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Malas intenciones 1

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Perpemint
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Sinopsis

Escuché que si te acercas demasiado a un abismo y miras directamente hacia él... él te devuelve la mirada. La vida nunca me dio una palmadita en la espalda y mucho menos me envió una señal de que todo estaría bien, al contrario, la vida siempre me estuvo dando resbalones y desde que tengo uso de razón, todo siempre podía empeorar. Tuve una madre borracha y un padre que formó una nueva familia dejándonos atrás. En ese momento pensé que esto era lo peor que me podía pasar... Hasta que tuve que mudarme a una ciudad fría donde tendría que vivir con el padre que odiaba y su familia feliz. Y realmente pensé que esto era el infierno. Hasta que conocí el abismo que era Willian Vint. Todas mis señales de advertencia se activaron tan pronto como lo vi e hice lo que nunca debí haber hecho. Me acerqué demasiado...

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Capítulo 1

Nunca fui bueno aguantando la respiración en el agua como mis amigos. Nunca he sido bueno ganando apuestas. Casi nunca ganó nada.

Siempre fui EXCELENTE perdiendo, perder gente y cosas era mi especialidad.

El frío cortante de Atlanta me hizo temblar mientras caminaba en la oscuridad tratando de no pensar en lo peor.

Entré al bar de Beny, escaneando el lugar con mis ojos.

- ¡Ella está ahí atrás! - Seguí a Beny hasta atrás como lo había hecho miles de veces.

- Mamá... - Dejé salir el aire atrapado en cuanto puse mis ojos en ella, recostada entre los botes de basura, sentí que mi pecho se oprimía.

- Ella no quería irse... Y sabes que no puedo quedarme con ella todo el tiempo. - Le agradecí a Beny por llamarme y por estar pendiente de ella, caminé hacia la mujer de cabello rubio en el rostro, completamente fuera de la vista, todavía sostenía una botella.

- ¡Madre! Mamá, ayúdame... Levántate, apóyate aquí.

- ¿Cloe? Hija Cloe. Yo yo yo...

- ¡Está bien madre! Ya estoy aquí, está bien, ven conmigo. - La abracé por detrás tratando de hacer que guardara el equilibrio, y cuando finalmente logró ponerse de pie la arrastré hasta casa escuchando sus llantos durante todo el camino. Ya había recorrido ese camino tantas veces que ahora era automático.

- Toma esto, mamá. - Le hice tomar el medicamento para la resaca que tenía en la mesa de la sala, y la arrastré hasta la ducha con la ropa puesta, gimió sintiendo el agua en su cuerpo.

- ¿Por qué? ¿Por que me haces esto? ¡Estoy cansado! - Me senté en el suelo también y apoyando su cabeza en mi hombro dejé caer el agua sobre nosotros.

Mi madre era así. Como una flor frágil, demasiado frágil.

Y después de que mi padre hijo de puta nos dejó atrás, su vida se marchitó, la mató por dentro y se fue.

Y eso fue todo lo que quedó. El dolor, el alcohol y todo lo demás era solo yo, intentando estudiar y trabajar, me convertí en una máquina de cuidar a una madre alcohólica que siempre desaparecía.

Tuve que intentar sobrevivir solo.

ATLANTA

                                          

El sonido de las sirenas frente a mi casa hizo que mis piernas se paralizaran por un momento.

Las luces rojas del patrullero, los vecinos alarmados y mi madre esposada gritando tratando de golpear a uno de los oficiales vinieron todos al mismo tiempo y como en un click mis piernas estaban hacia atrás y corrí, corrí con todo lo que tenía dentro. tratando de llegar a ella.

- ¡Madre! ¡Madre! ¡Esperar! ¡Déjame pasar! ¡Ella es mi madre! ¡Madre! - El policía que me retenía no pareció oírme.

- ¿Vives con ella? ¿Conoces a este chico? - Respiré rápidamente el aire frío que lastimaba mis pulmones y miré al césped donde yacía Jow, con la cara sangrando y esposado también, gritaba sin control el nombre de mi madre.

- ¿Jow? ¿Que hiciste? ¿Que hiciste? - Grité soltando al policía y acercándome a Jow quien se volvió hacia mí con odio en los ojos.

- ¡La puta se lo merecía! ¡Ella me debía!

Toda la ira que había estado acumulando llegó con venganza, y pateé al bastardo, lo pateé repetidamente sin importarme que me arrestaran.

- ¡Cloe! ¿Ey? ¡Para! ¡Para con eso! Ven... Ven conmigo. - Respirar se sentía como una tortura... Y no podía soportar escuchar a mi madre llorar sin poder hacer nada, la maldita sirena fuerte me mareaba y perdía fuerza en las piernas. Me senté en los escalones de la casa viendo cómo se alejaban los coches de policía, llevándose a mi madre y a ese bastardo de Jow con ellos.

- ¿Cómo pasó esto? ¿De nuevo? Tudo de nuevo ! - Esa era mi vida... Como una mala película que siempre repetía las peores partes.

- Necesitas respirar. ¡Tenemos que ir a la comisaría! ¡Vamos Cloe, respira! - Sólo me di cuenta de que Nancy estaba allí abrazándome cuando sentí sus manos frías en mi cara.

- Ella va a terminar matándome, ella va a terminar conmigo... - Dije, secándome la cara, atando mi cabello, corrí hacia la casa con Nancy detrás.

- ¿Qué carajo pasó aquí? Mira eso. - Me volví hacia la habitación que estaba destrozada, vidrios por todos lados, televisor y mesa rota, mi madre había peleado, y solo de pensarlo me dieron ganas de matar a Jow.

- ¡Definitivamente voy a matar a ese hijo de puta! ¡Le pegó a Nancy!

Me senté una vez más, tratando de pensar en qué iba a hacer para sacarla de allí, una cosa era segura, iba a hacer que ese idiota pagara por esto, y no era como si mi madre nunca lo hubiera hecho. sido arrestada, ¿por qué puedes creerlo? Conocía a todos los policías allí y la había perseguido en la comisaría más veces de las que podía recordar.

Me levanté yendo al garaje, sentía la sangre como fuego en el cuerpo, ardía por dentro, ardía de ira.

- ¿Qué vas a hacer Cloe? ¡No! ¡Ni siquiera lo pienses! - Me abrazó volviéndome hacia ella, mi mejor amiga era la persona en la que más confiaba en el universo pero ahora no podía escucharla, no había manera.

- Puedes ayudarme ahora, o puedes quedarte aquí y esperarme.

Cogí un bate de madera y le tendí el otro quien me miró enojada, Nancy era la buena amiga del grupo, pero siempre se involucraba en todas mis locuras sin pensarlo dos veces.

- ¡Te odio! - Sostuvo el otro bate y la besé en la cara.

- ¡Tenemos que ser rápidos!

- Escuché a la policía, ¿qué pasó? ¿Cloe? ¿Nancy? Y... ¿Esos tacos? - Endley nos detuvo en la puerta del dormitorio, con los ojos muy abiertos.

- La tía fue arrestada, el psicópata de Jow la golpeó y ahora todos están en la comisaría. - Nancy habló rápidamente, ayudándome con una mochila a la espalda.

- ¿Cloe? ¡Ey! Amor... ¡Ven aquí! - No quería desmoronarme, no podía estar débil ahora, pero tan pronto como Endley me tocó dejé todo lo que estaba haciendo.

Las lágrimas volvieron, mis piernas temblaron y mi garganta se cerró. Inmediatamente tuvo ese poder, Endley me dejó vulnerable.

- Fin... - Me lancé a los brazos del chico que siempre me mantuvo unida, era mi mejor amigo y mi exnovio también, abrazarlo era como recargar mis fuerzas, y yo siempre estaba necesitada de fuerzas.

- Estoy aquí... No estás solo, ¿entiendes? ¡Resolvamos esto! Siempre lo solucionamos.

- Habla con tu padre, llévalo a la comisaría, por favor saca a mi madre de allí. - Pregunté suavemente con el rostro enterrado en su camisa.

- Llamaré ahora.

Estaba agradecido, siempre estaría agradecido, y él lo sabía con solo mirarme.

- ¡Vamos! Tenemos que irnos. - dije y apreté el bate con fuerza.

- ¡Esperar! ¿Dónde está el mío? - Endley caminó frente a nosotros, guardando su celular.

- ¡No! No necesitas a Endley, tu padre es...

- ¡Vamos juntos! - Tomó mi mano con firmeza y le guiñó un ojo a Nancy, quien le devolvió el guiño.