Capitulo 5. CEO despiadado
Así la quería ver, atrapada, acorralada y descubierta… lo más interesante de todo es que al parecer él era el único que sabía sobre su secretito, porque ni la misma Serena estaba al tanto de la vida amorosa de su hija.
Ahora, se hacia la pregunta de todas las preguntas, ¿Cómo le podía sacar de provecho con aquella información?
—Lance…
—Ahora comprendo mejor porque has estado tan arisca con mi presencia —el CEO la mira fijamente —. Todo encaja ahora que sé que tienes novio… o bueno, mejor dicho prometido.
—Lance, no puedes decir nada de lo que has escuchado. Si mi padr…
—Si —la interrumpe —. Esa parte de la historia también la escuche claramente, Charlotte.
—¿Qué vas hacer entonces? —Charlotte frunce el ceño.
Ella no esperaba ser descubierta por Lance, había sido muy tonta para no pensar que ese estúpido la estaba acosando por todas partes. Cuando recibió la llamada de su novio no pensó en las consecuencias de contestar sabiendo que Lance rondaba por la casa.
—Esa si es una buena pregunta —sonríe para cruzarse de brazos.
—Mi padre no puede saber que estoy saliendo con Gaspar, no puede saberlo.
La mención de aquel idiota le hervía la sangre, de solo pensar que ese infeliz la había besado y de que ambos… niega, eso no le debería de importar.
—¿Cuánto tiempo llevas saliendo con ese sujeto? —Charlotte muerde sus labios.
—5 años…
Él aprieta la mandíbula, eso era demasiado tiempo. Era una relación seria, no un simple capricho, y para mantenerlo oculto de Mark todo ese rato tenía que significar algo importante para ella.
Bueno, si pensaban casarse a escondidas tenía que ser una relación especial…
—Es mucho tiempo, eso quiere decir que lo amas—pero la morena no le responde.
—¿Qué es lo que vas hacer, Lance? —la joven lo mira furiosa.
Bueno, desde que escucho que se casaría con ese papanatas se le ocurrió una idea algo ortodoxa, pero que podría resultar mejor de lo que esperaba.
—Quiero hacer un trato contigo —ella frunce la mirada ante su comentario.
—¿Sobre trabajo? Porque si es así, yo me especializo con las relaciones públicas, si estás buscando darle publicidad a tu compañía. Mi madre me contó que tu empresa está en Alemania. Lo haría sin costo alguno.
Lance sonríe con malicia y burla a la vez.
—Eso no me interesa, mi compañía no necesita nada de eso —da un paso hacia ella.
—Entonces, ¿Qué clase de trato quieres que hagamos? —Charlotte comienza a retroceder.
—Quiero que te acuestes conmigo a cambio de que mantenga la boca cerrada con respecto a tu secretito.
La joven entre abre los labios al escuchar la magnitud de sus palabras, lo que le estaba pidiendo era una atrocidad, era lo más bajo y ruin que un hombre podía proponerle a una mujer.
Charlotte observa a Lance con aquella sonrisa malintencionada y siente escalofríos recorrer su cuerpo.
—¿Sin palabras?
—No puede ser cierto lo que me estas pidiendo, Lance, eso es muy bajo —niega.
—Es bastante serio lo que demando, tan serio como mi presencia en esta casa para esa absurda cena.
La morena traga saliva, baja la mirada y repasa en lo que pasaría si su padre se entera de su relación antes de que se case con Gaspar. Toda se arruinaría entre ellos, a pesar de ser una mujer, su padre tenía buenos contactos podría hundir a su novio de mil maneras.
Si no tuvo contemplaciones para despedirlo cinco años atrás, menos lo tendrá al saber que ha estado saliendo con su hija a escondidas por todo ese tiempo. Pero si lograban casarse, él no tendría remedio que aceptarlo, y tampoco arruinaría su carrera.
Levanta la mirada.
—Lance, yo no me puedo acostar contigo, ¿te has vuelto loco?
—Entonces, prefieres que Mark sepa de tu compromiso. Quizás si suelto la noticia en el brindis de esta noche podamos convertir la cena navideña en tu compromiso, solo que el novio no va a estar presente.
—Eres un maldito —vocifera furiosa.
—No crees que sería más fácil tener sexo conmigo una sola noche, y como por arte de magia me desaparezco de tu vida. Nadie tiene porque saber tu secreto, podrás casarse cuando quieras y ser feliz con tu esposo.
—No pienso engañar a Gaspar contigo, no le voy a hacer infiel. Nosotros somos una buena pareja y no nos traicionamos de esa menara.
—Entonces, sufre el desencanto y desilusión del fracaso de tu boda secreta.
El CEO hace amago de irse, pero la delicada mano de Charlotte lo detiene por el hombro.
—Espera Lance…—dice en voz baja. Él sonríe y se da la vuelta —. Te estas comportando como una infantil, hay maneras de solucionar esto, y no por ese método tan deshonesto que propones.
—¿Ese hombre te importa tanto así? —interroga acercándose demasiado a ella —. ¿Te interesa mucho no es así? —termina por subir la lomita quedado frente a frente de Charlotte.
—¿A qué viene eso? —la morena pestañea intentando alejarse.
—Si lo amas de verdad harás lo que sea por él, incluso aceptar la proposición de tener sexo conmigo.
Ella niega.
—No, eso es una locura y lo sabes.
—Charlotte, esto es algo que debimos hacer cuando éramos jóvenes —contesta acunando sus mejillas con ambas manos —. Es completamente normal que suceda entre los hijos de los padres que son amigos, tu y yo nos conocemos desde niños, ¿Por qué no disfrutar uno del otro solo por una noche?
Lance acerco peligrosamente sus labios a los de ella.
—Como te dije, es un ciclo que debemos cerrar… yo lo quiero cerrar, tenerte en mi cama es todo lo que deseo, no me puedes culpar por eso.
—Eso es obsesión enfermiza, Lance. Además, yo no quiero acostarme contigo, nunca lo desee —frunce la mirada, a lo que el CEO sonríe.
—Eres una pequeña mentirosa, Charlotte.
El joven CEO termina por besar los labios de la morena pero solo en forma de roce. Ella de inmediato se tensa y no se mueve ante el contacto.
—Sé que si lo querías, no lo niegues. Debes saber que mientras más lo niegues más me enciendes.
Él vuelve hacer el intento de besarla, pero en esa oportunidad lo haría de una manera distinta. Iría a por todo con ese beso, y tenía que hacerle el amor, allí mismo bajo ese árbol se lo haría, no podía contener las ganas que sentía por hacerla suya.
Pero surge un inconveniente que arruina sus planes…
—Charlotte, hija, ¿Dónde estás?
La morena separa a Lance de un empujón y se petrifica al oír la voz de su madre. Se pone nerviosa y no sabe qué hacer, luego mira al idiota de Lance que está a su lado. Si confesaba la verdad a su madre esta no dudaría en decírselo a su padre.
Ellos eran una pareja que se contaban todo, su papá confiaba ciegamente en su madre y ella no lo traicionaría de esa manera. Ella siempre estuvo agradecida con él por haberla sacado de la vida que llevaba años atrás.
La convirtió en la mujer que es ahora, y su lazo de confianza era enorme. No soportaría ver a su madre estar entre la espada y la pared.
—Lance… —susurra al mirarlo con ojos de súplica.
—Ve, antes de que venga para acá.
—Pero…
—Charlotte… la cena, ya vamos a comenzar la cena —Serena grita acercándose cada vez más.
—Ya oíste, mueve ese bonito culito —sonrió mirándole el trasero.
—Eres un maldito, Lance.
La joven avanza por el medio del jardín apresurándose de entrar por la cocina. Lance la ve perderse y se queda allí parado reparando en lo que estaba haciendo con Charlotte, era bajo, claro que sí, pero no tenia de otra.
Pensó que ella se merecía ese castigo por perderse 10 años, y encima de que le sale con que tenía un prometido.
—¡Un maldito prometido!, ¿Quién carajos es ese Gaspar?
Frunce la mirada y saca su móvil para realizar una llamada a un viejo amigo suyo. Tenía que descubrir porque lo mantenía escondido. Mientras repica la llamada, Lance piensa que su estadía en Estados Unidos tendría que alargase un par de días más.
Pero todo por conseguir sus propósitos, era un hombre decidido por eso se hizo con una compañía él solo y ahora era el socio de la de su padre.
Charlotte iba a ser suya, y no le importaba si ese bueno para nada de Gaspar era su estúpido novio o prometido.
