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La princesa y su romance secreto

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vaquero
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Sinopsis

Alys es la princesa de Kadnor, al cumplir diecisiete años comienza el Entrenamiento Intensivo de Iniciación, las clases tan esperadas para convertirse en una verdadera guerrera para defender su reino y a sí misma. Todo va bien hasta que ella y sus amigos encuentran algo perdido y desde entonces se ve envuelta en un misterio sin resolver de cuándo nació. Simplemente no esperaba romper las reglas al acercarse a una persona del reino enemigo cuyo chico es tan misterioso como el que está buscando. Un nuevo mundo por recorrer donde no sabes lo que está bien o mal y quién miente o quién dice la verdad.

PrincesaChico BuenoChica Mala18+16+ArroganteMatimonio por ContratoUna noche de pasiónDulceRomántico

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MI ESPADA DE PLATA PESO EN MI MANO CASI DORMIDA. Lucho con la respiración jadeante y el corazón a mil por segundo tratando de no dejarme vencer por un hombre de seis pies.

Los gritos se intensifican a mi alrededor en el vasto espacio de ruinas que nunca he visto en mi vida. El hombre me tira al suelo y se prepara para apuñalarme con su espada ya ensangrentada de los guerreros que pelean a mi lado, antes de que pueda lastimarme detengo su espada poniendo la mía frente a mi cara protegiéndome de su ataque.

Él balancea su pie enojado con la intención de darme una patada pero antes de eso ruedo hacia un lado y me pongo de pie y lo golpeo una vez más con la espada, estamos en una disputa para ver quién le quita la espada a quién primero. A mi lado escucho un fuerte gemido, miro en dirección al sonido y veo a mi amiga Maya inmóvil en el suelo. Me desespero y solo me doy cuenta de que el hombre me tira al suelo cuando golpeo mi barbilla con una piedra, parpadeo tratando de ver. Doy la espalda al suelo y el hombre me sonríe victorioso.

"¿Qué pasa, princesa?" - Pregunta el hombre apuntando la espada a mi rostro. — Nunca podrás vencerme, nunca vencerás a nadie, eres débil. Una princesa débil.

Respiro fuerte y luego cuando menos lo espera pateo mi cara barbuda con mis pies, se tambalea hacia atrás con una mano en su nariz y aprovecho para levantarme y golpearlo pasando mi espada afilada en su pierna haciéndolo caer de bruces abajo en el suelo.

Trato de normalizar mi respiración y solo entonces me doy cuenta de algo, los gritos han pasado, ya nadie grita, ni siquiera puedo escuchar el ruido del viento. Miro a mi alrededor extrañamente, junto las cejas en confusión. Todos los guerreros, tanto de mi lado como del lado enemigo, han dejado de luchar y me miran con sus rostros inexpresivos, sus ojos se ven vacíos y totalmente oscuros.

Maya, que había caído al suelo, ahora está parada mirándome como todos los demás, sin emoción en su rostro. Todos los que habían caído están de pie.

- ¿Qué está pasando? - Pregunto con miedo. "¿Porque te detuviste?

- Eres débil. - Dice alguien detrás de mí.

Me giro para ver al hombre de seis pies con el que acababa de lastimarme la pierna, ahora está de pie. Asustada, dirijo mis ojos a su pierna que ahora está completamente intacta y sin sangre como si no lo hubiera lastimado.

- ¿Que es eso? —pregunto de nuevo, asustada. - ¿Qué está pasando? ¿Por qué me miras?

- Eres débil. - Ahora todos a mi alrededor dicen con voz automática.

Miro a mi alrededor de nuevo y ahora todos empiezan a caminar hacia mí, todos se me acercan.

“Una princesa débil. - Ellos dicen.

Caminan y repiten la misma frase mientras giro el cuerpo y la cabeza para mirarlos. Mi corazón se acelera cuando veo que estoy acorralado por ellos.

- Eres débil.

"¡No soy débil!" - Hablo sin aliento.

“El más débil de todos.

- ¡No! - Yo grito. "¡Detener!"

- Débil.

- ¡Paren con eso! - sigo gritando, dejo caer la espada y llevo mis manos a mis oídos.

Se acercan más y más, extienden sus manos hacia mí y me agacho.

"Fe. - Dice una voz tranquila en la distancia. “Fe, despierta.

Abro los ojos y me siento en la cama, miro alrededor. Estoy en mi habitación, solo fue un sueño. Trato de normalizar mi respiración dificultosa y paso una mano por mi cabello.

- ¿Esta todo bien? Abigail pregunta, inclinándose.

“S-sí, está bien, solo fue un sueño.

“El discurso de Su Majestad comenzará en una hora. - Ella advierte. Será mejor que se prepare si no va a llegar tarde, señorita.

“Claro, gracias por despertarme, Abigail.

Ella sonríe y sale de mi habitación con pasos rápidos, me acuesto en la cama mirando al techo. Fue apenas un sueño. Un sueño loco. Muy loco. Un sueño poco realista, pero no del todo. Me temo que me verán fallar, sería hermoso: falla la única hija del rey Caleb, la princesa Alys, que debería ser una de las mejores. Un espectáculo.

Dejé escapar un gemido de frustración y puse los pies en el suelo sintiendo la madera fría y dura. Miro a mi alrededor imaginando que mi dormitorio va de marrón a blanco. Entro al baño de mala gana, me doy una ducha rápida y me pongo un vestido blanco que me llega a las rodillas, me ato una cinta roja alrededor de la cintura y hago un pequeño lazo en la espalda.