Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 2

Su mirada se desliza hasta mi cintura y recorre mis curvas sin esfuerzo. Se gira hacia su compañía y se inclina para decir algo antes de darse la vuelta y caminar hacia mí.

La sangre me corre por el cuerpo y me preparo para mi tarea.

Aparto la mirada y siento su presencia a mi lado. - ¿ Estás aquí sola, hermosa? -

Su voz es oscura y nítida, acorde con su edad. Debe de estar cerca de los cincuenta.

Mi sonrisa persiste y giro la cabeza para mirarlo de nuevo, notando su estatura. Suspiro suavemente. —Debería haber quedado con unos amigos, pero no estoy del todo segura de dónde están. —

—Ya veo —asiente lentamente—. Bueno , ¿ te importaría si te hago compañía? No querría que una chica tan guapa como tú estuviera aquí sola.

Apoyo mi vaso en mis labios. - Qué caballeroso de tu parte, pero está bien, no quiero separarte de tu compañía. -

Christopher niega con la cabeza. —No me echarán de menos —les hace una seña a los hombres que están detrás de él—. ¿ Cómo os llamáis ?

-Sirela , - respiro lentamente.

Su mirada se suaviza y veo las arrugas que la rodean. —Muy apropiado para una mujer despampanante. Soy Christopher, encantado de conocerte, Sirela . —

Asiento, dejando que mi cabello caiga sobre mi cara. - Igualmente. -

Christopher me mira fijamente, con especial atención a mis labios y luego a mis pechos. Siempre lo mismo, joder. No creo que ningún hombre me haya mirado nunca a la cara sin sentir la necesidad imperiosa de ver más, de hacer más.

Estos hombres siempre se creen con derecho. No son hombres de verdad. Son monstruos.

—¿Nos sentamos? —Hace un gesto hacia la cabina vacía que hay detrás de mí.

Asiento y él pone una mano en mi espalda baja, un poco demasiado abajo para mi gusto. Su dedo meñique recorre la fina tira de mi tanga y me pone los pelos de punta. No quiero estar cerca de estos hombres, y mucho menos entretenerlos.

Al sentarnos, cruzo una rodilla sobre la otra y lo observo mientras se sienta a mi lado, rozando la mía con su pierna. Me sorprendo pestañeando ante la incomodidad que me recorre.

- Bueno Sirela , cuéntame sobre ti - dice, apoyando su brazo en el respaldo de la silla y haciendo su postura de macho 'alfa'.

Me aclaro la garganta suavemente. - No hay mucho que contar, trabajo en administración y me gusta salir y pasarla bien. -

, es rico con esos idiotas. —¿Y tú? —pregunto— . Probablemente eres mucho más interesante que yo .

Una risa sale de sus labios. - Oh, no sé sobre eso. -

- ¿ A qué te dedicas? -

-Soy dueño de un negocio.-

Tarareo con intriga pero ya lo sé. - ¿ Qué clase de negocio? -

En bolsa. Probablemente te aburra .

Mi cabeza se sacude. —Para nada. ¿Lo disfrutas ?

Christopher vuelve a inspeccionarme los labios y guarda silencio unos instantes. —Sí , pero a veces es muy estresante. Es parte del trabajo.

—Supongo que su empresa tiene mucho éxito —comento , reclinándome en el asiento de cuero, solo para que él se acerque aún más.

Se me pone la piel de gallina, pero sigo sonriendo, aunque quiera despellejarme viva por estar tan cerca de un hombre que no me interesa ni remotamente.

—Podrías decirlo —sonríe con sorna antes de ponerme una mano en la rodilla—. Pero hablar de negocios cuando deberíamos estar divirtiéndonos es extremadamente aburrido y no quiero aburrirte, Sirela . De hecho , quiero complacerte.

Mis ojos se abren ligeramente y trato de no dejar que el horror se refleje en mi rostro. Estoy a solo un paso de obtener la información que necesito; nunca se necesita una noche, puede llevar semanas, si no meses, conseguir que estos hombres confíen en mí.

A Rexx no le gusta nada, pero no puedo evitar que no quieran abrirse conmigo. Entiendo por qué no lo hacen; apenas me conocen y solo quieren estar conmigo. Es tan agotador físicamente que siempre llevo una sonrisa permanente, incluso en casa, porque estoy tan acostumbrada a fingir ser estúpida.

- Oh, yo– -

Antes de darme cuenta, se inclina hacia adelante y me besa el cuello. Me quedo paralizada, sintiendo su boca lamer y besar mi piel. —Espera —me estiro y le pongo una mano en el hombro, pero no se mueve—. Preferiría que habláramos .

Se ríe en mi cuello y me agarra la cintura, haciendo que el champán salte de la copa y se me resbale por la mano. —¿Hablar ? Preferiría probarte, cariño. Apuesto a que sabes tan bien como hueles.

El estómago me da un vuelco y me encojo, un calor que me sube por el cuerpo de tal manera que me dan ganas de quemarme. Me agarra la cintura con más fuerza y gimo al sentir cómo sus dedos se aferran a mis partes íntimas . —Para —jadeo patéticamente— . —Para .

La sombra de un cuerpo que nos observa se proyecta sobre mi rostro. A Christopher le agarran la nuca y lo arrancan de la cabina en dos segundos. Respiro hondo y levanto la vista, con el rostro aturdido mientras me aparto el pelo de los ojos frenéticamente.

- Cuando ella dice basta, paras, maldito imbécil. - Una voz pesada y ronca me pilla desprevenido.

Levanto la vista y veo a un hombre alto agarrando a Christopher por el cuello de la camisa, con los nudillos blancos. Recorro con la mirada los tatuajes de sus dedos y de su mano. Antes no me había fijado mucho en ellos, pero ahora son todo lo que veo. El corazón me late con fuerza.

El hermano de Alexia. Eric. Lo conocí una vez.

Podría reconocer esos ojos oscuros y misteriosos en cualquier lugar. Se alza imponente sobre Christopher, al menos diez centímetros más alto. Tiene los hombros mucho más anchos y la expresión de su rostro da la impresión de que está a punto de cometer múltiples crímenes sin el menor remordimiento.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.