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La Guardiaespalda del Jefe

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Sinopsis

Emilly es una joven estudiante de economía llena de sueños, vive con su querida abuela y sueña con una vida mejor. Pero el destino te pone en una situación no deseada y tu única opción es convertirte en una escort de lujo. Ronaldo Adams, un hombre hermoso y rico, tiene la vida de sus sueños, sólo que no contaba con sentirse atraído por una joven atrevida y llena de sueños. Juntos se embarcan en una aventura y en medio de tanta intriga, el amor y el odio caminan uno al lado del otro. Siempre me pregunté por qué mi madre me dejaba sola. ¿Previó el infierno que serían nuestras vidas y decidió salir? Estas preguntas nunca salieron de mi cabeza, nunca recibí una llamada tuya, ni una visita. Mi padre dijo que ella estaba muerta para él.

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Capítulo 1

Siempre me pregunté por qué mi madre me dejaba sola. ¿Previó el infierno que serían nuestras vidas y decidió salir?

Estas preguntas nunca salieron de mi cabeza, nunca recibí una llamada tuya, ni una visita. Mi padre dijo que ella estaba muerta para él.

Tengo suerte de que la abuela siempre me cuidó, nunca me abandonó y aunque viví en este infierno con mi padre, ella logró hacerme sonreír.

Solo quería un poco de paz y seguridad, cada día las facturas son más caras, mi trabajo como camarera no paga mucho y no puedo conseguir nada mejor.

En la universidad obtuve una gran beca y puedo estudiar, pero por suerte para mí siempre llego tarde.

Iba a trabajar, conducía el auto viejo de la abuela, lo cual era genial para no tener que caminar demasiado.

Tan pronto como llegué, estacioné y corrí a vestirme, me puse el delantal y corrí a comenzar mi turno.

La señora Jennifer siempre estaba sonriendo, era una gran jefa.

Atendí mesas y serví todo hoy y para colmo llego tarde una vez más a la clase de Economía.

Salí apurado del restaurante para asistir a mi clase, camino a la universidad tenía tanta prisa que casi me meto en un accidente pero por suerte el conductor dio la vuelta a tiempo.

Corrí por el patio hasta entrar a la habitación, intenté entrar en silencio pero me sorprendió la voz ronca del señor Jonas,

me disculpé por llegar tarde y me senté en un rincón.

Asistí a la clase y anoté todo lo que obtuve, pedí algunos libros a algunos compañeros para poder estudiar un poco más.

Pronto llegarían estas pruebas y no podía sacar una mala nota, iba manejando a casa y llovía un poco, se me pinchó la llanta y como llovía mucho no había movimiento en la carretera.

Intenté cambiarme pero no pude, la lluvia arreciaba, cerré el auto y caminé bajo la lluvia.

Por la mañana encontraría la manera de venir a buscarlo.

Tan pronto como entré a la casa pude escuchar los gritos de mi padre y el llanto de la abuela,

corrí a la cocina y pude ver las maletas en el suelo y a la abuela pidiendo por favor.

- ¿Lo que está sucediendo aquí?

- Me alegro que estés aquí, perra, es hora de que te vayas de mi casa.

- Papá, basta, esta casa también es mía.

- ¿Su?

Recibí una bofetada de mi propio padre, de hecho cada día era diferente.

Me empujó al suelo, tomó su cerveza y me la arrojó.

Estaba en el suelo y no reaccioné, las lágrimas corrían por mi rostro y ni siquiera podía moverme porque estaba muy en shock.

- Eres una basura, Emily, tú y tu abuela.

Ambos son un peso para mí, quiero que se vayan de aquí ya.

- Cariño, vamos, olvídate de este hombre, ya tengo lo que necesitamos para salir de aquí.

Me levanté del suelo sintiéndome la peor persona del mundo, me sequé las lágrimas y miré a mi padre a los ojos.

- Escucha mis palabras John, pagarás caro todo esto y simplemente no voy a ir ahora a una comisaría para meterte tras las rejas, porque eres digno de lástima.

Me da asco ser tu hija.

Recogí mis maletas y caminé con la abuela.

Caminamos hasta el centro de la ciudad y la lluvia no paraba.

Encontramos un hotel pequeño, muy sencillo pero no pasaríamos la noche en la calle.

Pedí una habitación con dos camas, subimos nuestras cosas.

Y me di una ducha.

Tan pronto como salí del baño pude ver a la abuela llorando.

- No llores abuela, en un momento u otro esto pasaría y él obtendrá lo que se merece, la vida se encargará de ello.

La miré hasta que se quedó dormida

y sí, comencé a llorar, no quería llorar delante de ella. Me acosté y traté de llorar lo más silenciosamente posible.

No sé qué daño hice para merecer esto, he aguantado tus agresiones durante años sin jamás tomar represalias. Pero esta vez fue la peor de todas.

Intenté calmarme, pero el miedo de no poder sostener esta situación era enorme.

Esperaba una luz, un milagro que tal vez no sucediera.

Cerré los ojos y me quedé dormido.

¿Cómo pudo mi padre hacerme esto?

Lo recordé hace unos años, las imágenes no salían de mi cabeza.

- Papi no me pegues, por favor, te juro que no derramé la leche al suelo.

- Aprende niña, no me llames papi,

no te soporto, quiero que salgas pronto de aquí antes de que te tire a la acera.

- John, deja a la niña, solo tiene años.

Deberías ser cariñoso con tu hija.

- Cállate vieja, ésta es cualquier cosa menos mi hija...

Salí de mis pensamientos y le pedí a Dios que todo esto fuera mentira, pero que esto no fuera sólo una pesadilla.

Era mi Realidad más pura y si quería cambiar mi futuro necesitaba actuar pronto.

Voy a pedirle ayuda a Kate, una amiga de la universidad, ella puede ayudarme a conseguir un mejor trabajo.

Me desperté con el olor a café en la habitación, la abuela pidió café en la habitación, me duché y me vestí apresuradamente, tomé un poco de café.

Y se apresura a subir al coche y correr hacia el restaurante.

Cambié la llanta del auto y conduje hasta el restaurante, tan pronto como llegué la señora Jennifer estaba triste.

No pude entenderlo, pero ella me llamó a la cocina y me dijo que tenía que despedirme, que las facturas eran muy altas y permanecer allí con un salario a tiempo era cada vez más difícil.

¿Podrían empeorar las cosas sin casa ni trabajo? ¿Qué daño hice en esta tierra para recibir tantos golpes así? Uno después del otro.

Pasamos un rato hablando, tomé mi último cheque de pago y fui al departamento de Kate.

Llamé a la puerta y ella sonrió como siempre.

- Hola Emily, ¿cómo estás?

- Hola, soy terrible y necesito tu ayuda.

Le conté toda la historia, le dije que mi padre me echó de casa por la noche y que estaba en un hotel barato.

Perdí mi trabajo y necesito tu ayuda para mostrarme un lugar o alguien que quiera contratarme.

- Emilly, sabes que donde trabajo gano muy bien, sé que no debería decirte eso, sinceramente no quiero que te involucres en esto.

Pero no conozco a nadie que pueda ayudarte a conseguir un trabajo honesto.

Soy prostituta y sabes que no estoy orgullosa de ello, pero así consigo vivir bien y enviar dinero a casa.

Sabes que mi madre está enferma y la única forma de ayudarla con su medicación es esta.

- No te juzgo, aunque va en contra de mis principios lo pensaré.

Necesito dinero y la abuela gana muy poco con su jubilación.

- Lo veré. Algunos compañeros saben algo y ten por seguro que te ayudaré en todo lo posible.

- Gracias Kate