Capítulo 5
Al día siguiente despertó en la habitación de Jennifer ¿Cómo había llegado hasta ahí?, no recordaba nada, bueno recordaba muy poco, miró el reloj eran las 11 de la mañana, en una hora sería su boda, mejor dicho tendría que haber sido su boda, apretó su cabeza contra la almohada, no era un sueño, realmente la habían dejado, Nick ya no era parte de su vida, él se fue y no le dejó ninguna explicación, tendría que sobrevivir, pero no sabía cómo.
- Buenos días— entró Jenny a la habitación con un vaso de agua y una caja de medicinas
- ¡No es necesario que grites!
- No he gritado, estás muy sensible al parecer
- Me duele la cabeza
- ¿Tienes idea de lo que te pasó ayer?
- No recuerdo mucha cosa
- Tienes suerte de que no te hayan violado, o algo peor
- ¿Cómo llegué hasta aquí?
- El dueño del bar me llamó para ir a buscarte
- ¿El dueño?
- El hombre endemoniadamente atractivo que atiende en el lugar
- Hummmm, ¿el alto?
- Jajajaja, ¿es todo lo que notaste?
- Disculpa pero estoy en lo que las personas llamaría de un "duelo amoroso", no me voy por ahí fijándome en el primer hombre que se me cruce por la calle.
- ¡Tranquila! no es para tanto, solo quería señalar que ayer estabas totalmente borracha y sola en un bar, eso fue muy estúpido por tu parte
- Ya veo, no estaba en condiciones de tomar buenas decisiones, me peleé con mis padres y huí, fue el primer lugar que encontré, yo solo quería olvidar lo que me había pasado
- Ya sé, debiste llamarme, sabes que siempre estoy para ti en cualquier hora
- No tenía planeado salir, solo pasó, yo... —ella empezó a llorar
- Adeline, Nick es un cretino, no te merece, debes olvidarte de él
- Lo sé, no entiendo por qué me hizo esto
- Solo Dios sabe lo que tenía en la cabeza cuando decidió dejarte
- Mamá insinuó que era mi culpa — su amiga la miró sorprendida
- No puedo creer que ella haya pensado eso, es tu madre
- Lo sé, papá dijo que ellos nunca confiaron en él, que fue un error desde un principio
- Amiga... tranquila todo estará bien — la abrazó
- No sé cómo encarar esta situación, todos sabían que me casaría hoy, ¿qué le diré a la gente?
- Tú actúa normal, no le debes explicaciones a nadie
- No entiendo lo que pasó
- Créeme que yo también quiero una respuesta, si alguna vez llego a cruzarme con ese maldito...
- Se fue, y algo me dice que no volverá
- Más le vale — agregó Jenny con evidente cólera
La primera semana después de su abandono Adeline se quedó en casa, ni siquiera salía de su habitación para no tener que ver a sus padres, ella había vuelto sin darles ninguna explicación y se dedicó a dormir, comer y llorar durante 7 días, su padre no le dirigía la palabra ni por error, su madre que era más comprensible trataba de hacer las paces con ella, pero le dolía que ellos no le hubieran apoyado cuando ella más necesitó, la familia Brown la había humillado y sus padres terminaron por darles la razón, ella quería el apoyo de su propia familia, se dio cuenta de lo mal de la situación cuando los escuchó hablar en una mañana
- Tiene que madurar
- Cariño es solo una niña y ha pasado por mucho
- No podemos tolerar esto por más tiempo, está echando a perder su vida
- Eres su padre, debes ser más comprensivo
- Hemos sido muy tolerantes con ella, ya tiene edad para sobrevivir por su cuenta
- Ella lo superará, dale tiempo
- ¿Hasta cuándo?, ni siquiera nos respeta, vive de nosotros y no da la cara hace casi una semana
- Está deprimida es normal
- No va a superar nada si se encierra como un gato asustado, la vida no es color de rosa, y cuando antes lo aprenda mejor
Subió por las escaleras sin hacer ruido, lo que escuchó le rompió el corazón, pero sus padres tenían razón en algo, debía volver a la realidad, no podía seguir perdiendo clases, su vida seguía y ella tenía que vivirla. Despertó un lunes y se preparó para ir a la universidad, su madre se sorprendió al verle despierta tan temprano, y arreglada
- ¿Irás a la universidad?— preguntó cautelosamente
- Ya es hora
- Entiendo…
- Mamá... me mudaré con Jennifer
- ¿Qué?
- No puedo seguir viviendo aquí
- ¿Por qué no?
- Ya no seré un estorbo para ustedes
- ¿De qué hablas?
- Sé lo que piensan de mí, ya estoy cansada de ser una carga, me mudaré y encontraré un trabajo de medio tiempo
- No necesitas hacerlo
- Es lo mejor para mí, tengo que cambiar mis rutinas o me volveré loca
- Hija, somos tus padres, lo que sea que necesites te lo daremos
- ¡No!, no puedo seguir así, quiero tener algo que hacer, distraerme, seguir aquí solo me trae malos recuerdos
- Adeline, ¡tú no sabes cómo es la vida fuera de estos muros!
- Sea como sea, yo lo afrontaré por mi cuenta y sobreviviré — le afirmó con total convicción, sin tener idea de que pronto se arrepentiría de sus propias palabras.
