Librería
Español

Malas intenciones 2

64.0K · Completado
Perpemint
63
Capítulos
13
Leídos
8.0
Calificaciones

Sinopsis

- Puedo leer tu cuerpo, puedo leer tus ojos Cloe... ¡Soy buena en eso! - Y el idiota era realmente bueno, sabía que mi respiración se detenía, y que mi corazón se aceleraba demasiado, sabía que su presencia me molestaba, y eso le gustaba. - ¡No sabes nada de mí! - dije levantándome, mis piernas finalmente encontraron su lugar y me senté en el sofá lejos de él, quien seguía mirándome en silencio, hice lo mejor que pude para prestar atención a los textos, pero podía sentir sus ojos negros sobre a mí. Debía ser así con todos, le gustaba sentirse así, le gustaba tener poder sobre la gente, era un ser humano roto y loco al parecer, eso me asustó, me asustó. ------------------------------ La vida nunca me dio una palmadita en la espalda y mucho menos me envió una señal de que todo estaría bien, al contrario, la vida siempre me estuvo dando resbalones y desde que tengo uso de razón, todo siempre podía empeorar. Tuve una madre borracha y un padre que formó una nueva familia dejándonos atrás. En ese momento pensé que esto era lo peor que me podía pasar... Hasta que tuve que mudarme a una ciudad fría donde tendría que vivir con el padre que odiaba y su familia feliz. Y realmente pensé que esto era el infierno. Hasta que conocí el abismo que era Willian Vint. Todas mis señales de advertencia se activaron tan pronto como lo vi e hice lo que nunca debí haber hecho.

DulceUna noche de pasiónSEXOrománticasChico MaloAmor-OdioMisterioAdolescentesSecretosTraicón

Capítulo 1

- Cloe... ¡Soy Cloe!

- Cloe... soy Tom, él... le gustas a Willian. - Me quedé helada por unos segundos sin darme vuelta.

- Willian Vint no parece tener este don, yo lo siento mucho más... Quiero estar solo... No puedo respirar correctamente. - Todo empezó a oscurecerse y casi me caigo, Tom me ayudó a sentarme en el suelo, sentándose a mi lado.

- Te traeré agua. - Se escapó corriendo, desapareciendo por el amplio pasillo.

Me vi allí... Sentada en el suelo rota una vez más.

¿Cuántas veces más? ¿Cuántas veces tendría que pasar por este tormento de perder gente?

Apoyé mi cabeza sobre mis rodillas tratando de dejar de llorar.

Willian era un idiota por jugar con su propia vida. Y fui un idiota por preocuparme más de lo que debería.

- Tú... Tienes que beber esto. - Tom me entregó el vaso de agua, ayudándome a beber.

- Gracias... - Me sequé los ojos, quitando unos mechones de pelo de mi cara mojada.

- Tú también...

- ¿Yo qué? - Lo miré, quien me miraba medio sorprendido, medio cansado.

- ¡como el! ¡Guau! ¡Viví para ver a Willian enamorarse! Y... A decir verdad, no eres ni remotamente el tipo de chica de la que pensé que se enamoraría. Pero estoy feliz de que...

- ¡Esperar! Debes estar malentendido. No tengo nada con él más que una extraña amistad. - dije seriamente.

- Creo que te equivocaste. Willian, mi mejor amigo, Willian, tiene amigas, tenía a Gail y a Andy, además de ti... ¡Definitivamente no eres su amigo! - Me levanté, enfrentándome al chico que también se estaba levantando.

- ¡Solo somos amigos! Al menos puedo hablar por mí. ¡No siento nada por Willian! Y ni siquiera pretendo sentirlo. - Dio un paso hacia mí como si fuera un desafío.

Sabía que era mentira.

Sabía que era mentira.

- ¿Y que estás haciendo aquí? ¿Qué fue todo eso en el auto y luego aquí? Pareces una chica agradable, tal vez demasiado agradable para él, definitivamente demasiado agradable para él... O tal vez es solo lo que necesita para dejar de jugar con su muerte.

Yo también me acerqué a él, ahora más tranquilo.

Tratando de creer lo que iba a decir.

- Ayudaría a cualquiera que lo necesitara, y hombre, ¡esto no es una película! No soy la cura para nada, y no lo seré. - dije pasando a su lado, irritada más allá de lo normal.

Ni siquiera sabía cómo afrontar mi vida adecuadamente, no iba a ser la puta cura para un loco.

Caminé hacia la sala y me encontré cara a cara con los padres de Andy que estaban abrazando a su hija que lloraba suavemente.

- ¿Eres genial? - preguntó Collin parándose a mi lado.

- Estoy mejor... yo sólo...

- Simon se rompió el brazo y se fracturó algunos dedos, ya puede irse a casa. - La voz del médico que no conocía vino hacia nosotros, corrimos más cerca de él y buscó al responsable de Willian.

- Somos responsables de él, señor. - Tom colocó su mano sobre mi hombro con confianza, a diferencia de mí que estaba angustiado.

- ¿Y entonces? ¿El desperto? ¿Está bien doctor? - pregunté, apretando la mano de Tom en mi hombro.

- ¿Puedes seguirme? - Tom y yo fuimos tras el doctor.

- Te espero aquí... - dijo Collin.

- Va a estar genial, ¿no? - preguntó Tom, haciendo que el doctor se detuviera.

- Puedes verlo por ti mismo. - Dijo el doctor haciéndome detenerme antes de abrir la puerta.

Tom entró y pasé unos minutos mirando la puerta, mirando la cama.

- Cloe... Hola chica Atlanta... ¡Estoy bien! ¡Estoy vivo! - Sólo me di cuenta que estaba llorando cuando sentí la mano de Willian en mi cara.

Tenía el hombro vendado y la cara vendada en varios lugares.

- ¡Eres un idiota, Alce Vint! Yo... ¡te odio! - Grité quitando su mano de mi rostro, intentando salir pero siendo detenido por la misma mano que segundos atrás estaba en mi rostro, por la misma persona que pensé que estaba muerta por idiotez infantil.

- Lo sé... ¡Puedes odiarme! Tienes todo el derecho... ¡Pero no llores! No puedes llorar por mi culpa. - Me jaló gimiendo apenas me abrazó, como si estuviera tan cansado como yo.

Me quedé allí oliéndolo, sin camisa, todo herido, había terminado y realmente lo odiaba.

- Ahí… Ahí… Mierda… – Gimió fuerte en cuanto me aparté.

- Joder lo siento... ¿Te duele mucho? - Pregunté alejándome preocupada.

- No... ¡Todo está bien ahora! - Corrí a buscar un vaso de agua.

- ¡Eres un tipo muy despistado! ¡Y hombre, morí un par de veces viniendo de ese maldito camino a este maldito hospital! - Ahora Tom le gritaba a Willian que sostenía la ola. Sabía que estaba equivocado, sabía que había cometido un error.

- Yo... ¡lo siento hombre! Yo era un...