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Las constelaciones en tu mirada

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Sinopsis

- Aún no lo sé, pero es muy probable que no. - Está bien, de todos modos estaré aquí, siéntete libre si quieres venir aquí. Oigo una risa ahogada al otro lado de la línea y responde. - Tu puedes amar. Beso. - ¡Te amo!

RománticoSEXODulceUna noche de pasiónAmor a primera vista Celoso18+Humor

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- Aún no lo sé, pero es muy probable que no.

- Está bien, de todos modos estaré aquí, siéntete libre si quieres venir aquí.

Oigo una risa ahogada al otro lado de la línea y responde.

- Tu puedes amar. Beso.

- ¡Te amo!

Sentí la abrumadora necesidad de decírselo e inmediatamente sentí que me ardía la cara, como anoche. La sensación que tengo es que me está mirando de la misma manera que lo hizo anoche, pero no es así, ni siquiera está aquí.

Escucho un suspiro profundo al otro lado de la línea y una risa ligera, incluso tonta.

- ¡Yo también te amo, Preta!

Dicho esto, termina la llamada y yo, todavía un poco tonta e incrédula por todo lo que pasó ayer, vuelvo mi atención a mi desayuno.

Es bastante loco cómo están las cosas. Hace tiempo nunca me hubiera imaginado así, como lo estoy hoy con Gustavo, e incluso conmigo mismo. No me permití sentir nada tan fuerte por alguien que me sacaría de mi curso. Nunca imaginé que algún día podría permitirme vivir todo lo que estoy viviendo ahora, con él.

Respiro hondo y sonrío al recordar que Gustavo fue el máximo responsable de mi cambio. Estaba tan feliz y aliviada de saber que todo lo que sentía por él era correspondido y que, a pesar de todo, me dejó muy claro que estará conmigo para siempre. Me dio aún más confianza decirle toda la verdad sobre mí. Realmente espero que él confíe en mí y me entienda.

Termino de desayunar, dejo la bandeja a un lado, tomo mis libros de la universidad y me siento en el porche para repasar el material de la semana pasada.

[...]

Bernardo

Hace tres meses...

Siento una opresión en el pecho al ver la escena frente a mí...

Siempre supe que me mentía cuando le preguntaba si tenía otro y lo negaba. Pero no pensé que ella haría algo así.

Siempre he estado loco por la India y todos lo sabían, pero parece que ella fue la única que no lo hizo, o al menos fingió no hacerlo.

También sé que no tengo nada que ofrecerle más que una casa en los barrios bajos y solo un dolor de cabeza por mi vida delictiva. Siempre supe que no traficaba porque le gustara, sino porque necesitaba el dinero para sobrevivir. Siempre supe de sus sueños de graduarse de la universidad y vivir lejos de todo aquí, lo cual, nos guste o no, solo la lastimó. Estaba muy feliz de que ella entrara a la universidad e incluso saliera del tráfico de drogas, pero me quedé anonadado cuando se fue, y sabía que no volvería, siempre lo supe.

Desde que se fue, casi siempre llego a la entrada del colegio y espero a verla irse. Los primeros días había tanta gente que no la encontraba, pero no me rendí. Necesitaba ver esa hermosa sonrisa suya, aunque sea de lejos... me trajo paz.

Hoy vine muy temprano, y estaba esperando en mi lugar de siempre, detrás de un árbol muy escondido.

:hrs es la hora en que se llena el portón de la facultad, unos estudiantes saliendo y otros entrando y en medio de toda esta confusión la vi... Feliz. Muy feliz. Mi corazón estuvo inmediatamente en paz. Siempre quise que todo saliera bien para ella, y parece que así es. Su gran sonrisa de oreja a oreja me hizo sonreír a mí también, y me invadió unas ganas inmensas de ir con ella. Y lo haría, si no la viera a continuación prácticamente saltando a los brazos de un policía y besándolo.

La sonrisa que estaba en mi rostro se desvaneció poco a poco, se sentía como si alguien me estuviera desgarrando el pecho con un cuchillo de sierra, ¡tanto fue el dolor que sentí en ese momento cuando noté el brillo en sus ojos al mirarlo! Era un brillo diferente, uno que nunca había visto en sus ojos. A decir verdad, siempre fue muy seca y objetiva conmigo. Siempre fui un jodido para ella y siempre lo supe, pero para mí ella significaba mucho más.

Realmente no sé qué me asombra más, verla tan cariñosa con otro hombre, que no sea Caio, o el hecho de que ese hombre sea policía.

¡Semen! ¿Desde cuándo está con este chico? ¿Será que ella se quedó todo este tiempo en su boca haciendo el papel de X para él?

Trato de controlar mi ira al verla feliz en los brazos de otro, algo que sé que ella nunca logró estar conmigo. En realidad, no sé muy bien el motivo de mi enfado, si es porque la estoy viendo con otra persona, o si es porque esa otra es policía y nos ha estado traicionando todo este tiempo.

La veo subirse al auto del tipo con otra mujer en la parte de atrás y justo después se van. El deseo que tengo es seguir a los dos y saber a dónde van. Pero me contengo, al menos por hoy.

Salgo de donde estaba y me dirijo hacia mi moto por el otro lado de la calle, pero antes de llegar a ella me detengo en medio del camino cuando veo pasar frente a mí a Paulinho, uno de los traficantes de droga en la boca, hizo un punto de pasar con su bicicleta lentamente, me miró enojado y sacudió la cabeza. Acelera la moto y lo pierdo de vista.

Al mismo tiempo mi corazón se acelera y el miedo se apodera de mí. Si está aquí, es obvio que estaba haciendo lo mismo que yo, pero no por la misma razón que yo. La perseguía por orden de Marcelinho y eso no es buena señal.

Sé que Paulinho también vio lo que yo vi aquí, pero a diferencia de mí, no se lo guardará.

Sí, me enojó mucho saber que ella estaba con otra persona mientras nos quedábamos y que ese tipo es policía, pero nunca podría abrirle la boca a Marcelinho, porque sé lo que es capaz de hacer con ella. Alex es descubierto, y no podría soportar ser responsable de acabar con la vida de la mujer que amo. Solo quiero que ella sea feliz, aunque no sea conmigo.

Me subo a mi moto y me dirijo a la playa. En este punto, Paulinho debe haber abierto la boca a Marcelinho y ahora no puedo hacer nada más.

Me siento en la playa y miro el mar.

Recuerdo la primera vez que invité a India a salir, no tenía mucho dinero y terminé llevándola a esta playa. Era de noche, nos acostamos en la arena de la playa y pasamos horas hablando, ella no quitaba los ojos de las estrellas en el cielo y yo no podía quitar los ojos de ella. Ese día me di cuenta de que estaba bastante jodido. Nunca me molesté en invitar a salir a una chica, me quedaba donde podía tener sexo con ella, ya sea en el callejón o en las innumerables casas abandonadas en la colina. Pero con ella era diferente. Desde el día que la vi por primera vez vi que era una chica diferente. Ni siquiera la invité a salir con la intención de tener sexo con ella esa noche, pero al conocerla mejor, recuerdo su sonrisa dulce y tímida, que lamentablemente, con el paso del tiempo, desapareció.

Aquella dulce niña llena de sueños que tuve el placer de conocer esa noche duró poco, con el tiempo había cambiado mucho, no se dio por vencida en sus sueños y el lugar donde hoy se encuentra es prueba de ello, pero tampoco se preocupó de contarle más a nadie sobre ellos, su dulce sonrisa dio paso a un rostro serio, imponente y en su mirada había una clara tristeza. Sé que creó esta capa de defensa por todo lo que ha pasado con la pérdida de su madre y el padre a quien nunca le importó, incluso después de que terminó su vida en el tráfico de drogas, por él.

La única persona con la que es realmente Alex es Caio y estoy tan celoso de él por eso, por tenerla de verdad, no como un hombre y una mujer, sino como hermanos. Cuando está con él, su risa es más ligera, vuelve su mirada dulce... Me duele tanto darme cuenta de que ella también era así con ese hombre.

Rápidamente limpio la lágrima que corre por mi rostro. Nunca en mi vida me imaginé sufriendo así por ninguna mujer. ¿Qué me has hecho, India?

Después de casi dos horas sentada ahí mirando el mar, me armé de valor para levantarme e irme a mi casa.

Tan pronto como llego al pie de la colina, el hombre del cohete me detiene.

- Ay BN, el jefe te dijo que fueras directo a la boca que quiere hablar contigo . – dice y le da un tirón al porro.

- Fresco. - digo y subo el cerro hacia la boca principal.

Ese cabrón de Paulinho seguro le contó lo que vio y dijo que yo estaba ahí presenciando todo. Me temo que quiere hacerle algo a ella, porque yo no lo soportaría.

Detengo la moto en la puerta, me quito el casco, respiro hondo unas cinco veces, encontrando el coraje para subirme y afrontar lo que tiene que decirme.

Atravieso la habitación y camino lentamente hacia la puerta al final del largo pasillo. Toco una vez y Marcelinho inmediatamente me dice que entre. Apenas entro al salón veo a Paulinho sentado en la mesa frente al Jefe, y él estaba sentado en su sillón mirándome, puedo decir que su mirada no era de las mejores.

- ¿Querías hablar conmigo? - digo con firmeza.

- ¿Tienes algo que decirme, Bernardo?

Dice seriamente mirándome profundamente a los ojos. Por un momento miro hacia otro lado y veo sus puños cerrados, miro a Paulinho y tiene la nariz levantada y puedo ver que tiene una sonrisa burlona.

Hijo de puta.

- No. – Sigo firme, pero ahora mirando a los ojos a Marcelinho.

No le haré esto.

- ¿Está seguro? Se levanta y camina lentamente hacia mí.

- ¡Sí!

- ¡Paulinho se va! - el odio en su voz es claro.