a Claudia también —añadió Susan muy contenta.
—Sí, de hecho hace horas estuve pensando en ella, Juliet y yo tenemos un plan para ir a Puerto Rico lástima que estás embarazada —comentó Jeremy.
—Pero no es para siempre ustedes no se van sin mí, nos vamos con mi bebé —dijo Susan.
—Queee —dije yo.
—Bien te esperaremos amiga —contestó Jeremy.
—Perfecto mis amores nos iremos los 3 y Claudia —pronunció Susan.
Continuamos hablando de lo que podríamos hacer en Puerto Rico, nos pareció interesante luego Jeremy y yo partimos hacia nuestros hogares.
Una semana después...
Cuando llegó el domingo próximo Jeremy pasó a buscarme para pasar el día en casa de Susan pero por desgracia sucedió un problema Susan recientemente había sido trasladada al hospital su jeans estaba en casa para informarnos pero no sabía hacía donde la habían llegado Jeremy y yo decidimos ir a su casa ahí compartimos un poco hasta que sucedió un problema. En la casa de Jeremy ciertamente había problemas.
El día fue horrible se nos arruinó el día decidí llegar a mi apartamento ahí pasé el resto del día.
Al día siguiente llegué al aula y Jeremy no había llegado, llegó la profesora y nada tampoco a las demás clases. Le escribí y no me contestó y así fue en toda la semana.
El siguiente lunes por igual la profesora anunció que él se había retirado esas palabras me dolieron, me pregunté ¿ Qué habría pasado ?. Y nada de respuesta. Decidí ir a su casa y ahí estaba no tuvo más opción que hablarme porque justo delante de mí estaba.
—¿Por qué no me contestas los mensajes y llamadas? ¿Acaso los amigos no se preocupan? — le pregunté enojada.
—Discúlpame es que aquí hay problemas y no quiero hablar con nadie —me respondió en un tono muy bajo, luego bajó la cabeza y se colocó la mano derecha en su cabeza.
—¿Dime y esa estupidez de querer cambiarte de universidad? —le pregunté.
—Me voy de esta ciudad —me contestó, mi corazón se heló cuando escuchó eso, sentí dolor vez, tuve ganas de llorar y me contuve.
—¿Pero por qué ? —le pregunté.
—Es que no tengo nada que hacer aquí por favor no me preguntes más —me respondió francamente.
—Está bien te quieres ir vete adiós —me despedí sin volver a decir más nada y me retiré de su casa Jeremy no hizo ni el mínimo esfuerzo porque me quedara.
Todo lo ocurrido me dolió, me dejó una herida muy profunda cuando llegué a mi apartamento me eché a llorar. Al día siguiente llamé a Alexis para que me acompañara e hizo lo mismo aceptó como siempre, necesitaba de un abrazo justo era la persona.
A raíz de todo lo ocurrido concordé con Alexis para que salieramos de vez en cuando, la partida de Jeremy a Sevilla había dejado un dolor y vacío en mi corazón.
No había nada que hacer el mismo Jeremy me había dicho que nunca me amaría. Yo tendría que continuar con mi vida. Los días que salíamos juntos salía con Alexis y así sucesivamente.
Pasado ya 7 meses todo ocurría igual. Jeremy nada de contestar.
Un sábado en la tarde Alexis y yo fuimos a un centro comercial a comprar regalos para el niño de Susan cuando terminamos de comprar se los llevamos.
—¿Ustedes cuando se casarán ? —preguntó Susan.
—¿Por qué haces esa pregunta Susan? —le reclamé.
—Ustedes hacen una bonita pareja —comentó Susan.
—Yo sería feliz Susan —dijo Alexis.
—Estamos muy jóvenes chicos —comenté.
—No importa yo te espero —dijo Alexis.
Este sonrió.
—Algo me dice que ustedes terminarán casados —supuso Susan.
—Susan deja de suponer —pronuncié.
Tuvimos una charla un poco larga sobre muchas cosas cuando nos cansamos de conversar Alexis y yo nos fuimos para mi apartamento.
