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La Venganza del Mafioso

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Sirley A.
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Sinopsis

La vuelta de Alexander Santoro a Italia tiene algo ocultó y desconocido para otros, en donde la vida de la Dulce Amara Mendoza cambiará por completo en las manos del Mafioso Alexander Santoro.

PoderosoMafiaChica BuenaDominanteAmor-OdioMatrimonioSecretosVenganza

Conociendo al Demonio

- Presente

- Te tengo un regalo de bodas Alexander - le informó Amara Mendoza a su exmarido.

Te presento a nuestra hija Alexandra Mendoza, aquel feto de un mes de gestación que ordenaste que me extrajeran - las palabras de la mujer dejaron sin rastros de sangre al Mafioso más poderoso y temido de Italia.

- Pasado

- Era 13 de enero cuando la vida de la Dulce  Amara Mendoza cambió. Cuándo el Mafioso más poderoso de toda Italia volvió al país.

- Alexander Santoro, es un hombre catalogado como el mismo demonio, es el Rey de la Mafia Europea. Llevaba 3 años fuera del País, pero ha vuelto muchos dicen que a su regreso se podría desatar el infierno en la tierra. Se rumoreaba que el hombre quedó desfigurado y en silla de ruedas luego de haber sufrido un ataque comandado por la Unión Asiática del Inframundo.

- Esta noche se llevaría a cabo una cena con la familia Mendoza en dónde una de las hijas de su amigo Blas Mendoza se convertirá en la mujer del Mafioso.

- La familia Mendoza estaba conformado por una de las cabecillas de la Banda del Narcotráfico Blas Mendoza quién llevaba un matrimonio de 22 años con Alicia Lynch, durante esos años dieron vida a dos hermosas jóvenes. Lorena Mendoza y Amara Mendoza.

- Lorena Araceli cuenta con 21 años de edad y Amara Camila con 20. El destino de una de ellas quedará marcado en manos del peligroso hombre. Y era la de la Dulce Amara Mendoza.

Todos sabían que estar vinculada a Alexander Santoro significaba muerte por su entorno criminal.

- La noche había llegado un vehículo blindado se estacionó enfrente de la Mansión Mendoza, un hombre vestido totalmente de negro con aura intimidante se encontraba parado en la puerta. Minutos después la familia Mendoza descendía por las escaleras, nadie debía conocer la ubicación de la Base de Alexander, razón por la cual solamente sus hombres podrían trasladar a sus invitados.

- El hombre se mantenía bajo un toque misterioso qué muchos querían descifrar, pero nadie tiene la calificación para hacerlo. Alexander Santoro no es alguien con quien podemos jugar, prácticamente con tan solo tronar los dedos decide el Futuro de Italia, ya que es dueño del 60% de la Economía Bancaria.

- Una hora después el vehículo se adentró en un pequeño, pero hermoso bosque. Los hermosos ojos verdes quedaron maravillados con el sitio sin saber que en ese mismo lugar comenzaría su peor calvario.

- Cuando la familia descendió del vehículo en el tercer piso de una imponente mansión que era sacada de una imaginación inigualable se encontraba observando un par de ojos azules a sus invitados, mientras una sonrisa malvada se formaba en su rostro.

- Amara Mendoza te obligaran a casarte con el demonio y voy a hacer que vivas dentro de un miserable matrimonio - susurró el hombre dejando la copa de vino que sostenía por encima de la mesa de noche para disponerse a salir de su habitación.

- En la enorme sala las 4 personas se encontraban esperando por el Anfitrión, los 4 tenían pensamientos distintos, las jóvenes pensando que solo era una cena de amistad, Blas estaba seguro de que esta noche cerraría un gran trato y Alicia Lynch presentía que nada bueno podría salir de esta reunión más cuando el involucrado era el criminal más letal de todos.

- Los pasos se escucharon desde las escaleras, cuando Amara y Lorena vieron la imponente y escultural figura masculina descendiendo tragaron saliva.

- Alexander Santoro era todo lo contrario a como lo describían, era joven aproximadamente de 24 años de edad, altura de 1.80 facciones únicas como talladas por los propios dioses, era como dice el dicho un Dios Griego de unos hermosos ojos azules como el cielo, su presencia intimidante era una cualidad única y peligrosa.

- Buenas noches - la voz magnética del hombre sacó de las nubes a los presentes, todos tenían negocios con él, pero nadie podía verlo, esta era la primera vez que dejaba que alguien más aparte de sus subordinados pudiera ver su rostro.

- Blas ya sabía que se trataba de Alexander por su voz que en numerosas ocasiones había escuchado aquella escalofriante voz.

- Señor Santoro - Saludó Blas Mendoza con una sonrisa.

- Un placer recibirlos - Respondió Alexander, el hombre tenía su aura criminal e inalcanzable que era capaz de dejar sin aire los pulmones de las mujeres, además de una rara sensación de cosquilleo.

- Pasemos a la sala - Informó el hombre, no había dudas también que en momentos la atmósfera se volvía tensa.

- Al momento en que tomaron asiento Alexander sostuvo una copa de vino en sus manos y dirigió su vista hasta Amara levantando hacia ella en señal de brindar con ella, la mujer tragó saliva, el hombre generaba cierto nerviosismo en ella.

- Hablemos de negocios- Expresó Alexander, dirigiendo una mirada a Blas.

- Usted dirá Santoro - Respondió el hombre.

He decidido radicar permanentemente en Italia, cómo es de conocimiento nuestro mundo necesita de mujeres y herederos que puedan tomar el cargo si algo se sale de control - Pero las palabras pronunciadas por Alex en sus condiciones no eran posibles el hombre guardaba otro secreto más.

- Por supuesto Alexander se perfectamente nuestro mundo y lo que conlleva formar parte de ella.

- Quiero tomar en matrimonio a una de tus hijas - Alexander expresó aquellas palabras sin pestañear, las jóvenes señoritas de la Familia Mendoza no pudieron evitar no pensar en que aquello era una locura, ellas más que nadie sabían del peligro que significa estar cerca de un Santoro.

Las palabras de Alexander se mezclo con el aire frío que helaba los huesos a los presentes, las palabras del Líder a Blas le dejaba en claro que Alexander estaba hablando enserio, de hecho nunca fue un hombre de bromas.

¿Está seguro de la decisión? Preguntó Blas.

Si no estuviera seguro Blas te aseguró que no estarías en este preciso momento delante de mí, puedes negarte, pero mañana todas las noticias informarán del accidente de tránsito que sufriste y que se lamenta con profundo pesar tu fallecimiento.

Las palabras de Alexander hizo que Blas sintiera un escalofrío recorrer su cuerpo. Si Alexander Santoro lo decía, es por que ya tenía todo calculado aquel accidente.

Firma, ese es el precio por una de tus hijas y elijo a la menor, al firmar el documento tu hija me pertenece hasta la muerte, incluso si muere lo tiene que hacer en mis manos.

Amara estaba sin rastros sangre en el rostro el miedo y todo lo que implica el hombre en sí la asustaba, su hermana mayor lo único que podía hacer era agarrar sus manos. Mientras que Alicia tenía las manos atadas no podía intervenir, pero imaginarse a la pequeña Amara en el poder de Santoro era aterrador.

Alexander se levantó de dónde estaba y le extendió una pluma a Blas - Te doy un minuto de tiempo -

Blas al ver la cantidad de dinero que Alexander ofrece por Amara dejó escapar una pequeña sonrisa, mientras su firma era estampada en el documento.

El destino de Amara había sido elegida, las lagrimas empezaron a llenar los ojos de la dulce joven con los ojos verdes.

Muy bien, pasemos al comedor - Alexander estaba como si hubiera adquirido una nueva propiedad.

Nadie se atrevió a pronunciar ninguna palabra, pero el corazón de Amara y Lorena dolía.

Amara - La voz de Alexander asustó a la mujer - Está noche regresarás con ellos, pero mañana te vienes aquí, desde esta noche me perteneces.

Señor Santoro - Alicia ya no estaba soportando esta situación

Señora Mendoza, mujeres en el negocio no es buena idea si tiene algo que decirme primero discuta con su marido al fin y al cabo el es el que acaba de vender a su hija.

¿A caso, le has dado otra opción? Contestó enojada Amara.

Este es un juego que solo yo me se, si nadie pide tu opinión no la des y he cambiado de idea no volverás con ellos, y si quieren verla deberán consultarme a cerca de su visita yo veré de acuerdo al día, el tema de las visitas.

Y buenas noches, que disfruten - Alexander se levantó y salió del comedor. Al momento en que la familia quedó sola Amara se levantó para enfrentar a su padre.

¿Tan poca cosa soy para ti? Preguntó Amara con el dolor palpable en ella.

Tan poco cosa no eres ofreció una buena cantidad, además tu misma ya lo has dicho no tuvimos otra opción, así que no tiene caso llorar por la leche derramada.

Quiero que se vayan, no quiero volver a verlos especialmente a ti papá, no eres capaz de proteger a tu hija ¿que protegerás tu estúpido dinero, tu estúpida mercancía? nunca esperé nada de ti, y aún así logras decepcionarme - Amara se fue a mirar desde el ventanal, pero Alexander había escuchado las palabras de la mujer, dejando ver una sonrisa aterradora.

La familia salió de la mansión al momento en que Alexander observó el vehículo alejarse, realizó la transferencia a la cuenta de Blas, el hombre bajo con su aura intimidante y peligrosa, y se había dirigido en dónde se encontraba Amara- ¿Me tienes miedo? No deberías- La ironía en la voz de Alexander inquieto más a Amara.

¿No piensas hablar? El hombre no tenía mucha paciencia que digamos.

No quiero hablar contigo, solamente porqué eres el hombre más poderoso y peligroso puedes manejar todo an tu antojo con amenazas de muerte, prefiero morir - Amara se dio la vuelta no tenía ni la menor idea en dónde se iría, pero cualquier sitió era mejor que estar cerca del criminal que acababa de cambiar su destino.

Pero antes de que siguiera su camino las manos de Alexander la detuvieron, acercando el rostro de la mujer al suyo, posteriormente la agarró de la barbilla- No son sólo amenazas, yo soy un hombre de palabra, entiendes - Las facciones del rostro de Alexander se endurecieron - La primera habitación a la izquierda será la tuya, y no te acerques ni siquiera mires hacia la derecha, no tienes la autorización de estar cerca de mi habitación.

Alexander se alejó de Amara, dejando a la mujer con un pequeño dolor por la fuerza que ejerció en ella, su pequeño y encantador rostro se enrojecio, Amara subió las escaleras encontrando rápidamente la primera habitación, la cerró con llave y se lanzó a la cama, las lágrimas empezaron a salir, la tristeza la impotencia la invadían, y esto le estaba haciendo daño, una noche en donde las estrellas iluminaban el cielo oscuro, sus sueños se han vuelto oscuros, tan oscuros cómo los negocios del hombre con quién compartirá su vida.

Esto no era lo que ella quería, de hecho nunca lo imaginó, entre tanto llanto la joven se había quedado dormida, mientras que Alexander se encontraba en su despacho.

El hombre levantó el teléfono celular y marcó el número de uno de sus hombres- Prepara la camioneta voy a salir.

Segundos después el vehículo se estacionó delante de Alexander, el hombre condujo hasta el Panteón de la Familia Montero, lugar en dónde reposan las cenizas de su ex novia y su gran amor. El hombre aflojó su corbata - Julia Montero, mi vida, desde está noche empieza mi venganza en tu nombre, la Venganza del Mafioso.