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La sombra bajo la luna

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vaquero
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Sinopsis

Hace muchos siglos, en las tierras del continente de Venus, humanos y vampiros convivían en medio del caos y la sangre. Cuando los líderes de las dos especies se unieron, tratando de evitar que comenzara una guerra, se selló un tratado entre ellos. Los vampiros vivirían en el norte, entre las desconocidas montañas de Venus. Los humanos al sur, escondidos tras un muro que delimitaba los territorios. Por lo tanto, se agregaron dos leyes al tratado para evitar cualquier posibilidad de incumplimiento. Primero, los humanos y los vampiros no podían cruzar el muro e invadir tierras a las que no pertenecían. Y la segunda, en la que ambas especies se comprometían a no atacar a la otra. Aurora Calderon es una de las jóvenes más bellas que vive al sur del muro. Siendo parte de una de las familias más pobres del pequeño pueblo de Esper, se espera que para cuando cumpla un año sea una de las aspiraciones del futuro rey de las tierras humanas. Al menos eso es lo que quiere su familia. Pero cuando tiene lugar el famoso y esperado baile de presentación del futuro líder, Aurora se ve envuelta en un sueño que la atormenta todas las noches. Huyendo en medio del baile, termina en el prohibido Bosque de los Susurros, en el que se eleva la gran muralla, y donde un vampiro estaba a punto de ser asesinado.

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1

Tengo este rito. Todos los miércoles, haga el tiempo que haga, Beth, Niki y yo nos reunimos. En parte porque necesitamos conversar, en parte porque necesitamos saber que la mitad de la semana ha pasado y luego todo debería ir cuesta abajo hacia el fin de semana.

En estos dos años, es decir, desde que empezamos, nos hemos visto en nuestros departamentos, en bares, cervecerías, restaurantes de comida rápida, hospitales, restaurantes, cines, parques, en conciertos, exposiciones de arte, centros comerciales.

No importa dónde y cómo, lo importante es vernos.

Nuestros padres viven lejos, nos mudamos para asistir a la universidad, allí nos conocimos, así que nos convertimos en la familia del otro.

Hace cuatro semanas, tuvimos nuestra reunión de los miércoles en mi nuevo departamento, lleno de cajas de mudanza y poco para comer. Hoy tengo otra noticia que contarles a mis amigos, recién salida de esta tarde.

Estoy tan emocionado como un niño, porque finalmente, después de tantas oportunidades laborales horribles y mal pagadas, me han dado una oportunidad en una de las mejores empresas de la zona. Al principio buscaba trabajo cerca de donde vivía antes, pero al final decidí irme a vivir a otro lado, casi en medio del campo y ampliar mi búsqueda. Tuve suerte, quién sabe si a mí también me empiezan a torcer las cosas.

Acordamos encontrarnos en un pub cerca de la casa de Beth, donde viví hasta hace poco, por conveniencia. Trabaja muchas horas extra en el trabajo, así que hemos decidido facilitarle las cosas. De hecho, cuando llega ya encuentra papas fritas y una cerveza en la mesa.

-¡Gracias chicas!- comienza sentándose y quitándose la chaqueta al mismo tiempo, arriesgándose así a volcar su silla contra un tipo sentado en la mesa contigua a la nuestra.

Nos echamos a reír por su falta de agilidad, antes de que nos incinere con la mirada y se incorpore sereno, como si nada hubiera pasado.

Tomo un sorbo de cerveza, luego le digo. -Chicas- les llamo -Encontré trabajo. Un buen trabajo quiero decir.-

Niki me mira con escepticismo, ya que últimamente no me han ofrecido trabajos que quisiera, mientras Beth comienza a aplaudir sonriendo. -¡Ya era hora!- exclama.

-Vamos a escucharlo- dice entonces Niki -¿dónde, esta vez?-

-En Morris.-

Ella levanta una ceja, impresionada. Ella sabe que solo hay dos empresas químicas a precios razonables en el área, y sabe que he estado tratando de conseguir un trabajo allí desde que me gradué.

Una de las empresas es de químico farmacéutico, la otra, de perfumería y cosmética.

-¿Investigación y desarrollo?- pregunta.

-Casi. Calidad- digo con una sonrisa. Estaré en libertad condicional durante dos semanas y si todo sale como espero, me harán firmar un contrato a término fijo por un año.

-¡Así que esta noche celebremos!- exclaman a coro después de mirarse.

-Vamos, entonces tengo que conducir- protesto débilmente, pero ya no me escuchan, agitan los brazos para llamar a la camarera y que les traiga más bebidas.

La obligo a que me ofrezca más papitas, para amortiguar un poco de ese alcohol que estamos tragando, mientras el lugar se llena de gente. No esperaba que hubiera tanta actividad a mitad de semana, pero tengo ganas de fiesta y después de unos tragos me encuentro bailando sobre la mesa con Beth.

Todos a nuestro alrededor se divierten y yo me retuerzo al ritmo de Pressure de Muse, incluso fingiendo tocar la guitarra, haciendo reír a las chicas.

Niki tira de mí para presentarme a un chico con el que ha estado hablando unos minutos, pero no es mi tipo, nadie lo es en estos días, así que le agradezco su interés pero le digo que no estoy de humor.

Vuelvo a intentar subirme a la mesa, pero de repente el taburete parece inestable, así que me conformo con quedarme en el suelo, junto a Niki.

Me tiro hacia atrás, tratando de dejar pasar a la camarera con una bandeja llena de cervezas, y aterrizo sobre un tipo.

Entre risitas me vuelvo a poner de pie y me doy la vuelta pidiendo disculpas, pero a él no le importa, al contrario me sonríe y me dice que puedo acabar con él cuando quiera. Mirando de cerca, es lindo, casi...

-Soy Connor- dice dejándome asombrado. Es un nombre inusual por aquí, pero... le queda bien. Le doy la mano, pero justo cuando estoy a punto de presentarme algo, o más bien alguien, cae sobre mí, amenazándome con hacerme caer.

Cuando me doy la vuelta, Beth se aferra a mis hombros como un koala y lucha por mantenerse erguida.

-Oye- dice con una gran sonrisa hacia mí y Connor.

-Oye.. Beth, ¿verdad?- pregunta. Ah pero luego se conocen..

-¡Exacto! ¿Cómo te va?", dice con demasiado entusiasmo. Me toma un tiempo, pero al final me doy cuenta. Este podría ser el colega que busca mi amigo, pero necesito investigar.

-Oye, ¿ustedes dos se conocen?- Pregunto curiosa.

-Sí, trabajamos juntos. Bueno, más o menos, ¿tengo razón?”, le pregunta.

Ella ya está sonrojada hasta las puntas de su cabello, haciéndome reír con ganas. Un par de chicos me miran y luego se me acercan.

-Bonita camisa- dice el más atrevido. Me miro, la camisa de cuadros rojos y negros medio abierta. -Gracias- respondo maquinalmente. Connor me gusta menos, físicamente, pero parece que el moreno que se me presentó hace un rato está muy ocupado hablando con Beth, así que estoy satisfecho.

Niki se une a nosotros, presentándose. El que me felicitó me hace una radiografía completa, pero no lo culpo. Rubia, ojos azules y lápiz labial rojo fuego, ella es una de las que se destaca. Ella compensa su baja estatura con mucho atractivo sexual y atrae a los hombres como abejas a la miel.

-Sois fantásticas chicas- dice recuperándose -Soy Patrick, ¿cómo os llamáis?-

Estoy tentado de darle un nombre falso, pero decido no mentir. -Olivia- digo levantando la mano que aún sostiene el vaso, ahora vacío.

"¿Puedo invitarte a un trago?", pregunta, mientras lo que creo que son sus amigos miran por encima del hombro.

-Entonces, ¿estaremos endeudados?- pregunta Niki inteligentemente. Ya ha descubierto a dónde va con esto, por supuesto.

-Bueno- dice con una sonrisa -podrías pagar tu deuda haciendo que te llevemos a casa- dice incluyendo a sus amigos, que ahora nos están dando codazos y observándonos, curiosos y un poco inquietantes, a pesar de estar borrachos.

-Lo siento, pero ya tenemos un viaje a casa- responde Niki por los dos y sin previo aviso, imprime un beso en mi boca, luego se vuelve hacia Patrick y sus amigos con una sonrisa.

La miran estupefactos, aunque yo intercepto un par de miradas curiosas y traviesas.

-Lo siento Patrick, fue agradable- digo dándome la vuelta y tomando a Niki del brazo.

Recuperamos a Beth, que todavía está hablando con Connor, y le decimos que es hora de irse. Cuando los niños comienzan a estar demasiado borrachos para mantener sus manos quietas, el porcentaje de conocer a un chico que está buscando problemas y no aceptará un no por respuesta generalmente se dispara.

Lo siente, estoy seguro de que le gustaría quedarse y hablar con su colega, pero tendrá que hacer suficiente por esta noche. Nos mira y le basta una mirada para comprender, luego sonríe. -Lo hiciste de nuevo, ¿no?- le pregunta más a Niki que a mí.

Limpio el lápiz labial que debe haberse pegado en mis labios, mientras Niki adopta su pose inocente, como yo la llamo, y agita sus largas pestañas.

Connor nos mira como si fuéramos extraterrestres y Beth se apresura a explicar: -Cuando quieren cortar con alguien que los molesta, de vez en cuando... bueno, se besan. ¡Pero no son lesbianas!- especifica, mientras me siento sonrojarme. Beth realmente no tiene talento para contar cosas.

Permanece estupefacto por un momento, antes de comenzar a reír. -¡Tus amigos están locos de cojones!- exclama entre una risa y otra.

Entrecierro los ojos, porque si piensa que Beth está sana en su lugar... bueno, se llevará una agradable sorpresa. -Es solo una demostración de cariño- digo con una mirada desafiante.

Ella intercepta mi mirada pero no hace nada más que estirar una mano hacia mí, quien se estira y coloca mis labios sobre los suyos, mis ojos abiertos. Todo toma solo dos segundos, pero es suficiente.

Cuando nos volvemos hacia Connor, deja de reírse y nos mira de manera extraña. Todos nos echamos a reír, mirándolo, hasta que se recupera y sonríe. -En realidad.. es algo que.. distrae.- Sí, claro, eso es lo que dicen ahora.

-Bueno, ahora nos tenemos que ir, no queremos que Beth llegue tarde al trabajo mañana por la mañana, de lo contrario necesitará una jarra de capuchino en lugar de una taza!-

Insto a las chicas a salir, mientras la multitud se vuelve más apremiante hacia la salida del club, impidiendo que Beth haga el ridículo girándose para comprobar si su novio la está mirando.

Trato de evitar a dos chicas borrachas, que intentan en vano poder beber de los vasos de la otra, con las manos cruzadas como en las bodas, acabando contra otro codazo peludo y masculino de la velada. Miro hacia el cielo, calculando mentalmente cuánto tiempo tardaré en llegar a la puerta, mientras a mi lado escucho un: -¡Oye, ten cuidado, me vas a consentir así!-

Este debe sentirse más genial que los demás... pero todos son tontos egocéntricos. Resoplé, dándole un grosero -¡Quién te quiere!- sin siquiera darme la vuelta, antes de finalmente llegar a la puerta.

El sábado por la noche solo salimos Beth y yo, ya que Niki tiene una cita y decidimos ir al cine, aunque la película elegida no me emociona.

-Según Connor fue una buena película, pero tenía un poco de sentido para mí- comenta al final y tengo que admitir que estoy de acuerdo con ella, aunque no es eso lo que me llama la atención.

-¿Solo vinimos a ver esta película porque Connor te la sugirió, entonces?- le pregunto con aire pícaro.

Ella ni siquiera intenta negarlo, ocupada sonrojándose como está.

-Bueno, ayer hablábamos de películas y.. bueno, me dijo que esta le gustaba mucho y me aconsejó que la viera.. entonces..-

-Así que inmediatamente corriste al cine. Me parece interesante.-

-No hagas eso, Liv.-